Capítulo 18: ¿Tú eres mi abuelo?

NARRA TAKESHI

─¿Qué crees que has hecho, Takeshi?

Esa voz... Es Gakuto, el papá de Sorimachi.

─Oh, ¡Gakuto-san! Le tengo noticias sobre lo que está sucediendo...

─Explícame por qué la mataste de esa forma─ señaló el cadáver de Noriko tirado en el suelo.

─Eso es parte de lo que Takeshi tiene que decirle─ intervino Desuka.

─Así es. Escuche, esta mujer es la antigua novia del padre de Desuka, quien abusaba de ella cruelmente, y fingió un embarazo para quedarse con su padre por siempre, pero las cosas se arreglaron y la mujer se fue de la casa por siempre, pero regresó, y está con Ippei Asagiri, el hombre que iba tras Jenru cuando era más joven.

─¿Esa mujer participó de los ataques de Asagiri?

─En efecto. Ahora íbamos para casa, pero ella apareció y quería matar a Desuka en la calle, entonces me vi forzado a matarla─ le mostré el fierro manchado de sangre─. Vea─ le señalé las marcas de sus manos en mi cuello─, incluso me atacó por entrometerme entre ella y Desuka.

─¿Estás bien?─ preguntó con preocupación.

─No se preocupe. Lo importante es que solamente queda Ippei.

─Bueno, Takeshi, matar a una persona es un delito, te hubiese llevado a la justicia, pero lo hiciste por defensa propia, y de un ser querido, además de que esa mujer era el verdadero asesino. Estás limpio.

Suspiré aliviado.

─Creí que iría preso─ reí.

─Pero no lo vuelvas a hacer, que si no te encuentro yo podrían llevarte a la cárcel enserio.

─Siempre y cuando no aparezca otro asesino en frente de mí...

─Uh... ¡Miren!─ Desuka le quitó un cuchillo del bolsillo del abrigo a Noriko─Esta es una prueba de que ella era asesina.

─No entiendo por qué no lo usó para atacarme─ dije en voz baja.

─Oh, tenemos pruebas. Gracias, Desuka─ Gakuto tomó el cuchillo y lo guardó en una de esas bolsas donde la policía guarda evidencias de algún crimen─. Tengo que llevar esto a la comisaría. Ustedes vayan con cuidado en caso de que Ippei esté rondando por estas calles. Aún no lo hemos capturado. Creemos que no vive aquí en la ciudad, sino que fuera de ella.

─Ken nombró algo acerca de una casa abandonada a las afueras de Tokio donde violó a Sumiye─ dijo Desuka.

─Iremos a investigar ahora cuando le entregue las pistas al jefe. Vamos a capturarlo, y luego intenten revivir a Kiyoko y... no sé, volver en el tiempo para evitar que secuestre a Sumiye...

─Lo haremos. Vamos, Desuka.

─Nos vemos, Gakuto-san─ saludamos y nos fuimos caminando de ahí.

─Tendré que llamar a los demás para que se encarguen del cadáver de esta bruja.


NARRA KEN

Estábamos por irnos a dormir, cuando vi a Oyuki contemplando mi traje de karate.

─¿Quieres ir al dojo de la Tía Jenru?─ intenté adivinar.

Ella asintió.

─Sé que querías ir con Hisao, pero ella no está estable emocionalmente como para reabrir el dojo. Entiende que esto es grave, mi amor─ acaricié su frente.

─Lo sé, pero...

─¿Pero...?

─¿Al menos puedo conocer a mi otro abuelo, que hacía karate?

─¿Tu otro abuelo, te refieres a mi papá?

─Uhúm. Conozco a la abuela Haru, pero nunca he visto al abuelo Daiki. 

Papá... Ha pasado tanto tiempo... No lo he visto en persona desde que se fue de la casa, pero Oyuki tiene todo el derecho del mundo de conocer a su abuelo. Mamá me dijo que se había ido a vivir a Nara, una localidad cercana a Tokio. Quizás debería llevarla mañana en tren para que lo conozca.

Esos ojitos brillantes suplicantes me lo están pidiendo a gritos.

─De acuerdo. Iremos en tren con mucho cuidado, y te enseñaré a tu abuelo Daiki.

─¡Síiiiiiii! ¡Qué felicidad!─ se pega a mi cuerpo como si un imán nos atrayera.

─¿Vamos a pasear en tren?─ pregunta Kazuki, parado en la puerta.

─Yeah─ le dijo Oyuki dándole dos pulgares arriba.

─¡SÍIIIIIIIIIIIIIIIIIII!


Al día siguiente partimos a la estación y nos subimos al primer tren que tenía como destino la ciudad de Osaka, pero que atravesaba el centro de Nara. La casa de papá, que lo convirtió en un dojo de karate que usa para conseguir dinero y comer (todo esto me lo dijo mamá), está cerca de la plaza que hay en el centro de la ciudad.

Oyuki miraba las nubes a través de la ventana. Estaba sentada en el regazo de Kazuki, quien jugaba con sus dedos mayor e índice a correr arriba de los cables de electricidad, como lo hace en cada viaje.

─¿Estás emocionada?─ le pregunté a Oyuki.

Ella asintió con una sonrisa y siguió mirando el paisaje. Yo, por otro lado estaba un poco nervioso por el reencuentro con papá...


Finalmente llegamos a la estación de Nara. Caminamos un poco hasta llegar a la casa de papá.

─Vaya... Parece que tiene su propio dojo─ dijo Oyuki impresionada.

─Así es. Si te deja tal vez puedas hacer karate aquí hasta que Jenru reabra el dojo─ le dije para levantarle el ánimo.

─¡Ojalá que acepte!─ se le iluminó el rostro.

Sonreí, y toqué la puerta. Papá abrió apenas escuchó el golpeteo. Se llevó una gran sorpresa al verme aquí.

─K-ken...

─Papá...

Nos quedamos viendo al otro unos cuantos segundos.

─Hola, señor Wakashimazu─ saludó Kazuki.

─Oh, hola, Sorimachi...─ mira a Oyuki─¿Q-quién es ella?─ la señala.

─Ella es Oyuki, mi hija.

─¿Hi-hija?─ no lo podía creer.

Oyuki caminó hacia él, y se le pegó como si fuera un parásito.

─Hola, abuelo─ sonrió muy tierna.

Papá la miraba asombrado.

Tenía que aclararle un montón de cosas, y arreglar asuntos del pasado.

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