X. 𝐄𝐋 𝐂𝐔𝐌𝐏𝐋𝐄𝐀𝐍̃𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐊𝐔𝐌𝐈𝐊𝐎
Los niños hicieron un mini picnic en el arroyo luego de salpicarse un rato. Realmente se divirtieron, pero Kishida, Nakayama y Nishio no dejaban de mirar a la pelirrosa. No se habían dado cuenta hasta ese momento, pero los tres están enamorados de ella. Principalmente porque ella fue quien los incluyó en su grupito con Urabe (de vez en cuando tienen que aguantar su estupidez, pero igual lo quieren); no eran los más sociables en sus escuelas, entonces conocerla a ella y a Urabe fue muy bueno para ellos porque por fin pueden tener momentos divertidos como los verdaderos amigos. Además, es muy buena con todo el mundo, siempre quiere ayudar a los demás, y es muy tierna y bonita, su inocencia y sensibilidad ante casi todo les da mucha ternura. Es una niña auténtica en un Japón y un mundo tan grandes. No mucha gente es como ella, y hay que agradecer su existencia, porque ella realmente le trae felicidad a las personas, como si fuese un ángel.
Cuando conocieron a Kishida, Urabe y Kumiko tuvieron a su tercer amigo (Yoshiko era la segunda, porque los conocía desde antes). Al principio, Kishida y Urabe se llevaban muy mal, bueno, no era que se odiaban entre sí, pero eran rivales en el fútbol, y Kishida no soportaba la actitud arrogante del oji-verde. Cuando él conoció a Kumiko, quedó fascinado con ella, y fue el pegamento para unir a los dos futbolistas. Tienen alguna que otra pequeña discusión de vez en cuando, pero se llevan bien.
Nakayama estaba deprimido por haber reprobado un examen de Matemáticas, pero conoció a Kumiko y ella lo invitó a su casa a comer un poco del pastel de chocolate que estaba preparando su madre, para hacerlo sentir mejor. Nakayama no sólo obtuvo un abrazo de parte de Tomoko (y de paso quedó "fascinado" con ella), sino un trozo del mejor pastel de chocolate que nunca había probado en su vida, y una nueva amiga, a quien le había cogido cariño por su amabilidad y el amor que esparce a los demás.
Y Nishio se había lesionado en uno de los partidos del Torneo Nacional de escuelas primarias en el que participaron en verano. Fue a la enfermería para tratar su lesión, pero Kumiko fue a verlo a pesar de que apenas lo conocía de verlo en los entrenamientos con el equipo. Se quedó con él todo el tiempo en la enfermería para no dejarlo solo y hablar con él, hasta ayudó al doctor a calmar el dolor para sanar la herida. Terminaron viendo el partido ahí, por la televisión. Nishio no podía creer que a pesar de que apenas se conocían, ella había ido a ayudarlo y estar con él. Ninguna otra chica lo hubiera hecho. El moreno siempre agradecía que existiera una chica tan pura como Kumiko.
En conclusión, Kumiko fue un gran impacto en sus vidas, así como en la de Urabe.
Kishida está entrenando en la cancha de su escuela.
─¡Kishida-san!─ le grita su amigo y compañero de equipo, Aito Katayama.
─¡Hola, Katayama!
─¿Estás entrenando solo?
─Sí, la verdad es que no me siento del todo concentrado para entrenar con alguien─ se rasca la mejilla levemente, desviando la mirada.
─¿Por qué?
─¿Recuerdas esa niña de la que te hablé hace como un año?
─¿La que tiene el cabello rosa?
─Esa misma. Cuando la conocí, sentí muy bonito porque ella es muy alegre, muy sonriente y muy bonita, pero ahora... me di cuenta de que enserio me gusta─ le confiesa, con las mejillas bien rojas.
─Oooh, ¿en serio?
─Sí─ se arregla la garganta─, ella es muy buena conmigo, me quiere, se preocupa por mí, cosa que ninguna chica ha hecho por mí. Por fin me siento querido por una chica, y todo es gracias a ella...
─¿Quieres sentarte a hablar de eso?
