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Era muy tarde cuando Erika caminaba sola a altas horas de la noche por las calles desiertas de la ciudad. Beacon Hills siempre tenía un aire inquietante por las noches, pero aquella parecía especialmente más inquietante por alguna razón más allá de las constantes amenazas del mundo sobrenatural. Erika lo noto, pero decidió ignorarlo mientras caminaba por las calles solitarias antes de pasar por lugar poco transitado. Los árboles que se encontraban al rededor del camino camino parecían sombras inmóviles en la oscuridad de la noche y el único sonido aparte de sus pasos era el crujido ocasional de hojas movidas por el viento, no habían muchas luces encendidas ya que era tarde, los faroles en la calle iluminaban su camino.
Erika ajustó la mochila en su hombro, deseando haber aceptado la oferta de Boyd de acompañarla a su casa. Pero ella no era indefensa después de todo, era un ser sobrenatural que habia visto cosas extrañas ¿qué podría salir mal si caminaba a casa sola? El pensamientos de que algo saliera mal era ridículo, ella era una mujer lobo, habia lidiado con una Kanima y tenía fuerza sobrenatural, nadie se atrevería a atacarla.
Cuando el teléfono en el bolsillo de su chaqueta vibró, Erika se detuvo, sacándolo con un suspiro. El número no estaba registrado. Frunció el ceño, pero decidió contestar, era Stiles otra vez, había perdido su telefono nuevamente o algo así o talvez era importante, quien sabe.
—¿Quién es? —preguntó, con algo de irritación mientras continuaba caminando adentrándose en un callejón, tomaría un atajo para llegar a casa más rápido.
Por un momento nadie respondió del otro lado, solo había silenció al punto que penso que se habia terminado la llamada, pero luego una voz grave, casi burlona, que no podia reconocer rompió el silencio.
—¿Qué tal tu noche, Erika?
Ella se tensó por un momento, casi podía jurar que la estaban observando, detuvo sus pasos antes de responder.
—¿Quién diablos eres? No tiene gracias lo que sea que estés tratando de hacer—Dijo Erika, mientras se giraba a observar su entorno, solo para encontrarse con el callejón desierto, no había nadie, estaba totalmente vacío, sus sentidos no detectaban a nadie con ella.
—Alguien que sabe que no deberías caminar sola por un lugar tan... peligroso —respondió la voz, alargando la última palabra con un tono burlón la voz le causo un ligero escalofrío.
Erika apretó la mandíbula, irritada. No tenía tiempo para bromas de mal gusto o lo que sea que estuviera sucediendo.
—Si esto es una broma, no tiene gracia. —Su tono era molesto, pero el ligero temblor en sus manos traicionaba su confianza, no podía negar que la voz tenia algo escalofriante.
—¿Una broma? No, Erika, esto no es una broma. Pero tengo una pregunta para ti. ¿Cuál es tu película de terror favorita?
Erika soltó una carcajada sarcástica. Era enserio, debía ser una jodida broma, porque era importante una película de terror, definitivamente ella no le gustaba el terror precisamente.
—¿Qué? ¿De verdad me llamaste para eso? Mira, no tengo tiempo para bromas estúpidas. —Colgó el teléfono y lo guardó de nuevo en su chaqueta, sacudiendo la cabeza, que perdida de tiempo.
No pudo volver a dar otro paso, antes de que su teléfono volviera a sonar nuevamente, era el mismo número. Erika dudó antes de contestar, esta vez con los sus ojos brillando de color dorado y sus garras listas para atacar.
—Escucha, imbécil, si no dejas de molestarme con tus estupideces, te voy a...
—¿Matar? —interrumpió la voz, riendo suavemente. —Oh, Erika, ¿de verdad crees que eres la depredadora esta noche?
Antes de que pudiera responder, un ruido detrás de ella hizo que se girara bruscamente. Nada, no había nada pero había escuchado algo, podía jurar que lo había hecho.
La calle seguía vacía, pero su oído captó algo, un latido de un corazón. No estaba sola había alguien más pero no podía ubicar de dónde provenía, era como si sus sentimientos fueran bloqueados por algo.
—¿Sabes? Siempre he tenido curiosidad por ver cuán fuertes son los hombres lobo —continuó la voz—. Espero que al menos me muestres algo de tus habilidades Erika.
De repente, un destello de movimiento de algo plateado en su visión periférica la hizo dar un paso atrás, justo a tiempo para esquivar lo que parecía una bala lanzada hacia ella. El objeto rozó su rostro dejándole una línea de sangre, sintió un dolor ardiente en la herida y un olor inconfundible a aconito.
—¡Maldito cobarde! —gritó, mientras dejaba caer su teléfono antes de lanzárse hacia la dirección de donde había venido el ataque. Sus ojos brillaban de dorado y sus colmillos y sus garras estaban fuera, pero algo seguía adormeciendo sus sentidos lo cual le impidió sentír el próximo ataque.
De repente detrás de ella apareció, una figura vestida de negro con una máscara blanca y alargada surgió, sosteniendo una especie de cuchillo con una punta afilada que también brillaba con acónito. Erika apenas tuvo tiempo de esquivar el primer ataque, que rasgó la tela de su chaqueta.
En ese momento pudo sentir un inmenso dolor y sus sentidos se adormecieron aún más, pero ella no se rendiría, necesitaba salir de allí.
—¿Qué demonios eres? —Erika hablo, su voz entrecortada por la mezcla de adrenalina y miedo, se sentía débil, intento atacarlo pero fallo, su ataque fue esquivado rápidamente.
El enmascarado no respondió, pero avanzó lanzando otro ataque rápido clavando nuevamente el cuchillo en el otro costado de Erika, la cual retrocedió de dolor, el enmascarado buscaba asesinarla.
Erika apresar de sentirse cada vez más débil, seguía luchando contra el, había logrado desarmarlo momentáneamente, lanzando la lanza lejos, pero el enmascarado sacó otra arma de entre su ropa un taser de alto voltaje que lanzó una descarga que la hizo caer de rodillas, mientras gritaba de dolor.
Mientras su cuerpo temblaba mientras trataba de levantarse, el enmascarado volvió a recuperar su cuchillo, trato de levantarse nuevamente pero antes de que pudiera hacerlo, el enmascarado le dió otra descarga con teaser dejándola aun mas sin fuerza.
—Vete al infierno —dijo con la fuerza que le quedaba entre jadeos, mientras intentaba liberar sus garras, pero el acónito había hecho efecto, pero se encontraba demasiado debil como para poder hacer algo.
El enmascarado inclinó la cabeza, observándola por un momento antes de levantar un cuchillo con la misma sustancia brillante. Con un movimiento rápido, le clavo el cuchillo en el pecho repetidas veces hasta dejarla sin vida, una vez termino vio cuerpo de Erika en el piso, su máscara se encontraba manchada de sangre.
Limpio el cuchillo en la ropa de Erika, antes de dejarla en medio del callejón tirada mientras se retiraba del lugar.
El caos en Beacon Hills estaba a punto de iniciar, un asesino y un asesinato, ¿cuantas personas sobrenaturales y no sobrenaturales sobrevivirán?
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¡Hola Bienvenidxs a Ghostface!
Quiero decir, tenía esa idea desde hace mucho tiempo rondando por mi cabeza y dije porqué no, así que aquí estamos.
Espero que les guste, recuerden dejar un voto o comentario, eso me motiva a actualizar.
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