24. Familia
Capítulo veinticuatro:
Familia
Sentados sobre el lujoso sillón negro de la estancia, Edward y Alexander miraban el ir y venir nervioso de Damian, quien mordía la uña de su dedo pulgar derecho mientras mantenía la mirada en el piso de madera. Caminaba de un lado al otro tapando la visibilidad de la chimenea ardiente que calentaba su hogar para que Alex no muriera del frío del invierno. El desastre de la noche anterior solo había podido ser detenido por la imprima de uno de los lobos sobre su hijo adoptivo Alexander. Damian Cullen respetaba profundamente las tradiciones de los Quileutes y sabía de la magnitud de la situación gracias a los Clearwater y a Edward, quedando fascinado por la existencia de ese vínculo mágico y ancestral, pero la incertidumbre de saber que uno de lobos quería reclamar como suyo a Alex era demasiado, más cuando su amado hijo crecía a tal ritmo y su futuro era incierto.
Edward besó la cabeza de Alex, se levanta y toma a Damian de los hombros mirándolo directamente a los ojos.— Damie, por favor cálmate cielo—, la voz sedosa de su esposo logran su cometido, tranquilizarlo deteniendo su ir y venir—. Vamos a llegar a una solución, juntos.
Ambos dirigen su mirada al pequeño híbrido que parece darles algo de privacidad meciendo sus piecitos al jugar con una figura de acción de Spiderman, regalo del tío Emmett, y con un pequeño tanque de madera tallado, obsequio del tío Jasper. Damian se acerca a él con una sonrisa tímida y quedando a su altura le pregunta— ¿Quieres ir con la tía Rose y el tío Emmett por un helado enorme de chocolate? Hoy comiste muy bien tus vegetales y tanto papá Edward como yo creemos que te lo mereces. ¿Qué dices?
Alexander sonríe, apareciendo en sus mejillas rosadas dos hoyuelos pues amaba el chocolate. Pero su sonrisa cae un poco al preguntarse por qué no van ellos en lugar de los tíos.
— Vamos a arreglar unos asuntos, queremos que tú te diviertas con Rose y Emmett— interviene Edward cargando a Alex—, te prometo que a la próxima nosotros iremos contigo.
Rosalie y Emmett aceptaron encantados llevar a Alexander al pueblo y prometieron distraerlo para que ellos arreglaran su "asunto". Damian arropa en exceso al niño, ocasionando un comentario burlón de Emmett que hizo reír a Alex, su risa resonó en el Jeep y en el corazón de su padre; el joven vampiro haría cualquier cosa por escuchar esa risa toda su vida.
Citaron a la persona por medio de una llamada y ambos, Damian y Edward, esperaron en el porche de su cálido hogar. El más joven recargaba la cabeza sobre el hombro del mayor y entrelazan sus manos siendo Edward quien acaricie el dedo de Damian en donde reposaba su argolla matrimonial y con su mano libre, acarició su cabello más alborotado que nunca.
A Edward le mataba ver a Damian de esa manera, tan angustiado y lleno de desconcierto. Quería eliminar ese temor, quería tener las respuestas a las preguntas de su compañero pues también eran las suyas.
— ¿Damie?— lo llama el lector de mentes. El nombrado alza su mirada y sus rostros están tan cerca que sus largas pestañas rozan los pómulos de Edward.— Te amo, eso ya lo sabes y aunque me encanta decirlo, esta faceta tuya como padre solo me provoca hacerlo más a cada segundo, y soy sumamente afortunado de haberme convertido en padre a tu lado.
Damian sonríe y besa los labios de Edward pasando una mano por su cuello para acercarlo a él. El beso no puede convertirse en algo más serio porque del bosque salen dos figuras, Leah y Seth Clearwater. Los vampiros se levantan y dejan pasar a los hermanos al interior de su hogar; los invitan a sentarse en la sala y por unos segundos los cuatro se quedan sin nada que decir.
