Capítulo 15: ¿Quién es usted?

NARRA JENRU

Mi hermano entró al consultorio donde estaba yo con Sumiye. Posó una mano en mi hombro, y observó con pena su pobre cuerpo ultrajado.

─Ay, Jenru. Esto es horrible─ dice.

Las lágrimas comenzaron a mojar mi rostro.

─C-creo que yo le fallé.

─No digas eso. Hiciste lo que pudiste. Al menos llegaste a tiempo para evitar que Ippei le hiciera algo más. Pudo haber sido peor...

─¡IDIOTA! ¡¿ESO QUÉ IMPORTA?!─ chillé de la rabia que sentí─¡ESTO NO PODRÍA SER PEOR! ¡SI HUBIERA LLEGADO ANTES... PODRÍA HABER EVITADO QUE LA DEJARAN ASÍ!─ me tapé el rostro con las manos, y lloré aún más fuerte─¡Ella era una chica dulce, amable, inocente...! ¡No como esas zorras de Chiyoko y Eri que están muy lejos de entender el verdadero valor de la amistad!

─Jenru, cálmate...

─¡NO ME PIDAS QUE ME CALME! ¡SUMIYE SUFRIÓ INJUSTAMENTE! ¡TÚ QUE SUFRISTE LO MISMO TENDRÍAS QUE DARTE CUENTA DE LO DOLOROSO QUE ES PASAR POR ESO!

─Yo...

─¡ÉL ME QUERÍA A MÍ! ¡LA QUE TUVO QUE PASAR POR ESO DEBÍ HABER SIDO YO, NO ELLA!

─No digas eso... Nadie merece pasar por eso.

─¡CUANDO LO VUELVA A VER, LO MATARÉ CON MIS PROPIAS MANOS!

─Disculpen─ un doctor se paró en la puerta─. Sé que es un momento delicado, pero no griten, por favor. Hay cirujanos en medio de operaciones y...

─¡AAAAAAAAAAAAAAH!─ grité histérica y agarré un bisturí que reposaba junto con otros instrumentos de medicina. El hombre se fue corriendo y mi hermano me agarró de abajo de los brazos.

─¡Jenru, ya cálmate!

─¡SUÉLTAME! ¡¿POR QUÉ ERES INCAPAZ DE ENTENDER EL DOLOR QUE SIENTO?!

─¡Te equivocas! ¡Yo sé que te duele mucho, pero debes calmarte!

─¡TÚ NO ENTIENDES NADAAAA!─ él presionó mi rostro en su pecho y me abrazó con fuerza. Yo le propinaba golpes en el tórax de la bronca que sentía─¡VOY A MATAR A IPPEI!

─¡No intentes nada contra él! ¡Lo único que te pasará será lo mismo que le pasó a Sumiye! ¡Piensa con claridad, Jenru!

─¡NO ME IMPORTA! ¡NO QUIERO QUE MIS AMIGOS SUFRAN POR MI CULPA!

─Tú no tienes la culpa de esto, Jenru. Ese tipo está mal de la cabeza por pensar que abusar de una mujer es divertido. No quiero que vuelva a meterse con mi hermanita de nuevo─ acaricia suavemente mi cabello.

Yo por mi parte dejé de gritar, y lloré silenciosamente en el pecho de Ken, quien me ayudó a salir del hospital y llegar a su casa.


NARRA KEN

Jenru, yo sé que el que le hicieran esto a tu amiga es horrible tanto para ella como para ti. Pero tienes que resistir. Podemos traer de regreso a Kiyoko y a Sumiye.

Sólo espero que no haya más víctimas...

Llegamos a casa de Kazuki. Jenru fue a encerrarse en el baño a llorar otro rato. Necesita tiempo a solas.

─¿Qué pasó, Ken?─ Yui se acercó a mí, preocupada.

─¿Pasó algo malo con Jenru?─ preguntó Kazuki.

─Ella está bien, pero Sumiye no...─ bajé la mirada, apenado.

─¿Qué? ¿Por qué?─ intervino Kei.

─Verán, cuando iba a la tienda a comprar más pan, vi a Jenru corriendo como loca hacia las afueras de la ciudad. La seguí y cuando llegué... Sumiye estaba tirada en el suelo, desnuda... Ippei la violó.

─¡¿QUÉ?!

─Así es. Jenru está muy destrozada. Cree que es su culpa por no haber llegado antes, pero por más que lo haya hecho, no hubiera podido hacer nada. Ippei tiene armas, y Jenru no puede contra eso aún con su karate.

─Qué horrible noticia─ dijo Yui con cara de espanto─. Cada vez son más las chicas que sufren esto. Ella no se lo merecía. Nadie se lo merece.

─Pobre Sumiye─ dijo Kei─. Espero que lo encarcelen pronto. No quiero que le pase algo terrible a alguna de mis amigas.

─Kei, por favor hazme el favor de no salir solo en ningún momento del día─ le dijo Yui─. Que por ahora haya atacado mujeres no significa que no lo haga con hombres. No quiero que te pase nada.

─Sí, mamá.

─Ustedes también, Kazuki, Ken. Sé que ya son grandes, pero es por su bien.

─Sí, mami─ dijo Kazuki.

─Vamos a tener mucho cuidado.

─Lo mismo va para ti, Oyuki...─ vemos a Oyuki parada sobre el sillón, mirando para afuera a través de la ventana─¿Oyuki?

─¿Qué pasa, tesoro?─ toqué su hombro con mi mano─¿Qué estás mirando?

─Un hombre me está mirando fijamente.

─¿Un hombre, dices?─ me asomé, y era cierto: un hombre de cabello castaño claro y ojos grises estaba bajando de un auto rojo, y estaba mirando a Oyuki con algo de melancolía─¿Quién es ese señor?

Oyuki no apartaba la vista del vidrio.

─Oyuki, te estoy hablando─ la sacudí un poco.

─Yo... siento que lo conozco de algún lugar.

─¿Qué dices?

El hombre tocó timbre. Yui fue a abrir, y Kazuki, Kei, Oyuki y yo la seguimos.

─Buenas tardes─ saludó.

─Muy buenas tardes, señora─ dijo el hombre.

─¿Quién es usted? ¿Y por qué miraba con melancolía a mi hija Oyuki?─ preguntó Kazuki.

─Kazuki, sé más cortés─ le dije.

─¿Tu hija?─ observó de reojo a Oyuki. Luego sonrió─Ya veo, con que ustedes fueron quienes la adoptaron. Por como veo la criaron muy bien. Muchas gracias por eso.

─¿Adoptar?

─¿De qué habla?─ pregunté.

─Oh, pero qué grosero soy─ dijo el señor─. Mi nombre es Manabu Hisaka, y esa niña a la que llamaron Oyuki, es mi hija, a la que le había puesto Suika cuando nació...

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