𝐈𝐈𝐈. 𝐈'𝐝 𝐝𝐨 𝐚𝐧𝐲𝐭𝐡𝐢𝐧𝐠 𝐭𝐨 𝐩𝐫𝐨𝐭𝐞𝐜𝐭 𝐦𝐲 𝐟𝐚𝐦𝐢𝐥𝐲
◑ ⊱⋅ ─── ❴✿◯✿❵ ─── ⋅⊰ ◑
Estaba con Lydia y Allison en los pasillos hablado de algo que tenían Scott y Allison cuando escuché una conversación entre los chicos y una compañera.
—¿Como es posible que acabe de llegar y que todo el mundo esté a sus pies? —preguntó la chica.
—Porque está buena y la gente guapa se junta, por lo cual se hacen populares —escuché responder a Stiles.
Solté una risa que pareció no pasar desapercibida para los chicos mientras que las chicas me miraban confundidas.
—Perdón —ambas dejaron ahí el tema y siguieron hablando de Scott.
—¿Tú qué crees? —me preguntó Allison.
—¿Sobre qué? —le pregunté confusa.
—¿Debería decirle a mi tía lo de Scott?
—Espera. ¿Kate está en el pueblo?
—Sí, ¿por qué? —preguntó Allison bastante confusa.
Saqué el teléfono rápidamente para llamar a mi hermano pero no contestó. Volví a intentarlo pero siguió sin contestar así que fui hacia los chicos que seguían hablando con la chica de antes.
—¿Habéis visto a Derek desde ayer?
—No, ¿por qué? —me dijo Scott.
—Creo que podría estar en peligro —les dije.
—Tranquila, seguro que está bien —me dijo Scott intentando tranquilizarme.
Asentí no muy segura y me dirigí a clase junto a las chicas.
***
Harris nos estaba dando los exámenes y Scott y Stiles hablaban del Alfa. Harris me dio mi examen y saqué un sobresaliente. Vi el examen de Scott y vi que había suspendido.
—Tío, tienes que estudiar más —le dijo Stiles—. Era broma —dijo al ver que Scott se había cabreado.
—Scott, es solo un examen. Lo recuperarás —le dije.
—¿Necesitas ayuda para estudiar? —le preguntó su mejor amigo.
—No, voy a estudiar con Allison después de clase.
—Ese es mi chico —le dijo Stiles con una sonrisa en la cara.
—Solo vamos a estudiar.
—Claro que no —le dije yo.
—¿A no? —me preguntó con gracia.
—Scott, estudiar, nunca es solo estudiar.
—Si vas a su casa hoy y desperdicias esa grandiosa oportunidad te juro por Dios que te capo —le dijo Stiles.
—Vale —dijo Scott queriendo acabar con la conversación.
***
El entrenador estaba explicando algo cuando olí la sangre de Derek. Apenas quedaban unos minutos para que acabaran las clases pero me levanté y salí corriendo hacia el pasillo. Vi a mi hermano muy pálido apoyado en una de las paredes.
—¡Derek! —corrí hacia él y lo apoyé en mí para sacarlo de allí.
Entonces, la campana que anunciaba el final de las clases sonó y todos empezaron a salir y a mirarnos. Lo saqué del instituto y cuando estaba cruzando la carretera para llegar a mi coche el Jeep de Stiles casi nos atropella. Derek cayó al suelo y Scott vino corriendo. Stiles salió del coche y ambos se nos quedaron mirando.
—¿Que hace aquí? —me preguntó Scott.
—Me han disparado —nos dijo Derek.
—¿Qué? —pregunté algo confusa.
—No tiene buen aspecto —nos dijo Stiles.
—¿Por qué no te estás curas? —le preguntó Scott.
—No puedo, era una bala distinta.
—¿Una bala de plata? —preguntó Stiles emocionado.
—No, idiota. Seguramente tenía acónito —ambos me miraron sin entender—. ¿Matalobos? —pregunté obvia.
—Espera, a eso se refería cuando dijo que tenía 48 horas —dijo Scott.
—¿Qué? —preguntamos mi hermano y yo a la vez.
—¿Quién? ¿Quien dijo 48 horas? —le pregunté.
—Quien le disparó —dijo Scott y los ojos de Derek se iluminaron—. ¿Que haces? Para.
—Es lo que intento decirte, no puedo.
—Scott, ayúdame a levantarlo —ambos lo agarramos por los brazos y miramos a Stiles. Este rodó los ojos y tras quejarse un par de veces, subimos a Derek a la parte trasera del Jeep—. Averigua que bala usaron.
—¿Como voy a averiguarlo?
—Es una Argent, está con ellos —le dijo Derek refiriéndose a Allison.
—¿Por qué debería ayudarte? —le preguntó a Derek.
—Porque yo te ayudé a ti. Me lo debes, Scott —le dije—. Y porque nos necesitas.
—Bien, lo intentaré —nos dijo antes de que Stiles y yo nos subieramos al Jeep.
—Te odio por esto, no sabes cuánto —le dijo Stiles a Scott antes de arrancar.
***
—Oye, intenta no manchar los asientos de sangre —le dijo a Derek—. Ya casi hemos llegado.
—¿A donde? —pregunté.
—A vuestra casa.
—¿Qué? No puedes llevarnos allí.
—¿No puedo llevaros a vuestra propia casa?
