33 ⌇ YOU'RE A LIAR.

━━━━━ 𝐌𝐀𝐃𝐑𝐈𝐃𝐈𝐒𝐓𝐀;
❛ERES UN MENTIROSO.❜

𝐃𝐄𝐃𝐈𝐂𝐀𝐃𝐎 𝐀
nommelody











     PABLO GAVI SE DESPERTÓ TEMPRANO, era día libre, les habían informado que no tendrían entrenamiento más al rato así que el sevillano aprovecharía para ir hasta la casa de Fiorella, apenas se metió en el baño, se quedó recargado de la pared sonriendo como un tonto enamorado. Encendió su celular solamente para ver su pantalla de bloqueo, era una foto de ella con su dorsal, simplemente le parecía tan preciosa en todos los aspectos... suspiró bobamente, para lavarse la cara y aprovechar a darse una ducha.

Apenas estuvo listo, se cambió la pijama y comenzó a arreglarse, Fiorella no tenía ninguna idea de que Pablo iría hasta su casa, pero le había dicho a Pedri que iría y el canario dijo que les daría su espacio, cosa que Pablo le agradecía.

Se peinó el cabello, para aplicarse loción, y verse una vez más en el espejo, frunció su nariz dudando sobre el outfit que llevaba, pero al final, le terminó convenciendo. Llevaba jeans claros, junto a un suéter blanco y zapatos del mismo color, tomó sus cosas para después antes de salir, verse una vez más en el espejo.

—Sí, estoy bien —y salió de la habitación.

Fiorella estaba lanzada en el sofá de la sala, cambiando con desinterés los canales del televisor, no había nada bueno, ya se había visto un partido que estaban pasando de la Premier League y ahora quería ver otro pero que no le aburriera, Pedri entró a la sala, cargaba la camisa sobre su hombro derecho, Fiorella lo miró.

—¿Saldrás? —inquirió, el canario asintió.

—Iré a acompañar a Ferrán a comprar algunas cosas —informó— ¿Necesitas algo?

—¿No puedo ir contigo? Estoy aburrida —le hizo saber, mientras que estiraba sus brazos y Pedri cambiaba la mirada al televisor sin saber cómo decirle que no y no sonar sospechoso.

Pero que Fiorella soltara aquel comentario no estaba entre sus planes, entre Pablo y él habían buscado una "excusa perfecta" para que Pedri pudiese dejar sola a Fiorella en casa, y aunque pensó que diciéndole que iba a salir con Ferrán la castaña se quedaría, el que ella le preguntara si podía ir con él, lo había tomado por sorpresa.

—¿Ir conmigo? —el canario pasó una mano por su nuca y rasco la misma con nerviosismo— no creo que quieras, te aburrirás, ya sabes —comenzó a reírse nervioso, su mejor amiga lo miró con una ceja alzada— sólo iremos a...—miró el televisor, en dónde estaban pasando una propaganda de fórmula uno— a un simulador de autos y todo eso, no creo que te vayas a divertir.

—¿Simulador de autos? —Fiorella frunció el ceño— ¡Sabes que me encanta, Pedri! —se puso de pie— ¿A algo de fórmula uno te refieres?

—Oh por Dios, qué dije —el canario murmuró por lo bajo, sabiendo que a Fiorella le encantaban los deportes y no sabía que inventarse— bueno Fiore, te diré la verdad.

Se acercó a ella, poniendo ambas manos sobre sus hombros para verla fijamente, ella lo veía sin entender.

—Ajá —lo alentó a continuar.

—La verdad es que no vamos a eso, acompañaré a Ferrán a comprarse algo de ropa, pero no creo que vayas porque —miró al suelo— va Piqué.

—¿Piqué? —miró a Pedri sin entender, el pelinegro asintió— ¿Y desde cuándo salen con Piqué?

Alzó una ceja.

—Fíjate que yo no sé, nos escuchó decir eso y se quiso colar, pero bueno que te puedo decir...

