VII. 𝐀𝐘𝐔𝐃𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐀 𝐍𝐈𝐓𝐓𝐀 𝐀 𝐄𝐒𝐓𝐔𝐃𝐈𝐀𝐑

Kumiko llegó a su casa, muy agotada por el día tan largo que tuvo.

─Buenas noches─ le dijo su mamá, riendo.

─Tengo hambre─ dijo, con los párpados caídos y expresión cansada por el sueño que tenía. Dio un bostezo─ y sueñito.

─Estoy haciendo pollo al horno y puré de papas. Comes y te vas a dormir.

─Okis.

Su hermanita bajó las escaleras y se acercó a ella.

─¿Por qué volviste tan tarde, Kumi? 

─Porque luego del entrenamiento vespertino me fui a Starbucks con los muchachos.

─¡Y no me llevaste, mala!─ rezongó, con los cachetes inflados.

─Ya, Emi, no te enojes con tu hermana mayor, porfis─ le rogó, con una sonrisa nerviosa─. Te prometo que el sábado vamos las dos solitas si quieres, y te compro el batido que quieras, del sabor que quieras, el tamaño que quieras...

─Quiero ir contigo y con Yoshiko.

─Veamos si puede, porque la última vez que le escribí, hace cinco días, me dijo que estaba con orales, prácticos y con sus deberes como mánager. 

─¿Logró ser la mánager del equipo después de dos años de rogarle al entrenador?

─Al parecer lo logró, porque según ella, el entrenador de su equipo es medio difícil hacerlo cambiar de opinión─ rio.

Yoshiko es la primera amiga mujer de Kumiko. Es una niña de piel clara, cabello corto, lacio y marrón oscuro y ojos verdes azulados. Estudia en la academia Toho, en Tokio. Ella en algún momento fue parte del grupo de amigos que tenían Kumiko, Urabe, Kishida, Nakayama y Nishio, pero en la secundaria se han visto muy poco, debido a que como ella vive en Tokio, tiene que ir a Nankatsu en tren, y de niña le sobraban los tiempos, pero ahora apenas le da el tiempo para organizar su vida, entonces no se reúnen mucho, pero siempre mantienen el contacto con ella.

Kumiko y ella se conocieron en una clase de patín artístico cuando tenían ocho años, desde ese día se volvieron grandes amigas. Yoshiko es muy alegre y divertida, y posee una gran capacidad de darle su merecido a quienes la molestan; no se deja pisar por nadie. Y Emiko, la hermana de Kumiko, aprendió muchas cosas de Yoshiko. Mientras su hermana mayor es amable pero blanda, ella conserva su amabilidad, pero sin dejarse moldear por los matones.

─¡La cena está lista, niñas!─ anuncia Tomoko desde la cocina.

─Vamos a comer, Emi, que mañana tenemos que ir a la escuela.

─¡No me lo recuerdes!

La familia cenó tranquilamente y se fue a dormir temprano. Kumiko les escribió a los chicos a través del grupo de WhatsApp que tenía con ellos.


Kumiko: Me estoy muriendo de sueño 🥱🥱

Nishio: Váyase a dormir mi reina

Urabe: Mañana que no tenemos Biología quiero jugar al UNO en la mesa que está fuera del auditorio ;w;

Nakayama: Podría faltar la vieja cornuda de matemáticas, no creen?? u-u

Kumiko: No es culpa de ella que no entiendas nada, Masao >:'c

Kumiko: Ella hace su máximo esfuerzo para enseñarnos la importancia de las Matemáticas ù-ú

Nakayama: A ti de qué te sirve la fórmula esa de la máscara si vas a ser maestra de preescolar y no les vas a enseñar eso

Kishida: Baskara

Nakayama: Esa porquería

Kumiko: No sé, pero bueno, así es la escuela: te enseñan cosas que sirven, y otras que no

Kumiko: Pero el punto es que no hay que despreciar de esa forma a un profesor que ni siquiera se lo merece

Kumiko: No tenemos ningún profesor desagradable

Kumiko: Hay que estar agradecido con los profesores, porque son quienes nos enseñan, nos forman para nuestro futuro

Nakayama: Tú lo dices porque siempre te llevaste bien con los profesores >:v

Nakayama: A mí me odiaban T^T

Kumiko: No, Masao, ellos no te odiaban, tú sentías que te odiaban porque no entendías las tareas :v

Urabe: ...

Urabe: Kumi, gracias a lo que dijiste de los profesores voy a dormir llorando :'v

Kumiko: F ;w;

Kishida: Ella siempre tan linda con todo 🤧💞

Kumiko: Es que sí, amo la escuela, amo estudiar, amo todo, ustedes lo saben >:'3

Nishio: Nosotros te amamos a ti, bb 🛐🛐🛐

Kumiko: 😳👉🏻👈🏻

Kumiko: Me woa dormir 


─Sé que me quieren como amiga, pero a veces se pasan con sus palabras─ dice la pelirrosa, y se tapa con la sábana hasta la cabeza, con el rostro hirviendo a más no poder.


─Urabe seguro estuvo modo celoso por el mensaje de Kishida─ dice Kishida, antes de quedar profundamente dormido.


─No me vas a quitar a mi Kumi, hijo de puta─ Urabe se puso celoso por las palabras de Nishio.


Al día siguiente, los chicos tuvieron clase de Dibujo y luego las dos horas libres por la ausencia del profesor de Biología. Fueron a jugar al UNO a la mesa a la que siempre van.

─¿No sabes jugar, Ai?─ le pregunta Kumiko.

Ella niega con la cabeza.

─Descuida, puedes ver nuestras partidas, pero primero te explicaremos las reglas y el rol de cada carta.

