𝐓𝐇𝐑𝐄𝐄 🐯
A la mañana siguiente, Hyuga y Hisako llevaron a Tora y Eri a la escuela en el auto. Mientras Eri jugaba con sus peluches, Miu y Rin, Tora observaba los cables de electricidad de las calles, y con sus dedos índice y mayor de la mano izquierda simula piernas que corren por los cables.
─No te vayas a caer de allí arriba, Tora─ le bromea Hisako.
─No te preocupes, yo tengo un buen equilibrio, nunca me he caído, jaja─ continúa moviendo los dedos sobre el cable.
─Niños, cuando vengamos a buscarlos a la salida de la escuela, los vamos a llevar a tomar un helado, ¿qué opinan?─ les pregunta Kojiro, observándolos por el espejo.
─¡Síiii!─ exclaman ambos.
─Yo quiero uno de frutilla y chocolate─ dice la pequeña.
─Y yo uno de vainilla con menta.
─Oigan, hijos, yo les soy sincera, cuando crezcan y visiten más seguido las heladerías en compañía de sus amigos, van a descubrir sabores mucho más ricos que los típicos frutilla, vainilla y chocolate─ les cuenta Hisako─. Hay sabor flan, hay chocolate suizo, holandés, de varios tipos, de banana split, de pistacho, de naranja, de limón, de tiramisú, bombón Rocher, de todo, sumado a las salsas de caramelo, chocolate, frutilla, a las chispas de colores y a los barquillos... Ñum, se van a enamorar más de los helados.
─¡¿Nos compras un helado con todos esos sabores, mami?!
─E... Oigan, no es que no tengamos el dinero suficiente (aunque dos helados de más de cinco sabores nos van a salir carísimos), pero mucho helado les va a hacer mal a sus barriguitas, van a estar días retorciéndose de dolor en la cama, sin poder levantarse, y nos van a pedir que los llevemos al baño durante todo el día. Cuando sean más grandes van a tener más capacidad estomacal, jeje, aunque tampoco les recomiendo comerse un helado con todos esos sabores.
─Cuando seamos grandes vamos a poder hacer las cosas que más nos gustan─ piensa Tora, un poco fastidiado. Sus padres les viven diciendo que no tienen la edad suficiente para hacer algunas cosas, o saber algunas cosas...─Ya quiero crecer para poder saber por qué mis padres se separaron...
Llegan a la escuela, y ambos niños bajan con sus mochilas y todas sus cosas. Kojiro y Hisako los acompañan a sus distintos salones. Eri está en nivel tres de preescolar, y Tora en primer año de primaria, por ende van a clases distintas.
Eri tiene una amiga llamada Suki en la clase, con quien comparte a sus amigos peluches. Tora, a pesar de su corta edad, tiene bastantes amigos, la gran mayoría varones. Se llaman Haru, Gyo, Tenma y Nayuki, esta última es su única amiga mujer.
Como es costumbre, se reunió con ellos para pasar el día. Hoy estuvieron viendo las sumas y restas en la clase, pero Gyo y Haru se pusieron a dibujar en sus cuadernos.
─Oigan, presten atención─ les susurró Nayuki.
─No queremos.
─No entendemos.
─Pues si no prestan atención no van a entender nunca.
─Es verdad─ Tenma apoya a Nayuki.
Mientras los cuatro discuten en voz baja a la vez que la maestra explica, Tora también se pone a dibujar en su cuaderno, pero no es un dibujo "random", no son flores, no es un sol, no es un árbol, no es una nube con carita sonriente, nada de eso, sino un dibujo que en el fondo tiene mucho significado.
Está dibujando a su familia completa. Kojiro, Hisako, Eri, su tío Tsubasa, sus abuelos Natsuko y Kodai, los padres de Hisako y Tsubasa, su abuela Yuko, la mamá de Kojiro, sus tíos Takeru, Naoko y Masaru, y obviamente la persona más indispensable: Maki, su verdadera mamá.
─Ya quiero verte, mami─ dice en voz baja al ver finalizado su dibujo.
─¿Qué dijiste, Tora?─ le pregunta Tenma.
─Oh, nada, solamente hice un dibujo.
─Otro más que no pone atención a la maestra. Se va a enojar mucho con ustedes y les va a quitar el recreo─ dice Nayuki.
─¿Qué tanta charla por acá? ¿Eh?─ aparece la maestra en frente a los cinco.
─L-le estaba pasando la goma a Gyo, maestra─ se excusa Haru.
─No, eso no es verdad─ habla Tora.
─¡No digas nada!─ le ruega Gyo.
─No teman, sólo le diré la verdad. Hice un dibujo sobre mi familia completa, y a ellos les llamó la atención.
─Oh, dibujaste a tu papá y a tu tío Tsubasa, los campeones del mundo─ toma el dibujo del pequeño y lo examina con asombro.
─Sí, pero... también dibujé a mi verdadera mamá, Maki. Realmente quiero que vuelva a vivir en la misma casa que papá y yo...─ dice, con la mirada gacha.
El resto de los niños de su clase se ríe.
─¡Shh! ¡No le falten el respeto a su compañero!
─¡No se rían! ¡Al menos mis padres son personas importantes! ¡A los suyos no los conoce ni el alcalde!─ les zampa el pequeño.
Todos se quedan callados al oír esas palabras.
─¡Uuuuuuh! ¡Ese es nuestro Tora!─ Gyo y Haru le palmean la espalda.
─¡De mi familia nadie va a hablar mal!
Sin duda heredó el coraje y la determinación de su padre, el tigre Kojiro Hyuga.
En el recreo jugaron a la pelota, como acostumbran todos los días; Eri se sentó con Suki debajo de un árbol para jugar con Miu y Rin. A la salida de la escuela, Kojiro y Hisako pasaron por ellos.
─Ay, niños, les espera el mejor helado de su vida─ dice la chica─. Les permitiremos tomar un helado de cuatro sabores nuevos, los que ustedes quieran.
─¡Qué genial!
─Seguramente no recuerdan los nombres de los sabores. Cuando lleguemos a la heladería les mostraremos─ les dice Kojiro.
─Sí, papá─ responde Eri─. ¿Quieres helado, Rin? ¿Quieres helado, Miu?
Tora está muy emocionado, no sólo por el helado, sino por ver a su verdadera madre mañana. No se va a despegar de ella en todo el tiempo que estén juntos.
─¡Qué emocióooon!
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