Leah analiza la sala con su mirada e inevitablemente busca al híbrido, al no encontrarlo su mirada se encuentra con la de Damian y ambos suspiran. Había sido ella la elegida por el destino para imprimarse del más reciente e inusual miembro de la familia Cullen; la situación de la noche anterior estaba saliéndose de control pues la manada y los Cullen se enfrentaban siendo los vampiros quiénes estuvieran perdiendo. Los hermanos Clearwater no estaba dispuestos a destruir a la familia del chico que les había dado su amistad por lo que ingresaron en su forma humana a la casa por una puerta desbloqueada y se encontraron a Rosalie Hale dispuesta a todo con tal de salvar al niño que cargaba en sus brazos. Alexander miró a los hermanos con miedo y curiosidad entremezclados y solo bastó ese instante para que Leah comprendiera lo que Sam había experimentado al ver a Emily por primera vez.
No era lo mismo verlo a través de los pensamientos de Sam y definitivamente no era lo mismo ser espectadora a ser protagonista. En cuanto miró al niño, todos los cables que ataban su ser a ese mundo fueron cortados, uno a uno y de manera lenta pero no dolorosa —su amor por su familia, Sam Uley, el dolor por la pérdida de su hijo— todos fueron reemplazados por un nuevo lazo que la sujetaba al centro de la tierra, un lazo irrompible. Todo eso pasó en cuestión de segundos cuando para ella fueron horas, quedando en estado de shock y solo reaccionando para gritar fuerte y claro a la manada su máxima regla: "No dañar bajo ninguna circunstancia a la improta de un lobo".
— Sé que esto no es fácil para ustedes— empieza la morena recargando sus codos en sus piernas—, por lo que tengo entendido encontraron a Alexander recién nacido hace algunas semanas y creo que necesito entender por qué es tan...
— Diferente— completó Seth apoyando a su hermana. Edward cruza sus brazos y mira a Damian.
— Como se lo informamos a Sam, Alexander es un híbrido entre vampiro y humano. Hasta el momento no sabemos más de su naturaleza, solo que no es peligroso para nadie y que si sigue creciendo a esa velocidad nos queda poco tiempo con él— Edward toma la palabra mirando a los lobos de manera severa y Damian no puede evitar desviar la mirada como gesto de dolor.
— Es mi bebé— dice el sanador entre dientes y muerde su labio mientras frota sus manos nervioso—, puede sonar algo egoísta y no me importa pecar de ello cuando no sé cuánto tiempo me queda a su lado. Yo mismo he deseado con todas mis fuerzas y por mi cariño hacia ti, que encuentres a tu improta, pero me siento incómodo que sea mi hijo, mi bebé, es...
— Lo sé, es abrumador pero yo más que nadie sabe lo que es perder a un hijo— Damian baja la mirada al recordar lo difícil que fue para su amiga ese evento—. Alex es muy especial y jamás exigiría algo que los afecte ni a él— Leah mira a Edward y a Damian de manera intermitente.
— Alexander es más que especial.— Edward interviene— Mi hijo es un caso sin precedentes, un milagro me atrevería a llamarlo.
— Vaya, su familia sí que está llena de raros...— responde Seth y se encogió en hombros. El menor de los hermanos acompañó a su hermana como gesto de apoyo, no quería dejarla sola con el tumulto de sentimientos que cargaba encima.
— Yo solo quiero dejar en claro que no voy a reclamar al niño como si fuera un objeto— Leah se levanta de su lugar—, es solo...— Leah se acerca a tomar las manos de Damian quedando en cuclillas.— Seré su protectora, cuidaré de él con todo lo que soy hasta el final, sea cual sea. Mi destino lo controlo yo, no un lazo de magia ancestral y lucharé porque Alexander también lo haga.
Damian sostuvo sus manos y besó sus nudillos, sonriendo satisfecho por el comentario de Leah y sintiéndose más tranquilo. Edward también está satisfecho y a la vez sorprendido por la madurez de la joven Clearwater.
— Solo quiero que Alex esté bien y parece que seguirá creciendo como lo hace así que solo podemos hacerlo inmensamente feliz — dice Damian sonriendo a Leah de manera ladeada, y descubriendo que no siempre lo que parece un problema lo es en sí, que puede ser el inicio de un nuevo capítulo en la vida.
— Yo también lo quiero— responde la morena mientras abraza a su gran amigo—, creo que es lo que todos queremos.
