18 • Mi novia

Narrador Omnisciente

Para cuando despertaron, Charlie estaba de espaldas a Harry, mientras que sus brazos rodeaban su cintura aunque aún el castaño dormía plácidamente, Charlie dejó escapar una sonrisa y se giró para verlo dormir aunque aquel movimiento hizo que Harry abriese los ojos.

—Buenos días —sonrió e iba besarla pero los gritos desde la sala lograron que se pusieran de pie y corrieran a ver que sucedía.

—¡Louis! ¡Tú me estas aplastando! —chilló Tiffany.

—Disculpa Tiff.

—¡Ya cállense! —gritó Blair—. ¡Cielos, Noah! Si no te hubieras metido estaríamos más a gusto.

—¡Lo siento por haber querido unirme a esto! —replicó el castaño.

—¿Pueden por favor decirle a Liam que se apure? ¡No te muevas que me duele, Payne! —gruñó Niall.

—Yo opino que nos podríamos fracturar o no sé, es peligroso hacerlo todos juntos —la voz cansada de Liam interrumpió a Niall.

—¡Hey no me grites! Para empezar yo no quería hacer esto, quería comer las patas de pollo que hay en el refrigerador —suspiró el rubio.

—¡Si, si! ¡Ya muévete que me duele, Niall! —exclamó Noah.

—¡Ahhhh! —los gritos de Blair y Tiffany parecieron dejar sorda a Charlie que miraba la escena divertida.

—¡Ahhh, por Dios! —exclamó Louis.

—Chicos, ¿qué carajos hacen? —preguntó Harry arqueando su ceja.

—Mano derecha, en rojo —bufó Green—. Nada Harry.

—Oh, hola chicos... ¿Como han dorm...? —Niall alzó su mano feliz y gracias a ello logró que los 7 cayeran al suelo.

—¡Tú puta madre! —exclamó Louis.

—Mierda, Niall eres un imbécil —se quejó Tiffany.

—No sé puede jugar a nada contigo —negó Noah poniéndose de pie.

Luego de una pequeña pelea por parte de Liam y Blair acabaron en el sofá comiendo juntos las patas de pollo que Niall había mencionado antes, miraban la serie Friends y bebían cerveza.

Estaban pasándolo de maravilla, durante el día se sumergieron en la piscina, Liam y Blair fueron al mercado para cenar esta noche, Louis, Noah y Tiffany se encargaron de limpiar la casa y preparar habitaciones para todos, y por último, Green y Niall decidieron ir por más bebida al club del pueblo, Harry y Charlie decidieron rentar películas, cocinar pochoclos y cerca de las 7 de la tarde optaron por dar un paseo por los gigantescos Acres de los Hamptons.

—Se ve precioso todo aquí —suspiró Harry—. Ojalá Londres fuese así.

—¿De qué hablas? Londres es bellísimo. Desde el Big Ben hasta la Abadía de Westminster —dijo Charlie mientras caminaba mirando su propia sombra.

—Hablo de qué aquí cada quien es uno mismo —habló Harry—. En Londres nunca verás a tantas personas fumando hierba por la cera o jamás se acabaría el suministro de cerveza de la ciudad, tú sabes —suspiró riendo.

—Nueva York es increíble. A veces te asusta e incluso parece que te ahoga en su increíble cantidad de personas viviendo día a día... pero, creo que es mágica. Las personas usan las cabinas telefónicas para orinar, algunos se enamoran de desconocidos y jamás terminas de conocer a tus vecinos —rió—. Pero amo vivir aquí, la ciudad que nunca duerme es perfecta para mi.

—Ojalá Inglaterra fuese así —suspiró Harry y entrelazó su mano con la de Charlie. La miro de reojo y sus ojos cambiaron a incertidumbre.

—¿Por qué me estás viendo así? —preguntó ella—. Me asustas.

—Tengo una grandiosa idea —negó Harry y paró en seco. A sus espaldas se veía todo mucho más chico ya que estaban parados en una calle de arena, rodeada de árboles y un poco más alta que lo demás—. El cumpleaños de Gemma es en un par de días, ¿quieres ir a Holmes Chappel conmigo?