—Ah, entonces yo no voy —Fiorella hizo una mueca, Piqué solía hacer chistes sobre ella, Pedri y Pablo que no le gustaban en lo absoluto— que te vaya bien entonces.

Se volvió a lanzar en el sofá, y Pedri sonrió con victoria, asintió.

—Claro, ¿quieres alguna cosa?

—Sí —se cruzó de brazos— que no me mientas.

—¿Q–qué? ¿Mentirte? No sé de qué estás hablando...—aclaró su garganta, para comenzar a toser mientras que Fiorella lo miraba indignada, alzando una ceja.

—¡Oh vamos, Pedri González! ¿Qué me estás ocultando? Eres un mentiroso, ¿te crees que no sé cuándo me estás ocultando cosas?

—¡No te estoy ocultando nada! —se volvió a reír, para resoplar y dirigir la mirada al televisor, el celular del canario comenzó a sonar, era Pablo diciéndole que ya estaba saliendo de casa— pero, ya Ferrán me está esperando, así que nos vemos dentro de un rato.

Le sonrió, para ponerse la camisa y salir de casa con rapidez antes de que Fiorella le cuestionara otra cosa, la canaria escuchó la puerta cerrarse y rodó los ojos de manera divertida.

—Hombres.

Siguió cambiando el televisor con desganas, hasta que finalmente se aburrió tanto que puso un partido de fútbol en YouTube. Se quedó bastante rato viendo los partidos que más le gustaban, hasta que le comenzó a dar sueño.

Apagó el televisor para irse a la cocina por un vaso de agua, y después de eso, comenzó a subir las escaleras para irse a su habitación. Sus pasos se vieron frenados cuando el timbre de la casa sonó, y frunció el ceño ¿A caso Pedri había vuelto tan rápido? No había pasado ni una hora desde que se había ido.

Bajó las escaleras, cargaba una coleta desordenada y estaba en pijama, abrió la puerta mirando su celular.

—¿Tan rápido llegaste? La verdad pensé que te ibas a tardar un p—

Cuando subió la mirada se quedó helada. Pablo Gavi estaba ahí, enfrente de ella.

El sevillano le sonrió de lado, a causa de los nervios que él tenía, cargaba un pequeño osito de peluche en su mano derecha, y una bolsa en la otra, la cuál evidentemente Fiorella desconocía de su contenido. La canaria quería salir corriendo, estaba intentando reaccionar, y lo único que hizo fue, cerrar la puerta.

¿¡Qué rayos estaba haciendo Pablo Gavi en la puerta de su casa, y más cuando ella estaba en su peor faceta?! ¡Cara de dormida, desmaquillada, despeinada, con una pijama de corazones!

Sintió sus mejillas arder de la vergüenza, sí, Pablo ya la había visto recién despierta, pero al menos ella se había arreglado cuando había estado en casa de él, ahora estaba toda despeinada ¡Toda despeinada!

Y, en serio ¿¡Qué hacía Pablo Gavi ahí?! ¿¡Sin avisar, sin decirle nada!?

Reaccionó, dándose cuenta de que le había cerrado la puerta en la cara, y lo menos que quería es que Pablo pensara que ella no quería verlo, la volvió a abrir, no sabía siquiera que estaba haciendo debido a los nervios que tenía en esos momentos.

Cuando estabas enamorado te comportabas de una manera muy tonta, y ahora Fiorella afirmaba esa frase sin ninguna duda. Sus manos comenzaron a temblar y se puso fría en cuestión de segundos, el revoltijo en su estómago comenzó a ser tan exagerado que ya parecía que tuviese náuseas, estaba excesivamente sonrojada, se arregló el cabello lo más rápido que pudo, y posicionó su mano derecha en el pomo, abriendo la puerta otra vez.

Pablo la miró sin entender, Fiorella fue incapaz de dirigirle la mirada.

