𝐀𝐍𝐓𝐄𝐒𝐀𝐋𝐀 𝐀𝐋 𝐃𝐄𝐒𝐀𝐒𝐓𝐑𝐄. || 12
A la entrada del colegio, me junté con Kisugi a charlar un poco de lo que pasó el viernes. Hablar con él siempre me saca una sonrisa. Me abrazó, y me dijo que me va a dar todo el apoyo del mundo. Es un grande, mi mejor amigo.
Tocó el timbre, y entramos a la clase. Nos sentamos en nuestros lugares y prestamos atención a lo que la profesora de Literatura estaba explicando. Gumi no vino hoy. Qué raro.
La profesora hizo una pregunta, la cual respondí. Sé de memoria lo que estábamos dando, ya que lo había leído por mi cuenta antes. Me interesaba mucho. La profesora volvió a preguntar algo, y como nadie contestaba, dijo:
—¿Horie?
—Sí, el único deseo del gaucho en ese entonces era ser independiente y...
En ese instante sentí clavados varios pares de ojos y alguna que otra risita ahogada. Me doy vuelta y veo a Leiko apuntándome con el dedo mientras Shina se tapaba la boca para ahogar su risa. Las ignoré, como siempre.
—¿Algo gracioso para compartir, chicas?
—No, no, profe...
—Muy bien, faltan cinco minutos para que toque el timbre. Anoten la tarea para la siguiente clase y...
El timbre de recreo sonó, y todos salieron disparados del salón.
Entonces me llega a la mente lo que pasó el otro día con esa chica de pelo corto. Parecía que estaba sola, y que sufría por culpa de los demás. Decidí que voy a hablar con ella para que sea mi amiga.
Salgo corriendo a alcanzarla, pero tropiezo y caigo. Inmediatamente escuché risas y clicks de celulares que captaron mi imagen en el piso. Las rodillas me ardían. ¿Con qué me tropecé?
No tuve que investigar demasiado. Un zapato que conozco más que bien estorbaba mi camino. Miro hacia arriba y le veo el rostro al culpable: Leiko me había hecho una zancadilla.
—¿Te caíste, pobrecita?— preguntó, torciendo la boca como haciendo pucherito.
Justo cuando estaba por contestarle, una amenaza cortó mi aliento:
—Vuelves a levantar la mano en clase, y esto no va a ser nada, error— dijo Genji.
—¿Quieres venirte a hacer la superior acá? ¿Qué, crees que eres mejor que nosotros? Eres una reventada que vive de prestado, nena, así que cuídate por nadie te quiere— dijo Aide.
—Una palabra que digas en clase, y no sabes cuán peor se pueden poner las cosas para ti, error— dijo Shina.
Sus risas crueles retumbaban en mi cerebro. Se alejaron, sus pasos haciendo eco en mi cerebro...
Estoy aún más aterrada que antes. ¡Yo lo único que quiero es subir las notas, y por eso participo mucho en clase! ¿Será que exagero un poco?
—¿Abril?
Es la voz de Kisugi.
—Ki-kisugi...
—¿Qué pasó?— me dio la mano para ayudarme a levantarme.
—Leiko me hizo tropezar, y me amenazaron, como siempre.
—Esos hijos de puta— siseó furioso—. ¿Qué te dijeron esta vez?
—Que si volvía a levantar la mano en clase, las cosas se iban a poner peor, y bla bla bla.
—Son unos idiotas. Que se pongan a estudiar. Tú sólo estás esforzándote al máximo para subir las notas, y ellos te amenazan solamente porque no prestan atención en clase. ¡Los odio!
—Kisugi, Horie, salgan al patio— nos dice la directora.
Los dos salimos al patio y nos sentamos en el rincón de siempre. Ahora se sumaron Taki e Izawa.
¡Es increíble cómo interactúo con hombres después de lo que sucedió! Sé que dije que los hombres son unos desgraciados hijos de re mil puta, pero aprendí que no todos son así. Kisugi, Taki, Izawa... Ellos son unos ángeles caídos del cielo. De hecho, ya superé lo de mi abuso, y todo gracias a Kisugi.
Este niño es mi salvación de cualquier problema. Le debo mi vida.
—Esos chicos son horribles— dijo Taki—. Me hicieron bullying hace tiempo, y ahora me nombraron el «mensajero de la clase». Genji dijo que si no lo obedecía, volverían a repetir lo que me hicieron— dijo temblando de miedo. Izawa lo abrazó.
—Se burlaban de mí por mi cabello largo. Me decían "gay" y otras cosas— dijo Izawa.
—Es verdad, y a mí también me decían gay por mis pestañas— dijo Kisugi.
—Son unos monstruos— dije—. Tenemos que armarnos de valor y decirle esto a la directora.
—Pero si lo hacemos podrían hacernos de todo... Podrían cortarme el cabello como a Alex... ¡No quiero ser calvo!— dijo Izawa con terror.
—¿Quién es Alex?
—La chica de pelo cortito de la clase.
—¿Takahashi? Yo sólo la conozco por su apellido... ¿Y qué le pasó?
—Te lo diremos justo ahora...
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