☏Capítulo 29☏
Capítulo veintinueve- SI DECIDO QUEDARME
Finney Shaw
---------------- ≪ ° ✾ ° ≫ ----------------
SUPE QUE TENÍA que hacer algo, escuché el corazón de mi mejor amiga latir aún, podía salvarla. Con algo de esfuerzo la levante de el suelo, sus ojos estaban cerrados estaba inconsciente, subí las escaleras con cuidado de no caer.
-San despierta no te rindas, te necesito, aun te necesito no te vallas.- dije mientras veía su cara perder un poco de color, sus latidos iban desminuyendo.- vamos Samantha, ya falta poco.
Subí completamente las escaleras y me adentre a la casa, vi la puerta de la salida, lo había logrado, voy a volver a casa, Sam también. Camine un poco más y llegué a la puerta con Sam en mis brazos y salí. Por fin vi algo, luz, luz de el sol y sentí el viento en mi cara, no me importaba el frío, vi los árboles, el césped, nadie podía detenerme, ya no tenía miedo. Miento, tenía mucho miedo, no por mi, por mi amiga aun en miz brazos, luego vi a Gwen, sentada en la banqueta de la casa de enfrente, al instante también me vio.
-¡Ayuda!.- grite cayendo de rodillas en el suelo pero sin dejar que Sam se lastimara.
Policías, enfermeros y Gwen corrieron hacia a mi.
-¡FINNEY!.- grito mi hermana llegando al suelo conmigo.- Dios mio estas bien.- examinó mi rostro.
-Sam.- dije y una enfermera llegó a mi lado.
-Tranquilo chico, la llevaremos al hospital.- dijo mientras llegaban un par más a su lado quitándola de mis brazos y subiendola a una camilla.
-¡Sam!.- me levante de golpe mientras mi hermana tomaba mi mano.
-Una ambulancia para él.- grito la misma enfermera, no claro que no.
-No, quiero ir con ella, por favor.- dije acercándome a la ambulancia.
-Finn, también estas herido.- dijo mi hermana abrazándome.
-Estoy bien, por favor.- dije dando un beso pequeño en su cabeza.
-No hay tiempo, suban a ambos, no quiero que los separen.- dijo un policía tras nosotros, al girar a ver pude notar como en camillas sacaban cuerpos de la casa de enfrente.
Mi corazón se partió aún más de lo que ya estaba, perdí a Robin, no podía perder a Sam. Subí con velocidad a la ambulancia y Gwen se sento a mi lado.
Samantha estaba en la camilla siendo atendida, solo podía ver sus ojos cerrados, sin expresión alguna.
-Tenemos que darnos prisa o la perderemos.- dijo un enfermero apresurando al chófer el cuál arrancó y encendió la sirena.
-Herida en la pierna.- dijo otro, la primera que me ayudó a levantarla rompió su camisa dejando ver la herida en su costilla, Gwen apretó mi brazo y comenzó a llorar.
-Maldición.- dijo tomando una jeringa e introdujo algo en ella y apuntó a su vena en su brazo.
De repente una máquina comenzó a sonar de manera fuerte advirtiendo algo.
-La perdemos.- dijo el hombre.
-No no.- tome la mano de Sam acercándome a ella.
-No podemos hacer nada aquí o se infectara.- dijo la otra enfermera.
-No Sam no, no te mueras.- con trabajo me pare y tome su cara.- Sam quedate conmigo, ¡Sam!.
La máquina comenzó a sonar más rápido.
-Vamos niña resiste.- dijo el chófer y comenzó a ir más rápido.
-Sam.- acaricie su cabello.- ¡Sam! todo estará bien, vamos sam ¡quedate! ¡SAM!.- grite repetidas veces.
⌲• Samantha Jade
-¡SAM!.
