Capítulo 9: Alianza muy peligrosa

NARRADOR

La familia Wakashimazu se retiró del orfanato al ver que ya estaba anocheciendo. No querían preocupar a Kei y a sus padres.

─Fue un placer recibirlos en este lugar─ dijo Inori juntando las manos debajo de su mentón.

─Y fue un placer probar esos wagashi─ dijo Kazuki sacando la lengua.

─Vendremos otro día─ dijo Ken─. ¿Te gustó jugar con los niños, Oyuki?─ le preguntó a su hija, quien no dejaba de abrazar a su Goro de peluche.

─Ese niño llamado Gen quería llevarse mi libro favorito y a mi Poko─ lo abrazó con más fuerza.

─Uy, ese es bravo─ dijo Sawaki─. La otra vez que vine intentó robarme la billetera con los documentos, ¡y mi licencia de conducir!

─¡No mereces conducir conduciendo tan mal!─ le gritó Gen desde adentro.

─¡No te metas en temas de adultos, mocoso maleducado!

Inori volvió a reír.

─Gen roba todo lo que le llame la atención, pero es un muy buen niño─ dijo la peli-lila.

─Sí, un buen niño CON CUALQUIER PERSONA QUE NO SEA YO─ Sawaki resaltó lo último en voz alta.

Todos los demás rieron.

─Bueno, nos vamos, que Oyuki está desesperada por que le roben su Poko─ Ken la cargó en su espalda.

─Nos vemos, Sawaki─ saludó Kazuki─. No olvides mandarme esas canciones de Lia, que me quedé con las ganas de volver a escucharlas.

─Si sobrevivo a estos niños...─ señaló con su pulgar hacia atrás.

─Adiós, Inori─ saludó Ken.

─Hasta pronto, tíos Sawaki e Inori─ saludó Oyuki con la mano.

Sawaki se quedó con Inori hasta que llegase la hora de que Inori se fuera a su casa.

─Yo pensé que las señoras que trabajan en un hogar de niños se quedaban viviendo en él.

─En realidad es así, pero por ser nueva y más joven que el resto, me dan como máximo ocho horas para volver a casa y estar ahí.

─¿Quieres que te lleve a casa en el auto?

Inori lo meditó unos segundos. Corría el riesgo de que Sawaki lo chocara, pero era más seguro que caminar sola de noche. Suspiró.

─De acuerdo. Dejaré que me lleves a casa, pero POR FAVOR CONDUCE CON CUIDADO.

─¡No es mi culpa que haya tantas columnas y perros en la calle!

Inori se pegó la frente con su mano.

─No era lo que intentaba decirte─ meneó la cabeza.


Un hombre encapuchado iba caminando por las calles. Tenía en su mano un cuchillo manchado de sangre. Había cometido un asesinato en una casa donde vivía un hombre viudo.

─Ja. Se siente muy bien darme una ducha con sangre fresca─ se relamió los labios con una sonrisa siniestra.

Las luces pestañaban. Los perros ladraban en la calle. Las calles estaban desiertas. Era un asentamiento muy pequeño, que nadie se anima a salir de madrugada. La policía siempre rondaba esas calles, en las que ni siquiera Gakuto Sorimachi, nombrado el mejor policía de la ciudad ha pasado por ahí por el momento.

Entonces, gracias a la luz de un poste, el hombre logró divisar una figura corriendo hacia él. Tenía miedo de que fuese la policía. Pero no. No era. Traía puesto un chal, una prenda femenina, y mientras se acercaba cada vez más, pudo ver que traía una minifalda. Era definitivamente una mujer.

Se detuvo luego de correr unos cuantos pasos. Se quitó un gorro de lana que le dejó al descubierto una hermosa cabellera rubia, por la cintura. 

─Vaya, con que estoy cara a cara con un asesino─ dijo tomando como referencia el cuchillo bañado de sangre. Sus ojos rojos como el magma parecían dos hendijas.

─No pareces nerviosa. Eres valiente─ dijo con su voz ronca y tenebrosa.

─No, ya que yo también soy una asesina─ sonrió con malicia─. Estoy huyendo de la policía después de asesinar a una mujer en una tienda de cosméticos. Se quería llevar un labial rojo, el único que quedaba, y yo no tuve de otra que asesinarla...

─Eres de sangre fría, ¡y me gusta!─ imitó esa sonrisa maliciosa.

En ese momento unas sirenas se hacen visibles a lo lejos, pero venían a gran velocidad. Los dos no tuvieron de otra que esconderse en un callejón oscuro, detrás de un contenedor de basura. Cinco patrulleros pasaron a gran velocidad, y no los vieron. Suspiraron aliviados, y se pusieron de pie.

─Veo que ambos nos entendemos─ dijo el hombre─. Soy Ippei Asagiri, ¿y tú?

─Soy Noriko Eguchi, un placer─ se dieron la mano─. Pienso que contigo me será más fácil cumplir mi venganza.

─¿Venganza? ¿De quién te quieres vengar?

─De una mocosa de mierda llamada Desuka que me arruinó una de mis mejores relaciones con un hombre hermoso─ lo dijo rabiosa─. Ella era hija de ese hombre, y yo abusaba de ella para que no intentara entrometerse en nuestro amor, incluso fingí un embarazo para que el hombre ya no se fijara más en ella.

─Wow. Eres una mujer siniestra─ sonrió Ippei─. Yo también quiero hacer sufrir a una mocosa a la que casi le arruino la vida del todo. Jenru iba a ser mía, pero se fue de la casa, y la he vigilado estos cuatro años, pero nunca fue el momento adecuado para hacerle pagar por todo. Entonces mi plan es hacer sufrir a sus seres queridos, uno por uno hasta que ella quiera hacerme frente, y ahí aprenderá que de mí no tiene escapatoria, y como tú también quieres vengarte de alguien, que por lo visto Desuka es amiga cercana de ella, será perfecto unirnos para deshacernos de ellas.

─Jujuju, me encanta la idea de trabajar en equipo, y además con un hombre apuesto como tú, Ippei-san.

─¡Oh, basta! ¡Me alagas!─ se sonrojó.

─¿Sabes? Yo amo a los hombres, y mi sueño es tener un hermoso hombre a mi lado, ¡pero esa nenita malcriada de Desuka lo arruinó todo!

─No tienes que sentirte así, porque te ayudaré a estrujarle el alma a esa zorrita, y a Jenru también.

─Sí.

Ambos rieron con malicia.

Esta alianza muy peligrosa muy pronto pondrá en aprietos a nuestros héroes.

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