—Pablo... ehm... ¿estás en mi casa? Quiero decir —se corrigió con rapidez, apoyándose de la puerta y casi cayéndose porque obviamente no tenía apoyo, Pablo metió el peluche en la bolsa, dejándola en el suelo y acercándose más a Fiorella que se puso más nerviosa de lo que ya estaba— ¿Por qué estás en mi casa? O sea, no estás dentro de mi casa ¿entiendes? Pero estás afuera, cosa que es evidente porque—

El sevillano la tomó de la mano, acercándola a él, y sin dejarla terminar, unió sus labios en un beso que la tomó por sorpresa.

Después de semanas, otra vez los dos estaban uniendo sus labios, y extrañaban tanto ese sentimiento. Fiorella estaba tensa, pero se tranquilizó cuando sintió los labios de Pablo juntarse con los suyos, las manos del sevillano acariciaron la espalda de la canaria, que sintió una corriente eléctrica intensa recorrer su espina dorsal.

Pablo terminó de poner sus manos en la cintura de ella, entrelazando sus dedos tras la misma y apegándola más a él, mientras que ladeaba su cabeza ligeramente unos grados, agregándole movimiento al beso, y después de un par de segundos, los dos se separaron, Gavi dejó un beso corto sobre sus labios, para posicionar una mano sobre su mejilla y acariciarle la misma.

—Te extrañaba tanto —susurró sobre sus labios, y Fiorella no se contuvo las ganas de volverlo a besar.

Los dos sonrieron en medio del beso, mientras que ella despeinaba su cabello sedoso, atrayéndolo a su vez más hacia sí. Después de semanas, Pablo y ella se estaban besando otra vez, y cada beso era mejor que el anterior —y la ponía más nerviosa que el anterior también—.

La respiración de Pablo comenzó a hacerse agitada, los dos retrocedieron, entrando a la casa, y antes de volverla a besar, Fiorella corrió su cara.

—Hey, hey, cálmate campeón.

—Te extrañaba —susurró, robándole un besito que la hizo sonrojar, Fiorella le dió un abrazo.

—Y yo a ti, pero... pensé que no querías verme... ¿Por qué no me dijiste que venías?

—Quería que fuera una sorpresa mi amor.

El ritmo cardíaco de Fiorella se aceleró, tragando grueso al escuchar a Pablo llamarle así.

—¿Cómo me dijiste?

—Mi amor —le guiñó un ojo, Fiorella volvió a abrazarlo, ocultando su rostro en el cuello de ella, la risita que soltó provocó cosquillas en la piel del centrocampista.

—Pablo... me haces sonrojar.

—Y que linda te ves cuando te sonrojas —le aseguró.

—Ya —ella le dió un golpe en el hombro, los dos rieron— de verdad ¿Por qué no me dijiste que venías?

—Ya te dije que quería que fuese una sorpresa, bonita —le dijo, Fiorella se separó para mirarlo.

—¡Pues me encuentras en mi peor faceta! Que vergüenza.

Pasó ambas manos por su cara, Pablo recogió el regalo para entrar a la casa y cerrar la puerta, recargandose tras de sí y escaneando a Fiorella de arriba a abajo. Le parecía tan hermosa hasta en sus "peores facetas" como ella decía, porque hasta despeinada a Pablo Gavi le parecía simplemente preciosa.

La pijama rosa que tenía le quedaba tan linda y se ajustaba a su cuerpo de manera perfecta. Fijó su mirada en el rostro de la castaña que todavía tenía la cara tapada con sus manos y cuando se las quitó, Pablo le sonrió travieso.

—¿Qué? ¿Por qué me ves así? —preguntó tímida, sonrojándose más de lo que ya estaba, Pablo soltó una risita.

—Porque eres hermosa.

—No seas tan mentiroso Pablo, o sea soy hermosa —aclaró haciéndolo carcajear— pero ahora estoy de lo peor.

—Estás hermosa —aseguró, mirándola fijamente.

No despegaba la mirada de sí y eso a Fiorella la estaba poniendo más nerviosa de lo que ya estaba, la mirada de Pablo sobre ella era excesivamente intensa pero muy linda a la vez, sus ojos miel brillaban, y esa sonrisa traviesa que tenía, ponía a Fiorella a temblar.

