Kumiko llegó a su casa, muy agotada por el día tan largo que tuvo.
─Buenas noches─ le dijo su mamá, riendo.
─Tengo hambre─ dijo, con los párpados caídos y expresión cansada por el sueño que tenía. Dio un bostezo─ y sueñito.
─Estoy haciendo pollo al horno y puré de papas. Comes y te vas a dormir.
─Okis.
Su hermanita bajó las escaleras y se acercó a ella.
─¿Por qué volviste tan tarde, Kumi?
─Porque luego del entrenamiento vespertino me fui a Starbucks con los muchachos.
─¡Y no me llevaste, mala!─ rezongó, con los cachetes inflados.
─Ya, Emi, no te enojes con tu hermana mayor, porfis─ le rogó, con una sonrisa nerviosa─. Te prometo que el sábado vamos las dos solitas si quieres, y te compro el batido que quieras, del sabor que quieras, el tamaño que quieras...
─Quiero ir contigo y con Yoshiko.
─Veamos si puede, porque la última vez que le escribí, hace cinco días, me dijo que estaba con orales, prácticos y con sus deberes como mánager.
─¿Logró ser la mánager del equipo después de dos años de rogarle al entrenador?
─Al parecer lo logró, porque según ella, el entrenador de su equipo es medio difícil hacerlo cambiar de opinión─ rio.
Yoshiko es la primera amiga mujer de Kumiko. Es una niña de piel clara, cabello corto, lacio y marrón oscuro y ojos verdes azulados. Estudia en la academia Toho, en Tokio. Ella en algún momento fue parte del grupo de amigos que tenían Kumiko, Urabe, Kishida, Nakayama y Nishio, pero en la secundaria se han visto muy poco, debido a que como ella vive en Tokio, tiene que ir a Nankatsu en tren, y de niña le sobraban los tiempos, pero ahora apenas le da el tiempo para organizar su vida, entonces no se reúnen mucho, pero siempre mantienen el contacto con ella.
Kumiko y ella se conocieron en una clase de patín artístico cuando tenían ocho años, desde ese día se volvieron grandes amigas. Yoshiko es muy alegre y divertida, y posee una gran capacidad de darle su merecido a quienes la molestan; no se deja pisar por nadie. Y Emiko, la hermana de Kumiko, aprendió muchas cosas de Yoshiko. Mientras su hermana mayor es amable pero blanda, ella conserva su amabilidad, pero sin dejarse moldear por los matones.
─¡La cena está lista, niñas!─ anuncia Tomoko desde la cocina.
─Vamos a comer, Emi, que mañana tenemos que ir a la escuela.
─¡No me lo recuerdes!
La familia cenó tranquilamente y se fue a dormir temprano. Kumiko les escribió a los chicos a través del grupo de WhatsApp que tenía con ellos.
Kumiko: Me estoy muriendo de sueño 🥱🥱
Nishio: Váyase a dormir mi reina
Urabe: Mañana que no tenemos Biología quiero jugar al UNO en la mesa que está fuera del auditorio ;w;
Nakayama: Podría faltar la vieja cornuda de matemáticas, no creen?? u-u
Kumiko: No es culpa de ella que no entiendas nada, Masao >:'c
Kumiko: Ella hace su máximo esfuerzo para enseñarnos la importancia de las Matemáticas ù-ú
Nakayama: A ti de qué te sirve la fórmula esa de la máscara si vas a ser maestra de preescolar y no les vas a enseñar eso
Kishida: Baskara
Nakayama: Esa porquería
Kumiko: No sé, pero bueno, así es la escuela: te enseñan cosas que sirven, y otras que no
Kumiko: Pero el punto es que no hay que despreciar de esa forma a un profesor que ni siquiera se lo merece
Kumiko: No tenemos ningún profesor desagradable
Kumiko: Hay que estar agradecido con los profesores, porque son quienes nos enseñan, nos forman para nuestro futuro
Nakayama: Tú lo dices porque siempre te llevaste bien con los profesores >:v
Nakayama: A mí me odiaban T^T
Kumiko: No, Masao, ellos no te odiaban, tú sentías que te odiaban porque no entendías las tareas :v
Urabe: ...
Urabe: Kumi, gracias a lo que dijiste de los profesores voy a dormir llorando :'v
Kumiko: F ;w;
Kishida: Ella siempre tan linda con todo 🤧💞
Kumiko: Es que sí, amo la escuela, amo estudiar, amo todo, ustedes lo saben >:'3
Nishio: Nosotros te amamos a ti, bb 🛐🛐🛐
Kumiko: 😳👉🏻👈🏻
Kumiko: Me woa dormir
─Sé que me quieren como amiga, pero a veces se pasan con sus palabras─ dice la pelirrosa, y se tapa con la sábana hasta la cabeza, con el rostro hirviendo a más no poder.
─Urabe seguro estuvo modo celoso por el mensaje de Kishida─ dice Kishida, antes de quedar profundamente dormido.
─No me vas a quitar a mi Kumi, hijo de puta─ Urabe se puso celoso por las palabras de Nishio.
Al día siguiente, los chicos tuvieron clase de Dibujo y luego las dos horas libres por la ausencia del profesor de Biología. Fueron a jugar al UNO a la mesa a la que siempre van.
─¿No sabes jugar, Ai?─ le pregunta Kumiko.
Ella niega con la cabeza.
─Descuida, puedes ver nuestras partidas, pero primero te explicaremos las reglas y el rol de cada carta.
