29. El juego del gato y del ratón

Capítulo veintinueve:

El juego del gato y del ratón.

Damian había sentido miedo en carne propia muchas veces en su vida como vampiro. El temor de perder a Edward y a Alexander era algo que le calaba las entrañas, era algo que le hacía perder la cabeza de tan solo imaginarlo. El miedo es un sentimiento difícil de materializar y algo subjetivo de cada persona, pero estaba seguro que la representación física de sus miedos era el grupo de capuchas negras delante de él. Los Volturi eran imponentes, eso no podía negarlo. Estaban integrados en una formación que protegía íntegramente a los tres reyes de los cuales Carlisle y Edward le habían hablado: Aro, Cayo y Marco. Pero su atención estaba centrada en el par de niños que lo miraban a él y a su compañero intermitentemente. Ellos sabían que Edward era clave en el caso de un enfrentamiento y que eliminarlo era prioridad. Damian miró a su compañero y le sonrió tímidamente, como diciéndole "yo te protejo".

Aro recorrió la línea con la mirada luciendo decepcionado y Edward hace verbal su búsqueda por Alice; Jasper y Damian se alegran momentáneamente por la ausencia de la pequeña y alegre vampiresa.

Irina fija su mirada en Alexander y al darse cuenta de su error, lo hace a sus hermanas , consciente de lo que ha provocado. Las Denali miran a su hermana angustiadas, parece ser que leen su mente y sienten todo su arrepentimiento así como el peso de su equivocación.

Carlisle es quien inicia la conversación con palabras pacíficas y mediadoras, a lo que Aro responde que es algo irónico pues ha reunido a una inmensa cantidad de vampiros para respaldarlo.

— Ellos están aquí para atestiguar que el niño no es lo que ustedes piensan— dice Carlisle con aparente serenidad pero Damian lo conoce lo suficiente para saber que está tenso.

— Vemos al niño— responde Cayo de manera indignada—, no te burles de nosotros.

—¡No es un niño inmortal!— exclama Carlisle para que todos lo escuchen.— Permite que te muestre su historia, escucha su corazón y mira el rubor de sus mejillas.

Alex se mantenía imperturbable y con una postura erguida así como su barbilla levantada, a Damian le recordó muchísimo a la postura de Edward cuando hablaba de algo importante.

— ¡Son trucos!— Cayo fue callado por su hermano.

— Yo voy a determinar eso, pero creo que Carlisle no es alguien central a la historia— y como todos pensaban, Aro llamó a Edward con el pretexto de que Alexander estaba pegado a él como a su compañero. Damian sintió su ponzoña en la boca al ver caminar a su amado ante los Volturi, jamás había experimentado ese nivel de ansiedad.

Aro toma la mano de Edward y ve claramente todo lo sucedido en los últimos meses, cada plan y cada pensamiento escuchado por el lector de mentes así como cada precioso momento pasado con su familia expandida, con Alexander y por supuesto, cada preciado instante con Damian. La mirada del milenario vampiro regresa a Alex y pasa a su compañero, Aro disimula una pequeña sonrisa de satisfacción.— Desde nuestro primer encuentro en Volterra tu corazón lo había elegido a él sobre la humana y tú ni siquiera te habías dado cuenta.— Damian supo que se refería a él y tragó grueso—. Me alegro que hayas tomado la decisión correcta pues mira a donde te ha traído, a ser padre. Quiero conocerlos.

Aunque el muchacho sabía que era inevitable, no pudo evitar sentir que el alma se le caía a los pies al saber que Aro estaría cerca de Alexander. El niño asintió con determinación y tomó la mano de su padre con valentía. Damian Cullen miró a su amiga transformada en lobo y a Jasper, pero antes de que éste se moviera de su lugar junto a Emmett y Rosalie, apareció Erick y ocupó su lugar en el pequeño séquito que acompañaba al híbrido.

— Tú eres el fascinante inmortal creado por Edward— Aro degustó esas palabras cuando el grupo estaba delante de él.— Damian Cullen, he visto cosas maravillosas en la mente de Edward, eres su joya más preciada—, el latir desbocado de Alex distrae al líder de los italianos y hace un extraño y perturbador sonido de sorpresa—. Escucho su extraño corazón—, sin esperar y mostrando un valor admirable, Alexander se acerca a Aro para tomar su mejilla, asombrando al milenario vampiro.