—Que ya —se quejó por lo bajo, haciéndolo reír.

—Ya, ya, traje algo para ti por cierto. Se supone que debía dártelo apenas llegué, pero me cerraste la puerta en la cara y después no me contuve las ganas de besarte —confesó con sinceridad, Fiorella soltó una risa por lo bajo.

—Perdón por cerrarte la puerta en la cara... Es que... me puse nerviosa.

—¿Te pusiste nerviosa? ¿Por? —fingió no entender, mientras que se despegaba de la puerta y con pasos lentos comenzaba a acercarse a ella, Fiorella comenzó a retroceder.

—¿De verdad me lo estás preguntando, Martín? —alzó una ceja, chocando con el barandal de la escalera, Pablo dejó el regalo en el primer escalón, acercándose a ella y asintiendo.

—Sí es que... quiero saber por qué te pusiste nerviosa —se inclinó hacía la de ojos café claro, que aunque la mirada de Pablo la ponía nerviosa, simplemente no podía dejar de mirarlo.

—Ah no sé —Pablo alzó ambas cejas, sonriendo divertido.

—Ah... ¿no sabes?

—No —ella negó en un susurro— pero seguro si me das un beso me acuerdo...

—Yo encantado de acordarte.

La besó tiernamente, para después agregarle movimiento al beso y sonreír en medio del mismo, Fiorella se separó segundos después para darle un abrazo.

—¿Ya te acordaste, o necesitas que nos besemos un ratito más? —preguntó.

—No, pero mucho beso por hoy —le mencionó, Pablo soltó una carcajada.

—¿Mucho beso por hoy? —la castaña asintió—¿Quieres que te dé un dato importante?

—¿Dato de qué?

Pablo se separó para mirarla, pero sin romper el abrazo que los dos tenían en ese momento, posicionó una mano en la mejilla de ella para acariciarla tiernamente e inclinarse un poco más para llegar hasta su oreja y susurrar:

—¿Sabías que al besar se queman calorías, verdad? Entonces qué dices, madridista. ¿Entrenamos?

Fiorella soltó una carcajada ante las ocurrencias del sevillano, pero no pudo negarse ante su petición, así que asintió.

—Me encantaría entrenar contigo —le guiñó un ojo, y Pablo no se contuvo mucho y volvió a unir sus labios en un tierno beso.

Después de estar un rato compartiendo besitos, los dos se fueron hacia la habitación de Fiorella, mientras que Pablo le tendió la bolsa y el peluche, mientras que posicionaba su mano en la pierna izquierda de la castaña y le acariciaba la misma.

—Por cierto, traje esto para ti.

—¿Qué es?

—Ábrelo.

Fiorella lo miró con una ceja alzada, para tomar la bolsa y abrir la boca con sorpresa al ver de sus dulces favoritos y una camiseta del Madrid con la dorsal de Rodrygo, ya que tenía varias pero le faltaba esa del jugador en color morado.

—¿¡Compraste una camiseta del Madrid para mí?!

—Aurora me hizo el favor —los dos soltaron una risita— pero sí, recordé que me habías dicho que te faltaba esa camisa de Rodrygo y bueno... te la quise comprar. También tus dulces favoritos, algunos accesorios y ese peluche que me pareció bonito.

—Oh Pablo...—ella se abalanzó a darle un abrazo que el sevillano correspondió— ¿Todo esto por qué? Pensé que estabas molesta conmigo. ¿Aurora te comentó verdad? Ay, que vergüenza.

—Aurora y Pedri.

Fiorella abrió los ojos con sorpresa.

—¿Pedri? —y de repente los nervios que tenía Pedri hacia un rato y sus mentiras con que "iba a salir" encajaban a la perfección— ¿Ya te haz arreglado con Pedri?

—Bueno... podría decirse que sí —Pablo soltó una risita— hemos tenido una conversación ya sabes, sobre lo que pasó entre tú y él—

—Yo te lo iba a decir —ella lo interrumpió—, pero es que de verdad no sabía cómo hacerlo. Tenía miedo de que si te lo decía te ibas a molestar, pero es que Pedri me besó y yo no sabía que hacer, fue muy—

Pablo la interrumpió con un beso, para separarse un par de centímetros y acunar el rostro de ella entre sus manos.

