I. ¡𝐋𝐋𝐄𝐆𝐎́ 𝐄𝐋 𝐕𝐄𝐑𝐀𝐍𝐎!

Ese maldito año de preparatoria se acabó finalmente. Oficialmente los chicos ya están en sus vacaciones de verano.

Estaban tan emocionados, que literalmente, cuando se acabó su último día de clases, salieron corriendo a la casa de Kumiko.

Era la clase de Dibujo, y la profesora les permitió hacer una merienda compartida al ser el último día del año; no tenía absolutamente nada para enseñarles luego del examen. Pero por el inconveniente con Ai y Sekai, faltó más de la mitad de la clase. Desde que acabaron los exámenes, decidieron faltar. No querían saber más nada con el colegio. Los únicos que seguían yendo eran Kumiko (como siempre, amaba ir al colegio), sus amigos (que no querían ir por el calor y más que nada para estar sin hacer nada porque ya habían terminado el programa de todas las asignaturas, pero no querían dejar a la pelirrosa sola), y dos o tres estudiantes más.

En el grupo de WhatsApp de la clase, Nara, Masaru y Keiko dijeron que el año siguiente no formarán parte del grupo, porque aun estaban traumados por la muerte de Ai, y preferían no estar en ese colegio. Los demás no tenían idea de a dónde irían, pero los del equipo de fútbol van a extrañar a Masaru, porque era parte del equipo hasta que llegaron Ichijo y Nitta.

Kumiko preparó una torta de chocolate con ayuda de su madre. 

 ─¡Joder, se ve deliciosa!─ exclamó Urabe, con agua en la boca.

─Jeje, gracias...

─Si la hizo tu madre, debe ser una delicia─ comentó Nakayama.

─No te la vayas a comer toda, ¿oíste, Nakayama?─ le habló Kishida.

─¡Pero si yo siempre comparto!

─¡Mentira! ¡Si el otro día Kumiko trajo brownies para motivarnos en el examen de Historia, y tú te los comiste casi todos! ¡Eran como veinte y solamente pudimos comer uno cada uno!─ le reclamó Nishio.

Nakayama giró sus ojos a la izquierda, con un gesto que denotaba nerviosismo.

─Tragón─ le dijo Kokoro.

Kokoro y Urabe trajeron unos muffins, la especialidad de Sakana (quien los preparó, puesto que ellos no saben cocinar).

Kishida, Nakayama y Nishio trajeron unos macarons, hechos por ellos tres.

Y Nitta (sí, él fue solamente por la merienda, porque sus compañeros casi no iban al colegio por lo ocurrido con Kai y Ari, y no tenía con quien hablar) trajo su postre favorito: wagashis, que son unos dulces con formas de los que sea, y parecen unos objetos hechos de porcelana. 

─¡AAAAAAAAAA, SE VEN MUY ADORABLES!─ exclamó Kumiko, con la cara llena de brillitos.

─Soy Shun Nitta, soy el mejor cocinero joven del mundo─ se corrió el cabello a un costado.

─Es verdad. Los churrascos que hace con puré de papas le quedan deliciosos─ comentó la pelirrosa.

─A ti te ha hecho de comer, ¿no, Kumi?─ preguntó Nishio.

─Infinidad de veces. Hemos ido a comer a distintos restaurantes y me ha hecho comida en su casa.

─¿Recuerdas la vez que te preparé carne asada con verduras y no dejabas de comer, y comer y comer?─ le preguntó Nitta.

─Ay síiii, la mejor carne asada que he comido en la vida─ sacó la lengua con los ojos brillosos─. O cuando hiciste sushi... Mmm.

─Eso me lo enseñó a hacer mamá con el libro de recetas de mi bisabuela. Con ese libro hacía todas las comidas, y luego se lo heredó a mi abuela, que también se lo presta a mamá de vez en cuando.

─Míralo a Nitta, a punto de ser el Master Chef de Shizuoka─ bromeó Urabe.

─Me encanta cocinar, y más si es para mi familia y mi bella novia─ tomó de las mejillas a Kumiko y la miró a sus bellos orbes celestes.

─Y a mí me encanta que me cocines tú─ dijo ella, y los dos se besaron en los labios en frente de todos.

Kayo, Haruto y Kaito, los compañeros que sí fueron, ni siquiera les prestaron atención. Estaban con sus celulares, aunque sí comieron un poco de la comida que los demás trajeron, y los demás les aplaudían.

