009. david rossi's house

☄️009. La casa de David Rossi

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LOS FINES DE SEMANA SIN TRABAJO no eran los días más esperados por Gisselle, y no porque no le gustara descansar, si no porque al ser una mujer soltera, sin hijos y con amigos viviendo en otro estado, sus fines de semana usualmente se basaban en estar sentada viendo televisión. Algunas veces salía de fiesta, sin embargo, esa opción quedaba descartada ya que aún no tenía las amistades suficientes para salir e ir sola, no era una opción.

Aunque ese fin de semana tenía una ventaja, Harry seguía con ella. Que si bien aún no tenían un plan sobre que hacer, al menos estaban juntos.

— ¿Vamos a caminar por la ciudad?— preguntaba Harry sentada en el sofá

— Hace mucho sol, sabes que no me gusta el sol— negó Gisselle sentada junto a él— ¿Vamos a desayunar?

— No, ya desayuné y ya no tengo hambre— negó ahora Harry— ¿Vamos al teatro?

— No, no tienen obras buenas— negó nuevamente Gisselle— Esto no va a funcionar. ¿Te parece si mejor pedimos comida y vemos alguna serie?

— Bueno— asintió Harry poniéndose de pie

Harry caminó hasta el refrigerador en donde sabía que su hermana pegaba todos los volantes de los restaurantes que la gente dejaba en su buzón.

Después de una conversación de 10 minutos sobre que comida sería mejor, los hermanos Pipes se decidieron por comida mexicana.

Mientras esperaban a que la comida llegara, Gisselle aprovechó para tomar una ducha mientras Harry arreglaba un poco de la sala.

El agua caliente caía por su cuerpo mientras se tomaba unos momentos para disfrutar la tranquilidad del día. Amaba su trabajo sin duda alguna, pero también amaba el poder tomar una ducha sin las prisas de tener que llegar a la oficina o a una escena del crimen.

El reloj marcó las 12 del día cuando el timbre del departamento sonó, indicando que la comida ya había llegado. Gisselle aún se encontraba vistiéndose, por lo que Harry fue el encargado de recibir el pedido.

— ¡Apúrate o me como tus tacos!— exclamó Harry desde la sala

— ¡Tú te atreves a comerte mis tacos y yo te corto la mano!— gritó Gisselle en respuesta

Solo se pudo escuchar una carcajada por parte de Harry como respuesta.

Gisselle se apresuró a vestirse, revisó su celular para asegurar que no tuviera algún mensaje que indicara que tenía que presentarse en la oficina en los próximos minutos y salió a la sala en donde Harry ya la esperaba.

— Antes de poner la serie, quiero que me cuentes como te has sentido estos días en tu nuevo puesto— decía Harry mientras tomaba asiento— ¿Qué tal te trata el FBI? ¿Es lo que esperabas? ¿Ya tuviste un caso raro?

— Me trata bien. Mi equipo de trabajo es bastante amable, me ayudó mucho el no ser la única nueva entre ellos— respondía Gisselle mientras abría su refresco— Y aunque tuve un pequeño incidente con García, ya se acercó a mi y lo resolvimos. No puedo decir que ahora es mi amiga, pero al menos ya podemos mantener una relación más tranquila

— ¿Qué paso?

— Revisó mi expediente laboral y dijo algunas cosas fuera de lugar. Se que no lo hizo con una mala intención, aún sigue dolida por la ausencia de la agente Prentiss y quería ver quienes serían las nuevas reclutas que trabajarían con el equipo, pero sabes lo mucho que me molestan esa clase de actitudes— explicaba Gisselle— Como sea, ya se acercó a Blake y a mi para pedirnos disculpas, conmigo se tardó un poco más, pero detalles más, detalles menos. Lo importante es que ahora estamos bien

— No me sorprende que se tardara más en acercarse a ti— rio Harry ganandose una mala mirada por parte de su hermana— Sabes que te amo con todo mi corazón, pero tienes que admitir que tienes un caracter bastante complicado. No cualquiera se acerca ti

Gisselle rio. No iba a protestar porque sabía que las palabras de su hermano eran ciertas.

