NARRA SORIMACHI

Me volví a ganar otro chichón en la cabeza después de eso. Hyuga me asusta, y Kenny me golpea. Ahora aprendí una gran lección: nunca intentes tocar el miembro de Kenny, eso hará que te dé con la escoba en la cabeza.

Aunque... era muy grande...y duro...

Al día siguiente, saliendo de la escuela, Kei me pidió que lo llevara a MCDONALD'S, e inmediatamente pensé en Kenny. Quise invitarlo a que fuera con nosotros. Accedió, pero con la condición de que no lo tocara en público. Se lo prometí, sólo esperaba que no tuviera su cintura o su miembro muy cerca de mí, o sino...

Kei saltaba alegremente mientras Kenny y yo hablábamos de camino al MCDONALD'S.

─¿Entonces tu madre es la nacionalmente famosa Yui Sorimachi?

─Exacto. Ella es la dueña de autos Hakusai. Y gracias a ellos tenemos una casa enorme.

─Suertudo. 

─Y mi padre es Gakuto Sorimachi, el policía que ha atrapado a más criminales en esta ciudad.

─Quisiera tener a tus padres...

─¿Hay algo malo con los tuyos?

─Con mi madre nada. Ella es un amor de persona. La cuestión es mi padre, que solamente le importa el karate.

─¿Cómo que el karate?

─Es un reconocido karateca. Y la única razón por la que nacimos Jenru y yo es para que seamos sus sucesores.

─¿Quién es Jenru?

─Mi hermana menor.

─¡¿TIENES UNA HERMANA?!─ pregunté realmente anonadado.

─Sí. Es un año menor que yo. 

─Pero no la vi en tu casa...

─Es porque no vive ahí desde hace dos años. Tuvo una discusión con papá, ya que ella no quiere ser karateca. Quiere ser portera al igual que yo, pero papá siempre dice: "Tienen un mejor futuro siendo karatecas que atrapando balones", entonces hizo su maleta y se fue a vivir con los tíos Dekomori en Saitama. Estudia en el Meiwa, nuestra anterior escuela.

─Wow... Qué triste historia...─ estaba sorprendido. ¿Enserio Kenny tuvo que vivir todo eso?

─Papá quería un sucesor de nuestro dojo de karate, así que convenció hasta el cansancio a mamá para que tuviera hijos, y finalmente me tuvo primero. Al principio no quería mucho ser mamá, pero al tenerme, sintió una enorme felicidad. Por un momento me sentía mal, porque pensé que era un hijo no deseado, pero esas palabras de mamá me hicieron muy feliz. Sin embargo, toda la vida fui sometido a entrenar karate; no tuve una infancia del todo feliz. Quería jugar fútbol, no ser un muñeco para entrenarlo en algo que ni siquiera quería. Lo mismo pasó con Jenru, sólo que ella decidió dejarnos para seguir su propio camino...

─Kenny...

─Lo único que quiero en la vida es ser el mejor portero del mundo, y admito que el karate de papá es muy útil para atajar, pero... no quiero estar en mi casa para siempre, solamente aprendiendo karate, quiero ser libre y conocer un montón de jugadores fuertes para desafiarlos y mejorar mis atajadas. Papá no está de acuerdo con que sea portero...

─Kenny...

─¿Sí?

─No te enojaste al decirte Kenny─ sonreí.

Él se puso rojo, y volteó a otro lado.

─Sólo sigue caminando─ comenzó a caminar a paso rápido.

Llegamos a MCDONALD'S, y nos sentamos en una mesa cerca del pelotero.

─¡Quiero subir a los juegos!─ dijo mi hermano.

─¿No quieres comer primero?─ le pregunté.

─Mmm... Como, agarro el juguete y juego con él adentro─ se sentó a mi lado, y Kenny en frente de nosotros.

─¿Qué quieres comer, Kenny?─ le pregunté.

─Una ensalada. Odio las hamburguesas de aquí.

Kei y yo lo miramos ofendido.

─¡¿Cómo no te gustan las hamburguesas de MCDONALD'S?! ¡Son parte de la infancia de cada niño!

─No es por ser vegetariano, pero esas cosas están hechas de lombriz.

─Pssh, por favor, jamás hallé una lombriz en esas ricuras─ dije.

─Una vez hallaron el diente de una persona en una de ellas.

Kei y yo sentimos la enorme necesidad de correr al baño y vomitar. Y lo hicimos.

Al final pedimos nuggets de pollo con salsa. Kei, tras haber terminado la comida, fue a jugar en el pelotero. 

─Quisiera tener edad para hacer eso─ dije, melancólico.

─¿Sabías que en Okayama un niño murió en el pozo de pelotas?

─¡ME INSPIRAS MIEDO AL VENIR AQUÍ, KENNY!

─Es cierto. Hasta salió en televisión...

─¡BASTAAAA! ¡Ahora tengo miedo de que le pase a Kei!

─Descuida. El niño tenía cuatro años, Kei es mucho más grande.

─Eso espero...─ en ese momento recordé lo que me dijo Kenny el otro día en la cancha cuando el entrenador nos mandó a hacer pases─Por cierto... Habías dicho la otra vez que el entrenador dijo algo que no te gustó.

─¿Eh? Ah, sí, eso...

─¿Por qué te hizo mal?

─Es que... sonó muy homofóbico... Me hizo acordar a mi papá...

─¿Es homofóbico?

─Así es. Yo... soy gay... y odio a la gente homofóbica.

─¿Quién no? Son de lo peor─ dije, tratando de disimular el asombro que sentía en mi interior. ¡Kenny era gay! Lo que significa que puede que gusta de un chico...

¡Podría ser yo!