─Qué bonito es el amor─ comentó la profesora. Los chicos rieron─. Chicos, tengo que decirles que los admiro mucho.

─¿Por haber aprobado con más de nueve?─ presumió Urabe.

─Jaja, aparte de eso, porque a pesar de lo que pasó, ustedes no se rindieron y siguieron viniendo a clase. Obviamente faltaron unos días porque les afectó, y lo entiendo, pero siguieron haciendo las actividades, y eso lo valoro mucho, como docente significa mucho para mí.

Kumiko y Nitta se pusieron un poco serios al recordar a Ai.

─Sensei, sinceramente amé los trabajos que mandó─ opinó Kokoro.

─Me alegro, Kokoro-chan, jaja.

─Mire, sigo con mi carpeta del curso a mano─ la sacó de su mochila─. En mi opinión esta fue mi favorita.

─Me encanta, pero no entiendo las proporciones del cuerpo─ dijo Kishida.

─Era el estilo que usaba en mis inicios del dibujo. Quedaba raro, pero igual me gustaba. 

─Oh, sí, recuerdo que tus dibujos posteriores a ese eran todos con ese estilo─ dijo la profesora.

─Eso es porque Kokoro es la mejor artista del mundo─ Urabe la abrazó. Kokoro se ruborizó levemente.

─Por eso aprobó con diez─ dijo Nishio.

─Oigan, vamos a comernos todo esto antes de que se pudra─ habló Nakayama.

─¡¿Cómo se va a pudrir esta comida ahora, tonto?!

En los minutos restantes de la clase se la pasaron comiendo, hablando trivialidades y alguna que otra bobada, riendo, Kokoro se puso a dibujar y Kumiko la observaba, Urabe y los demás jugaban al UNO.

─¡Cómete este más cuatro, Urabe!─ Kishida le lanzó una carta de más cuatro.

─Ja, no esta vez, Takeshi─ tiró un más dos, pero Nakayama, Nitta y Nishio tiraron otros más dos, ahora le tocaba a Kishida...─. Takeshi, por lo que más quieras, no vayas a tirar un más algo porque te dejo sin tu aleta de tiburón que tienes en el pelo...

Kishida le tiró otro más cuatro.

─Lo siento, no me quiero comer doce cartas.

─...

─¡Urabe se comió dieciséis!

─... ¡TE VOY A REVENTAR! ¡HIJO DE MIL PU...!

El timbre de salida evitó que dijera una grosería frente a la profesora.

─¡SÍIIIIIIIIIIIIII, LLEGÓ EL VERANO!─ celebraron todos.

─Bueno, chicos, fue un placer haber trabajado con ustedes este año. Espero que disfruten sus vacaciones, y si Dios quiere nos veremos el año que viene...

─¡NOS VEMOS EL AÑO QUE VIENE, PROFESORA!─ los chicos salieron corriendo del salón.

Literalmente hicieron una carrera hasta la parada del autobús de lo emocionados que estaban.

─¡ADIÓS, PROFESORA DE MATEMÁTICAS!─ gritó Nakayama.

─¡HASTA NUNCA, PROFESORA DE INGLÉS!─ Urabe le echó la lengua al edificio.

─¡HASTA NUNCA...! No sé─ dijo Nishio.

─¡LLEGO PRIMERO! ¡LLEGO PRIMERO! ¡LLEGO PRIMEROOOO!

Nitta fue el primero en llegar a la parada.

─¡Woo-hoo! ¡Soy Shun Nitta, nunca lo olviden!

─¡¿Cómo demonios eres tan rápido?!─ exclamó Kokoro, agitada.

─Puedo correr cien metros en once segundos. Tengo mucha agilidad.

─Kokoro, tú te perdiste los entrenamientos para los torneos el año pasado, él era el mejor─ le dijo Nakayama.

─Me imagino, si puede correr así...

El autobús finalmente llegó.

─Bueno, vamos a casa a echarnos frente a un ventilador y ver Héroes de Saitama─ dijo Kumiko.

─¡Síiiii!

─Nos vemos el año que viene, colegio Otomo...

─¡WUUUUUUU! ¡LLEGÓ EL VERANO!─ exclamó Urabe.

─Ya, súbete antes de que el autobús nos deje─ Kishida lo empujó para que subiera.

─Jaja, ay, chicos.


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