Durante su paso por la policía de diferentes estados, Gisselle se había forjado una reputación de tener un caracter bastante complicado. La seriedad era una de sus caracteristicas principales y no muchos eran capaces de conocer el otro lado de su personalidad, por lo que ante la mayoría de los ojos, Gisselle era vista como alguien estricta y con poco sentido del humor.

Cosa en la que no podían estar más equivocados.

— Pero quitando eso, ¿estás bien?— preguntó Harry nuevamente— Supe de un convicto que se escapó al que le decían el silenciador. Un caso bastante turbio, ¿fue tuyo?

— Si, fue nuestro— asintió Gisselle haciendo una mueca al recordar el desenlace del caso— No terminó como hubiera querido, pero al menos logramos salvar a una familia ese día

— No sabes cuanto te admiro por poder hacer ese trabajo. Desde que te uniste a la policía se que ves cosas horribles, pero en la UAC es una cosa completamente diferente... y admiro tu fortaleza para hacer esto todos los días

— Siempre he querido hacer del mundo un lugar mas seguro, supongo que es eso lo que me ayuda a lidiar con todas esas cosas— pensaba Gisselle

— Definitivamente eres la hermana más increiblemente valiente que existe en el mundo— sonrió Harry, haciendo que Gisselle también sonriera

— Andas demasiado lindo y atento, ¿qué quieres?— preguntó Gisselle riendo de manera ligera

— ¿Qué no te puedo decir cosas lindas sin que esperes que quiero algo a cambio?— preguntó Harry falsamente ofendido— ¿Qué percepción tienes sobre mi? Yo solo quería recordarte que eres una gran hermana, es todo

Ambos rieron. Gisselle recargó su cabeza en el hombro de Harry y le dieron play a la serie.

Definitivamente el tener a su hermano a su lado la ayudaba a que todo fuera más sencillo.

•••

Cuando Gisselle recibió un mensaje de texto por parte de JJ informandole que el equipo se iba a juntar en casa de David Rossi para una reunión de bienvenida para ella y Alex, la rubia no pudo evitar sentirse halagada por tal acto.

Para Gisselle no era tan común el involucrarse tanto con sus equipos de trabajo, sin embargo, la UAC parecía ser un equipo completamente diferente a cualquier otro en donde hubiera trabajado, y la clara prueba de esto, era la manera en la que ahora buscaban darle la bienvenida.

— ¿Segura que tus compañeros no tienen problema con que yo vaya? Yo no soy de la UAC— decía Harry mientras caminaban por los pasillos del supermercado

Y es que pese a estar emocionada por la invitación, Gisselle no quería dejar solo a su hermano, después de todo, pocos eran los fines de semana que tenían la oportunidad de compartir, por lo que en cuanto confirmó su asistencia, le preguntó directamente a David Rossi si había algún inconveniente con que ella llevara un invitado, cosa a la que el italiano accedió sin problemas.

Ahora, los hermanos Pipes caminaban por los pasillos de licores mientras pensaban que llevar para no llegar con las manos vacías.

— Ya te dije que no tienen problema. Hablé con Rossi y él siendo dueño de la casa a la que vamos me dijo que no tiene problema— respondió Gisselle mientras veía las botellas de vino— Además, por lo que me dijo, la mayoría va a llevar invitado. JJ irá con su esposo y su hijo. Blake con su esposo. Aaron con su pareja y su hijo. No te preocupes

Harry asintió un poco más tranquilo ante el hecho de que no sería el único que no formaría parte de la UAC en esa reunión.

Después de cinco minutos de busqueda, Gisselle se dicidió por llevar una botella de whiskey y algunos quesos para hacer una tabla de estos mismos.

