XIX. 𝐄𝐋 𝐂𝐔𝐌𝐏𝐋𝐄𝐀𝐍̃𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐊𝐈𝐒𝐇𝐈𝐃𝐀

Finalmente, se acabó.

─¡Urabe!─ Kumiko se lanza sobre su mejor amigo para darle un abrazo fuerte─¡Gracias a Dios que estás bien!

─Sí, solamente tengo las marcas de la loca esa en mi cuello, tengo sangre en todo el cuerpo, y casi me quedo sin aire, pero sigo vivo, por ahora.

─¡Por ahora y por muchos años más!

─Claro que sí, Hanji Urabe es invenci...─ pierde el equilibrio y cae encima de la pelirrosa.

─¡U-urabe!─ exclama con preocupación.

─E-estoy bien. Sólo llévenme a casa.

─Yo te llevo─ Kokoro se agacha y lo carga en brazos como si fuera un bebé─. Después de todo, yo soy quien te cuida.

─Ko-kokoro─ las mejillas del oji-verde se ruborizan levemente.

─Recuerdo que cuando sucedió lo de Ai, tú me cargaste en brazos para mantenerme a salvo. Simplemente quería devolverte el favor.

─Oww, Kokoro, eres un sol, pero de ese que te da calorcito en invierno─ sonríe cálidamente.

La rubia le devuelve la sonrisa.

─Chicos, no queda de otra más que decirle a nuestros padres lo que pasó─ interrumpe Nakayama.

─Mis padres ya se dieron cuenta de que nos escapamos, y me van a esperar con la chancla vieja de la abuela en mano. Dios, esa cosa sí que me dolía cuando era pequeña─ expresa Yoshiko con una mueca que denotaba dolor.

─Todos nos merecemos un buen chancletazo en la cola─ dice Nishio.

Todos ríen con ganas.

─Joder, fueron unos días muy estresantes, y ahora finalmente se terminó─ Kishida se sienta en el césped. Está agotado.

─No estoy tan seguro de eso─ dice Nitta con seriedad─. ¿Recuerdan que ellas dijeron que hay más asesinos además de ellas? Quién sabe si aparecerán para vengarse...

─Meh, damos miedo. Deben ser unos cobardes como para querer lanzarse a atacarnos─ dice Hyuga─. Además, estas tres fueron estúpidas y prefirieron pelear sin sus armas. Si las hubiesen tenido nos hubieran matado al instante, pero se hicieron las bobas y nos regalaron la victoria.

─¿Estás seguro, Hyuga?

─Si están tan desesperados por matar a Kumiko sin que ella les haya hecho daño, deben tener algo mal en la médula.

─Hyuga, ellos son asesinos. Los asesinos, si tienen a alguien en particular a quien matar por equis o ye razón, lo harán, pero si no, igual van a matar a una persona cualquiera, porque ellos solamente buscan hacer sufrir a las personas─ le explica Kokoro─. No sólo matarán a Kumi, matarán a cualquiera que se cruce en sus caminos.

─Me pregunto cuándo vendrán a atacarnos...

─No lo sé, pero nosotros ya estaremos preparados para lo que sea─ dice Nitta─. Vamos a tratar de aprovechar los días que nos queden antes de que aparezca alguien más. Disfrutemos del verano antes de que comiencen las clases de nuevo.

─Sí.

Kumiko está muy seria. De cierta forma le afectó mentalmente ver a las tres chicas muertas, con el rostro desfigurado, sangrando a más no poder... Es una imagen muy fuerte para ella.

─Kumi, no pienses que viste los cadáveres de esas chicas. Imagina que todo es un sueño, que nunca murió nadie, que nunca te secuestraron, que esas chicas no murieron... ¿Recuerdas que de chiquita solías soñar mucho? Bueno, hazlo ahora─ le habla Urabe.

─E-es que... es una imagen horrible de ver, y yo... soy muy sensible.

─Lo sabemos, pero piensa cosas bonitas: gatitos, niños, Yumi Shimabara...─ le guiña el ojo.

─Jeje, tú sí sabes alegrarme, vampirito.

─Pues claro, ya que ese es mi trabajo, hacer que el angelito de todos sonría.

─Jiji, gracias.

─¿Y si mejor nos vamos de aquí?─ sugiere Yoshiko.

─Espera, primero enterremos a estas infelices.

─Está bien.

Nitta cabó dos agujeros grandes y Urabe metió a Maiko y Gina en ellos, para ser cubiertas por la tierra.