—Ya lo sé, princesa.

—¿Y–ya lo sabes?

—Ya sé que ibas a decirme, Pedri me lo hizo saber, y sé que me comporté como un completo imbécil, sé que debí escucharte y no actuar como lo hice, pero es que en cierto punto me dió rabia, pensé que estabas jugando conmigo—

Y Fiorella lo interrumpió a él, dejando un beso corto en sus labios.

—¿Jugando contigo? Pablo, por favor...

—Ya lo sé, pero ya sé que las cosas no son como yo pensé, y que también no debo arreglar nada alejándome —le sonrió— entonces... Pedri te ha besado.

—Sí, bueno... Fue después del clásico, pensé que el que había tocado la puerta de mi habitación esa noche habías sido tú o Isabella —comenzó— pero mi sorpresa fue ver a Pedri ahí.

—Que gracioso que ese día habíamos tenido una discusión en el elevador...—Pablo recordó, riéndose— yo le gané.

Le guiñó un ojo a Fiorella que dejó de sonreír para verlo alarmada.

—¿¡Qué?! ¿¡Cuántas discusiones tuvieron ustedes?!

—Como cuarenta —Pablo soltó una carcajada al ver la cara de Fiorella— ¡No es verdad! No me acuerdo, pero no fueron tantas que se diga —se encogió de hombros,  Fiorella subió los pies a la cama y se cruzó de brazos, viéndolo indignada.

—¿Por qué no me habías dicho de esa discusión en el elevador?

—No me acordaba hasta ahorita, pero gané —le volvió a guiñar el ojo, Fiorella se palmeó la frente.

—Que sí, que sí, que ya me dijiste que ganaste. ¿Pero de qué discutieron?

—Pedri fue a "intimidarme" por la escena que había visto de nosotros en el elevador, ¿recuerdas? Cuando se abrió y él estaba ahí parado —Fiorella asintió— bueno, apenas saliste empezó a decirme que yo no tenía derecho a acercarme a ti como él lo hacía, bla, bla, bla. Le dije "¿Estás tratando de intimidarme? Porque no va a funcionar" Y salí épicamente del elevador, es que soy genial.

Fiorella se rió por su manera de contar la anécdota, pero segundos después tapó su cara con ambas manos.

—Ustedes dos andaban discutiendo todo el rato por mi culpa, oh por Dios...

—En mi defensa, Pedri comenzaba, yo me defendía.

—Ya lo sé, pero me hace sentir como—

—No eres ninguna cualquiera Fiore —se quejó, ella soltó una risita porque supo lo que ella quería decir— ¿Sabes que eres?

—¿Qué?

—Mi niña hermosa —y se inclinó hacía ella para volverla a besar.

Los dos se quedaron hablando sobre la situación entre Pedri y ellos dos, y después de aclarar la situación y que Fiorella le dijera que con aquel beso y el roce de labios en el avión que había tenido con el canario no había sentido nada en lo absoluto, los dos concluyeron el tema feliz porque habían arreglado sus cosas.

Fiorella encendió el televisor, mientras que se quedaba abrazada con Pablo y apoyaba su mano derecha sobre el abdomen de él, para los dos comenzar a ver películas animadas, felices porque al fin, estaban juntos otra vez y habían arreglado sus cosas.




















━━━━━ ay tan lindos los nOVIOOOOOOOOS

ay verdad que no son *se dejan de hablar épicamente*

JKJAKAJAAKAJAJAJAJAJAJAJAA nah, actualización por el golazo de Pablito en champions, su primer gol 😭💗 que orgullo, bueno, espero que les guste el cap

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buenom, mi Instagram por si quieren seguirme es el mismo user que acá (girlofmyidols) subo spoilers sooo... vayan a seguirme si quieren 😜

💌
—girlofmyidols.

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