𝐕𝐈𝐈𝐈. 𝐖𝐢𝐩𝐞 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐜𝐡𝐢𝐧

(El gif no es mío)

◑ ⊱⋅ ─── ❴✿◯✿❵ ─── ⋅⊰ ◑

Derek y yo corríamos a toda velocidad después de haber sido sorprendidos por la policía mientras perseguiamos al Alfa. Dos perros empezaron a correr detrás de nosotros así que Derek se paró y les rugió. Los perros se dieron la vuelta para volver con sus dueños y Derek y yo seguimos corriendo.

Entonces una flecha se estrelló frente a nosotros. Los Argent. Vimos a Chris y empezó a lanzar flechas que nos cegaban. Un coche se frenó frente a nosotros y cuando la puerta se abrió vimos a Stiles y a Scott.

—Entra, yo los distraigo —le dije a mi hermano.

—No —me dijo él.

—Derek, vete —le dije y tras unos segundos se subió al coche.

Ellos se marcharon y empecé a correr en la dirección contraria. Los disparos de Chris habían llamado la atención de los policías así que dos coches de policía empezaron a seguirme muy de cerca hasta que llegué a un callejón sin salida y me tuve que parar. Estaba de espaldas a los coches y pude escuchar la voz del sheriff.

—Date la cuenta con las manos en alto —dijo y así lo hice.

Los tres agentes que iban con él tenían la misma cara que el sheriff en ese momento, lo único que se podía ver en ellos era confusión. Me quité la capucha que llevaba puesta y el sheriff se acercó a mí.

—¿Qué narices haces aquí Grace?

—Fui a hablar con mi hermano, no podía creerme lo que la gente decía y... —me puse a llorar para darle pena y funcionó.

El sheriff me dio un abrazo mientras dejaba caer las lágrimas reales. Las que había estado conteniendo desde la luna llena.

—¿Tienes donde quedarte?

—Los últimos días he estado quedándome en el hospital, con mi tío Peter —dije limpiandome las lágrimas de la cara.

—Pues se acabó. Vas a quedarte con nosotros hasta que tengas donde quedarte, ¿vale?

—Veras, las cosas no están muy bien entre Stiles y yo. No creo que sea una buena idea —dije con la cabeza agachada.

Stiles no me había contestado el teléfono en varios días. No contestaba a mis mensajes y cuando he intentando hablar con el cara a cara me ha ignorado.

—¿Por qué? —no supe que responderle, quiero decir, no podía contarle la verdad. Él pareció notarlo y me llevó hacia el coche patrulla—. Voy a llamarlo para que venga a buscarte.

—¡No! —grité sin querer y enseguida me retracté—. Quiero decir, no hace falta, de verdad. Estoy bien. No tienes que sentir pena por mi.

—Vale, vamos a hacer una cosa, hoy pasarás la noche con tu tío y mañana a la mañana iré a buscarte para llevarte con nosotros, ¿vale? No acepto un no como respuesta —suspiré antes de asentir—. Muy bien, venga, te llevo —ambos nos subimos al coche y pude ver a Chris al otro lado de la calle.

***

A la mañana siguiente, como había prometido, el sheriff había ido a buscarme al hospital. Entramos en el coche y unos minutos más tarde estábamos frente a un restaurante.

—¿Que hacemos aquí? —le pregunté mirando el restaurante.

—Si los últimos días has estado "viviendo" en el hospital no has tenido que comer muy bien, así que hoy podrás comer lo que quieras.

—Sheriff, ¿por qué haces esto?

—Porque eres importante para Stiles, así que también lo eres para mí —dijo y le sonreí—. Eso sí, no le digas a Stiles que te he llevado a comer o me obligará a llevarlo a él también —dijo y ambos reímos.

—Hecho —le dije antes de salir del coche.

***

Cuando terminamos de comer el sheriff me llevó a su casa y me dijo que Stiles estaba en su habitación, la que estaba en el segundo piso, para que fuera a hablar con él así que así lo hice.

Subí y encontré la puerta abierta. Stiles me miró y después agachó la cabeza a lo que rodé los ojos apartando la mirada antes de ir y sentarme en una silla frente a él.

—Mira, yo no besé a Scott, él me besó a mí, y aunque lo hubiera besado no tienes ningún derecho a enfadarte conmigo —le solté de golpe. Llevaba guardándolo varios días y no pude más.

—Ya se que no fuiste tú —me dijo mirándome.

—¿Que?

—Que se que fue Scott.

—¿Como?

—Bueno, es a él a quien tengo que encerrar en la luna llena así que, si me dices que perdió el control y te besó, pues te creo —me dijo y le sonreí.

