☏Capítulo 3☏

Capítulo tres- Entrenamiento y un par de problemas más.
Samantha Jade

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MI MADRE Y YO nos encontrábamos en la cocina hablando, me platique el día con Bruce y le dije que aun ni había llamado.

—No lo hará.- mi mamá seca sus manos ya que estaba lavando los platos y recarga su brazo mientras la otra mano la coloca en la cintura.

—Si lo hará, probablemente le da pena.-dice con tono de obviedad aunque aún estoy dudosa.

Después de terminar mis deberes voy al sofá y prendo la televisión para ver una película, Shean llega de repente.

—¡CONSEGUÍ UN TRABAJO!.- brinco del sofá con emoción y mi madre sale de la cocina igual de entusiasmada.

—Fantástico hijo.- lo abraza pero Shean no corresponde al instante, me mira y yo le abro los ojos y le digo que la abrace igual con las manos, el la abraza y mamá deja un beso en su mejilla.

—¿Dónde es?.- preguntó mientras me acerco.

—La tienda donde el chico con la navaja.- lo miró mal, mamá no sabía nada de eso y ahora no me dejara salir.

—¡¿Que qué?!.- Shean rápidamente cierra los ojos sabiendo que acaba de arruinar rodó.

Shean terminó explicándole todo.

—¿Y por qué no me lo dijeron?.

—Pensamos que si te lo decíamos no nos dejarías salir o estarías preocupada todo el tiempo.-dije y Shean solo asintió dándome la razón.

—Ay Sam, se que e estado así últimamente pero de verdad no es para tanto, no te habría dejado ir con Bruce.- al darse cuenta rápidamente tapó su boca con ambas manos.

Shean rápidamente me miró y yo solo quería desaparecer de la tierra, del universo, de todo.

—¿Quién es Bruce?.- puso sus manos en la cadera

—Un amigo, de Béisbol.- digo y trato de evitar mirarlo.

—¿Saliste con el?.- niego y lo miró, antes de responder mi mamá se adelanta.

—Solo hablaron y que él podría enseñarle Béisbol.

—¿Escuchaste nuestra conversación completa?.- la mire sorprendida.

Ella solo se quedó callada y Shean soltó una carcajada, entonces los tres reímos y justo sonó el teléfono. Shean y yo nos miramos fijamente.

—No.- el dio un paso.-—No.- yo di un paso más.— No no ¡no!.- ambos corrimos al teléfono pero el lo tomo primero.

—Diviértete, no me escondas cosas.- Shean me miró con una sonrisa juguetona y luego me entregó el teléfono.

—Gracias.- me pegue el teléfono a él oído.

Hola ¿holaaa?.- escuche a Bruce.

—Hola.- respondí.

Oh.- soltó una risita.— ¿Eres Samantha?.- solo me reí.

—Si si lo soy.- el soltó un suspiro.

Gracias por no darme un número falso.

—¿Por qué lo haría?.- sonreí y mire a Shean quién hizo una cara graciosa, el me puso aun más nerviosa.

No lo sé, jamás había hablado con una niña y mucho menos pedirle su numero.

—Bueno yo jamás había hablado con un chico y jamás me habían pedido el número de mi casa, por lo cual no sabía que podía darles un numero falso.- ambos reímos.

Entonces... ¿Quieres salir?.- me quede en silencio sin entender.- A practicar Béisbol claro, llevaré a un amigo por si no quieres que seamos solo nosotros dos, será más divertido así.

—Me parece bien, solo tengo que preguntar... .- Mi madre y Shean asintieron al mismo tiempo.- Si claro.

Nos vemos en el campo a las cuatro, solo lleva agua y dinero.

—Claro, adiós.

Bye Sam.- di por terminada la conversación y coloque el teléfono en su lugar.

(•••)

Dieron las cuatro y yo estaba preparándome para irme, me puse unos jeans muy sueltos que me llegaban encima de los tobillos, un par de converse blancos y una blusa con una chaqueta de mezclilla, hice mi cabello en una coleta dejando enfrente un par de mechones sueltos.

Salí de mi habitación, mi madre y mi hermano veían la tele hasta que Shean me miró de arriba abajo.

—¿Por qué tan bonita?.- sonreí con vergüenza.- ¿Quieres que te lleve?.- negué.

—Iré en bicicleta.- el asintió, mi mamá se levantó y me dio las llaves de la cochera y las llaves de la casa.

—Te quiero aquí a las seis.- ¿tan solo dos horas? aplicaré añadiendo un poco más.

