20
Hoy no hubo notas. Yibo no fue al instituto.
— ¿Por qué habrá faltado Yibo? –se pregunto el castaño–
—No lo sé. Ya vendrá mañana –dijo el pálido, por décima vez–
— Es que nunca falta, sin avisar...
— ¡Ya, Zhoucheng! ¡Déjalo! Debe tener alguna razón.
Zhan también estaba preocupado. Cheng tenía razón.
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