Ladrón: Rápido, deme todo su dinero o lo relleno con plomo

Dazai: Dios ¡Que felicidad! ¿Es una pistola? Dame dame, llevo tiempo buscando una

Ladrón: ¿Qué? No, se supone que debería estar muerto de miedo

Dazai: Pff, es tu trabajo ¿Quién soy yo para oponerme a la voluntad de Dios? Anda dispara, siempre quise morir, joder esto será histórico, eres mi héroe buen hombre

Ladrón: ¡Aahh no! Pinche loco, alejate de mi, yo solo estoy haciendo mi trabajo honradamente -Sale muerto de miedo, desde aquel día ese chico se volvió el nuevo papa, el Vaticano jamás tuvo tantos milagros como ahora-

Dazai: A estos ladrones de hoy en día, ya no son como antes, me da escalofríos lo que será de está juventud -Como siempre dramático, ojalá fuera actor de dramas, le pagarían muy bien-