─Kurushinda, aprendieron una lección: nunca se metan con el equipo Otomo─ Kishida, Nakayama y Nishio chocaron los cinco con orgullo.

─No se olviden del equipo Toho─ dice Hyuga.

─Son solamente ustedes dos.

─Un día tengo que invitar a Wakashimazu y los demás. Ustedes ya los conocen, pero es para que se unan a nuestro grupo de amigos. 

─Vamos a terminar siendo como treinta─ ríe Kokoro.

─Bueno, ya vámonos de aquí antes de preocupar más a nuestro padres.


Todos les avisaron a sus familias que estaban sanos y salvos y que ya iban de regreso.

Los papás de Yoshiko se enojaron con ella, incluso le prohibieron salir de casa por dos semanas, a partir del cinco de julio, un día después del cumpleaños de Kishida, pero por otro lado la felicitaron por haber acabado con ellas. Los felicitaron a todos. Los ayudaron a curar sus heridas, y luego Kentaro llevó a cada uno a su casa.


─¡Hanji, Kokoro!─ Sakana y Satoshi los abrazaron con fuerza─¡Nos tenían preocupados!


─¡Takeshi! ¡No vuelvas a hacer eso de nuevo! ¡Por poco y me quitan a mi único hijo, a dos días de su cumpleaños!

─Ya, mamá. No lo volveré a hacer.


─¡Masao, apenas termine el cumpleaños de Takeshi te quedas sin salir por cinco días!

─¡Ah, mamá!


─¡Koji, no vuelvas a escaparte de la casa de tus amigos, y menos para agarrarte a piñas con maniáticos asesinos!

─Pero mamá...

─Te dejaré pasar esta solamente porque lo hiciste por rescatar a tu amiga.


─¡Hermanito!

─¡Regresaste!─ los hermanos de Kojiro lo abrazaron con fuerza.

─Yo siempre regreso, ¿o no?

─¡Kojiro!─ su mamá fue quien lo abrazó más fuerte.

─Tranquila, mamá. Estoy sano y salvo.


─¡Onii-chan!─ Kaori le dio un fuerte abrazo─¡No vuelvas a regresar tarde a casa!

─Perdóname, Kaori, pero fue una situación muy compleja...

─¡Shun!─ sus padres lo abrazaron─¡Nos tenías preocupados!

─Lo siento, mamá, papá...

─Pero estamos orgullosos de que lo hayas hecho por Kumi.

─Siempre debes proteger a tu mujer sin importar qué, pero por favor, avísanos la próxima vez que vayas a hacer una cosa así.

─Lo haré.


─¡Oh, Kumi! ¡Mi niña!─ Tomoko y Daichi la abrazaron fuerte.

─¡Hermana!─ Emiko se sumó al abrazo.

─¡Mamá, papá, Emi! ¡Pensé que no los volvería a ver!─ la pelirrosa rompió en llanto.

─¡Gracias a Dios estás a salvo!

─¡Casi nos da algo cuando nos enteramos que te habían raptado!

─¡No vuelvas a desaparecer, hermana!

─N-no. No lo haré.


El tres de julio, no hubo ni un sólo homicidio, ni un sólo robo, ni una sola violación, nada. Noriko se comunicó con Gakuto para comunicarle que Airi, Maiko y Gina finalmente murieron. El policía sabe que ellos las mataron. Como son amigos de la mejor amiga de su hijo, no lo va a comunicar a sus compañeros, además ellos son menores de edad; no pueden ir a prisión aun.

El cuatro de julio, en la mañana, anunciaron que las causantes de todo esto finalmente perdieron la vida, y la calma volvió a las personas. Muchas de ellas siguen destrozadas por la muerte de amigos, conocidos y familiares. Les tomará tiempo, mucho tiempo, poder dejar este momento tan doloroso atrás.

Y también es el cumpleaños de Kishida.

─Ahora soy el segundo mayor del grupo. Me supera Nakayama porque es del doce de mayo.

─Ya tienes diecisiete años, cariño. Ya el año que viene serás mayor de edad─ la señora Kishida se quita una lágrima con el dedo.

─Ay, mamá, voy a seguir siendo el mismo. No voy a cambiar. Lo único por lo que quiero ser mayor es para tener mi licencia de conducir. 

─¿Y me vas a llevar a pasear?

─Yo qué. Consíguete tu propio auto.

Su mamá ríe con ganas.

─Qué malo eres, hijo. Bueno, ¿limpiaste tu cuarto para cuando lleguen todos?

─Sí, hasta puse la consola para jugar. Eso nunca puede faltar.

─¿Quiénes van a venir?