El camino a la casa de Rossi fue tranquilo. Fueron 20 minutos de conversaciones sin sentido, de Harry contando que había intentado volver a hablar con Leigh-Anne, sin embargo, la chica acabó rechazandolo amablemente para no causar problemas con quien ahora ya era su esposo. Gisselle tuvo que reprimir su risa y sus ganas de soltarle un golpe en la cabeza. Y es que aunque su amistad con Leigh-Anne aún existía, no era nada de lo que solía ser.

Leigh-Anne era muy dulce, tristemente tenía un gran problema, el problema era su esposo, quien al estar celoso de los sentimientos que Harry tenía por la mujer, terminó generando que ella no solo se alejara del menor de los Pipes, si no también de Gisselle, quien aunque no estaba nada de acuerdo en la relación de su amiga, sabía que no podía intervenir.

— Yo solo espero que algún día Leigh-Anne se de cuenta que merece a alguien mejor que Joseph— decía Harry con tristeza

— Tal vez lo haga, tal vez no. Pero eso ya no va a estar en nosotros— le respondió la rubia sin despegar la vista del camino— Yo también estoy de acuerdo contigo en cuanto a que él no la merece, pero si ella lo ama y no quiere ver las alertas, nosotros no podemos presionarla para que lo deje. Lo único que podemos hacer es apoyarla, sin importar la decisión que tome

Harry suspiró derrotado. Su hermana tenía razón.

Cinco minutos después, un grupo de grandes y lujosas casas aparecieron frente a los hermanos, quienes estaban impresionados por el tamaño de las propiedades

— Empiezo a creer que me equivoqué de carrera, debí ser escritor— decía Harry impresionado— Dijiste que tu compañero no tenía hijos, ¿No crees que me quiera adoptar? Ya no tendría que pagarme la universidad

— No creo que Rossi esté en busca de hijos, pero si los llega a querer, le hablaré de ti— se rio Gisselle mientras se acercaba a la caseta en donde un guardia le pedía detenerse 

— Identificación y a quién viene a ver— habló el guardia acercandose a la ventanilla del auto

— Soy Gisselle Pipes, vengo a ver a David Rossi— decía la rubia mientras extendía su identificación

El guardia tomó la identificación de Gisselle y se dirigió a la caseta para revisarla. Unos segundos después, regresó con el plástico en mano, devolviéndoselo con un breve asentimiento antes de abrir el portón para permitirles el paso.

—Gracias— dijo Gisselle, acompañando sus palabras con una sonrisa, mientras avanzaba por el camino flanqueado por árboles perfectamente alineados.

El trayecto hacia la casa fue tranquilo, pero no exento de sorpresa para Harry, quien no podía dejar de admirar los detalles del lugar. Finalmente, divisaron el número que correspondía a la casa de David Rossi, y Gisselle redujo la velocidad para estacionar cuidadosamente en la amplia entrada pavimentada.

Al descender del auto, Harry seguía observando el entorno con fascinación. La casa era incluso más imponente de lo que había imaginado: una construcción elegante, rodeada por un impecable jardín que parecía haber salido de una revista. Su asombro lo hizo retroceder un paso, sin notar que alguien venía detrás de él.

—¡Cuidado!— exclamó Gisselle antes de que chocara con el desconocido.

Harry dio un salto y giró rápidamente, encontrándose frente a un hombre alto, de porte serio y mirada inquisitiva.

—¡Perdón, perdón!— se apresuró a decir Harry, levantando las manos con torpeza— No me di cuenta, lo siento mucho.

—No te preocupes— respondió el hombre, relajando su postura—. ¿Estás bien? Eh... disculpa, no sé tu nombre.

Antes de que Harry pudiera contestar, Gisselle llegó hasta ellos con paso rápido, luciendo una expresión entre divertida y apenada.

—Hola, Aaron— saludó ella, fijando su mirada en el hombre— Perdón por eso. Él es Harry.

