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Apareció mediante las verdes flamas provenientes de la red flu, la sala familiar se encontraba vacía y todo el lugar estaba en completo silencio. Le pareció extraño el que Kreacher tampoco apareciera, usualmente siempre se encontraba por ahí realizando alguna tarea doméstica.

Subió las escaleras con intenciones de llegar hasta el tercer piso, pero unos sonidos provenientes del segundo llamaron su atención. No le tomó mucho tiempo reconocer aquellos sonidos como voces, voces que ella conocía a la perfección. Caminó hacia el lugar de donde provenían y pronto se topó con una puerta ligeramente entreabierta al fondo del largo pasillo.

— Estos idiotas.— Murmuró con molestia.

Abrió de golpe la puerta y se encontró con las expresiones sorprendidas de sus primos. Hydra llevó sus manos directamente detrás de su espalda ocultando algo y Draco simplemente parecía aliviado de que hubiese sido ella y no alguien más la que los sorprendiera en ese lugar.

— ¿Qué hacen aquí? — Les lanzó una mirada llena de sospecha.— Saben que tenemos prohibido estar en éste piso.

— Tranquila Lyra, sólo subimos porque estábamos aburridos.— Hydra respondió sin darle mucha importancia.— ¿No es así, Draco?

El platinado se vio acorralado entre las miradas de ambos. Cuando Hydra lo invitó a pasar la tarde en su casa no se imaginaba que aquello incluía el andar husmeando entre los artefactos oscuros que los Black aún conservaban.

— Soy una víctima aquí, regáñalo sólo a él.— Se defendió mientras señalaba al castaño que se encontraba a su lado.

El Black se mostró indignado al ser el único incriminado en todo el asunto. Draco se rió al ver su expresión y simplemente se alzó de hombros.

— La peor traición siempre viene de alguien conocido.— Hydra le respondió dramáticamente en francés.

Lyra y Draco rodaron los ojos con fastidio al escucharlo, estaban acostumbrados a sus ataques dramáticos, era algo que había heredado de Sirius, pero Hydra odiaba ser comparado con su padre, poco importaba si la comparación había sido hecha con buenas intenciones.

— ¿Dónde están todos? — Era muy raro que no hubiese nadie en casa.

— Mamá recibió una carta de la abuela y decidió visitarla, envíe a Kreacher a hacer algunos mandados y no tengo idea de en dónde esté Sirius.— Hydra no ocultaba el poco aprecio que tenía por su progenitor.

— Probablemente con los Potter.— Agregó Draco con una sonrisa llena de sorna.

— ¿El ahijado es más importante que el hijo? — Lyra se unió a la burla.

— Bueno, Potter es seguramente el hijo que Sirius siempre quiso.— El propio Hydra agregó.

— Es un idiota.— Respondió Lyra en un intento por consolar a su primo.

— Concuerdo.— Habló Malfoy.

Hydra sonrió tenuemente. Aún recordaba la reacción de su padre cuando le contó sobre el primer encuentro que tuvo con Lyra y Draco, no le gustó, prácticamente le había prohibido acercarse a ellos y en cambio lo animó a amistarse con Potter. No tenía nada en contra de Potter, eran compañeros de casa y dormitorio, pero la constante preferencia que Sirius mostraba por él le generaba rechazo y prefería alejarse.

— Salgamos de aquí, huele a humedad y todo está lleno de polvo y telarañas.— Lyra se quejó mientras esbozaba una mueca de disgusto.

— De acuerdo.— Ambos respondieron al unísono.

Hydra se dio la vuelta, observó el antiguo y extraño relicario que había sacado del baúl que se encontraba en la habitación, estuvo a punto de volver a colocarlo en su lugar cuando la curiosidad se apoderó de él. Intentó abrirlo y ver que fotografía había dentro, pero parecía estar sellado.

— Hydra ya deja eso.— Lyra le habló con impaciencia desde la puerta.

— Espera, al menos quiero saber qué fotografía hay dentro.

— ¿Para qué? Seguramente esa persona ya está muerta.— Intervino ahora Draco.