Kishida y Kumiko le explicaron la función de las cartas, cuándo hay que tirar y cuándo no, cómo se gana, absolutamente todo. Luego hicieron una partida, la cual ganó Nakayama, Nishio quedó en segundo lugar, Kishida en el tercero, y luego se disputó un duelo entre Urabe y Kumiko.
Urabe le lanzó un más dos a Kumiko, y a ella le quedaba solamente una carta.
─Perdóname, Kumi-chan.
Kumiko lo vio con cara de "te voy a matar" y sacó dos cartas del maso. Urabe tiró un uno verde, y le quedaba un dos azul. Kumiko sonrió con malicia, y le tiró las dos cartas que sacó: un bloqueo verde y un más cuatro...
─Hija de tu madre─ le dijo Urabe, con una mezcla de sorpresa y ganas de acogotarla. Estaba por sacar cuatro cartas cuando Kumiko lo frenó diciendo:
─Y no te molestes en agarrar─ le lanzó un siete rojo, y con eso Kumiko se llevó el cuarto puesto.
─Demasiado santita, ¿eh?─ le dio unas palmaditas en la cabeza cuan dueño acariciando a su perro.
─Guau─ dijo la pelirrosa, sonriendo con una mirada muy tierna.
─¡AWWWW ME MUERO DE AMOR!─ Urabe se desmayó en el piso.
─He escuchado que es el juego que ha roto más amistades─ interrumpió Ai.
─¡Pues nuestra amistad no se romperá ni por un juego de cartas!─ exclamó Kumiko.
─Esa es la actitud, mi reina─ le dijo Kishida.
─Hola, chicos─ apareció Nitta.
─N-nitta-sempai...─ Ai trató de contener sus suspiros por ese chico.
─¿Y tú qué? ¿No estabas en clase?
─La profesora se tenía que ir temprano porque tenía médico. Veo que estaban jugando al UNO.
─Sí, y Urabe perdió miserablemente─ se burló Nakayama─. Yo gané el primer lugar, ñaca ñaca.
─Ya veo. Oigan, ¿les puedo pedir un favor?
─Siempre, Nitta-kun─ le respondió Kumiko.
─Pues...─ se arregló la garganta─. La profesora de Historia de Japón me mandó a hacer una presentación oral sobre la Segunda Guerra Mundial, más específicamente sobre las bombas de Hiroshima y Nagasaki.
─Sí, ¿y qué? ¿Necesitas ayuda?
─Porfis, sí.
─Vienes a mi casa, todos vienen a mi casa, tú también, Ai, ¡y vamos a hacer los mejores apuntes y el mejor cartel para exponer!─ Kumiko levantó el brazo.
─¡Esa es mi reina!─ dijo Urabe, en el piso.
─¿Qué no estabas tieso?
─¡Cállate!
Los siete fueron a la casa de la pelirrosa apenas terminaron las clases. Hoy no hubo entrenamiento vespertino, entonces se fueron antes. Kumiko le presentó a su familia a Ai y Nitta.
─Mucho gusto, señores Sakagami─ Nitta hizo una reverencia.
─Es un placer, señores─ Ai imitó la acción del "vampiro".
─¡Hermana, ¿por qué trajiste a un vampiro a la casa?!─ preguntó Emiko. Urabe y los demás rieron.
─¡Oye, soy un niño normal! ¡No chupo sangre!
─Un placer conocerlos, Shun, Ai. Son bienvenidos a esta casa cuando quieran─ les dijo Tomoko con una sonrisa cálida.
─Shun, no le vayas a morder el cuello a mi hija, ¿oíste?─ le dijo Daichi a Nitta.
─¡PAPÁ!─ gritó Kumiko con el rostro rojo.
─Este es mi cuarto. ¿Les gusta?
─Quisiera que mi habitación fuese así...─ contestó Ai.
─¿Cómo es tu habitación?
─Es pequeña y con suelo de tatami.
─¡Chicos, esto es para el lunes, y lo quiero hacer hoy para no hacer nada el fin de semana!─ exclamó Nitta.
─Bueno, bueno, ¡vamos a trabajar!─ Kumiko golpeó sus manos.
─¡Sí, señora!
Estuvieron tres horas haciendo los apuntes adecuados para Nitta, hechos por Ai, Kishida y Nishio, además del cartel gigante, hecho por Kumiko, Urabe, Nitta y Nakayama. Utilizaron una cartulina rosada para anotar la información, papel negro para decorar las esquinas y Kumiko imprimió imágenes para recortar y pegar.
─¡Bien, hecho, amigos!
─¡Sí, quedó precioso!─ le respondió Ai, y las dos chocaron los cinco.
─Oigan, lo que pasó en 1945 fue horrible─ dijo Kumiko, aterrada.
─Por eso te dije que me dejaras buscar las imágenes a mí, porque tú eres muy sensible con estas cosas─ le dijo Urabe.
─¡Pobres personas, pobres niños, pobres bebés...!─ no resistió más el llanto.
─Oye, Kumi, ¿estás bien?─ le preguntó Nitta con preocupación.
─No te preocupes, ella llora por todo, incluso por cosas que pasaron hace mil años─ le respondió Kishida, tratando de consolar a Kumiko.
─N-nitta, trata de sacar la mejor nota posible, en memoria de todas estas pobres personas─ dijo Kumiko en medio del llanto.
─Haré lo que pueda─ le sonrió levemente.
─¡Chicos, les hice la merienda!─ les avisó Tomoko desde la cocina.
─¡Síiii, pastel!─ Kumiko y Nakayama fueron corriendo a la cocina como si nada.
─Se le fue la tristeza a Kumi─ rio Ai.
─Ella es así, y Nakayama con los pasteles ni te digo...
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