IV. 𝐋𝐀𝐒 𝐄𝐒𝐂𝐎𝐍𝐃𝐈𝐃𝐀𝐒

Hanji fue el primero en despertar luego de una larga noche de ronquidos y empujones. Takeshi y Kumiko lo estaban mirando con cara de: "Son la una de la tarde".

─Urabe, dormiste once horas─ le dijo Kishida.

─¿Y? He llegado a dormir quince─ contestó, desperezándose y bostezando.

─Dios, con razón andas bostezando todo el día, pero por alguna razón que no entiendo, tienes suficiente energía para joder siempre que puedes.

Kumiko rio por las palabras de Kishida.

─No fue gracioso.

─Sí lo fue, Hanji. Acéptalo.

─En fin, yo dormí genial.

─Nosotros también. De hecho, te quiero decir algo, Urabe. Todo el tiempo vives diciendo que Kumi es un ángel que hace tu vida mucho mejor, y anoche lo comprobé.

─¿Cómo?

─Estabas roncando como un animal, y no podía dormir, entonces ¿qué hice? Me puse al lado de Kumi, lejos de ti, la miré por unos minutos (se veía muy adorable durmiendo).

─Jiji─ rio con las mejillas levemente rojas. Urabe moría de celos en el interior, pero trataba de esconderlo debajo de una fachada de chico tranquilo.

─Y luego tomé su mano y caí dormido enseguida. Dormí ocho horas ininterrumpidas, y todo gracias a la magia de esta niña.

─¿Enserio creen que soy mágica?

─Kumi, tu mano me ayudó a dormir a pesar de que el señor ronquidos roncaba como loco, ¿quién puede dormir con este animal al lado toda la noche? 

─Yo ya estoy acostumbrada a sus ronquidos desde siempre, jaja. 

─¿Pero logras dormirte?

─Sí, porque me compré unos tapones para los oídos que evitan que se escuchen los ronquidos de Hanji.

─Tendré que tener unos a la mano por si vuelvo a hacer una pijamada con ustedes, así no escucho sus ronquidos...

Mientras Kumiko y Takeshi hablan de los ronquidos de Hanji, éste tiene unas ganas de molerlo a golpes.

─¿Cómo que tocó a Kumi mientras dormía? ¡Ella es mía, miserable desgraciado!─ piensa─Ahora más que nunca quiero estar con ella a solas...


Momoe hizo lasaña para el almuerzo, la cual fue devorada en cuestión de segundos por los niños. Es una de la comida favorita de los tres.

─Ninguna comida supera a las de mami, pero quedó muy rica, señora Kishida─ agradeció Kumiko.

─Por nada, Kumi. Puedes llamarme Momoe.

─Está bien, Momoe.

─Gracias, mamá─ agradeció su hijo─. Tuve una noche maravillosa, y almorzar así me alegra aun más todavía.

─Éste alardeando que la pasó genial anoche por tocar a Kumiko, hijo de perra─ pensó, mientras masticaba un pedazo de lasaña─. ¡Mmmm! ¡Qué ricura, señora Kishida!

─Pues gracias, niños. Me alegra que les guste.

Terminaron de almorzar, y Urabe y Kumiko se fueron juntos a la casa de la pelirrosa.

─Fue una noche muy loca, ¿no crees?

─Sí, me divertí mucho a pesar de que Takeshi sea un tonto.

─Él no es un tonto, deja de tratarlo mal. ¿No se supone que se hicieron amigos después del día en que lo conocí y me enfermé?

─Pues sí, pero ya sabes cómo soy, me encanta tratar de tontos a los demás, jaja. 

─Qué grosero.

─Y bueno, agradece que a ti te trato como a una diosa─ la abrazó por detrás mientras caminaban─. Quién te conoce, Athenea...

─Pero no quiero que trates mal a tus propios amigos. Quiero que todos se lleven muy bien. Takeshi, Nakayama, Nishio, Yoshiko, tú...

Hablando de Yoshiko, ella le escribió a la pelirrosa.

─Mensaje de Yoshiko. A ver─ abrió el chat y vio los siguientes mensajes:


Yoshiko: Holis nwn

Yoshiko: Cómo anda mi reina??

Yoshiko: Mañana quieres venir a la plaza de Tokio a pasar el rato conmigo?? Hanji y los demás pueden venir también para conocernos mejor


─¿Qué quiere esa loca?

─Espera─ le escribió a su amiga.


Kumiko: Claro que me encantaría ir, pero no sé si los demás puedan ir hasta Tokio :(

Yoshiko: Mi padre y yo podemos ir por ustedes en la camioneta. Sólo reúnanse en un mismo lugar y los llevamos a los cinco ;)

Kumiko: A bueno, les voy a escribir al resto a ver si quieren ir uwu

Yoshiko: Okis, avísame luego

Kumiko: Por supuesto uwu


─¿Y? ¿Qué te dijo?

─Me preguntó si queremos ir a Tokio mañana a verla...

─¡SÍIIII! ¡DIVERSIÓN!

─Ahora voy a invitar a Takeshi, Nakayama y Nishio también.

La felicidad de Urabe se desmoronó.

─Mierdaaa, yo quería estar a solas con Kumi (bueno, va a estar la pesada de Yoshiko también, pero ¡vamos!)─ pensó.

─¿Nakayama y Nishio también? Pero apenas nos conocemos...

─Hanji─ lo miró con los ojos entrecerrados.

─Bueno, bueno, ya. Invítalos si quieres.

─Eso voy a hacer.