—No cuando Derek no puede protegerse —entonces Stiles paró el Jeep y se giró hacia mi.
—¿Que pasa si Scott no encuentra la pequeña bala mágica? ¿Se está muriendo?
—Todavía no.
—Tengo un as bajo la manga —dijo Derek.
—¿Qué quieres decir? ¿Que as? —le pregunté y se levantó la manga de la camisa para dejar ver la herida.
—Dios mío. ¿Que es eso? ¿Es contagioso? ¿Sabes qué? Quizá deberíais iros —dijo Stiles completamente asqueado.
—Arranca el coche. Ahora —le dijo Derek.
—No creo que estés en posición para dar órdenes. Si quisiera, probablemente podría sacar tu culo de hombre lobo de aquí y dejarte morir en la carretera.
—Arranca el coche o te desgarro la garganta con los dientes —le dije y Stiles se me quedó mirando fijamente antes de arrancar.
***
—Llevalo a la clínica veterinaria —le dijo Scott por teléfono.
—Se le acabó el tiempo, me toca —dije antes de salir del Jeep.
—¿Dónde vas? —me preguntó Stiles.
—A encontrar esa maldita bala —dije antes de salir corriendo hacia la casa Argent.
Cuando llegué a la casa le di una patada a la puerta haciendo que está se abriera de golpe, y entré. Estaban todos cenando y agarré a Kate del cuello.
—¿Donde están las balas? —entonces escuché el sonido de un arma cargándose detrás de mi cabeza.
—Suéltala —dijo Chris.
—Papá. ¿Que haces? —preguntó Allison antes de que soltara a Kate y me girara hacia Chris.
—Kate ya ha matado a bastantes miembros de mi familia, si me hermano muere esta noche, no me importará nada. Iré a por cada Argent de este mundo, empezando por tu querida hijita. Porque al igual que tú, haría lo que fuera por mi familia.
—¿De que estás hablando?
—¿No lo sabes? Pregúntale donde estaba tu hermanita el día que se incendió mi casa —él me miró confuso y después miró a Kate.
—Yo no hice nada, está intentando confundirte Chris —le dijo Kate.
—Tus latidos se aceleran, mientes —dije y un gruñido se escuchó desde fuera.
Miré a Chris sabiendo perfectamente que era.
—El Alfa —dijimos a la vez y salimos de la casa.
El Alfa estaba plantado delante de la casa y Chris se adelantó a mi.
—Grace —me llamó y me giré para mirarlo—. Salva a tu hermano —dijo antes de lanzarme una bala.
Sonreí sin poder creermelo y corrí hacia mi coche. Scott se subió de seguido y nos dirigimos hacia la clínica veterinaria.
***
Cuando llegamos vi a Stiles con una motosierra junto al brazo de mi hermano.
—¿Que narices estás haciendo? —le pregunté acercándome.
—Acabas de evitarme una vida llena de pesadillas —me dijo Stiles soltando la motosierra.
—¿La has conseguido? —preguntó Derek y saqué la bala.
Mi hermano cogió la bala pero se le cayó de las manos cuando se desmayó.
—Scott, coge la bala —dije mientras me agachaba junto a Derek—. ¿Derek? Vamos, Derek. Despierta.
—¿Chicos que narices vamos a hacer? —preguntó Stiles.
—No lo sé —le dijo Scott mientras intentaba alcanzar la bala.
—Perdoname por esto Derek —dije antes de pegarle un puñetazo.
Derek se despertó y Scott se acercó con la bala en las manos. Ayudé a mi hermano a levantarse junto a Stiles, y Derek abrió la bala sacando la pólvora y el acónito. Saqué un mechero y lo quemé antes de que Derek se lo pusiera en la herida.
Este empezó a gritar y a convulsionar en el suelo mientras las marcas y la herida desaparecían.
—Eso ha sido increíble —dijo Stiles y ayudé a Derek a levantarse.
—¿Estás bien? —le preguntó Scott.
—¿Excepto por el dolor agonizante?
—Supongo que si puedes ser sarcástico, es que gozas de buena salud —le dijo Stiles.
—Te hemos salvado la vida, lo que significa que estamos en paz —dijo lo segundo mirándome—. Así que nos dejaras en paz —dijo esta vez mirando a Derek—. ¿Lo entiendes? Y si no lo haces, buscaré al padre de Allison y le contaré todo —nos dijo Scott.
—¿Vas a confiar en ellos? —le preguntó Derek—. ¿Crees que van a ayudarte?
—¿Por qué no? Han ayudado a Grace y son bastante más amables que tú.
—Claro, puedo enseñarte lo amables que son.
—¿A que te refieres? —le preguntó Scott y tanto Derek como Scott salieron de la clínica.
—¿Podrías llevarme al instituto para recoger mi coche? —le pregunté a Stiles, que no paraba de mirarme.
—Claro —dijo antes de que saliéramos dirección al Jeep.
El camino lo hicimos en silencio, ninguno dijo nada. Pero el silencio que nos rodeaba no era incómodo, ni tenso, de hecho, era bastante cómodo.
Stiles aparcó al lado de mi coche y me giré para mirarlo.
—Gracias por todo lo de hoy.
—¿Por fin vas a admitir que te caemos bien? —sonreí y me acerqué a él.
Le di un beso en la mejilla y escuché su corazón acelerarse.
—Buenas noches, Stiles —dije antes de salir del Jeep y subirme a mi coche.
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