☕︎ Capitulo único ☕︎

__ ¡Teru!_ exclamó él pelirrojo, caminado en dirección a su amigo.

Chuuya realmente se encontraba feliz, no había visto al pelinegro hace años, incluso pensó que estaba muerto.

Pero ahora estaba frente a él, aún seguía siendo más alto que el pelinegro, cosa que lo alegró bastante.

__ Oh ¿Chuuya?_ preguntó el pelinegro sorprendido, antes de poder pronunciar otra palabra el pelirrojo lo había abrazado.

__ ¿Que has hecho todo este tiempo?_ preguntó Chuuya, tratando de cambiar el tema antes de que el pelinegro lo golpeara, como él lo hacía con Dazai cuando este se burlaba de su altura.

__ Para mi desgracia, no dormir. Mori me manda cada noche a una misión distinta, lo demandaría por sobreexplotación pero nada de aquí es muy legal que digamos_ habló el pelinegro con una sonrisa.

__ Tienes razón_ rió el pelirrojo rascando su mejilla levemente rosada.

__ ¿Y tú? ¿Cómo te encuentras? Escuché que Dazai abandonó la mafia_ preguntó Teru un poco triste.

__ Ese idiota hizo explotar mi auto ¡Cuando lo vuelva a ver lo mataré!_ exclamó Chuuya enojado, alzó un puño al aire en señal de querer venganza.

__ Creo que eso sería un regalo para él.

__ Tks, tienes razón. Entonces quemaré todas sus estúpidas vendas_ gruñó el pelirrojo con una sonrisa macabra.

__ Eres malvado_ rió el pelinegro.

Ambos rieron y siguieron hablando de sus vidas en la Port mafia, contándose anécdotas o simplemente quejándose de Mori aunque Teru era quien más solía hacerlo, incluso cuando en algún punto su tema de conversación rodó en torno a lo estúpido que era Dazai, Chuuya parecía el más contento insultando al castaño.

Hablaron hasta que se les acabó el tiempo, al ser de noche Teru tenía una misión que hacer.

__ Lo siento Chuuya, tengo que irme, tengo una misión importante_ se disculpó el pelinegro, bastante triste de dejar al ojiceleste.

__ ¿Cuando tienes un día libre?_ preguntó el pelirrojo al instante, no queriendo separarse de Teru.

__ El sábado tengo una misión de día, así que tendré toda la noche libre_ respondió el ojigris con una sonrisa.

__ Excelente, tengo un vino especial que me gustaría compartir contigo_ murmuró él pelirrojo, con una sonrisa tan tierna que hizo derretir el corazón del pelinegro.

Hasta que se dió cuenta de algo.

Él no era tolerante al alcohol, generalmente hacia el ridículo cuando tomaba, por eso odiaba el licor.

__ E-Eh, acabo de recordar que tengo unos planes con un amigo, cuando nos volvamos a ver nos ponemos de acuerdo para hacer otra cosa ¡Adiós!_ exclamó nervioso el pelinegro, saliendo prácticamente corriendo del lugar.

Chuuya se quedó mirando como Teru desaparecía de su vista, un poco extrañado de su actitud nerviosa. Pero luego sonrió, el pelinegro le había dicho que se volverían a ver.

Chuuya suspiró frustrado, desde la última vez que había visto al pelinegro este parecía evitarlo, desapareciendo de su vista sin siquiera tener la oportunidad de hablarle.

Se sintió un poco patético, ahora entendía perfectamente a Higuchi cada vez que perseguía a Akutagawa como un perro a un sabroso trozo de carne.

Se rió un poco de si mismo al comparar a Akutagawa con trozo de carne, hasta que algo hizo click en su cabeza.

Higuchi perseguía a Akutagawa porque él estaba más interesado en matar al tigre que en ella.

¿Acaso Teru estaba interesado en alguien más?

Le parecía imposible, el pelinegro no parecía hablar con nadie en la mafia a excepción de Gin y él.

Gin.

Ella debía saber lo que pasaba por la mente del pelinegro, parecían ser amigos cercanos por lo que seguramente algo debe saber.

__ Gin, necesito tu ayuda_ habló el pelirrojo, un poco avergonzado de tener que buscar ayuda en alguien para un tema así.

__ ¿Que sucede, Chuuya-san?_ habló la chica con una voz increíblemente dulce, totalmente contrario a su vestimenta actual.

__ Y-Yo, emm, tú y Teru son bastante cercanos... Quería saber que pasa con él, últimamente me ha estado evitando_ habló Chuuya, cada palabra que salía de su boca hacia que su rostro se pareciera cada vez más a su cabello.

La chica suspiró, claro que había notado el cambio de actitud de su amigo cada vez que el pelirrojo se acercaba.

Ella no entendía el producto del nerviosismo, pero si sabía que era lo único que podía poner a Teru así de nervioso.

El alcohol.

Desde esa vez que casi se besa con un pelirrojo creyendo que era Chuuya, Teru no había vuelto a tomar alcohol.

