𝐌𝐈𝐃𝐒𝐔𝐌𝐌𝐄𝐑

En cuanto Kiara me llamó para decirme que habían arrestado a JJ, corrí hacia la furgoneta antes de conducir hasta su casa.

Al llegar, escuché los gritos de Luke, el padre de JJ, y música saliendo de la habitación del rubio.

Sin titubear, abrí la puerta de la casa y, nada más entrar, pude ver a Luke en el sofá, metiéndose la droga que le compraba a Barry, uno de los “amigos” de Rafe.

—Ivy, siempre es un placer verte —me aseguró, pero le saqué el dedo del medio sin detenerme.

—Que te jodan, Luke —dije con asco mientras caminaba hacia la habitación de JJ.

No dudé en abrir la puerta de la habitación de JJ antes de entrar, pero, cuando lo hice, mi corazón se partió al ver a JJ con moratones en la cara, con el labio ensangrentado y la ceja partida.

—Voy a matarlo —dije entre dientes, furiosa, pero, antes de que pudiera salir de la habitación, JJ agarró mi mano para tirar de mí hacia él y me abrazó con fuerza.

Lo rodeé con mis brazos mientras cerraba la puerta con el pie y le sentía temblar sobre mi hombro.

—Todo va a estar bien, JJ —le susurré mientras le acariciaba la espalda.

JJ empezó a llorar entre mis brazos, cosa que no solía hacer delante de nadie, ya que siempre intentaba no enseñar esa parte más vulnerable de sí mismo, pero estuve ahí para él de la misma manera en la que él estaba para mí cuando yo lo necesitaba.

En algún momento, Luke se quedó dormido, lo que supimos porque dejó de gritar, así que JJ aprovechó para sacarnos de allí.

Yo salí primero, pensando que él estaba detrás de mí, pero, cuando me di la vuelta, vi a JJ apuntando a su padre con la pistola, así que corrí hacia él y se le quité de las manos.

—Escúchame —le ordené agarrando sus mejillas para que me mirase—. Ésta no es la solución, ¿vale? —le aseguré antes de que sus ojos volvieran a llenarse de lágrimas—. Vámonos de aquí, por favor —le pedí antes de agarrar su mano.

JJ se dejó arrastrar por mí hasta la calle, donde volvió a colocarse esa máscara que siempre se ponía para ocultar sus sentimientos.

Esa era la razón por la que John B y yo odiábamos que JJ volviera a casa, de la misma manera en la que lo odiaba él.

Entré de nuevo a la casa para coger su mochila y, una vez de vuelta en la calle, se la tendí antes de que me diera un beso en la frente y se marchara con la moto.

Sabía que necesitaba estar solo, e iba a respetar eso.

Con la furgoneta, volví a Figure Eight, donde todos se estaban preparando para el estúpido festival de mitad de verano.

Al llegar a la casa de Audrey, vi que en mi cama había un vestido blanco y suspiré sabiendo para qué era, así que, dejé que Audrey me peinase como a una estúpida muñeca antes de ponerme el vestido.

Fuimos en el coche de Audrey después de que discutiera con ella sobre los tacones que quería que llevase, pero acabé accediendo, ya que me estaba haciendo un favor enorme cuidando de mí.

Al llegar, recibí varias miradas de disgusto, ya que todos sabían que tan solo era un Pogue que había sido acogida por una Kook, pero dejó de importarme en el momento en el que vi a Kiara y a Pope.

Caminé hacia ellos con una sonrisa antes de abrazar a Kie con fuerza, quién suspiró aliviada al ver que estaba bien.

—Por favor, sacarme de aquí —les pedí mientras ambos sonreían.

—Ojalá pudiéramos —me aseguró Kiara antes de mirar al grupo de Kooks frente a nosotros.

—¿Alguna vez habéis visto a tantos Kooks juntos en un mismo sitio? —les pregunté mirando a la gente con desagrado.

—Sí. El año pasado —me respondió Pope mientras cocinaba ostras, ya que estaba allí trabajando con su padre.

—Estamos en la boca del lobo —dijo Kiara al ver a Topper y Kelce a lo lejos.

—Si vuelven a acercarse a nosotros, les voy a incrustar en la cabeza esos relojes tan caros que llevan puestos —les dejé saber, haciendo sonreír a los Pogues—. No estoy bromeando —les aseguré, haciendo que ambos dejasen de sonreír confusos, lo que me hizo sonreír levemente, divertida.

—Lo peor, es que sé que serías capaz de hacerlo —me dijo Pope, haciendo que encogiese los hombros como si no tuviera remedio—. Por cierto, ¿sabes algo de JJ?

—He ido a su casa esta mañana. Ese hijo de puta ha vuelto a pegarle —le dije sin mirarle.

Sabía que se sentía culpable por lo ocurrido, pero estaba enfadada con él por haberle dejado cargar con la culpa.

—Es todo culpa mía —dijo Pope bastante deprimido.

—No lo es, Pope. Topper casi te mata, ¿recuerdas? —le recordó Kiara, intentando que no se sintiera tan mal, antes de que todos empezaran a aplaudir.

La familia Cameron salió del interior del edificio y, el segundo en el que Sarah me miró, le saludé con la mano, ganándome una sonrisa por su parte.

Pero Sarah no apartó la mirada, de hecho, se me quedó mirando de una manera que hizo fruncir el ceño ligeramente, así que me incliné hacia los Pogues algo confusa.

