Capítulo 13: Reconciliación
NARRA JENRU
Mamá llegó a los pocos minutos. Nos saludamos como hacemos habitualmente (¿quién no saluda a su propia madre?), y le conté que quiero volver a vivir aquí, sin importan cuán insoportable esté papá. Ella se alegró mucho. Mi madre es una mujer muy dulce.
Ahora hay que ver qué opina papá...
Esperamos una hora a que regresara, pero antes de que llegara él, Hoshiko golpeó la puerta. Mi hermano fue a abrirle. Ella traía esa cara de cansancio como siempre, pero su sonrisa la hizo verla menos cansada que otras veces.
─¿Puedo pasar un rato con ustedes?─ preguntó.
─Por supuesto. Ya te extrañábamos─ le sonrió mi hermano.
Ella entró y saludó a todos. Yo no podía dejar de mirarla con cierto odio. Ella siempre está cerca de Hyuga, como si entre ellos dos hubiera algún secreto.
Me agrada Hoshiko, pero también la odio.
─¿Qué pasó que no has venido hace días?─ le preguntó Sorimachi.
─Tenía cosas que hacer.
─¿Pudiste hacer los trabajos tú sola?─ le preguntó mi bebé... Digo, Kojiro.
─Sí, fue bastante agotador, pero soy una de las chicas más responsables del colegio, y no puedo darme el lujo de no hacer un trabajo solamente por estar cansada.
─¿Y por qué siempre tienes sueño? ¿Duermes mal?─ le pregunté.
─Oh... Etto...
En ese momento una figura grande aparece en la puerta. Corre la puerta, y entra, luego de haberse quitado los zapatos.
Papá.
─¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué hay tantas personas aquí?
─Papá...
─Jenru... Tanto tiempo sin verte...
Es ahora o nunca. Tengo que decirle que me arrepiento de haberle gritado de esa forma y de abandonarlos a todos.
Bajo la mirada. Aprieto los puños. Respiro y dejo salir el aire.
─Papá, yo... Me disculpo.
─¿Por qué?
Lo abrazo. Abrazo a esa figura paterna que tanta falta me ha hecho.
─Yo... ¡Lamento mucho haberte faltado el respeto!─ mis ojos se volvieron a inundar─ ¡Solamente estaba enojada porque no me dejabas cumplir mi sueño de ser portera! ¡Y-y me enojó que toda la vida nos hayas criado para hacer karate como si fuésemos tus muñecos! ¡Nos perdimos de un montón de cosas que hacen los niños en sus primeros años! Pero... hoy me di cuenta de que ese karate me va a servir para toda la vida, me sirvió hoy que el nuevo novio de Misae intentó abusar de mí...
─Espera... ¡¿QUÉ?!
─Sí. Le di una patada en el abdomen y logré escapar de él. Lo único que hice desde que llegué a la casa de los Dekomori fue sufrir soledad, y me faltaba esa familia que siempre fue mi familia.
Mi madre se emocionó, y abrazó a Ken.
─Siempre supe que los Dekomori estaban mal de la cabeza, por eso casi nunca nos reuníamos con ellos.
─Te lo suplico: olvida todo lo que te dije ese día, y déjame vivir aquí de nuevo. No quiero pisar esa casa nunca más. Quiero estar con mis padres y mi hermanito. Prometo hacer todo lo que tú quieras, incluso dejaré el fútbol si quieres. Sólo no me hagas ir ahí de nuevo─ lo vi a los ojos, sin parar de llorar.
Él me miró con esa seriedad que le es característica, y luego sentí su mano acariciendo mi cabeza.
─Claro que puedes vivir aquí de nuevo─ sonrió─. Eres una Walashimazu, y los Wakashimazu deben estar unidos.
─Papá...
─Nos hacía falta la alegría en la casa, y tú eres quien lleva esa alegría siempre. Todos aquí te extrañamos mucho, querida hija.
─Papi...─ me ganó la emoción, y las lágrimas que creí que ya no mojarían más mi cara, lo hicieron: bañaron mis mejillas. Papá nunca fue tan emotivo.
─Y con respecto a lo que dijiste de hacer lo que yo quiera... He decidido que tú y Ken pueden ser porteros libremente.
─¡¿Qué?!─ tanto yo como mi hermano quedamos sorprendidos ante lo que dijo papá. ¡¿Nuestro padre aprueba que nosotros juguemos fútbol?!
─Admito que fui muy injusto en el pasado. Creo que sólo quería que ustedes fueran los sucesores de nuestro dojo, pero los padre deben apoyar los sueños de nuestros hijos, por más estúpidos que parezcan.
─¿Lo estás diciendo enserio?─ le preguntó mi hermano─¿Nos dejas ser porteros?
─Pero con una condición: deberán usar las técnicas que les enseñé de karate para atajar, o sino se quedarán aquí por siempre.
─¡LO HAREMOS!─ dijimos los dos.
─Salgan al mundo a demostrar el verdadero fútbol y karate, y enorgullezcan a su viejo─ sonrió. Pude percibir un pequeño brillo en sus ojos diminutos.
─Lo haremos, papá─ dijo Ken, y se unió al abrazo junto con mamá.
Jamás creí que volvería a abrazar a todos juntos.
─Ayyy, Kenny─ Kazuki se emocionó, y abrazó a Kojiro de la cintura.
─Sorimachi, suéltame ahora o te quedarás sin brazos─ lo miró con esos penetrantes ojos rojos que le provocaron un temblor.
Rápidamente lo soltó. Todos reímos.
Entonces Hoshiko mira su reloj de muñeca y rápidamente abre la puerta.
─¡Nos vemos mañana en la escuela!─ se fue corriendo.
─¿Qué le pasa a esa chica?─ preguntó mamá.
─Ella siempre fue así─ le respondió Ken.
Hogar, dulce hogar. Ya nada de despertarme después de oír gritos por la noche, ya nada de bofetadas por parte de Misae, ya nada de estar alerta por Ippei rondando. Esta vez tengo mis propios tiempos, mi propio espacio, mi familia querida.
Qué felicidad...
Aunque aún quiero saber qué le pasa a Hoshiko.
DATOS:
La canción de multimedia es la canción que ella cantó (una parte) en Peor pesadilla.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top