Aaron Hotchner asintió lentamente, su sonrisa cordial apenas perceptible, aunque por un instante sus ojos delataron una chispa de algo más. Miró a Harry de nuevo, evaluándolo, antes de hablar.

—Un gusto, Harry— dijo, extendiendo la mano. Luego, señaló al niño que estaba a su lado— Él es mi hijo, Jack.

— Hola, es un placer conocerte, Jack— saludó Gisselle agachandose para estar a la altura del niño y estrechar su mano— Yo soy Gisselle. Me gusta tu playera de dinosaurios

— Hola Gisselle, a mi me gusta tu nombre, suena bonito— decía el niño timidamente correspondiendo el saludo de la rubia

Aaron sonrió ante aquella accción.

—Y ella es Beth— añadió Aaron, señalando a una mujer de cabello castaño que estaba sujeta de su brazo.

Gisselle les dirigió una sonrisa educada, aunque no pudo evitar sentir una punzada extraña al notar la cercanía entre Aaron y Beth. 

— Un placer— sonrió Gisselle volviendo a enderezarse y estrechando la mano de Beth

Beth estrechó la mano de Gisselle con un gesto amable.

—Un gusto conocerte, Gisselle— dijo Beth, con un tono cálido— Aaron me contó quue tú eres una de las nuevas reclutas del equipo, ¿de dónde vienes?

— De muchos lados en realidad, pero mi último empleo fue en Baton Rouge— respondió sin borrar la sonrisa de su rostro

— ¡Nueva Orleans! Siempre he querido visitarlo, se que es un lugar bastante rico en cuanto a arte— exclamaba Beth con emoción— Soy restauradora de arte, así que una disculpa si durante el día te hago muchas preguntas relacionadas a eso

— No te preocupes, yo soy muy fan del arte en general, así que estaré encantada de responder cualquiera de tus preguntas— decía Gisselle 

— Es bueno ver que se lleven bien, ¿les molesta si llevamos esta conversación al interior de la casa?— propuso Aaron, haciendo que ambas mujeres soltaran una risa

— Si, lo siento, solo dame un momento. Harry, ¿puedes bajar del auto lo que trajimos?— preguntó Gisselle extendiendole las llaves al castaño, quien asintió 

Harry se alejó por unos segundos mientras Gisselle y Beth mantenían nuevamente una conversación sobre el arte en Nueva Orleans, todo bajo la mirada de Aaron Hotchner, quien no se sentía tan seguro del porqué le molestaba la presencia de Harry junto a Gisselle,

•••

Todo el equipo y sus invitados estaban esparcidos por la amplia sala de Rossi, disfrutando de la celebración. Las conversaciones fluían entre el tintineo de copas y risas relajadas, mientras el anfitrión se movía entre los grupos con su característico carisma.

Gisselle estaba muy feliz por la convivencia con todos, definitivamente la reunión había sido una gran idea para poder terminar conectando con su equipo. Incluso ahora podría decir que se había vuelto un poco mas cercana a García, quien como una manera de disculpa por lo ocurrido entre ambas, le obsequió una bufanda con la bandera de Inglaterra.

La rubia agradeció y la colocó junto a su abrigo. Aprovechando el momento, Gisselle tomó su bolso y sacó de esta un cigarrillo. Se acercó a Rossi para preguntarle si había algún problema si ella fumaba, a lo que el negó de manera inmediata, dandole incluso uno de sus ceniceros.

Gisselle salió al jardín y tomó asiento en una de las bellas bancas pintadas de blanco y decoradas con flores mientras encendía su cigarrillo y comenzaba a disfrutar la vista.

Era un jardín precioso. Lleno de vida y colores, una gran variedad de flores y árboles e incluso algunas aves volando por el espacio. Era como si el jardín de David Rossi fuera sacado de algún libro de cuentos.

