XVII. 𝐂𝐎𝐍𝐅𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 𝐈𝐍𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐃𝐀
─Yo...─ se arregló la garganta─estoy enamorada de Nitta...
La sorpresa en el rostro de todos no podía disimularse. Urabe, sin pensarlo dos veces, quitó su brazo de atrás de los hombros de la pelirrosa y la vio con un poco de desesperación.
─¿C-cómo que te gusta Nitta?
─Es que... ay, cómo les explico. Creo que nadie puede explicar por qué se enamoró de una persona, pero lo que les podría decir es que todos los momentos que hemos pasado juntos, sumado a que él es muy lindo y me trata muy bien, al igual que ustedes, pero no sé... Estos días me puse a pensarlo, y me di cuenta de que realmente quiero algo más que una amistad con él. No me importa que sea un año menor que yo, yo lo amo.
─Pues... nos parece bien, pero... ¡estás muy chiquita para tener novio!─ fue la única excusa que se le ocurrió para disimular sus ganas de salir corriendo.
─No me salgas que soy chiquita, porque tengo quince años, hay niños de ocho años que tienen pareja, ¿y me dices a mí chiquita?
─N-no... pero es que... Nitta es un vampiro, y podría hacerte pedazos el cuello...
─Esas excusas son tan tontas─ pensó Kishida, negando con la cabeza.
─Ay, por favor, si llegara a morderme el cuello lo va a ser suave, porque él es sutil. ¿Por qué expresas tanta negación por saber que me gusta? ¿Acaso estás celoso?
─¡¿QUÉ?!─ empezó a reírse como un loco, golpeando su pupitre con el puño incluso─¡Ay, Kumi, vas a hacer que se me salgan los dos pulmones por la boca! ¡JAJAJAJA!
─Más falsa la risa no puede ser─ dijo Nakayama en su mente.
─El pobre debe estar aguantando las ganas de tirar el banco por la ventana─ pensó Nishio.
─¿Cómo voy a estar celoso? Mi mejor amiga de toda la vida merece a un chico tan lindo y popular como lo es Nitta─ le dio un abrazo a la pelirrosa─. Felicidades, Kumi-chan, estoy orgulloso de ti, como si fuera tu padre─ le acaricia el cabello.
─Jaja, tampoco exageres. Y gracia por aceptar mi amor por Shun. Tal vez ustedes estén asustados de que pase menos tiempo con ustedes, y eso nunca va a pasar, porque yo los amo a todos por igual. Nitta es un amigo como todos ustedes, lo que va a cambiar es que yo voy a ser más cariñosa con él, sin dejar el cariño que le tengo a ustedes. Así que no se preocupen─ les sonrió a todos.
─Ay, Kumi-chan, eres una masita─ Kishida se unió al abrazo─. Sé feliz con Nitta, y recuérdanos cuando tengan siete vampiritos.
─¡Takeshi! ¡Tampoco quiero tantos!─ rio.
─Nosotros también queremos abrazar a la futura Draculaura─ Nakayama y Nishio también se unieron.
─¡Ya, no hagan que me sonroje!
Los demás se rieron, pero Ai no quiso unirse al abrazo. Estaba con los auriculares puestos escuchando música, y Urabe no emitió sonido alguno. Simplemente no dejaba de abrazar a Kumiko.
En eso el celular de la pelirrosa vibró. Era un mensaje de Nitta.
─Disculpen, voy a contestar─ lo sacó de su bolsillo y atendió.
Nitta: Kumi
Nitta: Estás en clase??
Kumiko: Aún no 🙃
Kumiko: Por??
Nitta: Yo tengo hora libre y no avisaron los muy hijos de mil puta
Kumiko: F :'3
Nitta: Quieres venir a mi salón a charlar conmigo e Ichijo un ratito??
Nitta: Que los otros te avisen si llega tu profesora
Kumiko: Me parece perfecto ^w^
─Chicos, Nitta quiere que vaya al salón─ dijo con las mejillas levemente rosas.
─Uuuuh, vaya, vampiresa─ dijo Kishida en tono burlón.
─Ya, ya. Avisen si viene la profesora de Inglés.
─Sí, sí─ dijo Urabe con pocas ganas. Kumiko salió del salón y fue al de Shun─. Amigos, ¿pueden acompañarme al baño?
─Entendemos, amigo. Iremos contigo─ le dijo Nakayama.
─Ai─ Nishio tocó su hombro para que la peliblanca se quitara los auriculares y lo mirara─, ¿te animas a mandarnos un mensaje de si vino la profesora? Nosotros vamos al baño.
─Vayan, yo aviso─ dijo con pocas ganas, y volvió a fijar su atención en su celular.