—¿Vosotros también estáis viendo a Sarah mirarme como si estuviera hechizada o algo? —les pregunté y ambos sonrieron.

—Puede que al final tengas tu oportunidad con ella, después de todo —me dijo Kiara dándome un golpe suave en el brazo.

—No digas tonterías, además, te recuerdo que Sarah sigue teniendo novio y que le gustan más los Kooks que a JJ las morenas —les recordé, haciéndoles reír.

—Estoy seguro de que Rose va a sacarle un ojo a alguien con eso —dijo Pope, devolviendo nuestra atención a la familia Cameron.

—Y yo estoy segura de que Sarah ha comprado ese vestido en la tienda de Audrey —les dije después de darme cuenta de que nuestros vestidos eran casi idénticos.

—Bueno, tiene su gracia. La princesa Kook y la princesa Pogue vestidas igual —me dijo Kiara, haciéndome sonreír.

Después de unas horas, me cansé de fingir, y, honestamente los golpes del cuerpo estaban empezando a dolerme de más. Los de la cara estaban tapados con maquillaje, aunque aún se notaba la inflamación en uno de mis pómulos. Así que, tras agarrar la mano de Kiara, intenté alejarme de allí, pero Topper se me puso delante.

—¿Ya vais a haceros manitas? —me preguntó él burlón mientras Rafe y Kelce sonreían a sus costados.

—Sí, Topper, porque eso es lo único que pueden hacer las chicas cuando están solas. A lo mejor debería también llevarme a tu novia para enseñarle lo que se pierde —le dije de la misma manera, viendo como su mandíbula se tensaba, antes de seguir caminando hacia la salida.

Una vez estuvimos lo suficientemente lejos de los Kooks, Kiara y yo sacamos un par de cigarros y los encendimos antes de darles una larga calada.

—¿Cómo puedes aguantar esto a diario? —le pregunté frustrada antes de darle otra calada al cigarro.

—¿Por qué crees que estoy en tu casa a diario? —me preguntó, haciéndome sonreír.

—No me puedo creer que hagan esta mierda cuando al otro lado de la isla ni siquiera tenemos agua —dije después de exhalar el humo del cigarro.

De repente, empezamos a escuchar pasos acercándose a nosotras, así que apagamos los cigarros rápidamente antes de ver a Sarah caminando hacia nosotras.

—Joder, princesa, que susto —exclamé cuando sonrió divertida.

—Pensaba que no le tenías miedo a nada, osita —me dijo divertida, haciéndome rodar los ojos.

—¿Qué haces aquí? ¿No tendrías que estar con tu novio o algo? —le preguntó Kiara de mala gana.

Kie intentaba disimular el odio que le tenía a Sarah cuando le hablaba sobre ella, pero tenerla delante era todo un reto para la morena.

—Tengo que darle esto a Ivy —explicó señalando una nota que tenía entre los dedos—. John B me la dio ayer —me dijo y fruncí el ceño.

—¿Estuviste con mi hermano? —le pregunté confusa.

—Sí, lo vi cuando estaba huyendo de protección de menores —me dijo y asentí antes de abrir la nota.

“No te preocupes, Minion. Tu hermano favorito está de una pieza y he descubierto algo que nos cambiará la vida. Hablamos pronto, necesito que tengamos una conversación entre Routledge's

–Gru”

Le enseñé nota a Kiara y ella frunció el ceño mientras la leía detenidamente.

—¿“Que nos cambiará la vida”? —preguntó confusa y encogí los hombros en respuesta.

Me di cuenta de que Sarah se había marchado y Kiara y yo nos fumamos un cigarro a medias antes de volver a entrar al infierno.

—Hola, Ivy —me saludó la señora Carrera con una sonrisa.

—Hola, ¿cómo está? —le pregunté de la misma manera.

—Muy bien, ¿han encontrado ya a tu hermano? —me preguntó algo preocupada.

—No, todavía no —le respondí antes de escuchar gritos a mis espaldas.

—¡Todo va bien, gente! No entréis en pánico. Dejémoselo a los hombres y mujeres en uniforme —gritó JJ mientras el de seguridad lo tenía agarrado del brazo—. ¡Rose! Pareces la estatua de la libertad —le dijo antes de que Kiara saliese a defenderlo.

—¡Suéltalo! —le gritó Kiara al de seguridad—. No puedes echarlo.

—¿Perdone, señorita? —le preguntó el de seguridad algo confuso.

—Yo le he invitado aquí. Soy un miembro del club —le dijo Kiara mientras sus padres le pedían que se callara.

JJ empujó al hombre de seguridad antes de girarse hacia mí con una sonrisa divertida y mirarme de arriba a abajo.

—Más te vale venir conmigo, bichito, o voy a empezar a pensar que te gustan esos tacones —me dijo, haciéndome sonreír antes de empezar a caminar hacia él—. Reunión obligatoria en Rixon's, Kie. Pope, tú también, ¿verdad? Rixon's Cove —les informó señalándolos.

Cuando llegué hasta JJ, vi a mi hermano allí, unos metros atrás, así que corrí hasta él y lo abracé con fuerza.

—Casi no te distingo entre los Kooks —me dijo divertido mientras me abrazaba.

Kiara y Pope llegaron hasta nosotros con los gritos de sus padres de fondo mientras todos sonreíamos mientras me quitaba esos horrendos tacones.

—¡Hasta luego, pringados! —les gritó John B mientras corríamos lejos de allí.

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