─De acuerdo─ los dos se van a sentar contra el muro de la escuela─. A lo que voy es que me siento muy afortunado de tener a alguien como ella en mi vida, y quiero que sea mi novia, pero tengo la sospecha de que a Urabe también le gusta ella...
─¿Hanji Urabe del Nishigaoka? Rayos, ese chico es lo peor, él y Keita y Sakuma, ese trío nos dio problemas en partidos amistosos, y son muy arrogantes.
─Nosotros dos somos amigos, pero no deja de lado esa actitud. Él la quiere mucho, y se conocen desde mucho antes que yo. Urabe mencionó varias veces que ella fue la razón de su felicidad y todo eso. Ya no sé si me corresponde ser el novio de Kumi...
─Lo único que puedo decirte, es que seas lo más cariñoso con ella para que te elija a ti. Tú haz lo que tengas que hacer para lograr tu objetivo. Cree en lo que te diga su corazón, ¿sí?
─Gracias por tus palabras, Katayama. Tienes razón, lo voy a hacer.
Nishio está colgando un póster en la pared de su cuarto, pero a la vez pensando en lo linda que es Kumiko para él.
─Me había enojado mucho por haberme lesionado durante el partido, pero gracias a ella, dejé de sentirme mal. Cuando la tenía frente a mí, con su hermosa carita, cautivadora voz y tierna sonrisita... sentí como un cosquilleo en el estómago, y como si una chica por fin me quiere... Fue la mejor sensación que he tenido. Ojalá pudiera declarármele y ser su novio...
Nakayama está limpiando los pisos por órdenes de su madre.
─A ver, Masao, ¿ya terminaste?─ le pregunta ella.
─No, mamá, me falta tu habitación.
─¿Te aseguraste de barrer antes los pisos?
─... Uy, me olvidé...
─¡Eres bobo! ¡Vas a esparcir la mugre mojada por toda la casa! Dios, no hay remedio contigo. Deja, lo hago yo. Anda a comprar las cosas de siempre, y asegúrate de no comprar algo equivocado─ le da la lista de las compras, el dinero y el bolso de compras.
Nakayama se fue, con apenas un pequeño sabor amargo en la boca. Su madre casi nunca queda conforme con nada. La quiere mucho, pero cada vez se siente más presionado por ella. Desea ser un mejor hijo, y una mejor persona. Aunque Kumiko siempre le está recalcando que él ya es una gran persona, y Tomoko también, y siempre tiene pastel de chocolate para él.
Esas dos mujeres son lo mejor que le pudo haber pasado en la vida. Tomoko lo consuela de vez en cuando, es mucho más dulce de lo que es su madre, y Kumiko lo llena de buenas vibras. Estar al lado de ellas lo hace sentirse bien consigo mismo.
Sin dudas agradece infinitamente la existencia de la familia Sakagami.
─Desearía estar con Kumiko por siempre. Esa niña es muy especial para mí...
Han pasado casi tres meses, finalmente llegó el cumpleaños de Kumiko, veintiséis de enero. Ahora tiene trece años. Urabe logró reunir el dinero suficiente para comprar los Kuretake 3000.
Cuando fue a la tienda, y los vio, se puso muy feliz, pero a la vez muy confiado de que gracias a ellos va a poder conquistar a Kumiko.
─Jeje, ya eres mía, Kumiko Sakagami.
Los demás también se esforzaron en sus regalos, y ahorraron demasiado. Kishida le regaló un banco de madera con diseños de mandalas, Nakayama una lámpara con forma de ranita, y Nishio un almohadón grande que tiene un emoticón sonriente (tal y como ella), y un frasco grande de nutella también.
─¡Malnacido! ¡Le regalaste un frasco de néctar de dioses!─ le dijo Kishida, indignado.
─Lamento que ustedes no hayan podido darle esto─ les echó la lengua.
─¡Oye, esta lámpara me salió cara pero es muy bonita! ¡¿Sabes lo feliz que va a estar Kumiko al tener una lámpara de escritorio para estudiar tan tierna como lo es ella?!