— Mis padres adoptivos, Edward y Damian Cullen, me encontraron arrastrándome de hambre por el frío bosque de Albania y me acogieron como su hijo— dice el niño mientras Aro observa maravillado su peculiar mente—, ellos no me mordieron, yo recuerdo que nací de mi madre que murió desangrada. Sé que no soy como ustedes ni como los humanos, pero por favor, no los castiguen y si alguien debe serlo, castiguenme a mí.

Antes de que Damian o Edward puedan decir algo, Erick se adelanta al escuchar las palabras del niño— No, es a mí a quien deben de castigar en todo caso— Aro mira directamente al Rumano sin decir nada—, yo mantuve una relación con esa mujer, soy yo quien ayudó a engendrar al niño, soy su padre biológico.

Los testigos y guardia personal de los Volturi exclaman con sorpresa.—¡Imposible!— Cayo jadea llenó de indignación mientras Alexander es tomado por sus padres y alejado de los italianos.

— ¿Crees que me engañaron hermano?— pregunta con algo de fastidio el líder de los Volturi. Leah Clearwater le gruñe con todo el desprecio que puede a Cayo y se va siguiendo a los demás al otro lado del campo.

— Entonces traigan a la informante— la orden de Cayo se obedece e Irina es presentada por Dimitri y Felix. Tanya y Kate miraban con desesperación a su hermana, para todos era evidente que ella se había precipitado al denunciar a los Cullen y para los Volturi, los errores se pagaban con sangre.— ¿Es ese el niño que viste?— preguntó el sádico líder.

— No estoy segura— contestó Irina con un nudo en la garganta. Cayo la amenaza con la presencia de Jane a lo que la rubia se apura a contestar—, ha cambiado. Este niño es más grande al que yo vi hace unas semanas. Los Cullen son inocentes y tomó la responsabilidad de mis acciones.— Irina mira ahora a sus hermanas a los ojos y susurra por lo bajo— perdonenme por esto.

Todo ocurre en un segundo, Felix y Dimitri asesinan a Irina ante los gritos desgarradores de sus hermanas y el ruego de Edward para que se detuvieran. Damian mira todo como si no fuera real, como si se tratara de un mal sueño, de su peor pesadilla. Cayo quema rápidamente los restos de la Denali mientras sus hermanas intentan atravesar el campo a como diera lugar, pero son detenidas por Eleazar y Garrett, quien sufre las consecuencias de sujetar a Kate por su doloroso Don. Damian sube rápidamente a Alexander al lomo de Leah y mira su rostro unos instantes, el niño sabe que todo ha llegado a ese punto crítico del que le habló su amado padre, aquel en donde tenía que dejarlo atrás a él y a Edward.

— Ciegalas— siseó Edward a Zafrina para que pudieran controlar a las dolidas hermanas.

— ¡Devuélveme la vista!— exige Tanya y Edward le ruega para que no ataque pues morirían. Zafrina regresa sus sentidos y las hermanas se miran entre ellas con impotencia, sabiendo que el error de su hermana había salido muy caro.

Edward camina para regresar a su lugar junto a Damian pero no alcanza a llegar, se derrumba en el piso con una mueca de dolor. El muchacho no tiene que detenerse a pensar lo que pasa; con una fuerza mental que jamás había tenido antes, extiende su don hasta cubrir a su compañero y a todos los de su bando, liberando así a Edward del doloroso calvario de Jane y ayudando a Garrett a sentirse revitalizado después del ataque de Kate. Tanto los vampiros como los lobos del lado de los Cullen sienten como un placer los invade, se sienten estimulados y podría decirse que más fuertes.

El lector de mentes se levanta y mira a Damian orgulloso, incluso regalandole una hermosa sonrisa de lado. Se toman de las manos y ven como Jane Volturi intenta hacer caer a los integrantes más fuertes de su bando sin éxito; Damian sonríe mirando directamente a la pequeña chica rubia y esta da un paso hacia él, siendo detenida por su hermano.

Damian lo había logrado, tal y como lo había hecho en el verano al intentar salvar sin éxito a la neófita, pero esta vez sí iba a salvar a su familia, costara lo que costara. Alec empieza a sacar de sus manos una neblina oscura pero es detenido por Aro.

— Aro, no se ha quebrantado ninguna ley— Carlisle trata de razonar de nuevo.

