── 008
❝ BAD KIND OF BUTTERFLIES❞
KAZ BREKKER ✗ FEM! oc
T/N HABIA SIDO UNA NUEVA PERO BIENVENIDA INCORPORACION A LOS CUERVOS, o eso había creído Kaz hasta que, sin saberlo, se había convertido en una espina clavada en su costado. Se le oprimía el pecho cada vez que la veía, y le costaba respirar cuando estaba cerca.
Ella no era consciente de eso, por supuesto. La única que tenía alguna idea de estas conmociones suyas era Nina, que siempre lo miraba de reojo cada vez que T/N entraba en cualquier habitación en la que el estuviera.
A pesar de sus mejores esfuerzos, sus ojos siempre parecían buscar los de ella y su corazón se estremecía cada vez que miraba sus hermosos ojos. Realmente no podía evitar que sus mirada viajara a ese labio inferior afelpado que la mayoría de las veces estaba atrapado entre dientes blancos como perlas.
Al igual que ahora.
Kaz empujó aquel pensamiento, junto con otros parecidos, a aquel oscuro rincón de su mente y cerró la puerta. Necesitaba concentrarse, necesitaba sacarla de su mente por al menos cinco minutos.
──── ¿Kaz? ──── preguntó T/N, mirándole nerviosa, con las muñecas agarradas a la espalda, retorciéndose.
¿Cómo le había atraído tan profundamente? Incluso después de haber estado en Barril durante meses, ella no tenía bordes dentados. Se suponía que era todo lo que él odiaba. Suave, frágil, vulnerable. Y tan hermosa.
La mujer mas hermosa que habia visto en su corta vida.
Maldita sea.
Kaz levantó la vista del papeleo en el que supuestamente estaba trabajando y la miró para encontrarse con su mirada.
──── Sí, ¿qué puedo hacer por ti, pajarito? ────
──── Los demás querían saber si te unirías a nosotros para tomar algo ────
──── ¿Y te ofreciste a venir a buscarme, T/N? ────
──── Realmente no tuve opción ──── murmuró, sin mirarlo.
──── Oh, ¿así que no quieres que te acompañe? ──── Kaz enarcó una ceja, observando con silenciosa diversión cómo ella arrastraba los pies, con la boca ya abierta en señal de protesta.
Asintió, una leve mueca divertida, lo mas similar a una sonrisa que el bastardo podria expresar, se plasmo en su rostro por lo que fueron segundos, la burla plasmada en su voz:
──── Tomo nota ────
──── ¡No me refería a eso! ──── protestó T/N, abriendo un poco los ojos ante su propio volumen. Se aclaró la garganta, su voz ahora suave mientras miraba a sus pies.
──── Tu sabes que eso no es lo que quiero decir"
──── ¿Lo sé? ────
T/N suspiró, sin mirarle a los ojos. La irritación la punzaba como siempre que Kaz la atormentaba; estaba segura de que le divertía poner a prueba su determinación.
Pero ella nunca admitiría lo mucho que le gustaba.
Kaz se levantó, acortando la distancia que los separaba hasta situarse frente a ella, con las manos aferrando su bastón en forma de cabeza de cuervo. Inclinó la cabeza, haciendo que los ojos de sus se encontraran con los suyos.
──── Usa tus palabras, pajarito ────
──── Yo... ──── T/N abrió la boca y la volvió a cerrar. Cerró los ojos y volvió a respirar hondo antes de encontrarse con los ojos de Kaz ──── ¿Vienes o no ────
──── ¿Tu quieres que vaya? ────
──── Sí ────
Kaz dio un paso atrás y la miró largamente, y la piel de T/N palpitó con la sensación de ser el centro de su atención. Ajeno a aquellos pensamientos oscuros que surcaban la mente de su mas nueva adquisicion, Kaz asintió.
──── Voy por mi abrigo ────
[ ... ]
──── ¿Qué demonios paso? ──── Kaz entró en el salón del Club y sus ojos se posaron en Jasper, que sostenía a un agotado y herido Wylan. Se suponía que era un trabajo sencillo y, sin embargo, de alguna manera, algo había salido mal.
Sus ojos buscaron a T/N pero ella estaba en ninguna parte. Jasper se dio cuenta rapidamente como la mirada de hombre pasaba de enojo a preocupación, y de preocupación a pánico. Y sabia muy bien a que se debia aquella reacción.