Ignoró a ambos y siguió con lo suyo, sus dedos se esforzaban por abrir aquel artefacto pero todo intento parecía inútil. En la puerta, Lyra estaba perdiendo la poca paciencia que le quedaba, avanzó hacia él con la molestia presente en su rostro y le arrebató el objeto de las manos.

— ¡Lyra devuélvemelo! — Le gritó mientras intentaba recuperar el relicario.

— ¡No! — Respondió ella con firmeza.

— ¿Pueden calmarse ambos? — Draco intentó actuar de mediador acercándose de nuevo a ellos.

Había ocasiones en las que Lyra y Hydra perdían los estribos y terminaban en peleas ridículamente estúpidas. Su madre solía reírse y atribuía dicha conducta a que se trataba de la sangre de Bellatrix y Sirius actuando, comenzaba a creer que tenía razón.

Comenzaron a forcejear por el estúpido relicario, la cadena se tensaba en cada jalón y como era de esperarse terminó rompiéndose. Cuando el artefacto cayó al suelo éste comenzó a temblar, los tres intercambiaron una mirada nerviosa y antes de que alguno pudiese decir algo, una luz cegadora emanó del roto relicario y bajo un horrible estruendo desaparecieron.

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— ¿Por qué hacemos esto? Me parece ridículo.— Bellatrix se quejó mientras ingresaba al comedor.

— Nadie te pidió que nos acompañaras, Bella.— Narcissa le respondió, provocando una sonrisa burlona en Rodolphus.

Era el comienzo del último año para la generación de Severus y Lucius había insistido en presentarse y mostrarle algo de soporte silencioso, aunque la verdad era que el mero hecho de tener a varios herederos de reconocidas familias de sangre pura cuidándote la espalda ya llamaba suficiente la atención.

El banquete había comenzado hacía poco y todos los alumnos demostraban una actitud entusiasta, sobre todo los de séptimo año, pronto estarían graduados y listos para explorar sus posibilidades dentro de la sociedad mágica. Algunos probarían suerte e irían al Ministerio para aplicar por algún puesto, otros probablemente viajarían un poco y había quienes se concentrarían en los negocios familiares en busca de expandirlos aún más.

Las voces dentro del Gran Comedor cesaron ante un gran estruendo proveniente de la mesa de profesores. Una luz enceguecedora apareció de la nada, fue entonces que unas nuevas voces comenzaron a escucharse, no se entendía lo que decían, pero por el tono cualquiera podía asumir que era una discusión.

— ¿Qué demonios pasó?

— ¡Todo es culpa tuya, Hydra! — Era la voz de una chica.

— ¿Por qué es todo culpa mía? ¡Tú también estabas conmigo cuando lo encontramos! — El chico de cabello castaño le respondió mientras señalaba a la chica.

— ¡Ustedes dos, basta ya! — El segundo chico, de cabello platinado habló por primera vez.

En la mesa de Gryffindor, James intercambiaba miradas rápidas entre los tres extraños y Sirius, quien estaba sentado frente a él.

— Ese chico se parece mucho a ti.— Todos los estudiantes a su alrededor voltearon en su dirección. Más murmullos comenzaron a extenderse por el comedor.

En la mesa de las serpientes algunos estudiantes en específico intercambiaban miradas silenciosas entre sí. Rodolphus le lanzó un trozo de pan a Lucius, quién se giró a verlo con molestia.

— Ese de ahí se parece a ti, Malfoy.— Señaló el Lestrange.— ¿No tendrás algún hermano secreto o algo así, verdad?

— Claro que no imbécil.— Le respondió en tono molesto.

Rodolphus simplemente sonrió con diversión al notar la molestia en su respuesta, se puso de pie y ante la mirada de sus amigos a su alrededor le gritó a los tres extraños que ahora parecían estar discutiendo más discretamente.

— ¡Malfoy! — El grito hizo que los tres girarán en dirección a la mesa de Slytherin. Lyra se puso pálida al toparse con la mirada de su padre, quien ahora la observaba con sorpresa.