─¿Y a ésta qué le pasa?─ pensó el moreno antes de salir con los chicos.
Por más que tenía la música a todo volumen, pudo escuchar perfectamente la confesión de su amiga, y no le gustó nada...
─Urabe, es más que obvio que te sentiste mal porque a Kumi le gusta Nitta.
─No tienes por qué ocultarlo.
─Somos tus amigos, te conocemos muy bien.
Urabe seguía cabizbajo, sus ojos verdes brillaban.
─Si quieres llorar, llora sin miedo, por eso te acompañamos al baño.
─Les agradezco eso, amigos. La verdad no quería que ella me viera... llorar─ sin pensarlo dos veces, se lanzó a los brazos de Kishida y rompió en llanto─. ¡¿Por qué él y yo no?! ¡Toda la vida fui su mejor amigo, y a él lo conoce desde hace un mes!
─Eso es injusto, pero las personas piensan a su manera. Hay algo en Nitta que la cautivó y la ayudó a escogerlo como su amor platónico, no sé si me explico.
─Sí, pero...
─No pienses que eres una basura por no haber sido elegido. Eres una gran persona, y nosotros te queremos con todo el corazón─ le dijo Nakayama.
─Urabe, sé que esto te duele mucho, pero debes aceptar que ella ya decidió con quién quiere estar, y sé que algún día encontrarás a la chica de tus sueños.
─Si le hubiera confesado lo que sentía antes de conocer a Nitta, quizás seríamos pareja ahora mismo...
─Puede ser, pero no te sientas mal por lo que no hiciste. Fue un error, y todos cometemos errores. Está bien que te sientas mal ahora, pero con el tiempo no te sentirás así.
Urabe se sorbió los mocos.
─¿Seguro?
─Sí, amigo, lo vas a superar─ le sonrió─. Llora un poco más si quieres, y después límpiate la cara, o sino Kumi se horrorizará.
─Ojalá, así me llena la cara de besitos.
─Jaja, pero si serás...
El oji-verde lloró unos cinco minutos, y luego logró calmarse cuando Ai avisó que la profesora de Inglés no va a ir al final.
─Mira, no vas a sufrir hoy por Inglés─ dijo Nakayama para tratar de animarlo.
─En hora buena, jeje.
─¿Ya estás mejor?
─Sí, supongo.
─Dime, ¿qué vas a hacer ahora?
─Yo... voy a hablar con ella el sábado.
Urabe logró invitar a Kumiko para que los dos pasen la tarde juntos el sábado. Kumiko pensaba invitar a Nitta a salir ese día, pero lo justo era ir con Urabe porque ni siquiera había arreglado con Shun, entonces los dos amigos de la infancia se van a ver el sábado.
La semana pasó volando, y la pelirrosa tocó puerta en la residencia Urabe.
─¡KUMIIII!─ la abrazó con todas sus fuerzas.
─¡M-me vas a dejar sin aire, Urabe!─ rio.
─Disculpa, es que estaba esperando a que estuviéramos los dos solos. Hace tiempo que no estábamos los dos...
─Es cierto, no me había dado cuenta, jeje.
─Bueno, ahora entra, que voy a preparar algo para que te pongas cómoda.
─Okis, después te quiero hablar de cómo me le declararé a Nitta...─ dijo, entrando a la casa.
La expresión feliz de Urabe cambió a una seria.
─Oh... e-está bien...
─Tengo una linda idea─ se fue a sentar en el sofá.
Urabe fue a la cocina a preparar un café con leche (el favorito de Kumi), o eso era lo que tenía planeado hacer hasta que escuchó los planes de Kumiko, luego entró en una "mini depresión", y sin pensarlo dos veces, tomó la cerveza de su padre y la bebió toda desesperadamente.
Nada bueno iba a salir de esto...
A los cinco minutos, Kumiko empezó a escuchar una canción muy pegadiza que venía de la cocina.
─¿Urabe?
Caminó hacia allí, y encontró algo que la dejó roja como un tomate: un Urabe sin camiseta, con la cara roja y de fondo una canción llamada Oblivion (Olvido) de la cantante japonesa KOTOKO.
─¿U-urabe? ¿Qué haces sin camiseta? ¿No tienes frío? Además, ¿por qué tienes la cara roja?
─Kumiko, el café va a tardar un poco más de lo que pensé. Es que esta canción es tan buena, que no me puedo concentrar.
─A... Entiendo, supongo... Por cierto, esto era lo que te quería mostrar─ saca de su bolsillo una cajita pequeña─. Mira, es un brazalete de amor. Es para Nitta─ se lo da. Urabe lo mira seriamente─, dice "te amo" como para decirle que sí al papel que me dio...
