𝐒𝐄𝐍𝐒𝐀𝐂𝐈𝐎́𝐍 𝐃𝐄 𝐂𝐔𝐋𝐏𝐀. || 2

Me acuesto en mi cama. Cruzo las piernas y coloco mis brazos debajo de mi cabeza. Me pongo a mirar el techo y a pensar en Kamiko. A veces siento una sensación de culpa cuando recuerdo su muerte.

Las dos habíamos ido al Shopping a pasar la tarde. Era un sábado soleado y con un clima supercálido, pero no estaba como para ir a la playa. Entonces decidimos que podíamos ir al Shopping a tomar un helado e ir a MC Donald' s a comer una hamburguesa. Después íbamos a ver una película en el cine. Otra de las cosas que nos gusta a nosotras es ver las tiendas de ropa.

Fuimos en autobús porque queda lejos de nuestras casas. Como el autobús que nos lleva al Shopping también pasa por la playa, nos sentamos del lado de la ventana y observamos el bello paisaje.

─Me encanta el olor a mar─ dijo Kamiko ese día oliendo el aroma a mar salado.

─Es delicioso, pero no tanto como la hamburguesa que nos vamos a comer─ le dije y las dos nos miramos cómplices.

─¿De qué la vas a pedir?

─Mira, estuve viendo las promociones de MC Donald' s y hay una oferta de dos hamburguesas con cheddar y panceta a tan sólo doscientos pesos, pero digo de esas que te llenan y te hacen desear no comer nada más, y acompañada de papas fritas medianas y dos cocas con hielo.

─Oh My God, entonces pidamos eso─ dijo mientras me tomaba de los hombros como una loca y me sacudía.

─Okey, okey, pero cálmateeee...

Bajamos del autobús en el Shopping y lo primero que quería hacer era ir a tomar un helado de Grido, mi heladería favorita. Ahí venden unos capuchinos helados que... Madre Santa, ¡qué delicia! Pero Kamiko me detuvo y me dio una idea:

─¿Y si vamos primero al cine y luego vamos a merendar a MC Donald' s? 

─¿Estás segura? Mira que la película es dentro de una hora y media.

─Vamos a ver las tiendas de ropa y a comprar algo. Digo yo, si quieres.

─Es que tengo mucha hambre─ hice puchero.

─Te compro un capuchino en Grido antes de ir a ver las cosas.

─¡Gracias! ¡Te amo!─ la tomé de los hombros y le di un beso en sus dos mejillas.

─Enserio te encantan esas cosas.

─¡Es que son deliciosimísimas!

─En ese caso voy a probar uno a ver si son lo que dices.

Nuestro plan era ir primero a MC Donald' s a comer y luego ir al cine, pero al final la idea de Kamiko era mejor: así podíamos merendar en vez de almorzar, y así mi madre no me daba más comida, porque las hamburguesas que queríamos comprar enserio te quitan las ganas de comer algo más.

Fuimos a Grido y nos compramos dos capuchinos. Mi reacción fue poner una cara de "¡Me encantaaaa!", porque enserio me encantó, y Kamiko, que nunca lo probó, puso la misma cara y me dijo: "Hay que venir más seguido".

Luego fuimos a ver las tiendas de ropa y compramos cosas para el cine. Como no te dejan entrar con comida ajena y el pop con la coca sale carísimo, ejecutamos un plan y guardamos maní con chocolate en nuestras mochilas. ¿Éramos unas genias, no?

Salimos del cine luego de ver una excelente película de amor y partimos rumbo a MC Donald' s, donde nos esperaba el último combo que íbamos a comer juntas.

─Esa hamburguesa estuvo increíble. No puedo comer nada más porque definitivamente voy a explotar─ dijo tocándose la pansa.

─Por dos. Bueno, ¿nos vamos? Si nos damos prisa y agarramos el autobús de las siete y media podremos ver el atardecer en la playa.

─¡Sí, démonos prisa!

Las dos salimos corriendo del Shopping rumbo a la parada del autobús. Lo que no sabía, era que algo horrible iba a pasar...

Yo iba al medio de la calle y Kamiko iba apunto de dar un pie en ella. Pero en ese momento, un camión que perdió sus frenos iba a toda velocidad hacia mí.

─¡ABRIIIIIIIIIIIIIL! ¡MUÉVETE!

─N- no puedo...Mi cuerpo no reacciona...

Kamiko no lo pensó dos veces y me empujó a la acera contraria donde estaba la parada de autobús, quedando ella en mi lugar y siendo brutalmente atropellada por el camión. Me tapé el rostro al ver eso y cuando me quité las manos vi a mi mejor amiga ensangrentada.

Corrí hacia ella y llamé a la ambulancia.

─¡Kami, por favor resiste!

─Abril...Siempre vas a ser mi mejor amiga...─ fueron sus últimas palabras antes de morir en mis brazos con una sonrisa. Esa sonrisa que vi por última vez.

─¡KAMIKOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!


Sentí desesperación y un nudo en el pecho que no me dejaba ni tragar saliva. Un gusto amargo se me implantó en la boca y me acompañó durante estos últimos meses.

Me sentí la peor escoria del mundo por no poder moverme ese día. ¡Si no fuera por eso ella no se hubiera lanzado para ayudarme! Si no fuera por mí no hubiera muerto...

Esa sensación de culpa es lo que me hace querer morirme todos los días que despierto. Ya no soy la misma Abril que vivió una vida feliz llena de alegría e inocencia que ahora lo único en lo que se enfoca es en intentar retener las lágrimas que intentan escapar y respirar profundo para controlar su angustia. Soy otra persona que lo único para lo que vive es para sufrir.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top