Alguien tocó la puerta y cuando nos giramos vimos a Derek en una esquina haciéndonos un gesto de silencio. Stiles y yo teníamos los ojos abiertos como platos por verlo ahí pero reaccioné y abracé a Stiles. A éste empezó a latirle el corazón demasiado rápido pero enseguida me devolvió el abrazo apoyando su cabeza en el hueco de mi cuello.

El sheriff abrió la puerta y nos miró enternecido unos segundos antes de fingir que tosía. Stiles y yo nos separamos y el sheriff le hizo un gesto con la cabeza para que saliera. Stiles salió de la habitación cerrando la puerta detrás de él y corrí a abrazar a mi hermano. Éste me devolvió el abrazo levantándome unos centímetros del suelo.

—¿Estas bien? —me susurró.

—Estoy bien —le dije con una sonrisa.

Derek se apartó de mi y a los pocos segundos cuando Stiles entró Derek lo empujó contra la puerta agarrándolo por la camiseta.

—Si dices una palabra...

—¿Como por ejemplo: "Papá, Derek Hale está un mi cuarto, trae tu pistola"? —preguntó Stiles tan sarcástico como siempre.

—Sueltalo Derek —dije y enseguida lo soltó poniéndole bien la chaqueta.

Stiles hizo lo mismo con la suya y cuando fue a pasar por su lado Derek hizo un movimiento que asustó a Stiles lo que hizo que me riera.

Stiles se sentó en la silla mientras yo me sentaba en su cama.

—¿Scott no ha conseguido el collar? —le preguntó mi hermano, refiriéndose al collar de Allison.

—No, sigue en ello. Pero hay algo más que podemos probar. Cuando nos quedamos encerrados en el colegio, Scott le escribió a Allison para que fuera.

—¿Y? —preguntó Derek.

—Que no fue Scott —le respondí yo.

—¿Puedes averiguar quien lo mandó? —le preguntó Derek a Stiles.

—No, yo no. Pero creo que sé de alguien que sí.

***

—¿Quieres que haga que? —preguntó Danny sin creerse lo que Stiles le estaba pidiendo.

—Rastrear un mensaje.

—He venido a hacer química, eso es lo que hacen los compañeros de laboratorio.

—Y lo haremos, después de que rastrees el mensaje.

—¿Y por qué crees que se como hacerlo?

—Vió tus antecedentes —le aclaré con los ojos cerrados mientras mi hermano me acariciaba el pelo, ya que tenía la cabeza sobre su regazo.

—Tenía 13 años, retiraron los cargos. No, vamos a estudiar.

—O dios... —empezó a decir Stiles y escuché como Danny se sentaba en una silla.

—¿Quien es él? —preguntó Danny y supuse que se refería a mi hermano.

—Mi primo, —dijo Stiles y sonreí— Miguel.

—¿Él y Grace tienen la camiseta manchada de sangre?—abrí los ojos y me incorporé para mirar mi camiseta, efectivamente estaba llena de manchas de sangre.

En ese momento entendí porque la gente me miraba raro en el restaurante.

—Sí, es que Miguel tiene estos horribles sangrados de nariz y Grace ha estado desaparecida desde hace unos días así que... Chicos, creí haberos dicho que podíais cogerme una camiseta.

—Ya, no pienso ponerme nada de lo que tengas en ese baúl —dije señalándolo y él rodó los ojos antes de lanzarme su camiseta de lacrosse.

—La necesito esta noche, así que pasate por tu casa luego a por tu ropa —me dijo antes de darse la vuelta.

Iba a quitarme la camiseta cuando Danny me llamó.

—Grace.

—¿Qué?

—¿Vas a quitarte la camiseta aquí? —me preguntó y le miré con el ceño fruncido. Él me señaló con la cabeza a Stiles y después a Derek, alias el primo Miguel.

—Cariño, cuando te has acostado con tantas personas como yo, acabas perdiendo la vergüenza a quitarte la ropa —dije antes de quitarme la camiseta.

Vi como Stiles me miraba descaradamente y empecé a oler ese olor que reconocía a la perfección. Deseo.

Fui hacia él y me acerqué a su oído.

—Puede que Scott solo pueda oler el deseo sexual cuando hay luna llena, pero yo puedo hacerlo siempre —le susurré antes de alejarme para coger su camiseta—. Deberías limpiarte la baba —le dije mientras me ponía su camiseta.

Stiles apartó la mirada rápidamente, como si no hubiera podido hacerlo hasta ese momento, y Derek se dirigió hacia su baúl con mala cara. Éste se quitó la camiseta dejando ver el tatuaje que tenía en la espalda de un trisquel, el mismo que tenía yo en la nuca. Derek cogió una camiseta y llamó a Stiles.