Kishida y Kumiko le explicaron la función de las cartas, cuándo hay que tirar y cuándo no, cómo se gana, absolutamente todo. Luego hicieron una partida, la cual ganó Nakayama, Nishio quedó en segundo lugar, Kishida en el tercero, y luego se disputó un duelo entre Urabe y Kumiko.

Urabe le lanzó un más dos a Kumiko, y a ella le quedaba solamente una carta.

─Perdóname, Kumi-chan.

Kumiko lo vio con cara de "te voy a matar" y sacó dos cartas del maso. Urabe tiró un uno verde, y le quedaba un dos azul. Kumiko sonrió con malicia, y le tiró las dos cartas que sacó: un bloqueo verde y un más cuatro...

─Hija de tu madre─ le dijo Urabe, con una mezcla de sorpresa y ganas de acogotarla. Estaba por sacar cuatro cartas cuando Kumiko lo frenó diciendo:

─Y no te molestes en agarrar─ le lanzó un siete rojo, y con eso Kumiko se llevó el cuarto puesto.

─Demasiado santita, ¿eh?─ le dio unas palmaditas en la cabeza cuan dueño acariciando a su perro.

─Guau─ dijo la pelirrosa, sonriendo con una mirada muy tierna.

─¡AWWWW ME MUERO DE AMOR!─ Urabe se desmayó en el piso.

─He escuchado que es el juego que ha roto más amistades─ interrumpió Ai.

─¡Pues nuestra amistad no se romperá ni por un juego de cartas!─ exclamó Kumiko.

─Esa es la actitud, mi reina─ le dijo Kishida.

─Hola, chicos─ apareció Nitta.

─N-nitta-sempai...─ Ai trató de contener sus suspiros por ese chico.

─¿Y tú qué? ¿No estabas en clase?

─La profesora se tenía que ir temprano porque tenía médico. Veo que estaban jugando al UNO.

─Sí, y Urabe perdió miserablemente─ se burló Nakayama─. Yo gané el primer lugar, ñaca ñaca.

─Ya veo. Oigan, ¿les puedo pedir un favor?

─Siempre, Nitta-kun─ le respondió Kumiko.

─Pues...─ se arregló la garganta─. La profesora de Historia de Japón me mandó a hacer una presentación oral sobre la Segunda Guerra Mundial, más específicamente sobre las bombas de Hiroshima y Nagasaki. 

─Sí, ¿y qué? ¿Necesitas ayuda?

─Porfis, sí. 

─Vienes a mi casa, todos vienen a mi casa, tú también, Ai, ¡y vamos a hacer los mejores apuntes y el mejor cartel para exponer!─ Kumiko levantó el brazo.

─¡Esa es mi reina!─ dijo Urabe, en el piso.

─¿Qué no estabas tieso?

─¡Cállate!


Los siete fueron a la casa de la pelirrosa apenas terminaron las clases. Hoy no hubo entrenamiento vespertino, entonces se fueron antes. Kumiko le presentó a su familia a Ai y Nitta.

─Mucho gusto, señores Sakagami─ Nitta hizo una reverencia.

─Es un placer, señores─ Ai imitó la acción del "vampiro".

─¡Hermana, ¿por qué trajiste a un vampiro a la casa?!─ preguntó Emiko. Urabe y los demás rieron.

─¡Oye, soy un niño normal! ¡No chupo sangre! 

─Un placer conocerlos, Shun, Ai. Son bienvenidos a esta casa cuando quieran─ les dijo Tomoko con una sonrisa cálida.

─Shun, no le vayas a morder el cuello a mi hija, ¿oíste?─ le dijo Daichi a Nitta.

─¡PAPÁ!─ gritó Kumiko con el rostro rojo.


─Este es mi cuarto. ¿Les gusta?

─Quisiera que mi habitación fuese así...─ contestó Ai.

─¿Cómo es tu habitación?

─Es pequeña y con suelo de tatami.

─¡Chicos, esto es para el lunes, y lo quiero hacer hoy para no hacer nada el fin de semana!─ exclamó Nitta.

─Bueno, bueno, ¡vamos a trabajar!─ Kumiko golpeó sus manos.

─¡Sí, señora!


Estuvieron tres horas haciendo los apuntes adecuados para Nitta, hechos por Ai, Kishida y Nishio, además del cartel gigante, hecho por Kumiko, Urabe, Nitta y Nakayama. Utilizaron una cartulina rosada para anotar la información, papel negro para decorar las esquinas y Kumiko imprimió imágenes para recortar y pegar.

─¡Bien, hecho, amigos!

─¡Sí, quedó precioso!─ le respondió Ai, y las dos chocaron los cinco.


─Oigan, lo que pasó en 1945 fue horrible─ dijo Kumiko, aterrada.

─Por eso te dije que me dejaras buscar las imágenes a mí, porque tú eres muy sensible con estas cosas─ le dijo Urabe.

─¡Pobres personas, pobres niños, pobres bebés...!─ no resistió más el llanto.

─Oye, Kumi, ¿estás bien?─ le preguntó Nitta con preocupación.

─No te preocupes, ella llora por todo, incluso por cosas que pasaron hace mil años─ le respondió Kishida, tratando de consolar a Kumiko.

─N-nitta, trata de sacar la mejor nota posible, en memoria de todas estas pobres personas─ dijo Kumiko en medio del llanto.

─Haré lo que pueda─ le sonrió levemente.

─¡Chicos, les hice la merienda!─ les avisó Tomoko desde la cocina.

─¡Síiii, pastel!─ Kumiko y Nakayama fueron corriendo a la cocina como si nada.

─Se le fue la tristeza a Kumi─ rio Ai.

─Ella es así, y Nakayama con los pasteles ni te digo...



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