NARRA SORIMACHI

No puedo creer que estoy apunto de hacerlo con Kenny. Me estuve imaginando este momento por meses. Muuuchos meses. Y finalmente lo voy a hacer realidad. 

No sé cómo explicar mi estado. Me encuentro entre emocionado y un poco nervioso. Nervioso porque nos descubran, nervioso por sentir el miembro gigantesco dentro de mí. ¡Siento que me destrozará!

Pero no creo. Kenny es cuidadoso conmigo. Confío en que no dolerá.

─¿Estás seguro de que quieres hacerlo, Sorimachi? Siento que te estoy obligando, y la idea es que tú no te sientas incómodo. 

─Descuida, sí quiero hacerlo─ dije.

─¿Te sientes nervioso?

─Un poquito, sí, pero quiero hacer el amor con Kenny, aquí y ahora.

─Te entiendo. Yo también estoy preocupado por si te lastimo, y de que alguien nos descubra...

─Los que menos quiero que abran esa puerta son Kei y Tatsuki. Los vamos a traumar a los pobres.

─Es cierto. Ponle traba a la puerta. Que nadie entre y nos moleste.

Le hice caso, y tranqué la puerta por dentro.

Entonces sentimos que la música de abajo sube de volumen. Está muy alta.

─Subieron la música─ dijo Kenny─. Bueno, al menos así no nos escucharán.

─Al menos eso. Entonces... ¿empezamos ya o...?

─Como quieras.

─Quiero que hagamos el amor ahora, antes de que paren la música.

─De acuerdo.

Comenzamos por deshacernos de toda nuestra ropa. Nuestras camisetas y shorts yacían en el frío piso de madera. Lo último que nos quitamos fue nuestros bóxers. Estuvo A PUNTO de darme una hemorragia nasal cuando tenía su miembro expuesto. Lo sentí varias veces debajo de la tela de su pantalón, pero verlo me produce una especie de escalofrío al pensar que estará en mi interior.

─¿Estás listo?─ su voz me sacó de mis pensamientos.

─S-sí─ asentí un poco inseguro.

Me acosté boca arriba en la cama, y Kenny se colocó encima. Con una de sus manos acarició mi mejilla y pegó sus labios a los míos. Encajan perfectamente, como un rompecabezas. Sentir nuestras pieles calientes rozándose se siente maravilloso. El beso se vuelve cada vez más salvaje. Nuestras lenguas se sincronizaban en una danza. Ahí es cuando siento que introduce un dedo en mi interior.

─¡Agh!─ gemí. 

─¿Te dolió? ¿Fui muy apresurado?─ preguntó con preocupación por mi reacción.

─N-no. Es que se siente genial.

─En ese caso...─ fue metiéndolo más profundo, lo sacaba y lo volvía a meter. ¡Diooos! ¡Esa sensación es increíbleeee! Siento una especie de cosquilleo, y como si mi zona se estuviera mojando─¿Te gusta esto, bebé?─ me pregunta con la voz ronca.

─S-sí─ jadeé. Kenny me volvió a besar en los labios, y bajó hasta mi cuello. Una característica de mí, es que soy muy sensible del cuello: me dan un beso y siento cosquillas. Cuando Kenny pegó sus labios en él, no pude evitar reír. ¡Me hacía muchas cosquillas!

─Mmm, mira que eres cosquilludo─ comenzó a lamer mi cuello. Pasé de reír a jadear. Su dedo se movía cada vez más rápido, y yo me mojaba cada vez más.

─¡Agh! ¡Kennyyy!

─Veo que lo disfrutas─ me habló en un tono juguetón─. La verdad es que me provocas ganas de ir más lejos con tus gemidos─ bajó hasta mi pecho, y comenzó a acariciarlo con suavidad. ¡Caramba! ¡Cómo deseaba este momento!

─Kenny... Me estoy mojando mucho─ gemí.