— Todos vamos a ser familia ahora. ¡Que locura!— comenta Seth de manera alegre y tenía la razón, ahora Leah pertenecía a la familia.
La chica le aseguró a los Cullen que respetaría el espacio de su nueva familia y que acataría los horarios establecidos por Damian y Edward para visitar a Alexander.
El primer encuentro entre el híbrido y la metamorfa en forma fue esa misma tarde, cuando Rosalie y Emmett entregaron al niño con la ropa cubierta de tierra pues los tíos favoritos de Alex no sabían decir que no a la hora de jugar con él. El niño aún la miraba con cierto temor pero su astucia le decía que si sus padres confiaban en ella, él también podía hacerlo.
Sam y Jacob aparecieron en la casa principal de los Cullen días después, disculpándose por la actitud tan arisca y cerrada de todos ellos siendo Billy Black quien los aterrizara en la realidad, pero la verdad es que la herida en la tregua entre los Cullen y la manada de Uley no sanaría del todo en un buen tiempo.
Todo estaba cayendo en su lugar.
Jasper y Bonnie disfrutaban de su relación al máximo, la rubia ya había presentado al vampiro empático a su familia, un paso definitivo para su noviazgo; cada día que pasaba Bonnie estaba más enamorada de Jasper y parecía que el sentimiento era mutuo. Alice estaba encantada de tener metida en la casa a la adorable novia de su ex compañero pues era su cómplice en cada nuevo proyecto que salía de su alocada cabeza, fuera cual fuera y eso encantaba a la bajita; Alice y Bonnie se habían vuelto en verdad cercanas e incluso pasaban tiempo los tres juntos pues se sentían cómodos entre ellos. Era un triángulo algo curioso, extraño para quien lo mirara desde una perspectiva diferente a la que ellos la veían: Alice definitivamente le había salvado la vida a Jasper, él se la había cambiado a Bonnie y ella le había devuelto la alegría a la de Alice.
Rosalie y Emmett estaban encantados de ser los niñeros oficiales de Alex cuando sus padres tenían que cazar, siendo la rubia quien consintiera al niño a niveles elevados y siendo Emmett su compañero de juegos; Carlisle y Esme no podían sentirse más satisfechos de ver a su familia unida.
Parecía que solo les quedaba un enemigo, el tiempo. En cuestión de semanas, Alex no solo había cambiado para parecer un niño de unos cinco años, había aprendido a hablar con fluidez (aunque solo emitía pocas palabras) y aunque Edward había intentado enseñarle a tocar el piano, a Alexander le interesaba más las artes visuales como la pintura. Damian se dedicaba en cuerpo y alma en atender a Alex mientras que Edward dedicaba gran parte de su tiempo investigando junto a Carlisle más sobre las criaturas como Alexander Cullen.
— ¡Mira papi, un copo de nieve!
Damian se inclina para estar a la altura de su hijo mirándolo con amor y acaricia su cabello castaño.— ¡Que bonito! Ve a buscar otro para enseñarselo a Leah.
Alexander corre sobre el piso cubierto de nieve en el bosque. Estaban en su obligado paseo matutino y en esta ocasión era Damian junto con la chica Clearwater quien lo acompañara en esa mañana.
— Edward y Carlisle han investigado noche y día, solo se detuvieron cuando mis padres viajaron a Denali hace una semana— Damian mete sus manos en el interior de su chaqueta con aspecto pensativo—. Creen que la respuesta está en Brasil, los pueblos originarios tienen leyendas que pueden ayudarnos. Pero yo he pensado en regresar al lugar en donde lo encontramos, investigar quién era su madre y su padre.
Alexander pega un gran salto, totalmente imposible de realizar para un niño humano de su edad para alcanzar un pequeño copo de nieve. El rostro del niño se dirige a un punto en específico entre las montañas en donde ve a una mujer rubia y hermosa. Damian se acerca arrugando la frente y coloca a su hijo a su espalda tomando su mano siendo Leah quien lo cubra con su cuerpo.
El joven no reconoce a la rubia pero sus ojos dorados le hacen pensar que tal vez se trata de alguno de los primos de Alaska. Levanta su mano como saludo sonriendo, pero la mujer no lo ve a él, ve al enorme lobo a su lado y al hermoso niño cubierto por ambos, congelando su expresión a la de asombro y asco, dándose la vuelta para salir corriendo.
