Hace 3 años

Park Jimin, 17 años.

Un chico no tan alto, de piel clara, ojos rasgados, mejillas siempre de un tono carmesí, labios rechonchos, manos casi tan pequeñas como él. Era una persona siempre amable, con un promedio inigualable que estudiaba el último año del colegio, estaba casi listo para entrar a la Universidad.

Eran las 8 de la noche y él iba de regreso a su casa, pues había ido a un puente, amaba mucho pensar en cualquier cosa mientras sentía la brisa del viento pegar en su rostro.

— ¡Hey, Park! — Jimin detuvo su andar y giró sobre sus talones. La luna resplandecía hermosamente con sus tonos azules — sabía que te iba a encontrar por aquí —.

— ¿A que vi-viniste Yoongi? — sus ojos brillaron con esperanza.

Min Yoongi había sido una persona que entró sin permiso en el corazón del pequeño de cabello naranja, a decir verdad Yoongi era el tipo de persona fría, indiferente a cualquiera, durante mucho tiempo Jimin se limitaba a verlo de lejos, siempre dormía, nunca sacaba buenas notas, si no fuera porque su familia era muy destacada ya lo hubieran echado, incluso si parecía de lo peor Jimin nunca sintió el amor tan enormemente que sintió la primera vez que lo vio.

— Olvida que alguna vez nos besamos — y el corazón de Jimin quebró.

¿Cómo podría hacer eso?, ¿Cómo lo podía pensar tan solo?

— Está bien, lo haré si es lo que deseas —.

— Eso deseo...

— Pero dime una cosa — Park redujo la distancia que los separaba, haciendo que sus respiraciones chocaran — dime que realmente no te gusto, sé que ese beso fue un reto, pero el segundo nadie lo pidió... quiero que me digas que esta semana me utilizaste como a un juguete y puedo irme con calma —.

Pero Yoongi no respondió, un risa descarada salió desde lo más profundo de su ser y se alejó, volviéndose una silueta entre la oscuridad.

Jimin se hincó en la acera tratando de frenar sus lágrimas, pero sin éxito una por una comenzaron a salir, abrazó sus piernas y se repitió no buscarlo, por mucho que su corazón pidiera a gritos ir tras él para abrazarlo, para pedirle que se quedara, no podía hacerlo porque no era correcto.

❄

Sábado en la mañana, estiró sus brazos mientras se metía unas pantuflas suavecitas, bajó al comedor donde yacía una nota de su papá, avisaba que saldría por algo para que ambos almorzaran.

Su mamá había fallecido cuando él justo cumplía los 4 años, la extrañaba pero se acostumbró al desastre que tenía como papá y eso era bueno, el Señor Park siempre se las ajustaba para que Jimin no sintiera un vacío en su vida.

Tecleo algunas palabras contestando los mensajes de su mejor amigo Taehyung, esta vez no lloró toda la noche como unos días antes.

— ¡Minnieeee! — su papá entró a la casa cargado de bolsas llenas de comida — traje crepas hijo —.

Jimin corrió a ayudar y pronto estaban los dos disfrutando de un desayuno improvisado.

Eran pocas veces las que podían hacer aquello.

La historia de Yoongi comenzó hace apenas una semana, Jimin era como un pollito asustado entre unos maleantes que lo acorralaron en un callejón, cuando estuvo al punto del colapso el chico alto de piel pálida llegó a su rescate pues al parecer le irritaba el hecho de que molestaran a la gente sin ninguna razón y afortunadamente iba pasando por ahí, ignorando el hecho de que desde hace mucho tiempo se sentía inmensamente atraído por el niño de ojos alegres.

Después de eso, Park fue invitado a una fiesta donde asistieron sus grandes amigos, Minho y Taehyung, varias copas encima de él hicieron que el pequeño Jimin tímido al que todos conocían se atreviera a besar los labios delgados y rosas de Yoongi tratando de cumplir el reto que le pusieron en la rueda donde muchos tipos de distintas clases jugaban.

Creyó que todo cambiaría desde ese momento pero que equivocado estaba al ver a diario a Yoongi rondando a su alrededor...

Hace un día exactamente Min besó a Jimin, sin ninguna anestesia, sus impulsos lo llevaron a ese punto, ese chico tenía un imán, Yoongi estaba cien porciento seguro de que Jimin tenía algo que los demás no podían ofrecerle y eso lo volvía completamente loco.

Esa misma noche del sábado, como de costumbre Jimin salió, cada pisada hacia eco en su pecho, su respiración se condensaba en el aire, sus pensamientos revotaban de un extremo a otro dejando un leve dolor de cabeza al peli naranja.
Al llegar a su lugar donde se acurrucaba a cantar canciones o pensar en cada punto de la existencia vio que ya estaba ocupado por la misma sombra que lo había dejado llorando.

— Volviste...

— Jimin... — Yoongi no sabía cómo, pero quería al chico tierno junto a él, quería poder cuidar sin preocupaciones a Jimin — quédate a mi lado —.

— ¿Es enserio? — realmente eso lo tomo por sorpresa, no podía ser cierto.

— Tan enserio como las estrellas que están brillando en este instante —.

Los ojos de Jimin se aguaron por millonésima vez y corrió a los brazos del chico que estaba sentado.

— Permaneceré contigo toda mi vida Yoongi — y un beso selló aquella promesa sin dejar ser razonada al menos por unos segundos.

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¡Amikas! Les hago un spoiler xd voy a hablar del Yoonmin unos 10 capítulos así que no se desesperen, si? 

Juro que esto será muy bueno. Gracias por leer 💫

Voy a dejar las notas antiguas.