─Me estoy dando cuenta─ finalmente retiró su dedo, el cual estaba lleno de un líquido blanco─. Podría probarlo, como hacen muchas parejas, pero siento que va a saber muy feo.

─Entiendo, parece ser muy salado.

─En fin, ¿quieres darle placer a tu querido Kenny?

─¿Te refieres a...?

─Sí, a eso mismo.

─E-está bien─ me acerqué a su miembro con timidez. Está muy grande.

Siempre quise saber cómo sabe su leche...

─Vaya que tenías hambre, Kazuki─ jadeó.

Estoy bañado de su leche. Tenía razón: es riquísima.

─Kenny, necesito pedirte un favor─ me relamí los labios.

─¿Qué pasó?

Me puse de pie, le di la espalda y le mostré mi trasero.

Ya estoy listo para el gran paso.

─Necesito que lo metas ya, ahora.

─Muy bien, si eso es lo que deseas, entonces así será─ tomó mi cintura, y sentí que introducía su enorme miembro.

Me lastimaba un poco, puesto que era muy estrecho, y su miembro era gigante. Mis gemidos pasaron a ser gritos. Sin embargo, siempre he querido esto, y lo voy a disfrutar al máximo.

A medida que nos íbamos acercando más y más al orgasmo, pasaba del dolor al placer. Necesito que Kenny se venga ahora. 

─¡Kennyyyy! ¡Hazlooooo!─ rogué entre los gemidos.

─¡E-estoy en eso! ¡Agh!

Y al fin siento a Kenny en mi interior.

Kenny salió de mi interior, y se sentó en mi cama.

─Santo cielo, estoy exhausto─ se echó.

─Dios mío, estoy lleno de leche de Kenny─ dije, totalmente embobado.

─Creo que ya te dejé contento─ rió, y posó un antebrazo en su frente. Cerró los ojos.

NARRA KEN

Sentí algo encima de mí. Abro los ojos y me encuentro con Kazuki.

─¿Crees que esto se acabó así nomás, Kenny?

─¿A qué te refieres?

─Yo ya estoy bastante excitado, ¿pero y tú? Tú también mereces un poco de placer.

─¿No estás cansado?

─Nop─ abrió mis piernas, metió la cabeza entre ella y volvió a saborear a mi "amiguito". Me tapé la boca para evitar gemir más fuerte y arriesgarnos a que nos descubran. No tenía idea de que mi Kazuki fuera tan excitante.

─Ka-kazuki─ dije en un gemido.

─Veo que te estás por correr en mi cara. Ya quiero que eso ocurra─ empezó a frotar mi miembro con su mano... ¡Ay, ya no aguanto...!

Me vine en su cara. Él sólo sonreía.

─Sorimachi... Ahora quiero que me des con todas tus fuerzas.

─Kenny está muy emocionado. Muy bien─ posicionó su miembro en mi entrada, y tomándome de la cintura, empezó a darme bien duro. 

Gemía y gruñía entre dientes, mientras agarraba las sábanas entre mis manos con fuerza. Creo que yo también soy estrecho, o el miembro de Kazuki también es grande.

─Kenny ya es todo mío─ dijo con esa sonrisa inocente que lo caracterizaba. 

Parece inocente pero es todo un experto a la hora de hacer el amor.

NARRA JENRU

¡Diablos! ¡Tomé mucha gaseosa y ahora necesito ir al baño!

Pero cuando pasé por la puerta del cuarto de Kazuki, escuché... ¿gemidos?

¿Acaso Kazuki y mi hermano están gimiendo?

─¡AGH! ¡AGH! ¡AGH! ¡NYAA! ¡KAZUKI-CHAN!

─¡KENNYYYY!

Me asomé por la herradura y apenas se veía algo, pero vi perfectamente a Kazuki embistiendo a mi hermano con fuerza, y también pude verlo viniéndose...

Antes de darme cuenta, yo ya estaba masturbándome a mí misma, y amasando uno de mis pechos. Lo que acabo de ver me dejó excitada.

Ya se me quitaron las ganas de ir al baño.