— ¿Me puedo sentar?— preguntó una voz haciéndola brincar— Lo siento, no buscaba asustarte

— Adelante, no tienes ni por qué preguntar, y sobre lo del susto, ni te preocupes. Me perdí mucho en mis pensamientos— respondió Gisselle dándole una calada a su cigarro— ¿Qué haces aquí afuera? Pensaría que disfrutarías un poco más de la gran conversación de Rossi sobre los mejores vinos

Aaron rio ligeramente.

— Es una buena conversación, no lo voy a negar, pero quería un poco de aire. ¿Y tú? ¿Tuviste demasiado de las conversaciones de Reid sobre los cinco libros que leyó en el desayuno?— preguntó Aaron con un ligero toque de diversión en su voz

— Error, leyó ocho libros en el desayuno— corrigió Gisselle con el mismo tono— Y no, no es eso. Solo quería un cigarrillo y un poco de aire de fresco. Nada en contra de ustedes, pero a veces me engento y necesito un momento a solas

— Entiendo, entiendo. ¿Entonces quieres que te deje sola?

— No, no, no— negó Gisselle rápidamente— Puedes quedarte aquí si lo deseas, estoy bien con tu compañía

Aaron le sonrió y guardó silencio por unos instantes. El silencio no era absoluto, puesto que el ambiente estaba cargado de la música de Tony Bennet y de las voces del resto del equipo, sin embargo, Gisselle y Aaron estaban demasiado sumergidos en disfrutar la compañía entre ambos como para prestar atención al resto.

— ¿Y qué hiciste de tu vida después de la última vez que nos vimos?— preguntó Aaron volteando a ver a la rubia— Supe que al igual que Morgan, rechazaste el puesto que era de Kate

— Quería escalar en la policía, pero no de esa manera. Kate merecía un luto, no tenían por qué intentar reemplazarla tan pronto— le contestó Gisselle dando otra calada al cigarrillo entre sus dedos— Pero si, en efecto, rechacé el puesto. Aún así permanecí en Nueva York unos años más, al menos hasta que me llegó una oportunidad en Baton Rouge, que como escuchaste hace un rato, fue el último lugar en donde trabajé antes de llegar aquí

— Debo de decir que quedé realmente sorprendido de volver a verte. Sabía que en algún momento lograrías ingresar al FBI, solo que no esperaba que eligieras la UAC

— Nunca tuve dudas sobre que era el lugar al que quería pertenecer. Los seminarios a los que me recomendaste asistir me hicieron enamorarme de todo lo que hacen— sonreía Gisselle con emoción— La oportunidad llegó antes de lo planeado, pero definitivamente fue lo mejor que pudo pasarme

— Me alegra que siguieras mi consejo y tomaras esos seminarios— dijo Aaron sin dejar de ver a Gisselle— Es bueno que estés con nosotros...

Gisselle se permitió perderse momentáneamente en la mirada del hombre frente a ella. No iba a negar su gran atractivo, solo un tonto lo haría, sin embargo, no se iba a permitir pensar más en él. No solo por el hecho de que era su jefe, si no por algo muchísimo más importante...

Él ya estaba saliendo con otra persona.

Y eso era algo que Gisselle respetaría sin importar lo atractivo que fuera el hombre frente a ella.

— Y ahora por lo visto... sales con alguien. Me da gusto ver que tu vida esté progresando— decía Aaron dejando a Gisselle confundida— El hombre con quien vienes... fue él quien te mandó las flores a la oficina, ¿no?

Gisselle tuvo que morder su labio para no soltar una carcajada.

— Oh por dios no, eso jamás— reía Gisselle mientras hacía una mueca de asco— Harry no es mi pareja. Es mi hermano, ya te había hablado de él. Fue él quien se quedó afuera del departamento el día que tuve mi primer caso con ustedes

En ese momento Aaron recordó la conversación que había tenido con la rubia días atrás y las cosas que ella había dicho en el avión cuando habló sobre su vida.