— Tienes razón amigo pero eso no quiere decir que el peligro no exista— el italiano de cabello negro como la noche contesta para despues dar un discurso barato sobre la amenza de los humanos, recalcando que protejer el secreto de los vampiros es lo más importante.

— ¡Eso es una mierda patética y triste!— exclama Erick Volkov irritado por lo teatral del asunto, interrumpiendo al Volturi—. ¿En serio crees Aro, que no nos vamos a tragar todo esto? Todos sabemos que haces todo este circo por la familia de Carlisle, porque son personas decentes que no actúan como animales viciosos de poder como tú o como yo. ¡Es tan triste la envidia que sientes por los Cullen!

— Este niño lleva tu sucia sangre Volkov,— responde de manera amenazante—, tú menos que nadie debería hablar. Y evitar una pelea hoy significa dejar de existir mañana.

Edward se tensa y Damian sabe por qué. La figura de Alice atraviesa el campo blanco por la nieve y ocasiona un suspiro de alegría de Aro; por fin la razón por la que había armado todo había llegado. La pequeña mira a su familia y les sonríe disimuladamente, es detenida por un miembro de la guardia de manera violenta, lo que hace que Jasper intente acercarse a ella siendo detenido por Emmett.

— Tengo evidencia de que el niño no será un riesgo para nadie, te mostraré— Alice le ofrece la mano pese al obstáculo de los guardias. Aro accede y deja a la poderosa vampiresa acercarse, tomando su mano con ansias.

Damian mira a su hermana y aprieta la mano de Edward, su corazón inerte en su pecho estaba por caerse a su estómago por el estrés y la angustia.

Alice lo mira con indignación y le retira su mano como si le diera asco.— No importa lo que te muestre, tu decisión está tomada.— La chica de cabello corto mira directamente a Damian y él lo sabe, se acabó la discusión y los testigos, ellos no se iban a detener.

Damian mira a Alex, quien le devuelve la mirada con lágrimas en los ojos sobre el lomo de Leah, y susurra cerca de la oreja lobuna de la Quileute— Cuida a mi hijo Leah, busca las respuestas que necesitamos. Te amo, amiga mía.

Leah sale de ahí ante la mirada de todos, incluyendo su hermano Seth quien es detenido de seguirla.

— Detenganlos— ordena Cayo y uno de los guardias corre a toda velocidad tras la chica lobo.

Alice, en un hecho sin precedentes golpea en la cabeza a Aro de una patada magistral y lo hace volar varios metros ante la mirada atónita de toda su guardia. La guardia la detiene sujetándola con fuerza de los brazos pero sin matarla como a Irina.— Llévensela.— ordena el humillado líder.

— ¡Suelta a mi hija!.— gritó Carlisle y Damian mira como su padre atraviesa corriendo el campo en tan solo unos segundos, esquivando a varios guardias y dando un salto que es interceptado por Aro.

Al principio Damian no cree en lo que presencia, parece que no es él el que está viendo la cabeza de su padre en la mano de Aro, y es hasta que escucha el grito desgarrador de su madre Esme que reacciona y sabe que sí, es real, que acaban de matar al hombre que más admiraba a su vida, su ejemplo a seguir, a su preciado padre. Edward tampoco puede creerlo y repara en ello unas fracciones de segundo. Aro quema el cuerpo de Carlisle y con ello se acaban las buenas intenciones y la diplomacia, aquello se había convertido en un campo de batalla.

Damian no se detiene a observar a quien le arrebata la vida, ya no le importa pues ellos se la habían quitado a su padre. Quita la cabeza de un guardia y mira como Jasper acaba con la vida de dos capuchas negras con maestría. Jane se acerca y causa la inmovilidad del rubio, el vampiro sanador se da cuenta y protege a su hermano favorito con su don, potencializando su poder y haciendo que pueda enfrentarse a su adversario. Damian es derribado por Alec ocasionando que pierda la concentración, Jane aprovecha esta distracción para ser ella misma quien se acerque a Jasper no sin antes inmovilizarlo por el gran dolor.

— Bonnie...— consigue balbucear Jasper Hale antes de ser decapitado por Jane y Dimitri. Alice, quien miraba todo, soltó un grito de dolor. Al otro lado de la costa, en California, Bonnie Aldrin siente una enorme presión en el pecho que no logra explicar.

Damian puede soltarse del agarre de Alec y corrió hasta el cuerpo de su hermano, ya no había nada que hacer. El sufrimiento no le impidió al muchacho levantarse y enfocar todo el cúmulo de sentimientos en una sola persona, Jane.