─Es más que obvio: Urabe, Kumi, Nitta, Kokoro, Yoshiko, Nakayama y Nishio. Ichijo está en España y no volverá hasta empezar las clases.

─¿Compraste las papas fritas y demás botanas para cuando lleguen todos?

─Sí, mamá.

─Bueno, ya casi está listo el pastel de cumpleaños, pero antes de que lleguen todos, te quiero dar tu regalo─ le entrega un objeto grande envuelto en un papel rosa brillante─. Feliz cumpleaños, tesoro.

─Uyyy, a ver...─ destroza el papel por completo, hasta que se encuentra con un tiburón de peluche─Awww, ¡mamá, es precioso!

─Ahora Tiburoncín tiene un hermano.

─Recuerdo cuando me lo regalaste cuando tenía un año...

─Awww, cuando eras una masita─ le pellizca y besa las mejillas.

─¡Ay, mamá, tengo diecisiete! ¡Por favor!


A las tres y media, todos llegaron. 

─¡Feliz cumpleaños, Tiburón!─ Urabe le palmea la espalda.

─Uuuu, ¿te regalaron otro tiburón?

─Sí, jeje.

─¡Qué bonitoooo!─ Kumiko, Kokoro y Yoshiko lo abrazan entre las tres.

─Awww, Kokoro se ve tan tierna abrazando un peluche. Es igual a Kumi. Y ese vestido se le ve tan bien...

Urabe está sonrojado hasta las orejas.

─¡Oigan, vamos a jugar!─ exclama Nishio.

─¡Oh, sí! ¡Vamos a darle!─ todos van a la habitación de Kishida como Flash.


─¡Nishio, tienes que atacarlo por la espalda!

─¡Y tú le estás dando en el pie! ¡En el pie, Nakayama!

─¡Ayyyy, esta sucia me tiene harto con sus patadas!

─¿Cuándo no le dices sucia a las villanas del juego, Urabe?

─¡Kokoro, son tremendas sucias, son como las chicas que matamos...!

La villana los vence a todos con un rayo mortal.

─¡NOOOOOO!

─¡LA PUTA QUE ME PARIÓ!

─¡Todo por tu culpa, Urabe!

─¡¿Eh?! ¡Yoshiko...!

─Concuerdo.

─¡¿EEEH?! ¡KOKORO!

Mientras todos se ponen a "discutir" sobre haber perdido el juego, Kishida nota que Kumiko está cabizbaja, un poco seria.

─Kumi, ¿podemos hablar fuera de mi habitación?

─Oh, claro.

Los dos están solos, en el pasillo.

─¿Sigues mal por lo del otro día?

─Un poco. Sé que esas chicas querían matarme, pero no soporto ver personas muertas... Me da terror. Esas horribles imágenes no dejan de atormentarme día y noche...─ se agarra la cabeza, con expresión que denotaba pánico. 

Su amigo la toma de los hombros, mirándola con tranquilidad.

─Te entiendo. A mí tampoco me gusta ver gente muerta, es horrible, y más si es alguien que quiero mucho. Me costó mucho superar el cadáver de Ai, aunque a veces, por más que no parezca, lloro de noche al recordar ese traumático momento. Pero me di cuenta que tenemos que superar y seguir adelante, aunque duela. No hay que superar el dolor, hay que controlarlo. El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional. Sé que no quieres sufrir, pero inconscientemente lo hacemos.

─No es nada fácil superar esas cosas. Yo estaba muy asustada porque pensé que iba a morir, y luego vi sus cadáveres despedazados...

─No te estoy pidiendo que lo hagas de la noche a la mañana, lo único que quiero es que estés feliz en el cumpleaños de tu amigo─ sus ojos se cristalizan.

─Ooooh, Takeshi...─ sus orbes celestes también se cristalizan.

─Quiero que juegues con nosotros como cuando éramos niños, y derrotar a los villanos que quieren destruir Saitama y Japón─ sonríe con determinación.

A Kumiko se le escapan dos lagrimitas, y le da un abrazo a su segundo mejor amigo.

─¡Sí!

─Ya, no llores, o harás que yo llore en mi cumpleaños.

─¡Ñoooo! ¡No quiero eso!

─¿Hay espacio para uno más?─ aparece Urabe.

─Siempre, amigo.

El oji-verde se suma al abrazo.

El trío primitivo está reunido de nuevo, como hace cinco años.

No importa qué pase, Kumiko siempre se va a sentir a salvo si está con sus amigos, quienes han recorrido con ella este largo camino llamado vida.

https://youtu.be/2sPDPr3S7Zg


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