— Mierda si son ellos.— Les susurró en pánico a los dos chicos.

— Siento que voy a vomitar.

— Que ni se te ocurra.— Lo amenazó Draco.

Sintieron como el ambiente a su alrededor cambiaba rápidamente, ahora todo permanecía en silencio y todas las miradas estaban puestas sobre ellos. Se giraron al ver como un hombre al que reconocían perfectamente se aproximaba a su lado, era Dumbledore, definitivamente estaban en Hogwarts, pero era el año equivocado.

— Me parece jovenes.— El director habló.— Que no deberían de estar aquí.

McGonagall se acercó a ellos con recelo, su pesada mirada los recorrió por completo, su expresión pasaba de la incredulidad a la negación, como si estuviera debatiendo mentalmente consigo misma. Pareció dudarlo, pero después de darle una mirada rápida a Dumbledore su atención regresó a los chicos que tenía delante.

— ¿Black? — Emitió aún con duda.

El joven delante de ella era casi idéntico a Sirius, ¿Otro hermano? No, el único hermano de Sirius era Regulus y ambos se encontraban justo ahí, sentados en la mesa correspondiente a su casa. Sintió como Albus colocaba una de sus manos sobre su hombro, teniendo en cuenta la situación él parecía estar muy tranquilo.

— Minerva, por favor escolta a los jovenes hasta mi oficina.— Ella seguía ligeramente confundida.— Es exactamente lo que estás pensando.

— ¡Albus eso es imposible! — Respondió en un tono bajo pero alterado.

— Los tienes frente a ti, Minerva.

Lo sabía, sabía que los tenía justo delante, pero eso no disipaba su renuente incredulidad, finalmente asintió a la petición del director y comenzó a escoltarlos fuera del Gran Comedor. Un sinfín de ojos los seguían, nadie apartó la vista de los tres extraños hasta que éstos desaparecieron por completo del lugar.

— El inconveniente recientemente presenciado ya está siendo solucionado.— Informó Dumbledore con su usual tono tranquilo.— Por favor continúen con el banquete.

En lugar de volver a la mesa junto con el resto de profesores, Dumbledore también abandonó el Gran Comedor. Toda la situación llamaba la atención, era imposible de ignorar que algo serio había pasado y nadie planeaba explicar nada.

— ¿Será algo grave? — Lily observó preocupada a sus amigos.

— Dumbledore se hará cargo, no importa la situación él siempre soluciona todo.— Remus respondió con confianza.

— Si, el mini Sirius y los otros dos no parecían peligrosos.— Peter se unió a la conversación.

— ¿Mini Sirius? — El Black miró a su amigo con una expresión burlona.

— Es que es idéntico a ti, amigo.— James agregó.— Cuando recién apareció pensé que eras tú.

Sirius simplemente hizo una mueca, restándole importancia a las palabras de sus amigos con respecto al misterioso chico. Tal vez se parecía un poco a él ¿Pero qué importaba? Podía ser sólo una coincidencia.

Al otro extremo del Gran Comedor, los estudiantes de Slytherin también estaba confundidos y curiosos por lo que acababa de suceder. Rodolphus quien se había tomado la situación inicial como una broma ahora permanecía serio junto a Bellatrix.

— Creo que éste último año pinta a ser muy interesante ¿No lo creen? — Evan rompió el silencio entre sus amigos.

— Así parece.— Esta vez fue Regulus quien le respondió.

— Algo anda mal.— Rodolphus finalmente se animó a hablar.— Me lo dice mi instinto.

— ¿No creen que exageran? — Narcissa intervino.— Lo que haya pasado Dumbledore ya parece haber tomado cartas en el asunto, así que no hay nada de que preocuparse.

— Quien sabe.— Bellatrix se inclinó suavemente sobre la mesa para ver más fijamente a su hermana.— McGonagall se veía muy desconcertada por la situación, debe ser algo grave.

No hubo objeciones a su comentario, Minerva McGonagall era bien conocida por su siempre tranquilo y estoico carácter a la hora de enfrentar dificultades, es precisamente por eso que la conducta y preocupación que recién mostró resultaba inusual. La aparición de aquellos chicos debía significar algo preocupante o en el peor de los casos algo peligroso.