──── Está herida ──── esas tres palabras bastaron para que el corazón de Kaz se derrumbara sobre sí mismo. Jasper continuó, consciente del dilema de Kaz ──── Nina la está atendiendo ────
Kaz asintió y, con el corazón latiéndole con fuerza en los oídos, se encaminó hacia la habitación de Y/N. Se quedó en la puerta, observando cómo Nina curaba a la muchacha.
Nina le lanzó una mirada significativa, que él ignoró rápidamente, y continuó atendiendo el hombro de T/N que tenía las fuertes marcas de una puñalada. La respiración pareció volver a los pulmones de Kaz cuando la mortificadora terminó de curar la herida, la piel se unió como si nunca hubiera habido una herida allí. La morena tenía los labios apretados, con lágrimas sin derramar cubriendo sus largas pestañas.
Nina estampó un beso en la sien de T/N a modo de consuelo y se despidió de ellos, pero no sin antes mover las cejas sugestivamente hacia Kaz, asintiendo en dirección a la chica sentada.
Con la paciencia que le daba llevar demasiado tiempo aguantando las payasadas de Jesper y Nina, Kaz la ignoró cuando se marchó y miró hacia ella, quien por fin había dejado caer las lágrimas.
──── ¿Todavía te duele? ────
──── No ──── murmuró T/N, secándose las mejillas con el dorso de la mano incluso mientras una nueva oleada de lágrimas corría por sus mejillas.
Kaz avanzó unos pasos y se sentó a un lado de la cama. Llevaba el bastón firmemente sujeto en la mano izquierda mientras sacaba un pañuelo de su abrigo y se lo tendía. T/N moqueó, secándose las lágrimas restantes, y luego procedió a ocultar su rostro con el pañuelo, que tenia el caracteristico perfume del bastardo; menta, humo y peligro.
──── Esto es vergonzoso ────
──── No te preocupes, pajarito, te averguenzas a diario. Estoy acostumbrado ──── los labios de Kaz esbozaron una leve sonrisa cuando T/N gimoteó de vergüenza.
──── Eso es aún peor ────
Kaz se levantó y golpeó su muslo con el bastón, llamando su atención.
──── Descansa un poco ────
T/N asintió y lo vio marcharse con el corazón encogido. Siempre fue tan confuso, este juego de tira y afloja entre ellos. Temía tirar demasiado fuerte mientras Kaz seguía tirando de ella, haciéndola perder pie. Él sabía que ella estaba destinada a caer. No se atrevía a esperar que él la cogiera.
[ ... ]
──── ¿Qué mierda ha sido eso? ────
T/N cerró los ojos y respiró profundamente. El sonido de la áspera voz de Kaz rechinaba en sus oídos, haciendo que su corazón latiera con ansiedad. Sus instintos le gritaban que abandonara su despacho.
El atraco había salido mal. Muy mal. Y T/N había estado a punto de recibir un disparo. Una vez que la adrenalina había desaparecido, había comprendido lo que casi había pasado.
──── Yo... ──── T/N empezó, ahogando sus nervios, con las manos jugueteando con los anillos de su dedo mientras le miraba.
Los ojos de Kaz ardían con una furia ardiente mientras daba un paso hacia ella, aprisionándola entre él y su escritorio, aun manteniendo una distancia.
──── ¿Acaso no te importa tu propia seguridad? ────
──── Estoy bien, Kaz ────
──── ¡No! Podrías haber muerto ──── gruñó Kaz, casi sintiendo dolor al agarrar el bastón.
Podría haberla perdido. Si hubiera llegado un momento demasiado tarde, ella habría desaparecido. Y el estaria solo, de nuevo.
Las aguas subieron y Kaz agarró el pico del bastón con cabeza de cuervo para apoyarse. Ella estaba aquí.
T/N estaba aquí. Y estaba viva. Nunca más dejaría que se pusiera en peligro.
──── ¡Pero yo no lo hice! Y sabía lo que hacía ──── las excusas de T/N cayeron en saco roto. K
Kaz apretó la mandíbula con rabia y dio otro paso adelante.
