X. 𝐂𝐑𝐄𝐂𝐄 𝐄𝐋 𝐏𝐄𝐋𝐈𝐆𝐑𝐎
Los siete se fueron de la convención de anime a las siete de la tarde, muy contentos de las cosas que vieron y compraron.
Nakayama se compró el poster de Kota contra Gun, y un juguete de Kanako, la hermana gemela de Hirari.
Kishida se compró un poster de Miu y Goro, una taza de Inuyama, Kota y Miu, y una camiseta con las esferas del dragón de Dragon Ball.
Nishio se compró un colgante de la esfera de cuatro estrellas, un bolígrafo de Goro y las siete esferas del dragón pequeñas, para decorar su mesa de luz.
─Nishio, ahora puedes pedirle deseos a Shenlong─ bromeó Nakayama.
Kumiko se compró un peluche de Goro para dormir con él por las noches, unos pines de animes populares, una camiseta igual a la de Goku de Dragon Ball, y un poster de Yumi Shimabara.
Kokoro se compró unos stickers aesthetic, unos pines de Héroes de Saitama y Dragon Ball y una almohada de Totoro de Mi Vecino Totoro.
Nitta se compró una camiseta de Megumin de Konosuba, también algunos pines para mochila y un juguete de Hirari, el personaje favorito de su hermanita.
─Este va a ser para compartir con Kaori, ya que ella es megafanática de Hirari.
─Creo que solamente Yoshiko tiene a Hirari─ dijo Kumiko.
─Síp, yo lo tengo.
─De hecho, acabo de recordar que a Ai le encantaba Hirari...─ pensó con bastante seriedad.
Urabe se compró un juguete del doctor Kuroda (el padre de Yumi en la serie), y dos tazas: una de Freezer de Dragon Ball, y una de Yumi.
─Mira, Kumi, tendrás el juguete de Yumi, pero yo al menos tengo una tacita─ hizo de cuenta que estaba bebiendo algo en la taza.
─Claro, para que no te quedes con las ganas, jaja.
─¿Cuánto apuestan a que la va a romper en menos de un día?─ preguntó Kishida a todo el grupo.
─Cincuenta yenes─ respondió Nishio.
─Doscientos yenes─ contestó Nakayama.
─Mil yenes─ dijo Nitta.
─Un millón y medio de yenes─ dijo Kokoro.
─¡Pero...! ¡Kokoro Maejima, malcriada! ¡Te di una casa y no confías en que podré tener una taza intacta por más de una semana! ¡¿Qué me estás diciendo?!
─No, no, no─ se acercó a él, lo tomó de los cachetes y le dio un beso en la frente, y uno en ambas mejillas, para luego mirarlo a los ojos─. Tú eres un héroe para mí, y tengo mucha confianza en ti, pero tengo que admitir que es muy divertido verte enojado, jiji─ sonrió inocentemente.
─Ay, sí, ajá.
─Pero eso que dijeron de que no podría mantener una taza sin romperla durante una semana, me hizo acordar a una vez, cuando éramos niños, que todos fuimos a pasar el día en su casa, y su madre, al ver que la casa estaba hecha un desastre, nos puso a limpiar la casa. Todos estábamos en plan: "Señora, no debe poner a trabajar a sus invitados", pero Kumiko, siendo ella, se entusiasmó y ayudó a limpiar─ contaba Kishida─. Entonces Sakana encontró una vieja lámpara, una muy sucia y llena de polvo y telarañas, y le dijo a Urabe: "Esta lámpara lleva más de diez años en ese armario, y durante cinco años se usó día y noche", y claro, como llevaba una década sin uso, ella pensó que no serviría para nada, y la quiso tirar, pero se la dio a Urabe para que la fuera a tirar porque ella tenía que terminar de limpiar los pisos, ¿y saben qué fue lo primero que hizo Urabe?
─Déjame adivinar: la rompió.
─La tiró para el piso y se hizo pedazos el soporte de la lámpara.
─¡Noooo!─ Kokoro se empezó a tentar demasiado por imaginarse esa situación. Es decir: su madre le decía que esa lámpara estuvo años sin uso, y justo cuando la agarra Urabe, se rompe. Le dio demasiada risa.
─A la mierda la lámpara.
─Estaba muy resbalosa esa mugre─ se excusó el oji-verde.
─Sí, sí, al igual que el florero que rompiste hace cuatro años, al que le diste un codazo mientras sacabas las telarañas, y lo tiraste al piso. Era el favorito de Sakana─ le recordó Kishida.
─¡Ya, cállate!
─Dios, qué manera de gastar mi mesada semanal─ dijo Nakayama.
─Pero valió la pena por todo esto─ expresó la pelirrosa con felicidad─. Voy a escribir esto en mi queridísimo diario, para que no se me olvide nunca.
Nitta, a la hora de dormir, quedó pensando en el juguete de Hirari que compró para compartirlo con su hermanita. Fue solamente ver a Hirari y recordó que Ai, cuando hicieron la primera pijamada con ella y Yoshiko, confesó que le encantaba el personaje de Hirari.