Emmett consigue derribar a Alec quien ni siquiera tuvo oportunidad ante el enorme y brutal vampiro que lo mata ante la mirada atónita de su gemela. Damian trata de alcanzarla pero ella se escuda y desaparece, el muchacho tiene que atravesar el campo hasta ella, pero no le es fácil.

Mientras, en el bosque, Leah corría con toda la velocidad que le permitían sus piernas lobunas mientras Alexander se sujetaba con fuerza. El niño advierte la presencia de un vampiro de capucha negra muy cerca de ellos, casi pisándole los talones. La chica gracias a su conexión mental con Seth sabe que tanto los Cullen como los lobos están dando una dura pelea, siendo Edward quien está siendo atacado por Dimitri.

— ¡Ve a casa Seth, por favor!— ruega la mujer lobo y recibe la negativa de su hermano al decir que no sería un cobarde. El adolescente destruye a un vampiro más arrancándole la cabeza con sus dientes pero es atormentado por la diabólica rubia que se planta delante de él. La vida del joven Seth Clearwater es truncada por Félix, que le rompe el cuello. Leah ve como si fuera ella como los ojos de su hermano menor se cierran, como su respiración se detiene y como su corazón deja de latir. Jacob aúlla de dolor al ver al niño muerto y eso hace que Leah alente el paso, consternada por lo que acaba de pasar.

— ¡No te detengas Leah!— exclama Alexander Cullen pero es demasiado tarde, el guardia de los Volturi los alcanza y jala al niño de la mochila. Los tres caen en la nieve y dan vueltas, Alex se golpea en la cabeza con una roca y se trata de incorporar. Leah reacciona y se enfrasca en una batalla contra el letal vampiro que los alcanzó; con el corazón completamente roto por la muerte de su hermano menor, se enfrenta al vampiro con valentía, pero es golpeada en repetidas ocasiones y sucumbe ante la fuerza del inmortal.— ¡Leah no!— el grito de Alex es lo último que escuchan sus oídos antes de caer ante la inevitable oscuridad de la muerte.

El niño se levanta y con los ojos inyectados de sangre se encara al burlón guardia que escupe ponzoña en el cuerpo inerte de la loba. Alexander se le va encima con toda su fuerza y puede derribarlo, pero el experimentado guardia lo sostiene del cuello y comienza a asfixiarlo rompiendo su pequeña tráquea. El Volturi es derribado por una fuerza invisible que lo salva y decapita al vampiro. La figura se aclara ante la mirada atónita y borrosa del niño y descubre que quien lo ha salvado es Erick Volkov.

— ¡Vete niño!— grita el inmortal—. ¡Corre y no mires atrás!— lo sacude para sacarlo del shock.

Alexander observa a Erick con los ojos desorbitados, rojos por el llanto y el miedo. Antes de irse, se tira sobre el cuerpo de Leah para abrazarlo y llora de dolor sobre él despidiéndose de ella.— Adios Leah, lo siento.

En el campo todo era caos y muerte, gran parte de los nómadas habían sido asesinados. Benjamin se da cuenta que estaban siendo sobrepasados al ver a Edward luchar en contra de Dimitri, asi como tambien a Garrett siendo sometido por tres figuras negras golpeándolo. Damian aún estaba en su lucha por llegar hasta Jane pero no estaba teniendo éxito. El talentoso y poderoso inmortal egipcio da un golpe que cimbra la tierra, ocasionando una ruptura en el piso que tanto los lobos como los Cullen y sus aliados aprovechan para arrojar a sus enemigos. Los tres líderes Volturi miran con terror como sus protectores caen en la abertura; Esme estaba siendo sometida por un hombre cuando un desquebramiento del piso los arrastra a ambos. Esme y el guardia se sostienen de la inestable roca mientras del otro lado Damian se libra fácilmente de una patada de un enemigo.

— ¡Mamá!— gritó Damian y se lanzó del otro lado de la abertura para salvar a su madre. La toma en brazos y propina una patada al guardia en la cabeza haciendo que se suelte y caiga a lo que parecería ser el mismísimo infierno.

— Le fallé a Evelyn— Esme solloza aferrada a Damian—, no pude protegerte, lo siento tanto.