SENTÍ MI CUERPO relajarse, parecía que había dormido una eternidad, mi cuerpo ya no dolía, pero todo estaba oscuro. Mis ojos estaban cerrados, traté de abrirlos pero todo estaba borroso, ardían un poco en cuanto la luz llegó a ellos, me quedé en donde sea que mi cuerpo estaba tirado un rato, cuando pude abrirlos no logré identificar dónde estaba, moví mi mano tratando de sentir algo, era madera, levante mi mano y la observe tapando la luz que llegaba a mi cara, con esa misma mano toque mi cara, no dolía, no tenía ningún rasguño. Mire para todos lados en busca de respuestas, con delicadeza me senté en el suelo y entonces supe donde estaba, era mi hogar, pero no el de Denver, mi antigua casa, antes de mudarnos. Mire la casa y luego obverve mi ropa, era la misma que traía cuando me rapto, pero limpia... vagamente recuerdo algo sobre eso, pero era el menor de mis problemas ahora.
-Vaya que duermes mucho.- escuche una voz grave cerca de mi sobresaltadome.
Traté de buscar de donde venía, me pare sin ningún esfuerzo, entonces levante mi pantalón, la mordida no estaba.
-Te estabamos esperando.- gire hacia atrás de mi, había un hombre sentado en el sofá mirando la televisión, un viejo programa de comedia.
-¿Quién?.- me acerque con lentitud pero el hombre se paro y apago la televisión, aun no podía ver su cara.- ¿Quién eres?.- dije mirando un poco más arriba debido a su gran altura.
Diría que tenía miedo, pero a penas lograba entender todo, ya no me asustaba nada, ¿importa a caso?. El hombre se dio la vuelta, mis ojos aún viendo un poco borroso poco a poco enfocaron a la persona frente a mi.
-Dios, eres enorme.- al ver quien era mis ojos se cristalizaron
-¿Pa... pá?.- pregunté aunque no necesitaba respuesta, era el, el me sonrió de oreja a oreja, sus ojos azules miraron a los míos y sentí una completa paz.- ¡papá!.- grite emocionada y corrí a su brazos rodeando el sofá, el me recibió cargandome un poco.
-Oh mi pequeña, no sabes cuanto te extrañe.- me aferre a su espalda todo lo que pude mientras las lágrimas bajaban por mis mejillas.
-También te extrañe.- el me bajó poco a poco y deje de abrazarlo pero sin quitar mis manos de sus hombros, se agachó quedando a mi estatura.
-Mirate, tan hermosa como siempre.- río mientras secaba mis lágrimas con sus manos.
-¿Qué hago aquí?.- pregunté.
-Deberías de saberlo.- dijo mirando la casa.- aquí... es donde vivo yo, aquí me encontraste.- volvió su mirada a mi.
-¿Estoy....- el negó y puso su mano en mi pecho.
-Aún no, eres muy fuerte, la más fuerte de todos.- me sonrió.
-Entonces.- frinci el ceño y limpie mi lagrima con mi mano.
-Lo sabrás, ahora estás aquí por qué me necesitabas.
-Como todos los días dwsd que te fuiste.- acaricie su hombro.
-Lo sé mi niña.- se levantó.
-¿Qué pasará ahora?.- me solté.
-Tu dime.- me rodeo acercándose a la puerta principal de la casa.
-¿Qué hago?.- me aceruque a pasos lentos.
-El te espera.- mire a la puerta, estaba cerrada y mi padre dio un paso atrás.
-¿Quién?.- lo mire.
-Ya lo verás, me agrado mucho.- me sonrió.
-¿Voy a volver a verte?.- pregunte y el se acercó a mi.
-Tal vez no, pero siempre voy a estar contigo.- quito un mechón de cabello de mi cara.
-Te amo.- lo abrace, probablemente la última vez que lo haga, si es que de verdad no estoy muerta o aun no lo entiendo completamente.
-Te amo más cariño, cuida a ti madre y hermano por mi, ¿si?.- asentí dejando salir un par de lágrimas más.- es hora.- se separó.
-Gracias.- el asintió y me dirigí a la puerta.
