Capítulo 12: ¿Oyuki tiene ese poder?

NARRA INORI

Desperté luego de una pesada noche y me encontré a Kazuki abrazando un dango de peluche, mirando con preocupación, sentado al borde de la cama.

─El tío dango y yo vinimos a verte─ dijo el inocente.

No pude evitar sonreír por la ternura que me provocó.

─Eres muy dulce, Kazuki─ le acaricié la cabeza─, pero no me siento muy bien─ bostecé─. Anoche no dormí nada. 

─Se nota, tienes las ojeras negras, los ojos rojos, y la piel muy pálida.

─Me pesa la cabeza─ apoyé la frente en mi mano.

─¿Necesitas que te traiga algo?

Una trincheta.

Creo que lo que dije asustó a Kazuki. Estoy diciendo cualquier cosa. ¡No puedo pensar en quitarme la vida! Aunque... si muero, me reuniré con ella...

─¡No lo hagas, Inori!─ me abrazó.

─Tranquilízate. No lo decía enserio.

─¡Con esas cosas no se juega!

─¿De qué cosas hablan?─ Ken y Oyuki entraron a la habitación─. Kazuki, te dije que no fueras a despertarla─ se cruza de brazos.

─Traje a Piro y a Goro para acompañarte─ Oyuki los dejó a mi lado.

─Ustedes son tan tiernos─ sonreí levemente─. Agradezco tanto tenerlos como amigos─ las lágrimas se me vuelven a escapar.

─¿Cómo estás, Inori?─ Kei entra a la habitación. Y pensar que hace unos pocos años era un niño pequeño e inocente... Ahora es todo un adolescente de catorce años, idéntico a Sorimachi cuando era adolescente, hasta tiene la misma voz que él. Cómo pasa el tiempo.

─Un poco decaída. No tengo ganas de moverme de aquí─ bajé la mirada─. Kiyoko nunca se preocupó por mí, pero igual me importaba.

─Entendemos como te sientes─ Ken posó una mano en mi hombro─. Es espantoso cuando un ser querido ya no está a tu lado.

─Pero no puedes quedarte sin comer, o será mucho peor─ intervino Kazuki─. Mamá está haciendo el almuerzo.

─Gracias, pero...

Oyuki me toma de la mano.

─Acompáñanos, tía Inori─ me miró con esos ojitos.

Suspiré.

─De acuerdo, lo haré.

─¡Qué bien!─ Kei me abrazó con fuerza.

Yui preparó un enorme banquete.

─Come todo lo que puedas, Inori-san─ me dijo Yui-san─. Gakuto fue al trabajo a investigar sobre este asunto con sus colegas.

─Oh, ya ve...

Kazuki y Kei comenzaron a devorar sus platos. 

─Coman más despacio, por favor─ les pidió Yui, pero no le hicieron caso. Ella suspiró─. Para qué molestarme. Estos niños van a comer así hasta cuando tengan ochenta años. Son iguales a los abuelos Tamiko y Gaku.

Oyuki estaba leyendo un libro en la mesa. La imagen de la portada era una persona con una esfera de luz entre sus manos.

─Oyuki, cariño, tienes que comer─ le dijo Ken─. Sé que amas leer, pero ahora no es momento.

─Perdón, papá, pero encontré este libro en la biblioteca, que fue escrito por una persona que tenía un poder especial.

Noté que Kazuki se atragantó con el sushi.

─¿Di-dijiste un poder especial?

─Síp. Dice que existen muy pocas personas en la Tierra que tienen el poder de pedir un deseo juntando esferas de energía, que se forman cuando una persona siente felicidad, en el cuerpo de esa persona, que según esto solamente esas personas con ese poder las pueden ver, y luego las personas que se ven beneficiadas por ese deseo también verán las nuevas esferas que surgen por la felicidad que sienten al ser felices por ese deseo.

Quedé anonadada. Oyuki encontró un libro que podría decirnos más acerca de ese poder tan misterioso que Ken y yo poseemos.

─Estoy pensando que debemos encontrar una persona en el mundo que nos ayude a crear momentos felices para luego revivir a la madre de Inori.

¡Claro! ¿Por qué no se me ocurrió eso antes?

─Oyuki, continúa leyendo, por favor─ le pedí.

─Claro. Dice que las personas que nacen con este poder pueden recordar cosas muy claras desde su nacimiento, algunas desarrollan más rápido su cerebro, otras pueden hacer cosas como andar en bicicleta, comer o incluso hablar antes de tiempo...

─Entonces...─ eso significa que Oyuki podría tener ese poder...

─Además de eso, sólo pueden pedir como máximo dos deseos con ese poder.

─¿Sólo dos?─ preguntó Kei.

─Entonces yo ya no puedo pedir más─ dije.

─¿A qué te refieres, Inori?─ me preguntó.

─Oyuki, Inori y yo... tenemos ese poder─ le dijo su padre.

─¿Ustedes tienen ese poder?─ preguntó sorprendida.

─Así es. Con ese poder cambiamos el futuro. Estábamos viviendo una situación desastrosa, pero logramos arreglarlo gracias a ese poder.

─Ya veo... Tras leer esto llegué a la conclusión de que yo tengo ese poder.

Kei casi se ahoga.

─¿Oyuki tiene ese poder?

─Así es. Lo supe cuando vi esferas de luz adentrándose en mi pecho, como cuando me dieron a mi Goro, mi Piro, conocí a Hisao, incluso cuando me adoptaron...

Kazuki se puso a llorar de la felicidad.

─¡Qué lindooooooo!

─¿Sabes algo? Ese día recuerdo haber visto esa esfera adentrándose en tu pecho, pero lo había olvidado por completo─ rió Ken.

─Entonces tenemos que crear momentos felices para traer a Kiyoko-san de vuelta.

─Yo me encargaré de pedir ese deseo─ dijo Ken.

Al final Oyuki volvió a alegrarme la vida con su inteligencia.

Sólo espero poder pasarla bien aún con este dolor...

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