Urabe lo deja caer.
─¿U-urabe...?
─Me tiene harto este juego. ¡Ya tuve suficiente de este juego de niños!─ la toma de las mejillas─¡Kumi, tú debes ser mía y de nadie más!─ sin pensarlo dos veces, la acercó bruscamente a su boca para darle un beso en sus labios...
Shun estaba jugando con su hermanita Kaori en su cuarto.
─¿Qué estará haciendo Kumi en casa de Urabe?
─¿Celos?
─Cállate o no te llevaré a McDonald's esta tarde.
─¡Ñooooo!
─Jaja, ya quiero que sea mañana para vernos...
Kumiko corre hacia la puerta que la lleva al living de la casa, pero Urabe la toma fuertemente de la muñeca y ella cae al piso. Él está encima de ella.
─¡¿U-ura...?!─ él la calla con otro beso en los labios, aún más salvaje, y algunos más en el cuello. La pelirrosa estaba aterrada. No quería esto. No quería hacerlo con su mejor amigo, porque solamente era eso, su amigo. Solamente pensaba hacerlo con Shun, pero no en estos momentos.
Urabe está meta darle un beso con lengua a su amiga, quien tiene ya muchas marcas y chupones en el cuello.
─Kumi-chan. Tus labios son tan suaves y deliciosos. No voy a dejar que te vayas sin haber probado el dulce néctar que eres tú...
Kumiko logró ver la botella de cerveza detrás de Urabe.
─Tú... estás ebrio, por eso estás actuando así, ¿no? S-sí, debe ser así─ sonríe, sin perder el miedo que tenía─. M-mejor ve a acostarte un rato hasta que se te vaya...
Urabe la sujeta fuertemente de las muñecas.
─¡D-duele!
─¡No juegues con mis sentimientos, Kumiko! ¡Yo te amo, y no voy a dejar que Nitta te arrebate de mí!
─¿T-tú... me amas?
─Más de lo que te imaginas. Me gustas desde los diez años, así que por favor, quédate quieta─ sonríe libidinosamente.
Kumiko logra zafarse de él y corre a la puerta de entrada, pero estaba trabada. Urabe está a unos centímetros de ella.
─Kumiko, ¿acaso no lo entiendes? Yo lo único que quiero es pasar un rato contigo, y hacerte mía...─ la agarra de los hombros y continúa besándole el cuello.
─¡N-no, Urabe! ¡No quiero hacer esto! ¡Yo amo a Nitta...!
Urabe la jala de las manos y la acuesta violentamente en el sofá, para echarse encima de ella...
─Te ves tan hermosa estando acostada, tus senos resaltan más─ los presiona con ambas manos─. Son tan suaves y grandes, son unas masitas─. Kumiko suelta un pequeño gemido─. Oh, ¿acabas de gemir, preciosa? Quiero seguir escuchando esa música para mis oídos.
─Y-yamete kudasai...─ le dijo "detente"─N-no tienes que hacer esto... ¡Urabe, escúchame!
─¿Qué dijiste? ¿Que no tengo que hacerlo? Pero si se siente rico. Lástima que no lo disfrutes.
─¡NO QUIERO QUE ME SIGAS TOCANDO...!
─¡SUFICIENTE!─ se sienta encima de ella. Kumiko lo sigue mirando con terror, temía que fuera a pasar lo peor─¡Tendremos que tomar medidas más grandes!─ la sujeta por debajo de las piernas y las abre─Jojo, esto va a ser muy divertido.
─N-no...
─Tú eres mía, Kumi, y lo que voy a hacer lo demostrará...
─¡NO!
En un instante efímero, Kumiko hizo algo que jamás en su vida hubiera hecho.
Le dio una bofetada a alguien. Y ese alguien era su mejor amigo, quien denotaba sorpresa en su rostro, el cual ya no estaba tan colorado.
─¿K-kumi...?
─Y-yo... lo siento, Urabe. No quise pegarte, pero... ¿Sabes qué? Mejor me voy, así te dejo tranquilo un rato. Pareces alterado por el alcohol.
─Kumi, yo...
─No te preocupes, saldré a caminar un rato. Tú quédate aquí, ¿sí?─ tomó su mochila.
─¡Kumi, espera! ¡No quise!
─Nos vemos el lunes en el colegio.
─¡Kumi...!
La pelirrosa cruzó la puerta y se marchó.
El oji-verde tenía la mirada perdida. Estaba en shock por lo que casi le hizo a su mejor amiga, a quien juró que no dañaría jamás en su vida. Se agachó en el piso, sin dejar de mirar al vacío.
─¿Q-qué demonios hice...?
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