“Harry y yo nos mudamos cuando cumplí 22, que fue cuando comencé mi proceso en la policía y ya había terminado mi carrera”

— Lo lamento mucho, parece que había olvidado ese detalle. Había escuchado el nombre de tu hermano en el avión y lo olvidé por completo, de verdad perdóname— decía Aaron avergonzado

— No te preocupes. Si te hace sentir mejor, no eres la primera persona en creer que somos una pareja— decía Gisselle aún riendo— Es extraño que lo crean, pero después de la tercera ocasión ya me hace mas gracia

— De verdad perdóname...

— Hey, ya basta. Ya te dije que no tienes de qué disculparte— le dijo dulcemente— Pero para futuras referencias, recuerda que también mencioné que estoy soltera. Se que ese día en el avión estabas ocupado leyendo algunos expedientes, así que si llegas a tener alguna duda sobre mi, no dudes en hacérmela saber

— Está bien, eso haré— le sonrió Aaron aún avergonzado

•••

Estaba de más mencionar que la reunión había sido un completo éxito. Todos disfrutaron y rieron como hacía tiempo no lo hacían, tanto así, que ninguno parecía darse cuenta que el reloj ya marcaba las 11 de la noche.

Todos bailaban en el jardín algunas melodías lentas que Gisselle no reconocía, por lo que eligió ese momento para entrar nuevamente a la casa para servirse una copa más de vino.

Fue entonces que se encontró con Jack Hotchner. Se detuvo al verlo recostado sobre la mesa, con la cabeza apoyada en sus pequeños brazos y los ojos cerrados, claramente vencido por el sueño

Gisselle volteó al jardín y se encontró con Aaron bailando en compañía de Beth, por lo que no quiso interrumpir y decidió arropar al niño en uno de los grandes sillones de la sala.

— Jack, Jack, despierta campeón— decía Gisselle en voz baja para no espantar al pequeño— Ven, vamos a que te acuestes en el sillón para que estés más cómodo

El niño se puso de pie mientras que con una mano tallaba sus ojos y con la otra, sujetaba la mano de Gisselle, quien lo guiaba hasta el sillón más grande.

La rubia acomodó los cojines para que el niño pudiera acostarse cómodamente y lo ayudó a quitarse los zapatos. Al darse cuenta que no había algo para taparlo, decidió tomar su abrigo para que no pasara frío. Se agachó para quedar a la altura del sillón y asegurarse que Jack estuviera cómodo.

— ¿Estás bien así o necesitas algo más?— preguntó Gisselle— Si tienes frío puedo prestarte también el abrigo de mi hermano

— Estoy bien, gracias— agradeció el niño acurrucandose en el sillón

Gisselle sonrió con ternura al ver esa escena. No solía tener mucha convivencia con niños, y aunque ella no deseaba ser madre, no iba a negar que sentía una debilidad por los niños.

— Gisselle, ¿me cuentas un cuento?— preguntó el niño adormilado, tomándola por sorpresa

El nerviosismo golpeó a Gisselle de inmediato. Hacía años que no estaba cerca de un niño, y la última vez que contó un cuento fue probablemente a Harry cuando era pequeño.

— Yo... no conozco muchos cuentos para dormir— decía algo nerviosa

— No importa, el que sea— pedía Jack

Gisselle se tomó unos segundos para intentar recordar alguno de los cuentos que solía contarle a Harry cuando era niño, sin embargo, si cabeza parecía no querer cooperar ya que no lograba recordar ninguno.

—Bien... entonces te contaré sobre un niño muy valiente que vivía en un bosque mágico— empezó, improvisando sobre la marcha y nerviosa de que la historia no pudiera gustarle— Este bosque estaba lleno de árboles muy muy altos, donde las estrellas parecían brillar más cerca que nunca. Pero había algo especial en él: los animales podían hablar

Mientras narraba el cuento, Gisselle decidió sentarse en el suelo para estar más cómoda y que Jack pudiera escucharla mejor.

—¿Cómo hablaban?— preguntó Jack con gran curiosidad.