Tome la manija y di un suspiro, la gire y la puerta se abrió, no podía verse nada, solo una enorme luz blanca que impedía ver todo lo que estubiera de él otro lado, cerré mis ojos y di un paso fuera, al abrirlos me encontraba en un enorme terreno lleno de césped rodeado de árboles, muchos muchos árboles que impedían ver otra cosa, gire a ver atrás y la casa ya no estaba.
Confundida mire para todos lados, tenia mas preguntas que respuestas, la curiosidad invadía mi ser, parecía ser un sentimiento nuevo en mi cuerpo pero mi mente gritaba nostalgia, ¿cuánto tiempo llevó muerta?, oh cierto, no lo estoy, una duda más a la lista.
No podía quedarme allí parada sin hacer nada así que camine, el césped tenía un poco de pintura blanca que creaba varios rectángulos grandes en el suelo, este lugar me parecía conocido aunque ni recordará estar allí. Camine un poco más y a lo lejos vi una silueta de un auto, grande y amarillo, a su lado recargado había alguien con una lata de alguna soda en la mano, mirando hacia una gran pantalla enfrente, parecía muy lejos pero cada paso parecía de un metro.
-Mj mj tan tan.- una voz varonil tarareaba una canción, la pantalla estaba apagada, en blanco.
-¿Hola?.- pregunté acercándome un poco más.
-Llegas tarde, Samy.- el chico de mi estatura, tal vez un poco más alto, se giro a verme, abrí mis ojos asombrada, allí estaba el, con su cabellera semilarga y perfecta, con su pañuelo que rodeaba perfectamente su cabeza, sonreía de oreja a oreja dejando ver sus dientes tan brillantes y perfectos, esos ojos marrones que ponían mil mariposas en mi estómago y jamás me cansaría de mirar.-Hey, parece que ubieras visto un fantasma.
-¡Robin!.- grite emocionada y me lance a sus brazos los cuales me recibieron rodeando completamente mi espalda.
-Mi hermosa Samy.- dijo metiendo su cabeza entre mi cuello. No pude evitarlo, las lágrimas salieron de nuevo.
-Robin.- me separe y tomé su cara para verlo mejor.
-Si el mismo.- me sonrió.
-Te extrañe tanto.- volví a abrazarlo.
-Yo también linda.- acarició mi cabello.
Luego de un rato abrazados nos separamos.
-El autocinema.- mire hacia todos lados reconociendo por fin el lugar.
-Te debía una cita, princesa.- me guiño el ojo y de la cajuela de el auto sacó un par de flores blancas y una bolita llena de dulces.- espero no sea lo extremadamente romántico para ti.- las estiró a mis manos.
-Seguro lo es para ti Arellano.- sonreí y las tomé, las texturas eran extrañas, casi inexistentes.
-¿Qué pasa?.- preguntó al ver mi cara confundida.
-¿Realmente que hago aquí?.- lo mire.
-Decidir.- se alzó de hombros.
-¿Decidir qué?.- El tomó mi mano y caminamos.
-Sam, estas en la delgada línea de la vida y la muerte, tu corazón aún late.- acercó mi mano a su pecho, no se sentía nada, ni había nada y eso me ponía mal.
-Te refieres a que puedo decidir si quedarme contigo o volver a mi estúpido sufrimiento llamado vida, creo que la respuesta es fácil.- sonreí pero el se detuvo de golpe y fruncio el ceño.
-No, es difícil.- negó con la cabeza.
-Robin, estas aquí, mi padre está aquí, ¿qué más quiero?.- estire mis brazos dando mi punto.
-¡No! ¿qué hay de tu madre? ¿tu hermano?.- negué.
-Estarán bien sin mi.- Robin enredo sus brazos frente a su pecho.
-¿Cómo lo sabes? Sam, ellos estuvieron día, noche toda la semana buscándote, no sabes todo lo que lloro tu madre, todo lo que Shean tuvo que pasar, ¡la culpa que sintió! ¿sabias eso?.- baje la mirada.
-No yo... .- fui interrumpida.
-¿Qué hay de Finn? escuchalo sufrir.- miró hacia el cielo, y estiro los brazos, pude escucharlo.