—A las nueve.- dije sonando un poco más a pregunta.

—Seis.- se cruzó de brazos.

—Ocho.- imite su posición.

—Siete.- Bien lo estoy logrando.

—Ocho.- Ella negó.- ¿Siete y media?.- me alce de hombros, soltó un suspiro y me miró.

—Bien por favor cuídate.- beso mi frente y me abrazo, empezaba a asfixiarme.

—Si mamá, oye realmente quiero salir así que no me mates.- dije tratando de separarme y ella se alejo.

—Anda, ¡cuídate!.- asentí me acerque a Shean con rapidez, di un brinquito para besar su mejilla y salí de la casa hacia la cochera, la abrí y saqué mi bicicleta, cerré la cochera y metí el par de llaves a mi pequeño bolso tipo mochila donde llevaba agua y dinero en una cartera.

Comencé a pedalear mientras observaba todo de nuevo, las casas me parecían bonitas mientras que el cielo nublado me daba paz, odio el sol aunque si empieza a llover tendremos que volver a casa.

A una calle de el campo de Béisbol a lo lejos vi una camioneta grande y negra estacionada, sentí que la había visto antes, pedalee un poco más rápido y entrecerré mis ojos para mirar un poco más pero la camioneta se encendió y se fue de ahí rápido, llegué justo a donde estaba antes estacionada y me quedé mirando un poco más extrañada.

—Llegaste.- mire hacia dónde había escuchado, era Bruce.

—Si, hola.- me baje de mi bicicleta y el me ayudo a meterla, había un lugar justamente para bicicletas y la puso junto a la suya.

—Ven, déjame presentarte a alguien.- me tomo de la mano y me jalo hasta la banca donde se sientan los jugadores, allí estaba un chico de nuestra edad supongo, tenía el cabello poco largo ondulado.- Hey Finn, ella es Samantha.- le sonreí y el me la devolvió.

—Hola, me llamo Finney un gusto.- se levanto y me estiró la mano y yo la tome.- Bruce me dijo que entrenaras Béisbol.

—Te habló de mi eh.- mire a Bruce quien note se puso nervioso.- Si, probablemente entre a un equipo si lo hago bien.

—Pues viniste al lugar correcto.-dijo Bruce tomando un casco y un bate entregándolo a mis manos.- Con nosotros como maestros seguramente entras a uno.

—Seguro, prepararé, nosotros te esperamos en el campo.- asentí y ellos se fueron, deje mis cosas en la banca y me puse el casco, en cuanto salí Finney tenía la pelota y Bruce estaba en donde se bateaba, ambos reían hasta que me vieron.

—¿Te queda bien el casco?.- pregunto Bruce.

—Si, creo.- me acerque a ellos.- ¿Qué haré yo?.

—Toma el bate, Finn la lanzará y tu golpearas la pelota, aunque te advierto que el brazo de Finney es bueno.- mire a Finney quien solo negaba con una sonrisa.

—Entonces no podre hacerlo.- se acercó a mí y me coloco en la poción adecuada.

—Confío en ti, anda.- tome el bate aunque ni sabía como hacerlo y Bruce solo se rio.

—Cállate y enséñale tonto.- escuche a Finney a lo lejos quien también se estaba riendo, los mire mal.

—Tómalo así.- tomó mis brazos por detrás de mí y alzó mi codo.- Fácil.

-Si claro.- Bruce dio una señal a Finney para que la lanzará y lo hizo, trate de pegarle a la pelota pero en cuanto moví el bate este salió de mis manos casi dándole a Finn.- Oh mierd.- corrí a dónde estaba Finney quién se tropezó por evitar el bate.- Lo siento lo siento estas bien.

Mientras Bruce solo estaba muriéndose de la risa, literalmente estaba en el suelo casi pataleando.

—Tranquila, suele pasar.- Finney también comenzó a reír, le estire la mano para que se levantará y el la tomó, puse fuerza y lo ayuda a levantarse. Bruce se levantó y le lanzó a pelota a Finney.

—Este será un día largo.- dijo el y yo solo hice una mueca, me volvió a colocar en la posición en la que estaba.- Trata de pegarle a la pelota, la pelota se lanza no el bate.- levantó sus hombros diciendo un poco obvio, entrecerré mis ojos haciéndome la digna y todo comenzó de nuevo.

Definitivamente será un día largo.

(•••)

Ya eran las seis y estábamos muy cansados. Habíamos cambiado de posición y yo lanzaba la pelota pero Bruce siempre la bateaba.

—Estoy cansada.- dije sentando me en el suelo.

