XVIII.
— Jimin — habló el castaño por segunda vez.
— ...
— Jimin... es enserio
— ...
— ¡Jiminssi! —y el peligris soltó una pequeña risita que hizo a Jungkook sentir aliviado, ambos iban caminando a la casa del más alto, quedaron en platicar un rato y tal vez divertirse, el plan era de tres pero Taehyung informó que llegaría más tarde.
— Está bien, tu ganas — dijo dando la vuelta y sonriendo mientras que algo crecía cada vez más en el pecho de Jeon — perdón por molestarme contigo, hablé con mi papá y quedamos en ir a tu casa para nochebuena —.
— Perfecto — contestó su amigo mientras entraban por el hermoso jardín de su abuela.
— Hola Jiminie — saludó la anciana — me alegra tanto que vengas aquí — junto sus manos enternecida — pasen, pasen —.
— Uh, íbamos a caminar al campo, por el pozo abue — cortó Jungkook.
— Vaya... si es así pueden dejar aquí sus cosas y en un rato les llevo algo para sus estómagos —.
— Gracias — dijo Jimin haciendo una reverencia a lo que recibió un dulce abrazo de la mayor.
El clima de verdad que era el mejor, la luz del sol resplandecía pero no afectaba en lo más mínimo, el aire atravesaba por todo el gran terreno lleno de césped y Park pudo ver algo lejos un enorme árbol con un columpio y junto a éste una mesa grande con asientos de madera, el pozo se encontraba justo enfrente adornado de un montón de plantas.
— Aquí venimos en nuestros cumpleaños — habló el castaño acercándose más a Jimin, su tamaño era enormemente visible — me gusta este lugar, supongo que no te traje antes porque te gusta mucho el jardín de mi abuela —.
Cierto. Al peligris le encantaba el jardín y escuchar los consejos de los abuelos sobre como cuidar todo lo que sembraban, simplemente era hermoso poder verlo casi todos los días.
— ¿Me puedo subir al columpio? — pidió casi como un bebé y Jungkook rio mientras asentía.
Viendo como Jimin se echaba a correr para alcanzar su objetivo recordó que desde el primer día a Jeon le había gustado el pequeño peligris pero ahora que lo observaba y lo analizaba de forma detallada podía decir que algo más se adueñó de su mente, al principio todo era físico pero mientras más conocía a Jimin más lo necesitaba cerca.
Jungkook nunca buscó el cariño de alguien, le daba lo mismo si conseguía o no amigos, si lo amaban o era del agrado de los demás, pero extrañamente deseaba la atención del chico que ahora se hallaba meciendo en el columpio blanco que colgaba del árbol.
— Jungkookie~ — hablaba Jimin — deberías empujarme más si quieres que no te haga algún berrinche estos días —.
Jungkook negó, era demasiado hermoso.
— No pienso cumplir tus caprichos niño llorón — se recostó en el césped viendo al cielo, todo era jodidamente hermoso así.
— ¿En-enserio? — Jimin bajó sus piecitos para detener su diversión — ¿soy un niño llorón?
Se acercó para quedar a un lado del castaño y al ver su enorme puchero tragó saliva, tan adorable.
— Es broma — quiso levantarse pero Jimin puso un pie en su pecho evitando que lo hiciera — ¿Qué haces? ya te empujaré Jimin —.
Pero Jimin no se movió.
— Pide perdón — sonrió con malicia y entonces entendió que no estaba enojado.
— No quiero — Jungkook tomó la pierna de Jimin y de un movimiento hizo que cayera de espaldas.
Ambos comenzaron una guerra de inofensivos golpes y cosquillas en todo el cuerpo, sonriendo mientras sonaban sus carcajadas por todo el lugar. Todo se podía ir al carajo en ese instante porque los dos estaban en un mundo donde nadie más tenía lugar para entrar.
Jungkook pronto quedó con las manos de Jimin aprisionadas en el suelo sobre su cabeza, sus miradas conectaron y el castaño hipnotizado se fijó en los ojos color avellana del más pequeño.
Jimin solo atinó a seguirle el movimiento al más alto, mirando los enormes ojos obscuros de Jeon, podía haber una noche estrellada dentro de ellos y lo veía. Su corazón nuevamente latía con fuerza como lo venía haciendo ya hace unos meses, siempre que Jungkook se acercaba de más lograba desestabilizar el pulso del pequeño, pero no sabía con exactitud qué era pues jamás en la vida había sentido algo parecido.
Ni siquiera con Yoongi.
La vista de Jeon bajó a sus labios y Jimin ahora si que estaba nervioso.
— ¿Te gusta NaRa? — soltó el peligris en su cercanía. El castaño frunció el ceño.
— Claro que no — fue honesto —¿Por qué preguntas?
— Es que se han hecho muy unidos y y-yo pe-pensé — Jimin tartamudeaba, la dulce respiración de Jungkook golpeaba todos sus sentidos.
— Hay alguien que me gusta — soltó el más alto — pero no es NaRa...
— ¿Quién es? — sus ojos se abrieron de sorpresa, no creía que a Jungkook le gustara alguien.
Pero sin poder pensar más de lo debido sintió la presión de unos labios muy suaves sobre los suyos. Jungkook lo estaba besando. Fue algo sumamente diferente, sus bocas se movían al compas, lento y demasiado delicado. Jimin respondió enseguida mientras sus manos eran libres para tomar la nuca de Jungkook, entrelazando sus dedos en su cabello lo acercó, profundizando el beso.
Así fue durante unos minutos, la corriente eléctrica que recorrió el cuerpo de ambos nunca se marchó. Cuando se separaron volvieron a verse a los ojos.
— ¿Sabes? — dijo Jimin con lágrimas acumulándose — creo que este podría ser mi segundo lugar favorito —.
No podía y no quería dejar de sentir así de feliz su corazón, era algo que aún no comprendía totalmente, pero Jungkook le cambió la vida desde el momento en el que apareció, bajando como del cielo para protegerlo siempre.
— Me has gustado desde un inicio Minnie... — y si pensaba que era todo, llega Jungkook a ponerle un lindo sobrenombre.
Dejando que el sentimiento se expandiera volvieron a unir sus labios.
Jimin de verdad quería eso. Jungkook también.
El resto del día se la pasaron comiendo y divirtiéndose luego de que Taehyung llegara.
_________________
❄ ¿Muy cliché? :c
Gracias por leer. Lxs amo
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top