-¡Sam ya casi llegamos! resiste un poco más, por favor Sam vuleve, te quiero, abre los ojos.- era su voz, era Finn.
-¿Oyes? tienes que tomar una decisión y esa es volver, allá te necesitan, tienes una vida por delante.- se acercó un poca más a mi.
-Entonces ven conmigo, Robin.- tomé su mano.- vamos a casa junto, veamos películas de terror en Halloween, conoce a mi familia.- las lágrimas volvieron.
-Es que no puedo, mi padre incluso está aquí, no puedo elegir, pero tu si, vive por mi Samy, sal y diviértete, ve al Árcade, anda en bicicleta, juega béisbol, intenta cosas nuevas aunque te causen miedo, ¡VIVE! hazlo por mí, por que jamás podré hacerlo de nuevo.- tomo mi cara de nuevo y seco mis ojos.
-Robin, no creo que pueda hacerlo sin ti.- el negó.
-Siempre haz podido hacerlo, sola, incluso antes de que me conocieras.- se agachó un poco.
-No quiero... no.- el junto nuestras frentes.
-Voy a estar contigo siempre, toda la vida. Te recordaré como mi primer amor, no tiene mentira eso, las cosas que sentí por ti fueron diferentes a cualquier otra cosa, me enamore Sam ¡me enamore de ti!.- de mi boca salió una risa nerviosa mientras ponía mis manos en la cabeza de Robin.
-También lo fuiste para mi, no sabía qué era el amor hasta que te conocí, siempre fuiste tu Arellano.- el miró cada parte de mi rostro, no se perdió de nada
-Eres la niña más hermosa que en mk vida había visto.- acarició mi mejilla y nos acercamos un poco más.- ve a casa.
-Aún falta algo.- el fruncio el ceño sin entender.
No sabía si funcionaria, si pudiera sentirlo pero no podía quedarme con las ganas, lo haría aún así. Tomé su nuca y junte sus labios con los míos, era mucho más de lo que esperaba, fue tan dulce, lleno de la emoción que solía tener, un viejo sentimiento que nadie más había puesto en mi corazón, el lo continuó rápidamente quitando sus manos de mk cara para ponerlas en mi cintura, me separe y lo mire a los ojos, con ese viejo brillo en ellos, sus labios formaban una gran sonrisa mientras que sus mejillas tomaban un como rojiso hermoso, no dudo que las mías estuvieran igual.
-Bueno, podrías esperar otro rato.- reí de nuevo y el volvió a juntar nuestros labios en un beso más corto pero de igual forma hermoso.- primeto visitarte.- nos separamos y tomó mi mano, caminamos a lado contrario de vuelta al auto.
-¿Cómo?, apagaras y encederas las luces de mi habitación.- el entrecerro los ojos ofendido.
-No me provoques Jade.- sonreí.- cada que te sientas sola, ve al autocinema, lleva a Finn, a Gwen, a todos tus amigos, pero siempre déjame un lugar a tu lado, estaré allí ¿bien?.- asentí y acaricié su mano, al llegar al auto mi padre estaba allí esperando.
-¿Lista?.- asentí y solté a Robin.- tranquila cariño, voy a cuidarlo.- Robin sonrió y miro el suelo, sentí sus nervios.
-Lo sé.- luego un dolor en mi pecho se hizo presente.
-No queda tiempo.- dijo mi padre, Robin fue hasta el quedando lado a lado, luego la pantalla de el autocinema hizo de nuevo una gran luz blanca.
-Dile a Finn, que es el niño más valiente que e conocido en mi vida.- hablo Robin y asentí.
-Voy a estrañarlos.- ambos me sonrieron.
-Vas a estar bien.- dijo mi padre.
Di una última mirada a ambos y me di la vuelta y camine directo a la gran luz, estaba asustada si, pero volvería a casa, después de toda la mierda, estaría en mi hogar de nuevo.
☏
¿Les pareció bien? realmente necesitaba una última y linda interacción con Robin y que vieran al papá de Sam :D.
Byeee.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top