─¡No pasen por alto mi banquito! ¡Lo conseguí en Tokio! ¡EN TOKIO! ¡En la mueblería Kanna, una de las más caras y bonitas!
─¡YO FUI EL QUE AHORRÓ MÁS PARA SU REGALO! ¡ESTUVE MESES HACIENDO LABORES DOMÉSTICAS Y DESPERTÁNDOME TEMPRANO PARA QUE MI MADRE ME DIERA EL DINERO NECESARIO! ¡¿SABEN CUÁNTO COSTÓ ESTO?! ¡DOS MIL QUINIENTOS YENES!
─¡¿Gastaste todo eso por unos plumones?!
─No son cualquier plumón, son cien colores, tienen punta duradera, se pueden degradar, son lavables, y sirven para todo, y ella los quiere para sus apuntes, ¡ASÍ QUE NO DIGAN QUE GASTÉ DEMASIADO POR UNOS PLUMONES!
─Oigan, les voy a decir algo─ interrumpió Yoshiko─, está bien que quieran regalarle eso a Kumi, pero no piensen que por regalarles algo caro ella se pondrá feliz. A ella le gustará cualquier cosa, incluso si no le regalan nada. Ella quiere verlos a ustedes, no le importa recibir algo a cambio.
─...
─Denle sus regalos, pero para la próxima, tengan en cuenta que no necesitan gastar tanto dinero por un regalo. Kumiko no es codiciosa, agradezcan también eso.
─¿Y tú qué le vas a regalar?
─Un libro. Un libro para adolescentes que estoy segura que le va a gustar, pero quizás la haga llorar porque también lo leí y ocurren cosas... no trágicas pero sí emotivas, y vieron cómo es ella, jaja. Bueno, entremos.
Kumiko quedó fascinada con todos los regalos, principalmente con el de Urabe.
─¡Gracias, Hanji!─ le dio un fuerte abrazo─¡No puedo creer que hayas gastado todo eso por mí!
─No hay de qué. Te confieso que todas esas veces que me despertaba super temprano y dormía super temprano (para lo que duermo yo), y hacía tareas domésticas, eran para que mamá me diera el dinero suficiente para comprarlos. Valió la pena todos los platos grasientos que lavé.
─Ay, Hanji, me alegra que hayas tomado esos "riesgos", eso demuestra que estás creciendo, y me alegra.
El oji-verde casi se largó a llorar frente a ella. Se sintió tan feliz y orgulloso de sí mismo por esas palabras, que no pudo evitar emocionarse.
─Y los regalos de los demás también me encantaron. Voy a leer este libro todas las noches antes de dormir, voy a usar la lámpara de escritorio cuando tenga que estudiar, el banquito está muy bonito y lo voy a usar de vez en cuando, abrazaré el almohadón todas las noches para dormir, y la nutella me servirá para hacer recetas con mamá, o para comer del pote─ rio─. Los amo mucho, amigos. No tuvieron por qué hacer todo esto por mí, pero se agradece.
─De nada, Kumi.
Los cuatro se sintieron un poco mal a pesar de que a ella le encantaron los regalos. Yoshiko tiene razón: a los amigos verdaderos no les importa el costo de los regalos, sino su presencia. A pesar de ser la más adinerada del grupo, es la más consciente de eso. La próxima vez lo tendrán en cuenta y serán mejores amigos con Kumiko.
Estuvieron todo el rato jugando al UNO, jugando a Héroes de Saitama, en una salieron a caminar por el barrio, comieron todo lo que había sin dejar rastro alguno (y más porque Nakayama es muy comilón) y probaron todos los regalos.
Urabe perdió la esperanza de que Kumiko se enamorara de él por los plumones, luego de lo que dijo Yoshiko. A ella le encantaron, pero no porque una persona le regale algo a otra, se va a enamorar de ella. Se dio cuenta de que las actitudes y las acciones dicen mucho más que las palabras y los objetos.
─Kumiko Sakagami, escucha una cosa, voy a conquistar tu dulce e inocente corazón a como dé lugar. ¡Así será!
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