"La vida está llena de sorpresas, está llena de desafíos que te pondrán en aprietos, está llena de misterios, y de obstáculos que debes superar para seguir adelante. Pero dentro de todo esto, está llena de felicidad y de buenos momentos. La vida es hermosa", me repetían mis padres todo el tiempo.

¡Ash! ¡qué estupidez! Porque si así fuera, no me hubiera pasado esto que sufrí y sufro en este momento. No sería la sombra de la vieja yo. No estaría triste...

Estoy pasando por una pesadilla terrible que cambió el rumbo de mi vida por completo. Empezó hace unos dos meses y medio, justo cuando estábamos en el primer mes de verano. Empezó con la pérdida de mi mejor amiga, Kamiko.

Ella era mi primer y mejor amiga en mis quince años de vida. Nos conocimos cuando recién teníamos cuatro años de edad y empezamos la guardería. Las dos estábamos solas en el recreo, justo cuando se me cayó la botella de agua, ella me la recogió y nos vimos a los ojos.

─Hola─ fue lo primero que me atiné a decirle.

─Holi─ dijo ella, muy sonriente, una de las características de ella─, ¿cómo te llamas?

─Abril Horie, ¿y tú?

─Kamiko Kusama. ¿Quieres ser mi amiga?

─¿Nosotras? ¿Amigas?

─Claro, ¿por qué no? Te ves como una buena amiga.

─Bueno, si insistes...─ me levanté de la banca y me lancé a abrazarla con todas mis fuerzas─¡Amigaaaaas!

En ese momento, la maestra tocó la campana.

─Vamos, Abi─ me tomó de la mano.

─Oki, Kami─ corrimos al salón, tomadas de la mano.

Recuerdo ese día y es como ver una película en blanco, pero que hoy se tiñe de sepia y va acompañada de una melodía triste. ¡La extraño tanto! ¡Me hace mucha falta!

Ella era muy linda: tenía mitad del cabello rojo y la otra mitad de blanco, ojos verdes claro y una sonrisa superinocente que enamoraría a cualquiera, sobre todo a los maestros, que la veían tan "angelical".

Agarro una foto que tengo de ella en mi mesa de luz, y la observo. Las dos estábamos sonriendo, cosa que para mí es imposible hoy en día. La pérdida de mi amiga fue el comienzo de este infierno. Luego sucedió lo de mi abuso.

Fue luego del cumpleaños de quince de mi amiga Ohana. Yo quedé en que me iba a ir caminando sola (eran como las seis de la mañana). Estaba amaneciendo y yo iba caminando mirando las últimas publicaciones de Facebook. De repente, un tipo bajó de una camioneta gris con vidrios polarizados y me metió en el auto. Me llevó a un lugar lejano donde no había nadie...y me violó.

Me toco mi zona íntima. ¡Está tan diferente! Solía tener un cuerpo sano y cien por ciento mío, pero ahora está marcado por un tipo desconocido que se aprovechó de mí. Mi cuerpo fue ultrajado, usado sin permiso. Las lágrimas se me asoman mientras observo la ciudad a través de mi ventana.

─Estás triste, hermana─ me dice mi hermana menor, Hatsune, parada en la puerta de mi habitación.

Es una niña muy dulce de unos seis años de edad. Es inocente y un amor con todas las personas que conoce. No quiero quitarle la inocencia diciéndole que cuando crezca correrá el mismo peligro de terminar como yo.

─No te preocupes, Hatsune. Estoy bien. Son solo cosas de la edad─ hago una sonrisa fingida. En el fondo quiero llorar con todas mis fuerzas.

─Está bien. Te veré más tarde, voy a ir a la casa de Suzume. Adiós─ se acerca y me da un beso en la mejilla, para luego poder irse por la puerta.

Para peor, mi papá perdió su trabajo en la fábrica de zapatos donde trabajaba, y comenzó a beber de más, y a veces lo hace en frente a mamá. De vez en cuando hay una pelea en casa durante las noches. Yo los escucho y me agacho en el suelo a llorar con todas mis fuerzas cuando no me escuchan.

Todo empezó este año. Llevo medio mes de clases en un nuevo grupo. Siempre me tocó en la clase número dos. Estaba en primero dos y segundo dos, pero este año me cambiaron para el grupo cuatro, donde tengo compañeros nuevos, que solamente tres chicas me caen mal. Son esas típicas que se creen las reinas del mundo y utilizan los aspectos de una persona para herirla.

Si eres estudiosa, bajita, usas lentes grandes, eres callada y rellenita, ellas usan eso para herirte. Leiko, Aide y Shina son así con cualquier persona que consideren "un nerd".

El resto me cae bien, pero no tengo ningún amigo. Ohana está en mi ex clase y era la única con quien hacía los trabajos en equipo. Ahora los hago sola.

Ahora que lo perdí todo, no hago nada más que flotar en la oscuridad. Recuerdo mi vieja vida y me veo como la sombra de la antigua yo.

Si tan sólo pudiera regresar...