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Dejó sobre su escritorio el papel que había estado leyendo en cuanto notó la presencia de Walburga entrando a su despacho, parecía estar molesta y llevaba una carta en la mano.

— Ha llegado una carta de Hogwarts.— Le notificó su esposa mientras le entregaba el sobre ya abierto.

Los oscuros ojos de Orión se mantuvieron fijos en su esposa, no dijo nada y sacó la carta de aquel sobre. Esperaba que no fuese alguna otra queja sobre el comportamiento de Sirius o terminaría encerrándolo en su habitación por el resto de las vacaciones. El contenido no era específico, simplemente los invitaba a acudir con urgencia al colegio debido a una situación calificada como "emergencia".

— Si solicitan nuestra presencia supongo que realmente no puede esperar.— Se puso de pie, tomando su abrigo.— ¡Kreacher! — Llamó al elfo doméstico.

No tardó en aparecer, su encorvada figura esperaba por sus órdenes en el marco de la puerta. Se acercó a la criatura y le entregó una lista, el elfo la tomó con sumo cuidado.

— Ve al Ministerio y consígueme todo lo que viene en esa lista.— Ordenó el hombre en tono autoritario.

— Como usted lo ordene mi señor.— Y con una inclinación el elfo desapareció.

— ¿Qué pudo haber sucedido? Recién comenzó el año escolar.— Walburga caminaba junto a su esposo.

— No lo sabremos hasta que lleguemos.

El ruido de la red flu siendo utilizada llamó la atención de ambos, emprendieron camino a la sala de estar principal y se toparon con la repentina aparición de Cygnus y Druella.

— ¿Cygnus, qué pasa? — Su hermano no solía visitarla sin antes avisar.

— Hermana.— La saludó de manera apresurada, entonces le mostró el sobre que llevaba entre las manos.— Ésta carta nos llegó hace unos minutos.

Walburga tomó el sobre y extendió el papel para poder leerlo, al terminar le dio una mirada rápida a su esposo.

— Es exactamente lo mismo que nos enviaron a nosotros.— Orión alzó una ceja en señal de confusión.

— Bellatrix y Narcissa ya se han graduado ¿Qué caso tiene citarlos a ustedes también? — La expresión de Cygnus se tensó ligeramente ante las palabras de Orión.

— Dejemos de cuestionarlo ahora y vayamos de inmediato.— Druella intervino, caminando de nuevo hacia la chimenea.

El viaje en chimenea era rápido, considerando la urgencia con la que ambas cartas fueron entregadas no era prudente esperar hasta el día siguiente para poder tomar el tren.

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Había pasado lo que ella calculaba podría ser una hora, después de lo ocurrido en el Gran Comedor, McGonagall los había escoltado hasta la oficina de Dumbledore. El silencio era incómodo, el anciano director escribió algunas cartas poco después de su llegada a la oficina y desde entonces no dijo palabra alguna.

Veía a Draco jugar con sus dedos de manera nerviosa, Hydra por su parte se movía inquieto por la oficina, mordía sus uñas en señal de ansiedad. Ella, sin embargo, se encontraba sentada en una de las sillas frente al escritorio de Dumbledore.

Un humo verde comenzó a emanar de la chimenea que se encontraba ahí, Lyra la reconoció como la señal de que alguien estaba a punto de aparecer por medio de la red flu. Dio un rápido vistazo a Dumbledore y pudo descifrar por su expresión que ya lo había estado esperando.

La puerta se abrió y por ella apareció un grupo de personas, Lyra sintió que el estómago se le revolvía al reconocerlos a todos, eran sus abuelos. Draco y Hydra pronto tomaron lugar a su lado, completamente sorprendidos por la presencia de su familia.

El shock de haber terminado en el pasado y de terminar topándose a las versiones jóvenes de sus padres los distrajo de otro gran problema, sus abuelos, abuelos a los cuales nunca antes habían conocido, al menos no en persona.