—Con voces profundas y fuertes, como la de un león, o suaves y cantarinas, como la de un ave— continuó Gisselle, sonriendo ante la pregunta— El niño, que se llamaba... eh... Jack

— ¿Cómo yo?— preguntó el niño ilusionado

— Exactamente— siguió sonriendo la rubia— Bueno, Jack era amigo de todos los animales del bosque. Pero un día, algo extraño ocurrió: las estrellas comenzaron a desaparecer una por una.

Jack frunció ligeramente el ceño, claramente interesado ahora.

—¿Por qué?

—Porque una bruja que vivía en una montaña cercana quería quedarse con toda la luz para ella sola— explicó Gisselle, sorprendiéndose a sí misma por lo fluida que estaba siendo la historia—. Así que Jack decidió que no podía dejar que eso pasara. Junto a sus amigos, el búho sabio y el conejo veloz, subió a la montaña para enfrentarse a la bruja y recuperar las estrellas.

Jack sonrió débilmente y se acomodó más en el sillón, su voz apenas audible.

—¿Y lo logró?

Gisselle lo miró con ternura y asintió.

—Por supuesto que sí. Jack, al igual que tú, era muy valiente, pero también era muy inteligente. Convenció a la bruja de que la luz era más hermosa cuando se compartía. Al final, las estrellas volvieron al cielo, y todos celebraron bajo la luz más brillante que jamás habían visto.

Jack no respondió. Sus ojos ya estaban cerrados, su respiración se había vuelto tranquila y regular. Gisselle se quedó allí unos minutos más, observándolo dormir, una sensación de paz y satisfacción llenándola por dentro. Tal vez no era una experta con niños, pero en ese momento, sintió que había hecho algo bien.

Gisselle permanecía sentada en el suelo junto al sillón, observando cómo Jack dormía profundamente bajo su abrigo.

No podía evitar sonreír ligeramente al ver su expresión tranquila. Sin darse cuenta, había empezado a juguetear con los pliegues del abrigo, mientras su mente vagaba entre recuerdos de su infancia con Harry y todas las cosas que compartieron.

El sonido suave de unos pasos detrás de ella la hizo girar la cabeza. Aaron estaba de pie en el umbral de la sala, observándola con una mezcla de sorpresa y gratitud en su mirada.

—No sabía que tenías dotes de cuentacuentos— comentó Aaron en voz baja, para no despertar al niño— Una nueva habilidad para tu currículum

— No sé si "dotes" sea la palabra adecuada. La verdad me tomó por sorpresa que me pidiera un cuento, no recordaba ninguno— respondió, encogiéndose de hombros y poniéndose de pie— Lo encontré dormido en la mesa y pensé que sería mejor que descansara aquí. No quería interrumpirte.

Aaron se acercó, sus ojos pasando de Jack a Gisselle.

— Si, fue lo mejor— dijo con sinceridad— Gracias por cuidarlo y contarle ese cuento

Ella negó con la cabeza, como si no fuera gran cosa.

— Ni lo menciones, Jack es un niño encantador— dijo Gisselle honestamente— Además, fue mera casualidad encontrarlo, yo solo venía por otra copa de vino

— Es importante para mi y por eso lo menciono. De nuevo, gracias— agradecía Aaron

Antes de que Gisselle pudiera responder, el sonido de risas provenientes del jardín los trajo de vuelta al presente, ya que por unos instantes, ambos parecían estar perdidos en las miradas del otro.

— Debería volver a la fiesta... pero si necesitas algo, no dudes en decirme— sonreía Gisselle de manera nerviosa

— Disfruta la fiesta, lo tendré en consideración— continuaba sonriendo el hombre mientras la veía alejarse

Este capítulo genuinamente fue hecho sobre la marcha y sin tener claro que era lo que buscaba y creo que fue uno de mis favoritos. ¿O ustedes qué opinan? ¿Les gustó? jsjs

25 comentarios para desbloquear el siguiente capítulo.

K. 🦋

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