──── ¿Lo sabías? ¿O estás tan ensimismada que crees que sabes más que nadie? ¿Acaso te importa lo que les habría pasado al resto de los cuervos si no lo hubieras conseguido? ──── cada palabra que salía de los labios de Kaz estaba impregnada de veneno, filtrándose en su piel con mortal precisión.
──── Estás siendo cruel, Kaz ──── susurró Y/N, con el labio inferior atrapado entre los dientes mientras lo mordía. Era una mala costumbre, pero el dolor le daba algo en lo que concentrarse. Algo que no fuera la intensidad de la furiosa mirada de Kaz.
──── Y tú estás siendo una mocosa, T/N ──── susurró Kaz, inclinando la cabeza para mirarla fijamente a los ojos. Por una vez, no rompió el contacto visual. No podía, no cuando el miedo a perderla estaba tan fresco en su mente.
T/N bajó la mirada, la decepción de Kaz pesando sobre ella le dio náuseas.
──── Lo siento ────
──── No, no creo que lo sientas ──── susurró Kaz, con voz fría y cortante, mientras le daba golpecitos en la pantorrilla con el bastón, perdiendo poco a poco la compostura ──── Creo que no eres más que una mocosa a la que hay que dar una lección ────
──── Kaz... ──── T/N inhaló bruscamente, su corazón latía tan fuerte que no le sorprendería que Kaz lo oyera.
──── Deberías irte, T/N ──── dijo Kaz, cerrando los ojos y respirando hondo. Recogió los últimos hilos de su autocontrol.
Ahora dependía de ella. Podía irse y volver a la línea que aún no habían cruzado.
Kaz conocía la codicia. Lo sabía mientras miraba a T/N, tan intensamente, como si pudiera robarle la imagen misma de su belleza si se esforzaba lo suficiente. Pero el deseo era otro juego. Kaz cruzaba la línea del deseo con T/N a diario, sólo en los confines de su propia mente. Pero nunca se atrevió a cruzarla, nunca se atrevió a dejar que ese sueño de deseo se convirtiera en realidad. Hasta ahora.
T/N asintió, pero no hizo ningún movimiento para marcharse, sus ojos recorrían el rostro de Kaz. Lo estaba grabando en su memoria, todos los bordes afilados de su rostro y los suaves almohadones de sus labios. Aunque tal vez nunca llegara a tocar aquella obra maestra de bordes dentados, en aquel momento era suyo para admirarlo.
Por ese momento, era suyo.
Kaz metió la mano por detrás y T/N contuvo la respiración mientras desataba la cinta blanca que le sujetaba el pelo. Ella observó fascinada cómo Kaz enrollaba la cinta alrededor de sus dos dedos; la seda blanca de su cinta contrastaba fuertemente con el cuero negro de sus guantes. Con la gruesa cinta enrollada alrededor de sus dedos índice y corazón, Kaz dio un golpecito en su labio inferior, haciéndola jadear y dejar de apretar de su labio para liberarlo de entre sus dientes. El toque desapareció tan pronto como llegó y todo lo que T/N pudo hacer fue mirarlo, con los ojos muy abiertos. Kaz no hizo ademán de apartarse.
──── No volverás a tomar decisiones imprudentes, ¿entendido? ────
──── Sí ──── asintió mudamente, sintiendo que un rubor subía por sus mejillas. Se sentía mareada y alucinada.
Se echó hacia atrás y apoyó una mano en el escritorio de Kaz para no tropezar y caer sobre él, porque eso sería muy, muy malo. Y rompería cualquier cosa frágil que hubiera florecido entre ellos. Aunque esta vez tenía la sensación de que él podría atraparla, aunque sólo fuera con su bastón y cintas de seda en los dedos.
Kaz le acarició las puntas del pelo suelto que le había caído por los hombros, y su voz áspera le produjo un escalofrío.
──── No volveras a ponerte en riesgo ────
──── No lo haré, Kaz ──── murmuró T/N, con los ojos brillantes de palabras que aún no podía decir.
──── Prométemelo ────
Los labios de Kaz esbozaron una leve sonrisa, mientras su mirada permanecia fija en la joven arrinconada contra su cuerpo. Su cabeza se movio en un leve asentimiento, la cercania contra el la mantenia entre aturdida y deleitada.
──── Buena chica ────
───── 𝐖𝐑𝐈𝐓𝐓𝐄𝐍 𝐁𝐘
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