Los ojos de Charlotte cambiaron a sorpresa y asombro, por supuesto, Harry la hacía más feliz de lo que ella imaginaba pero... ¿conocer a su familia? Ni siquiera Connor y Evangeline sabían que el famoso Harry Styles estaba ligando con su hija, mucho menos que estaba en los Hamptons junto a ella.

—Me encantaría ir Harry —sonrió—, ¿pero no crees qué es muy rápido?

—Tranquila, los chicos irán también, puedes ir como una amiga si es lo qué quieres, mamá amaría conocerte y apuesto que Gemma también estará muy a gusto —animó—. ¿Qué dices?

Charlie sólo quería ahogarse en el lejano mar que se encontraba detrás de ella. ¿Qué se supone que le diría a sus padres?
"Oye mamá, iré con Harry a Inglaterra y pasaré unos días allí pero tranquila, nada de sexo y nada de drogas"

Definitivamente no.

—¡De acuerdo! —exclamó—. Iré.

Harry la abrazó fuertemente y luego la besó en la frente, ella le sonrió y continuaron conversando a medida que iban caminando por los grandes jardines.
Harry habló sobre su vida antes de ser famoso. Solía cantar en las fiestas de Holmes Chappel y festividades navideñas de aquél pueblo, trabajaba en la panadería de Margaret, le juró a Charlotte que la conocería y sobre todo que probaría los increíbles pancakes que la dueña del lugar hacía, le comentó que tenía un árbol en el parque del lugar donde había tallado su nombre y eso le recordaba mucho a su infancia. Se notaba que ese pueblo era muy importante para Harry.

—Debe ser precioso —asintió Charlie mientras volvían al centro de la ciudad sin despegar su mano de la del rizado.

—Holmes Chappel es hermoso. Volver allí siempre es bueno —suspiró—, y ahora que volveré contigo será aún mejor, mi amor.

Charlie sonrió y besó cortarmente sus labios. Al llegar a la casa y marcadas las 9 de la noche, decidieron tomar una ducha, por supuesto cada uno por su lado, y finalmente se vistieron casualmente para bajar a cenar junto a sus amigos.
Para los chicos de One Direction, estar con adolescentes de su misma edad que no estén tirándose sobre ellos era realmente increíble, la fama era agobiante y mucho más cuando todas las personas alrededor se los remarcaban a cada instante, por eso, para Harry era una especie de alivio y felicidad poder pasar el cumpleaños de su hermana con sus mejores amigos y la chica que le gustaba.

Rieron, conversaron, jugaron en con la PS, un partido de póker y luego de unos cuantos besos todos decidieron ir a dormir, mañana se esperaban 38 grados centígrados y Blair quería descansar para no pescar una insolación.
Noah partió a su habitación junto a Niall. Liam, Louis y Green subieron las escaleras hasta la habitación de huéspedes, Blair y Tiff decidieron dormir juntas y finalmente Harry iba subiendo las escaleras hasta la habitación principal cuando Charlie lo sorprendió por detrás tomando su mano.

—¿Has terminado de acomodar? —preguntó el rizado—. Susan debe agradecerte por haberle dado el día libre.

Charlotte sonrió de lado y no dijo nada a medida que abría la puerta de la habitación.
Un aroma a miel y limón inundó la nariz de ambos, el balcón estaba semi abierto dejando que una brisa veraniega corriera por el cuarto, Harry le indicó que lo siga y cubiertos por las pequeñas bolitas de luz que había en el techo de la alcoba se asomaron quedando de frente y bien lejos al mar.

Charlie llenó sus pulmones de aire y cerró los ojos. Harry no pudo evitar mirarla y sonreír.

—Eres hermosa —soltó sin más. Charlie abrió los ojos y se encontró con los color esmeralda de él mirándola fijamente con ternura.

—Tú también lo eres cielo —sonrió ella y Harry pasó su brazo por la cintura de la rubia.

—¿Sabes qué? No me imagino sin ti. Mucho menos con otra persona —suspiró y se formó un silencio pequeño hasta que el rizado tomó aire y por fin lo dijo—. ¿Quieres ser mi novia Charlotte?

Ella sintió que sus piernas se aflojaban y se sintió totalmente segura en sus brazos.

—Claro que quiero Harry —lo besó.

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