O la vez dónde sospechosamente había confundido el agua con vodka y había terminado llorando como un bebé porque pensó que a Chuuya le gustaba Dazai.

__ Le aseguró que si lo invita a tomarse un helado él, aceptará, si logra interceptarlo claro_ habló Gin con una sonrisa dulce que no se pudo ver por su mascarilla.

__ ¡Gracias!_ exclamó el pelirrojo alegre.

Teru no sabía cómo había terminado así.

Chuuya estaba frente a él, su expresión era increíblemente sería, en algún punto lo había acorralado contra una pared y ahora estaban peligrosamente cerca.

__ ¿Q-Que sucede?_ preguntó el hombre, preocupado por su salud, su corazón latía tan rápido como si hubiera corrido una maratón.

__ Ven conmigo_ habló el pelirrojo con voz demandante.

Ese no era el consejo que le había dado Gin, pero casualmente días atrás se había topado con Dazai y este para que no lo matará de forma dolorosa le había dado bastantes consejos para salir con Teru.

Chuuya sabía que no debía confiar en un consejo de Dazai, pero el castaño solía salir con bastantes mujeres por lo que pensó que si eran efectivos.

__ C-Claro_ tartamudeó el pelinegro, siguiendo a Chuuya hacía una habitación.

Dentro de esta, había una estantería llena de vinos y pudo distinguir un mueble repleto de sombreros.

Era la habitación de Chuuya o al menos estaba claro que pertenecía al pelirrojo.

Cuando entraron, Chuuya suspiró de alivio, para su sorpresa los consejos del desperdicio de vendas no habían sido tan malos.

__ ¿Jugo de uva?_ preguntó Chuuya al ver la cajita de jugo en manos del pelinegro.

Cuando ambos tomaron asiento en una mesita cercana, Teru había aparecido mágicamente con un jugo en caja sabor a uva en sus manos. Chuuya dió por sentado que había usado su habilidad.

__ Si, son bastantes buenos_ habló Teru nervioso.

__ ¿Acaso no te gusta el vino?_ replicó el pelirrojo, su mirada acusatoria hizo que Teru casi soltara una risa.

__ Si, per-

__ Nada de peros, toma_ habló el pelirrojo sirviendo una copa de vino y entregándola hacia el pelinegro.

Teru la aceptó dudoso, pero al final suspiró, solo sería una copa ¿Que podía salir mal?

Ambos hombres reían fuertemente, estaban demasiado borrachos como para importarles el ruido.

Luego de la primera copa, vino la segunda, luego la tercera, Teru ni siquiera notó cuando cuatro botellas ya habían sido esparcidas en el piso sin ninguna gota de líquido en estas.

La conversación cada vez más interesante para ambos lo hacía apartarse de la realidad, reían y se divertían como nunca antes lo habían hecho en la Port mafia.

Chuuya le contó todo sobre él, desde el Arahabaki hasta las ovejas, la nula memoria de su infancia y el cómo había llegado a la Port mafia.

Teru no se quedó atrás, le contó desde la cicatriz en su cadera cuando su padre trato de apuñalarlo hasta las experiencias de ser el aprendiz de Mori.

No sé sentían tristes de aquello y si de por casualidad lograban hacerlo, la simple presencia del otro los consolaba.

Hablaron hasta que sus bocas ya no eran capaces de modular correctamente por el alcohol.

Luego como ya era costumbre para el pelinegro, hizo una tontería.

Tomó al pelirrojo de la camisa y lo acercó a él para besarlo.

Estaban lo suficiente borrachos como para no recordar nada al día siguiente, por lo que la poca conciencia en ellos aprovecho para hacer lo que nunca harían sobrios.

Chuuya correspondió el beso, pensando que Teru al día siguiente no recordaría nada, por lo que podía hacer lo que quisiera.

Pronto la parte superior de la ropa del pelinegro había desaparecido, el pelirrojo lo había guiado hasta su cama, por lo que Chuuya ahora estaba sentado en el regazo de Teru. El pelirrojo pudo ver perfectamente como las marcas de tiempo se habían esparcido con el paso de los años.

Ahora aquellas hermosas y letales marcas estaban por ambos brazos del hombre, cubriendo parte de su pecho y cuello.

Chuuya trazó con su dedo aquellas marcas, aquellas que le darían fin a la vida de Teru cuando se esparcieran por todo su cuerpo.

Llegaría ese momento de manera inevitable, la Port mafia necesitaba de su poder y Teru jamás se negaría.

Mori lo obligaría a usar su habilidad hasta la muerte.

Ambos ahora estaban recostados en la cama del pelirrojo, por lo que al sentir aquellas caricias en su cuerpo, el borracho pelinegro había caído rendido ante morfeo.

Solo en ese momento, Chuuya pudo decir algo.

__ Teru, escapemos de la Port mafia.

• ¡No me maten! Es un final abierto bastante positivo ¿Ustedes qué creen que pasó?

° Me hubiera gustado hacerlo más largo para profundizar la relación de ellos dos, pero ya que...

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