— Agradezco su presencia, soy consciente de que estarán confundidos al verse reunidos aquí.— Dumbledore les hablaba con calma.

— ¿Qué puede ser tan urgente, Albus? — Corvus Lestrange se cruzó de brazos.— Es la primera vez que una carta como esa me es enviada.

— De hecho, Corvus.— Se tomó unos segundos antes de continuar.— Ocurrió algo interesante durante el banquete de bienvenida.

Todos los adultos se mostraban confundidos por sus palabras, le estaba dando demasiadas vueltas al asunto y algunos de ellos poseían poca paciencia. Cygnus Black fue el primero en lanzar una pregunta directa.

— ¿Y eso que tiene que ver con nosotros? Nos citaste aquí con suma urgencia pero malgastas el tiempo con habladurías.— Los grisáceos ojos del hombre irradiaban fastidio.

— Tres jóvenes aparecieron hoy por la tarde, salieron de la nada.— Hizo un gesto con la cabeza hacia ellos, provocando que todos los observaran.— Lo supe en cuanto los vi, no pertenecen a ésta época. Pero curiosamente me resultaron extremadamente familiares, como si ya los hubiese visto antes.

— Obsérvenlos detenidamente ¿No les recuerdan a ciertas personas? — Había una sonrisa en el rostro del director, parecía estar disfrutando todo eso.— Son los hijos de sus hijos.— Reveló finalmente.

Estaban detrás de Dumbledore, observando cómo las personas delante los miraban con asombro y hasta cierta desconfianza. Podía sentir la mano de Hydra aferrada a la suya, Walburga no dejaba de mirarlo y lo estaba poniendo nervioso.

— ¿Entonces esos niños son nuestros nietos? — Abraxas Malfoy espetó con incredulidad.

— Es ridículo.— Druella agregó mientras volteaba hacia su esposo.

Lyra hizo una mueca al escuchar a su abuela, Draco quien estaba a su izquierda le dio un ligero codazo para que no fuera a decir algo que iniciara una discusión.

— Puede llegar a ser difícil de creer, Madame.— La tranquila voz de Dumbledore intervino de nuevo.— Sin embargo, es cierto. Estos jóvenes han venido del futuro y son sus nietos.

Habrían esperado todo menos eso, seguían con la vista fija en aquellos tres extraños, extraños que ciertamente compartían un gran parecido a sus hijos. Tenían justo frente a ellos a sus nietos, el legado y herencia de sus familias.

¡HELLO!

Aparezco con el primer capítulo de ésta historia. Como algunos sabrán surgió un problema con una persona que se tomó la molestia (sarcasmo) de plagiar absolutamente toda mi historia (el capítulo de introducción) e hizo lo mismo con mis Tiktoks ya publicados sobre ésta historia, le comenté mi disconformidad pero en lugar de aceptarlo y disculparse, negó que fuese plagio, pese a que yo cuento con todas las evidencias, lo último que me escribió fue que cambiaría algunas cosas para evitar quejas pero terminó bloqueándome 🫠

Aún así me encargué de bloquear su cuenta de Tiktok, aunque nada me garantiza que deje de robarse mis descripciones, por eso les pido que si alguna vez llegan a toparse con alguno de mis textos ya sea aquí en wattpad o tiktok y no es bajo mis cuentas @/volttture me avisen, ya que probablemente sea otra persona plagiando mi trabajo, es la segunda ocasión que paso por una situación así y es muy frustrante. También aprovecho para avisar que NO AUTORIZO INSPIRACIONES Y/O COPIAS DE NINGUNA DE MIS HISTORIAS, vuelvo a aclarar que ésta es mi única cuenta en wattpad y es lo mismo con la de Tiktok.

En mi canal de difusión les dejaré los @ de la persona que plagió mi trabajo, así evitan interactuar con ella, por favor tengamos cuidado en no terminar apoyando inconscientemente a este tipo de gente 🙏🏻

Mucho texto pero bueno, tenía que hablar de esto porque es muy cansado pasar por esto una vez más, los dejo con el capítulo y espero lo disfruten.