—Stiles.

—¿Sí?

—Esto... No me cabe —le dijo y oprimí una risa.

—Pues pruébate otra —le dijo Stiles y vimos como Danny se quedaba viendo a mi hermano.

Derek se puso una camiseta de rayas naranjas y azules y me acerqué a los chicos.

—Ey, Miguel, esa te queda muy bien —le dije mirando a Danny.

—¿Que te parece a ti Danny? —le preguntó Stiles.

—¿Eh? —preguntó éste al darse cuenta de lo que hacíamos.

—La camiseta —le respondió Stiles.

—No es su color —respondió Danny y Derek se quitó la camiseta.

—Juegas para otro equipo pero sigues dándole a la pelota, ¿verdad Danny? —le dijo Stiles y fui a ayudar a Derek a buscar otra camiseta.

—Stiles, no me cabe ninguna —dijo Derek sin camiseta y Stiles y yo miramos a Danny.

—Necesitaré el ISP, el número, y la hora exacta de envío —dijo Danny y choqué los cinco disimuladamente con Stiles.

Después de unos minutos estábamos los cuatro frente al ordenador de Stiles esperando a que Danny rastreara el mensaje.

—Ahí está —dijo Danny cuando había terminado con su parte—. Enviaron el mensaje desde un ordenador, desde aquí.

—¿Registrado a ese nombre? —le preguntó Derek.

—No, eso no puede ser —dijo Stiles.

—¿Melissa McCall? —pregunté sin creerlo.

***

¿Has recibido la foto? —preguntó Scott al otro lado del teléfono.

—Sí, y es igual que el dibujo —le respondió Stiles.

—¿Tiene algo detrás? Tiene que haber algo —dijo Derek atrayendo la mano de Stiles hacia él junto al teléfono—. Una inscripción, una abertura, algo.

No, es liso y no se abre. No hay nada dentro, encima, ni alrededor, nada. ¿Donde estas? —le preguntó a Stiles—. Deberías estar ya aquí. Eres delantero.

¿Donde narices está Bilinski? —se escuchó al entrenador preguntar.

Si no estás aquí para empezar no podrás jugar.

—Lo sé. Si ves a mi padre, dile que voy un poco tarde, ¿vale? Gracias —dijo antes de colgar.

—No vas a llegar —le dije.

—Lo sé.

—No le has dicho lo de su madre —le dijo Derek.

—No hasta que sepamos la verdad.

—Por cierto, una cosa más —dijo Derek antes de golpear la cabeza de Stiles contra el volante.

—¿Que ha sido eso? —preguntó Stiles con la mano en la cara.

—Sabes por qué ha sido —le dijo señalando le con el dedo—. Vete, venga.

Stiles y yo bajamos del coche mientras Stiles sobaba su mano su nariz así que le di la mano y quité su dolor. Él me miró confuso ya que no sabía que estaba haciendo pero aún así le sonreí y entramos dados de la mano.

***

—No la encuentro —le dijo Stiles a Derek por teléfono.

Pregunta por Jenifer. Es la cuidadora de mi tío.

Seguimos andando hasta llegar a la habitación de Peter pero él tampoco estaba y todo encajó.

Todas las personas que habían muerto, sabía que me sonaban de algo pero no caí hasta ese momento. Todas esas personas fueron los responsables del incendio de nuestra casa.

Por eso el conductor del autobús nos había pedido perdón.

—Stiles sal que aquí —le dije.

—¿Que?

—Que salgas de aquí, es él. Mi tío es el Alfa.

Stiles me miró asustado y cuando iba a marcharse mi tío apareció frente a nosotros.

—Tú debes de ser Stiles —le dijo mi tío con una sonrisa.

Stiles intento irse por el otro lado pero Jenifer apareció delante de él.

—¿Que hacéis aquí? No es hora de visita.

—Tú y él —empezó a decir Stiles—. Tú eres la que... Y él es el que... Madre mía, voy a morir.

—Nadie va a morir —le dije mientras miraba a mi tío.

Entonces Derek llegó y noqueó a la enfermera de un puñetazo.

—Eso no está bien. Es mi enfermera —dijo Peter.

—Es una perra psicótica que te ayuda a matar gente —le dije.

—Apartar —nos dijo Derek.

Stiles pareció no poder moverse así que le di la mano y lo aparté del camino.

—¿Creéis que maté a Laura a propósito? ¿A mi propia familia? —nos preguntó nuestro tío.

Derek no lo pensó dos veces antes de encender sus ojos y lanzarse contra él. Aproveché para sacar a Stiles de allí. Lo agarre de la mano y lo empujé hasta estar en el parking.

***

Extra gif:

Tatuaje de Grace:

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