Capítulo 30: Cruel mentira
NARRA DESUKA
Los días posteriores fueron tan horribles que me los pasé escabulléndome a lo de Takeshi. Papá estaba como loco con el tema del embarazo de Noriko. Se dispuso a trabajar todo el día para ganar suficiente dinero y conseguir los artículos necesarios para la llegada del bebé. Lo que significa que estuve sola y Noriko volvió a golpearme de nuevo. Me dejó un moretón en el muslo izquierdo y en el brazo derecho tras darme patadas y arrojarme de las escaleras. Ya no puedo dormir. Tengo ojeras que no pueden ser removidas ni pasándome algodón con todas mis fuerzas. Los días que hacen calor llevo ropa larga que me cubra las extremidades para que nadie hable de mis heridas. El único que sabe de esto es Takeshi, el único amigo que tengo ahora. Solamente soy feliz con él. Es la única compañía que necesito. Aunque también están sus amigos, con quienes fuimos a la playa la otra vez. No me caen mal, pero mi favorito es y siempre será Takeshi.
No puedo creer lo que está pasando. Creí que había logrado alcanzar la paz de una vez por todas, pero tenía que embarazarse la zorra esta. Ahora papá está más perdido que nunca. Voy a tener un hermano gracias a una mujer que no debería estar con mi padre. No puedo imaginar a nosotros formando una verdadera familia. Una familia muy tóxica. Y por sobretodo, no quiero que mi medio-hermano sufra al igual que yo.
Yo nunca voy a tener hijos. Nunca. Este mundo es demasiado injusto para una pobre criatura.
Lo bueno es que ya es viernes, lo que significa que mañana ya me voy a mi verdadera casa, con mi madre, la mujer que DEBE estar en el lugar de Noriko.
Regresé del colegio. Abrí la puerta de mi casa y entré sigilosamente para ir a mi cuarto y cerrar la puerta con traba. No quiero que mi mamá vea todos esos moretones y se preocupe.
Me senté en la cama y tomé mi atrapasueños entre mis manos. Me provoca tristeza mirarlo. Las dos personas que me lo dieron ya no están juntas.
Y para el colmo, papá ya no es el mismo de antes. No sé ni siquiera si le sigo importando de la misma manera ahora que Noriko está aquí. Ese pensamiento me lacera el alma. ¿Me sigue percibiendo como a su hija? ¿Esa hija que amaba con todo el corazón? ¿Me seguirá queriendo aún después de que el bebé nazca?
Un muro nos distancia, ese muro es nada más ni nada menos que Noriko. Ya no somos esos padre e hija que solían ser hasta hace un año. Esa marca fea nos quedará para siempre.
Me siento perdida. ¿Tengo el derecho de seguir diciéndole "papá"?
Noriko se está dando una ducha. Yo y papá estamos cenando pizza que ordenó hace poco rato.
Necesito hacerle una gran pregunta a papá. Esta pregunta es decisiva para saber qué va a pasar de ahora en adelante.
─Papá─ le hablo.
─¿Qué pasa, Desu?
─Estuve pensando...
─¿Sí?
─¿Tú estás emocionado por tener al bebé?
─Claro que sí. ¿Por qué no lo estaría?
─No lo sé... Yo sólo decía─ le di un buen mordisco al trozo de pizza con muzzarella que estaba comiendo.
─¿Estás celosa?
─¿Celosa de qué? ¡Ay, papá! ¡Yo también quiero tener a mi primer hermanito en el mundo!
─Desu, ningún bebé va a hacer que deje de amarte─ acarició mi cabeza─. En un momento puede que le ponga un poquito más de atención a él, pero es porque necesita cuidados intensivos, tú ya puedes encargarte de ti sola. Pero no significa que llega el bebé y tú ya no vas a contar. No. Tú eres mi hija favorita de todo el mundo.
Me contuve para no llorar delante de él.
─Ya veo. Qué alivio─ sonreí levemente. Ahora la pregunta del millón─: Papá, tengo otra pregunta.
─Soy todo oídos─ dijo.
─¿Tú y Noriko se van a casar?
─...─ se quedó callado unos segundos─¡Qué preguntas haces, Desuka!─ dijo riendo.
─Papá, respóndeme con sinceridad─ le dije con un semblante serio.
─Bueno... Amo a Noriko, es una mujer hermosa y nos trata bien a ambos.
Casi escupo la pizza cuando dijo "ambos".
─Y cuando el bebé nazca quiero que viva feliz con todos juntos y...
─Ta, papá, listo. Te vas a casar─ dije normal, pero dolida por dentro.
─No sé, tal vez. Eso lo veremos más adelante.
No quería aceptar esto, pero tendré que vivir con esa mujer como si fuera mi madre.
Era de noche. Papá ronca y yo bajé a la cocina a beber un jugo de naranja para intentar dormir. En eso escucho pasos bajando las escaleras. Me escondí debajo de la mesa, y vi los pies blancos de esa aterradora mujer que tiró algo en la papelera.
Apenas subió de nuevo las escaleras, me fijé adentro del tarro de basura, y había una toallita higiénica doblaba, pero que a simple vista se notaba que estaba manchada.
Me dio asco agarrarla, pero tuve qué. No había duda: le vino el período.
Uno de los síntomas del embarazo es ausencia de menstruación. Lo que sólo puede significar una cosa:
No estaba embarazada en verdad.
¿Qué fue esta cruel mentira, Noriko Eguchi?
─Tengo que decirle a papá apenas despier...─ una mano ajena tapó mi boca.
─Tú no vas a decirle nada a nadie, estorbo─ dijo Noriko detrás de mí.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top