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' Toda esta farsa termina tarde
o temprano princesa. '

EL AIRE QUE EL RUBIO RESPIRABA ERA DENSO Y LA TENSIÓN que había entre los miembros del joyero se podía cortar con un cuchillo. Después de todo, la primera persona en meter la pata fue la propia princesa Ariana, al insultar a la que en algun momento fue su amiga y amante del duque Phantom, Eris de Cléveris.

Después, todo cayó como dominó. El príncipe Efrit sacó relucir la traición de su bailarina callejera, lo que provocó la cólera y el desagrado de Ariana por los indirectos insultos a los gustos de su padre. Por su parte, Raymond no se guardo el veneno que tenía, soltandolo en contra de la joven Seelfloy, provocando a ira de Jade y del propio Zerix, además de un repentino bajón en el ánimo y la furia de la princesa.

- ¡No es el momento para esto! - sentenció el albino de largos cabellos.

- Si tan infeliz eres, lárgate con mi hermanita, la que tanto amas y déjame. Váyanse todos, ya no soy la dueña de sus corazones - dijo la princesa con voz débil - Ustedes ya no son de mi interés.

- No es tan fácil - dijo Nell mientras tendía su pañuelo a la princesa para que se limpiara más lágrimas antes de salir - Este es un acuerdo de mutuo veneficio entre todos nosotros, majestad.

- Además, no es como si fuéramos tan malos como para manchar su reputación así - dijo Raymond.

- Ni la de nuestras familias - añadió Jade pensando en las palabras de su amada Kalista.

El rubio platinado se arrodilló frente a la princesa y seco sus lagrimas recién salidas con las llemas de sus dedos - Ariana, no les des el placer de verte destruida. No les des el placer.

La ojivioleta quiso llorar aún más. Ariana ya no amaba a todas sus joyas, solo a él. Ariana de Secramise amada al príncipe Zerix Falaxe, aquel que la consideraba egoísta y superficial, el hermano de la reina en el trono de las penumbras, aliado político de Eris y prometido de la inteligente, agraciada y hermosa Kalista Seelfloy. Lo amaba de verdad, por primera vez amaba de verdad y el nunca le correspondería.

Un sabor amargo se instalo en su boca al pensar en la ironía de su vida, pues ella entre todas las mujeres siempre obtenía al hombre que deseará, menos al que realmente amaba.

- ¿No crees que este baile es demasiado para estos viejos aburridos? - la primera en romper el hielo tras salir al público fue Ariana, rogando internamente la comprensión y el apoyo de los hombres detrás de ella.

- Solo de la señal y la sacaré inmediatamente de aquí - el rubio le siguió el juego inclinándose hasta que su aliento caliente choco en el frío cuello de la princesa, pues el conocía la carga y la reputación que todo miembro de alguna familia real debía mantener. El orgullo y responsabilidad de ser un príncipe, la reputación de tal título.

La aspiración a la perfección.

- No digas eso. Esta es una buena oportunidad para exprimir los bolsillos de esos viejos aburridos - explicó Jade con una sonrisa falsa pero convincente - Así que princesa, sonriales lo más que pueda.

- Supongo que no tengo alternativa - murmuró ella sonrojada, no por la cercanía del joven Maldea, si no por la pequeña sonrisa del príncipe Zerix detrás del peliazul.

- Si esta aburrida, ¿le gustaría bailar conmigo, su alteza?

- ¡Oye!¡El primer baile me corresponde a mi!

- ¿No prefiere salir y disfrutar la luz de la luna en la terraza? La luna se ve particularmente bella esta noche.

- Basta de cháchara. No queremos que la gente chismosee sobre la princesa - la fría mirada de Nell Phantom estaba puesta sobre Ariana después de una ligera ojeada a Eris, quien reía con algunos nobles y sus guardianes, los hermanos Bassett.

La noche siguió como se planeo desde un principio, con la gente enviando a la princesa y a sus joyas por igual, sin notar el sufrimiento que cada uno albergaba en sus corazones. Zerix se permitió sentirse pleno y sin preocupaciones esa noche, antes de que su hermana Amelie, la reina en el trono de las penumbras, anunciara su apoyo a otro miembro de la familia real de Arbezela y retirara a su hermano del joyero.

Antes del caos, esta la calma.

Asi que Zerix la disfruto como si no la fuera a ver en mucho, mucho tiempo.