— No, no digas eso mamá— suplicó el muchacho soltandola para mirarla a los ojos. La abertura se extiende varios metros más hasta llegar a donde Edward y Dimitri siguen arremetiendo el uno contra el otro con fuerza, Damian mira como su esposo desaparece de su vista al ser arrastrado por la masa de tierra, nieve y lodo para el fondo de la abertura, suelta a Esme para correr a toda velocidad a intentar ayudarlo. Dimitri rompe más piedra y ocasiona que una enorme sección de piedra se rompa esperando así deshacerse de Edward. El petulante guardia se giró sonriente a sus amos, complacidos.

— ¡¿Edward?!— Damian lo llama, sabiendo que solo él puede hacer que no se rinda. Edward con una fuerza descomunal sale disparado atravesando la enorme piedra y decapita a Dimitri con dos precisos golpes.

Damian Cullen corre hasta su esposo y lo abraza solo unos instantes aferrándose a él con la vida.— No te vayas, quédate conmigo— súplica contra su pecho.

— ¿A dónde más podría ir?— responde Edward besando su frente y se sueltan con pesar. Damian visualiza a Jane a unos metros y era ahora o nunca, acabaría con ella.

El muchacho tenía ansia de sangre, quería luchar y matar por su padre, por su hermano, porque su hijo le había sido arrebatado. Jane lo sabía y esperó a que llegara por ella, el juego del gato y el ratón había llegado a su fin. Damian lo sometió fácilmente y la estrelló al piso tal y como lo había hecho Emmett con su gemelo.

— Tú y tu familia son unos débiles— masculló Jane con dificultad—, aunque muera jamás ganarán.

— No me importa ganar, lo único que quiero es acabar contigo— dichas estas palabras tan oscuras y perturbadas, Damian arrancó sus brazos haciendo que la niña rubia chillara de dolor. Decapitó a Jane, tomó su cabeza y la arrojó a los pies de los líderes.

Aro y Cayo ven con incredulidad y horror la cabeza rodante de Jane llegar hasta ellos. Cayo corrió en contra de Tanya para atacarla, pero no contaba con que Garrett estaba cerca de ella para ayudarla al igual que su hermana. Su muerte fue dolorosa gracias al insufrible don de Kate y el sadismo de Tanya al arrancarle la cara.

Los Volkov se encargaron de Marcus de manera rápida, quien parecía recibir la muerte con gusto o por lo menos con resignación. Aro es el último que queda en pie y tanto Damian como Edward corrieron en contra él, siendo el más joven detenido por los miembros sobrevivientes de la guardia mientras Edward y Aro se enfrentaban a muerte.

El lector de mentes tenía una ventaja clara, era más rápido y su habilidad para predecir los certeros movimientos de Aro pero este era más experimentado. Con el brazo consigue someter a Edward del cuello, estrangulándolo y buscando arrancar su cabeza. Los ojos negros del apuesto vampiro conectan con los del muchacho por unos segundos.

— ¡No!— gritó Damian con angustia intentando escapar de los brazos de los guardias. Aro disfruta de los gritos del muchacho y de un limpio movimiento, asesina a Edward ante la impotente mirada de su compañero. Damian no sale de donde saca fuerza para liberarse de las figuras sin rostro que lo sujetaban y corre hasta el cuerpo muerto de Edward sin poder creer que eso estuviera sucediendo.— ¡No Edward, no por favor!— el muchacho cae de rodillas y sostiene a su compañero totalmente consternado, lo abraza y se mece con él en brazos.— ¡No, no te vayas! No, no, no me dejes por favor, por favor, por favor quédate, no te vayas por favor...— Al darse cuenta de que Edward se había ido definitivamente, Damian solo pudo emitir un quebrado grito desgarrador que logró detener por un segundo lo que sucedía a su alrededor, era un sonido que erizaría la piel de cualquiera.— No puedo hacer esto sin ti...

Otro sonido hizo que a todos los presentes se les crisparan los nervios y fue la estruendosa y malévola risa de Aro al observar la desgarradora escena. El joven vampiro se levanta con la expresión más sombría que había poseído nunca y va directamente contra el perverso italiano; con un ágil movimiento separa su cabeza de su cuerpo, toma una de las antorchas que traían los guardias y en los ojos sin vida de Aro se ven reflejadas las llamas del mismo infierno. 























A/N:

Quiero llorar. El último capítulo llega en unos días, martes probablemente. 

Muchas gracias por su apoyo, les quiero a todes <3

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