Damian suelta la mano de Alex y corre a toda velocidad para alcanzarla pero la mujer salta al mar, dejando al joven vampiro bastante confundido.
— ¿Son para mí?— preguntó Edward a Alexander que sostenía un ramo de flores silvestres azuladas que había recolectado de regreso a la casa principal.
— Sí, papá Damian me dijo que te gustarían, también traje unas para la abuela, la tía Rose y la tía Alice— responde el niño siendo alzado en brazos por el lector de mentes. Las mujeres no pueden estar más encantadas, siendo la más bajita la que las tome todas para acomodarlas en diferentes jarrones. Damian entra a la sala en donde está toda su familia reunida y comenta el incidente en el bosque.
— Era Irina, una de las hermanas de Tanya— declara Edward con la frente arrugada, analizando los pensamientos de Damian y Leah—. Carlisle y Esme tuvieron una situación desagradable con ella durante su visita a Alaska. Sigue con la idea de que los lobos deben pagar por la muerte de Laurent.
— La manada hizo su deber— responde la morena alzando sus hombros.
— Eleazar la envió a reconciliarse— responde el doctor después de colgar el teléfono y rodeando a Esme con su brazo—, supongo que ver a Leah fue demasiado para ella. Es de las nuestras, ya volverá.
— ¡Hola familia!— gritó Bonnie llegando de la mano de Jasper sonriendo a todos. La rubia de maquillaje colorido corre a abrazar a Damian de la cintura y después a Leah besando sus mejillas en repetidas ocasiones. Se acerca a cargar a Alexander de los brazos de Edward y le da un apretón en las mejillas.— ¡Cada día estás más enorme monstruito hermoso! ¡Te amo!— Bonnie llena de besos las mejillas de Alex haciéndolo reír.
— Rosalie y Jasper, ¿Podemos hablar en la cocina un momento?— preguntó Damian a los Hale y ellos lo miraron con confusión. En cuestión de segundos están los tres en la cocina y la sonrisa cómplice del menor los tranquiliza.— He hablado con Edward sobre a quién queremos nombrar padrinos de Alexander y ambos llegamos a la conclusión de que ustedes dos son de las personas más importantes en nuestras vidas— Jasper y Rose miran a Damian totalmente orgullosos—, cuando yo llegué ustedes me amaron y aceptaron desde el inicio y lo han hecho con Alex. ¿Están de acuerdo en ser sus padrinos?
— Claro que sí— Rose se acerca a abrazar a Damian y este la sostiene de la cintura—, amo a ese niño desde el primer momento y me siento bendecida de que me hayan elegido, no los voy a defraudar.
— Será un honor, te quiero hermano— Jasper también mantiene un abrazo con Damian y al final chocan su puño—, es increíble en lo que te has convertido, estoy profundamente orgulloso de ti.
Los tres regresaron a la sala principal, Rose ocupa su lugar en los brazos de Emmett, Jasper sonríe al acurrucarse con Bonnie en uno de los sillones y Damian quien corriera hasta el piano para estar junto a los dos hombres que ocupan su corazón.
Edward toca una tecla del piano y Alex le imita haciendo sonreír al lector de mentes, le encantaba ver como lo hacía su padre. El corazón de Damian no puede estar más hinchado de amor por su familia: miró las sonrisas de complicidad e infinita devoción entre sus padres, Carlisle y Esme; Rosalie y Emmett que pese a los años, seguían queriéndose con la misma pasión del principio; Jasper miraba a Bonnie como si se tratara de la más emocionante de las películas, Alice decorando la sala con las flores recolectadas por Alex y finalmente Leah, mirándolo de vuelta con infinito agradecimiento por permitirle formar parte de su familia ahora.
El sonido del cristal rompiéndose en mil pedazos sirve como antesala a la desgracia que vendría de la visión de Alice, la caída y destrucción de la familia Cullen.
A/N:
Era Leah desde el principio y creo que abordé la imprimación desde otro ángulo, espero les haya gustado.
*Bonnie y Jasper respiran*
Yo:
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