Kumiko: Takeshiii, Yoshiko nos invitó a todos a ir a Tokio mañana. Su padre y ella nos van a llevar en su camioneta. Te gustaría ir con nosotros?? ^^

Kishida: Desde luego ;)


Kumiko: Nishio, mi amiga Yoshiko, la que te presenté la otra vez, nos invitó a ir a Tokio mañana. Nos van a llevar en la camioneta del padre. Te apuntas?? :3

Nishio: Obvio. Le pediré a mi abuela que haga algo para llevar uwu

Kumiko: Yeiii :D


Kumiko: Nakayama, nos invitó Yoshiko, mi amiga, a ir a Tokio mañana. Vamos a ir con su padre en su camioneta. Vas?? nwn

Nakayama: Síp uwu

Nakayama: Vas a llevar pasteles de chocolate hechos por tu mami?? :'3

Kumiko: Probablemente xd

Nakayama: VIVA JAPÓN!! 🥳🥳🥳

Kumiko: ._.XD


Por fin llegó el domingo. Los cinco están reunidos en la casa de la pelirrosa, esperando a que llegue Yoshiko con su padre en la camioneta. 

─Amigos, ¿están listos para ir a la hermosa ciudad de Tokio?

─¡Sí, señora!

─Yo estoy listo para estar a tu lado todo el tiempo sin que nadie te separe de mí─ pensó Urabe.

Al rato, llegaron Yoshiko y su padre, Kentaro. Los cinco subieron a la camioneta y partieron rumbo a Tokio. 

─¿Y qué vamos a hacer? 

─Tengo ganas de jugar a las escondidas. 

─Bueno, jugamos a las escondidas un ratito y luego los invito a un lugar que hay frente a la playa para merendar, ¿les parece?

─¡Qué bien!

─Oigan, en la plaza podemos comer el pastel de chocolate que hizo mami─ Kumiko mostró el tupper con el pastel.

─¡SÍIIIIIIIII! ¡ESTUVE ESPERANDO ESTE MOMENTO!─ Nakayama estaba como loco.

─Ella es tan linda, a donde quiera que la inviten ella lleva algo para compartir. Es imposible no amarla...─ pensó Urabe, totalmente enamorado.


Llegaron a la plaza de Tokio. El papá de Yoshiko los dejó solos y los niños fueron a jugar a las escondidas. 

─Muy bien. Tenemos muchos lugares para escondernos. El último en agachar...

Nakayama, Kishida, Nishio, Urabe y Kumiko se agachan antes de que Yoshiko terminara la frase.

─Mierda. Bueno, supongo que contaré yo, pero les advierto que nadie se me escapa, jeje─ se frota las manos con una sonrisa malvada.

─Nadie podrá encontrar a Hanji Urabe, no señor.

Yoshiko se pone contra un árbol y empieza a contar. Los demás se van a esconder rápidamente.

Nishio se esconde debajo de una banca; Nakayama dentro de un tobogán; Kishida detrás de otro árbol, y Urabe y Kumiko adentro de una casita de madera.

─¿Nos encontrará aquí?─ pregunta la pelirrosa.

─No si te asomas tanto─ Hanji la toma del brazo y la atrae más adentro, pegándola a él.

─¿Huh?

─Shh.

─¡Te encontré, Nishio!

─¡Maldición!

─Kumi, me alegra que estemos los dos solos.

─Siempre te alegras de eso, jeje.

─¡Kishida, no te puedes esconder detrás de un árbol!

─¡Mierda! 

─No traje mentitas, pero no creo que tenga mal aliento porque no comí nada que me diera mal aliento, además mi mamá me obligó a lavarme los dientes─ piensa el oji-verde─. Escucha, Kumi, ya que estamos solos...

─¡Te encontré, Nakayama!

─¡LA PUTA MADRE, ERA UN EXCELENTE ESCONDITE!

─¿S-sí?

Urabe la da vuelta, haciendo que lo mire a los ojos.

─No voy a dejar pasar esta oportunidad─ la toma de las mejillas y se va acercando a su boca más y más...

─¿Dónde estarán Kumiko y Urabe?

─Deben estar por aquí.

─Puta madre, justo cuando estaba por besarla─ piensa, frustrado.

─Ha-hanji...

─Shh, hay que estar aquí hasta que se acabe el tiempo. Queda un minuto.

─B-bueno...─ entonces estornuda─. ¡Upps! ¡Perdón, pero es que hay mucho polvo aquí!

─¡Shhh! ¡Nos van a encontrar...!

─¡Kumiko, Urabe, los encontramos!─ Yoshiko se asoma por la ventana de la casita.

─¡Maldita seaaaa!

─Jiji, perdón, Hanji...

─Eres pésima en este juego, Kumi. Yo soy horrible en el UNO, pero tú en las escondidas.

─L-lo siento─ dice con los ojos llorosos.

─Pero... es lindo esconderse contigo a pesar de que haces que nos encuentren─ la toma de la mano y la mira a los ojos─. Yo prefiero ser el primero al que encuentren por tu culpa que esconderme solo y ganar─ le sonríe.

─Hanji...─ le devuelve la sonrisa.

─¡Bueno, yo me estoy muriendo de hambre! ¡Vamos a comer!─ Yoshiko y los demás se van, dejando a Hanji y Kumiko atrás.

─¿Vamos, Kumi?─ la vuelve a tomar de la mano.

Ella asiente.

Los otros cuatro hablan adelante de ellos, y los dos caminan felizmente, tomados de la mano.

─Kumi, estuve cerca de besarte, pero la próxima vez no fallaré, yo lo sé...


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top