El nacimiento de Eri

[Narra Hisako]

Ya pasaron cuatro meses desde que supimos que el bebé va a ser niña. Ya estoy por dar a luz. ¡Literalmente parezco una boya petrolera!

Ya tenemos el cochecito, los pañales, el biberón y chupete, y todo lo demás. Como dije antes, no compramos cuna porque es mejor que duerma en la cama con uno de nosotros (nos vamos a turnar).

Ahora mismo Kojiro está durmiendo conmigo en mi cama (va a pasar las siguientes noches conmigo por si Eri nace).

Siento que Kojiro se levanta para ir al baño. Reviso el reloj y veo que son las dos y media de la mañana. Vuelvo a cerrar los ojos tratando de dormir.

A la media hora de haberme dormido, siento un insoportable dolor en el estómago. ¿Qué será? Trato de ignorarlo, pero a los dos minutos el dolor aumentó. Me siento en el borde de la cama y trato de respirar hondo y exhalar para calmar el dolor. Poso mi mano en el vientre, cuando me doy cuenta de lo que está pasando.

Son las contracciones.

Pego un quejido por el dolor, y Kojiro se despierta.

─Hisako, ¿qué pasa?

─E-eri nacerá...─ respiro y dejo salir el aire.

─¡¿QUÉ?!

─L-lo que oíste...

─Ayyyyy, Hisako, eres de lo más ruido...─ Tsubasa no pudo terminar la oración, ya que me ve sentada en la cama con la mano en mi vientre y respirando y exhalando─¡Hisako! ¡Resiste, ya llamaré a mamá y papá!─ corre al cuarto de mis padres.

─Hisako, todo va a estar bien─ dice Kojiro tomando mi mano con la suya y poniendo la otra sobre la mía─. Tienes que estar tranquila. Vamos a ir al hospital y vas a dar a luz a Eri. Sólo piensa en lo feliz que seremos los tres.

─S-sí─ sonrío apenas. Entonces Tsubasa y mis padres entran rápidamente a la habitación.

─¡Hisako!

─¡Hija! ¡No te preocupes, llamaré a un taxi que nos lleve al hospital!─ papá corre al living, y mamá y Tsubasa se quedan conmigo.

─Hisako, tranquila. Debes aguantar un poco más─ me dice Tsubasa tomando mi otra mano entre las suyas.

─Lo sé... Pero el dolor es insoportable...

─No le pongo duda─ dice mamá─. Es completamente normal, hija. Lo único que debes hacer es respirar tranquila, que ya nos vamos al hospital.

─Sí, mamá...

─¡El taxi viene en cinco!─ dice papá.

Esperamos cinco minutos, y el taxi por fin llega. Papá se sienta adelante con el taxista, y atrás se suben Tsubasa, mamá, yo y Kojiro cierra la puerta. Vamos a gran velocidad y llegamos en menos de diez minutos. Kojiro me ayuda a bajar y me llevan en una silla de ruedas hacia adentro, donde piden que me lleven a un consultorio, y así lo hacen.

Papá y Tsubasa esperan en la sala de espera, y mamá y Kojiro están conmigo, apoyándome a dar a luz.

Él me toma de la mano y yo se la aprieto por el dolor.

─Resiste, Hisako. Estás muy tensa, tienes que estar tranquila para dar a luz a Eri.

─S-sí...─ hace un poco de fuerza, en un intento de hacer que Eri por fin salga.

La doctora y mamá también me dan apoyo. Pasan varios minutos en los que gimo y grito de dolor, creo que se me escapan unas cuantas lágrimas en el proceso. Han sido los minutos más dolorosos de mi vida, tan horribles, que parece que jamás terminarían.

Entonces... es ahí que escucho llantos de bebé. Abro lentamente mis ojos y me encuentro con Kojiro... y Eri llorando en sus brazos.

─Hisako, mira, es Eri. ¡Es nuestra hija!─ se pone a llorar de felicidad.

─Sí... es muy preciosa...

─Es igual a ti. Si tan sólo pudiera verle los ojos.

─Estoy segura de que debe tener tus hermosos ojos rojos.

─Ay, Hisako, es preciosa─ dice mamá limpiándose las lágrimas con un pañuelo de tela.

─Eri, soy yo, papá─ le susurra Kojiro con una sonrisa, pero ella sigue llorando.

─Muchas felicidades, jóvenes Hyuga y Ozora─ nos dice la doctora.

Papá y Tsubasa entran.

─Ella es...

─Tu nieta─ responde mamá con una sonrisa.

─¿Ella es mi sobrina?─ pregunta Tsubasa.

─Así es. Es la sobrina de mi más grande rival─ dice Kojiro y ambos se ríen.

─¿Puedo, cargarla?─ le pregunto a Kojiro.

─Eso no se pregunta─ me da a Eri en brazos y yo empiezo a mecerla. Ya se quedó dormida, ¡ayyy cositaaaaa!

─Mi niña. Estás preciosa.

─Este es el momento más importante para mí─ a Kojiro se le caen las lágrimas de sus ojos y abraza a Tsubasa sin pensarlo, jaja.

─¿Ese es el Hyuga que conozco?─ pregunta mi hermano entre risas.

─Al fin nació tu niña, muchacha─ esa voz... ¡es la del doctor del torneo!

─Así es─ le digo, con una sonrisa.

─Y dime, Tsubasa, ¿cuándo van a tener un hijo tú y tu querida mánager?─ le pregunta en un tono juguetón.

─Creo... que ella...─ trata de hacerse el bobo.

─¿Cómo que crees, muchacho?

─Jeje...

El doctor le da un golpe en la cabeza.

─¡Me dolió!

─¡No seas necio, disfruta la juventud mientras aún la tengas, baboso!

─Jeje─ río y veo a Eri en los brazos de mamá─. Eri... bienvenida al mundo...─ son mis últimas palabras antes de caer dormida.

─Creo que mucho esfuerzo hizo que se desmayara.

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