Entonces se dio cuenta de que hace semanas que no va al cementerio a dejarle flores. Él recordó las últimas palabras de la peliblanca antes de morir:
─Por favor, olvídenme, para que tú y Kumi sean felices...
Seguramente ella estaría feliz de que se olvidaran de ella y sigan adelante con sus vidas, porque es lo que ella quería, pero la verdad es que a pesar de todas las cosas horribles que hizo, ellos la querían, ella era su amiga. Estaba muy dañada mentalmente y por eso actuó de esa forma, pero ella en un principio los quería y realmente quería una amistad verdadera con ellos, pero por sus problemas mentales no pudo, y tristemente perdió la vida...
Nitta quiere hacerle ver que la quieren, a pesar de todo, y que jamás se olvidarán de ella.
Al día siguiente va a ir al cementerio a dejarle el ramo de flores más grande que encuentre.
No es un día muy caluroso, más que nada porque está nublado y anuncian un leve descenso de temperaturas por tres días. Kumiko está jugando con su hermana, rodando por el piso frío. Kokoro y Urabe están haciendo una competencia de dibujos. Kishida salió con su madre a hacer compras para la casa, y Nakayama y Nishio salieron a caminar un rato.
Mientras ellos se divertían, Nitta fue a llevarle flores a Ai.
El día nublado (y casi tormentoso, porque anunciaban tormentas para la tarde y noche, y ya había algunas nubes negras en el horizonte), le daba un toque más deprimente al lugar.
Shun se agachó frente a la tumba de la peliblanca, le dejó las flores y le dijo unas palabras:
─Ai-chan, sé que no vengo desde hace semanas, pero es que he estado estresado por los exámenes finales. Ahora estoy de vacaciones, afortunadamente. ya estoy en vacaciones de verano, pero te prometo que vendré más seguido, para demostrarte que te quiero, a pesar de todo lo que hiciste. Los padres de Sekai, Ari y Kai jamás te perdonarán, pero nosotros sí, porque eres nuestra amiga, y no tenías conciencia de tus acciones. Nunca fuiste mala. Yo fui el idiota que se olvidó de ti, y si no lo hubiera hecho, seguirías con nosotros, tendrías una vida mejor de la que tuviste, y serías feliz...
Unos truenos sonaron en el horizonte, y se podían ver relámpagos y algunos rayos.
─Me tengo que ir. Que tengas una linda noche─ tomó su bicicleta y se fue de ahí lo antes posible antes de que lo agarrara la lluvia.
La familia Nitta veía las noticias, y decían que hubo dos siniestros de tránsito en la ciudad, tres robos a bancos y joyerías, siete muertos por homicidio (dos de ellos atados a un poste de luz y quemados vivos), y veinte fallecidos al incendiar un hotel.
─Cielos, cuántas víctimas─ dijo Daisuke, con preocupación.
─Ya no se puede ni salir a la calle sin que ataquen un local cualquiera, siendo que quien sea que cause todo esto ataca a cualquier hora...
─Onii-chan, tengo miedo─ Kaori abrazó a Shun por el miedo que sintió.
─No debes temer, no te va a pasar nada porque tu hermano te protegerá de cualquier peligro─ le sonrió con seguridad.
Pero en el fondo temía por su vida.
Por más que Ai estaba muerta, cierto grupo de delincuentes seguía haciendo de las suyas, y cada vez eran más las atrocidades que cometían, solamente para divertirse.
─Chie, ve a vender estas joyas─ le ordenó Maiko─. Ponte ropa y un peinado que nadie reconozca.
─S-sí─ se fue a cambiar, tímidamente.
─Tiene que ser ella, porque es la que no tiene una apariencia tan peculiar, como todas nosotras─ habló Gina, recostada contra la pared con los brazos y una pierna cruzada.
─O puede ir Godan, pero mejor que vaya Chie. Hideki si va va a violar a todas las chicas que vea, ya saben cómo es él─ dijo Airi.
─Amo el sexo, querida─ dijo el recién nombrado, desparramado en el sillón.
─Amas joder, nada más─ le dijo Gina.
─¡Oye!
─Qué pena que Ai haya muerto, me caía bien...─ expresó la de cabello bicolor con pena.
─... Creo que aquella vez me excedí─ rio Eriri para sus adentros.
Ella había ido a robar dinero sola, y los policías la perseguían desesperadamente, pero justo pasó por la casa de Ai sin haberse dado cuenta, y al dispararle a los policías, al parecer varias balas rompieron las ventanas de la casa y... el resto es historia.
Cuando se dio cuenta de lo que hizo, no le importó en lo más mínimo y se dedicó a actuar como si nada hubiera pasado.
Pero Airi sí sintió pena por ella, sobre todo por lo injusta que fue su vida. Realmente la quería.
Ella juraba que se iba a vengar por lo que la peliblanca pasó.
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