—Si Bruce, vamos a otro lugar.- se quejo Finn.

—Uy no aguantan nada.- Justo comenzó a llover, lo suponía. Finney y yo nos dimos una mirada cómplice, así no podía decir que no.- Bien, vamos a otro lado.- los tres corrimos a la banca y nos quitamos las cosas.

Al terminar cada uno tono su bicicleta pero la lluvia comenzó más fuerte.

—¡Vamos a una cafetería!.-sugirió Bruce, Finney y yo aceptamos, llegamos a una cercana y dejamos las bicicletas en la banqueta para que no se mojaran.

Al entrar, los tres estábamos empapados y con frío, nos sentamos en una mesa fui la primera en sentarme y Bryce junto a mi, Finney frente a nosotros dos. Ordenamos cada quien comida en lo que se calmaba un poco la lluvia.

—¿Cómo se conocieron?.- pregunté a los dos.

—Béisbol.- dijeron al mismo tiempo.

—Claro, ni se porque pregunté.- sonreí

Comenzamos a platicar, Finney me callo muy bien, era amable y a comparación de Bruce, era más introvertido, incluso me dio su suéter por el frío que tenía aunque después me sentí culpable por que el también tenía frío.

Ya eran las siete y la lluvia no era muy fuerte.

—Dios, olvide que mi mamá me quería a las siete en casa, tengo que irme o me matara.- dejo dinero en la mesa.-Nos vemos chicos.- se levantó y rápidamente dejó un beso en mi mejilla, supongo que por inercia o alguna cosa extraña, salió de el lugar y vimos como se fue en su bicicleta.

—¿Te dio un beso?.- dijo Finney con una sonrisa picara.

—Solo ignorarlo.- ambos reímos.

—Creo que le gustas.- fruncí la nariz y negué.

—Claro que no.- ambos reímos y tomamos de nuestras bebidas.

Cuando terminamos pedimos la cuenta y pagamos, al salir la lluvia había terminado.

—Mi casa es por allá.- dijo al lado contrario de donde era la mía.

—La mía por allá.- tomamos nuestras bicicletas y nos subimos.

—Nos vemos Samantha.- me dijo Finney.

—Dime Sam.- sonreí.

—Dime Finn, así me dicen mis amigos y creo que ahora eres una.- sonreí.

—Adiós Finn.- iba a pedalear pero el tomó mi bici por atrás

—¿Podrías darme el número de tu casa?.- asentí y lo anote en su brazo.- Gracias.

—No es nada, nos vemos luego.- comenzamos a pedalear hasta nuestras casas.

Yo iba con una gran sonrisa que hasta yo me sorprendía, hace mucho tiempo que no reía así, casi no lo recordaba. Todo cambió en la calle donde las casas me parecían extrañas, de verdad no me daban buena espina así que rodee aunque tardará un poco más. Mire al hora en mi reloj, siete cuarenta, mamá debe estar muriendo de la preocupación así que pedale más rápido hasta llegar. Al llegar metí la bicicleta en la cochera y corrí a la puerta principal abierndola lo mas rápido posible.

—Mamá ya llegará, solo son 15 minutos, la lluvia la debió retrasar.- Shean calmaba a mi madre. En cuanto ambos me vieron corrieron a abrazarme.

—Tranquilos tranquilos estoy en casa.- sabía que mi madre estaría preocupada pero esto es demasiado, algo más ocurrió.

—Estaba tan asustada de verdad.- se separó y me examinó.- Estás tan mojada.

—Si amhh, se que estas preocupada pero presiento que algo más pasó, ¿qué ocurre?.- Shean y ella se miraron dejándome con una duda aún más grande.

—Llamaron a la casa, se que es una pregunta tonta por que nos acabamos de mudar pero... ¿Conoces a un tal Vance Hopper?.- abrí mis ojos asustada, sentí mis bellos corporales pararse y un punzada en el pecho se hizo presente cada vez más fuerte, era el chico de la navaja pero no podía decirle eso a ella.

—No ¿por qué?.- ella suspiro.

—Desapareció ayer, no a vuelto a casa.- parpadeo varias veces y mi cabeza duele, sabía que había algo mal pero no tenía que ver conmigo, con nadie o no lo sabía aún.

—Tranquila, estoy aquí y estoy bien, ya lo encontrarán.- ella asintió, el momento de tensión aun estaba presente, algo está mal.

Algo está muy mal.

300 vistas?! voy a llorar de la emoción, gracias por el apoyo de verdad. Cometen y voten personitas bellas 😊💐.

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