💚┋¿REGAÑO? ¿CASTIGO? ¿PISCINA?

💚

—Los he llamado a esta reunión para tratar un tema que tiene que ver con su hijo. En esta institución estamos en contra del bullying, y no podemos dejar pasar este incidente sin aclararlo antes.

Los padres de Jinyoung asintieron, a lo dicho por la directora, mientras que su hijo se encontraba sentado en una sillita cerca de ellos, con los brazos cruzados y la mirada gacha.

Al otro lado de la oficina se encontraba la madre del otro niño, junto con el infante que estaba sentado en sobre sus piernas con expresión triste.

Cuando habían sido llamados para notificarles la situación, está demás decir que estaban sumamente sorprendidos, y algo incrédulos por lo que escuchaban. Sin embargo, cuando le preguntaron a Jinyoung, este había aceptado la culpa y no pudieron más que creerle al niño. Pero eran sus padres, y sabían que Jinyoung no era de reaccionar así, siendo el pequeño algo calmado, que pensaba seriamente sus actos antes de ejecutarlos. Así que aún tenían la duda de porqué Jinyoung había hecho lo que hizo.

—¿Puede explicarnos lo sucedido? —pidió amablemente la madre de Jinyoung, queriendo encontrar respuesta a sus incógnitas.

—¿Acaso su hijo no le dijo lo que hizo? ¡Ese niño es muy malo! —exclamó la madre del contrario, aferrándose a su hijo con protección—. Le dijo cosas horrendas a mi bebé, y quizás no lo haya lastimado con golpes, pero sus palabras lastimaron su corazón y su autoestima.

—Señora, le pido por favor que no vuelva a llamar a mi hijo de esa manera —su voz firme se hizo presente, molesta por la actitud tan irrespetuosa de la mujer—. Y si estoy preguntando el contexto de la situación, es porque quisiera saber absolutamente todo. No estoy defendiendo a Jinyoung, él aceptó que hizo lo que hizo, pero quiero saber el porqué de tal decisión.

—Les pido respeto por ambas partes, madres —intervino la directora—. No quiero ningún insulto hacia el otro niño ni mucho menos algún escándalo. Si las traje hasta acá es porque quiero solucionar esto de manera civilizada.

La madre del niño rodó los ojos y abrazó más a su hijo.

—Espero entienda mi petición, directora. No quiero defender a mi hijo, pero quiero saber la situación.

La directora asintió y marcó en el teléfono a su secretaria, pidiéndole que llamase a la maestra Solar; la responsable de Jinyoung, y a quien acudió el otro niño cuando se vio agredido.

En un par de minutos, una joven mujer de pelo rubio y rostro amable se hizo notar en la oficina de la directora. Hizo una reverencia a cada una de las personas y tomó asiento en uno de los mullidos sillones del lugar.

—La señorita Solar es la maestra encargada del grupo de Jinyoung, y fue a ella a la que acudió Jungsoo cuando pasó el inconveniente, así que por eso la traje —explicó la directora.

Solar respiró hondo antes de comenzar a hablar. —Quiero aclarar que sólo tengo la versión de Jungsoo, y es porque Jinyoung no pasa sus recesos en su zona correspondiente, sino que lo hace en la que está más cerca a la zona de los niños de dos años, por esa razón no sé exactamente lo que sucedió entre ambos niños.

»Jungsoo llegó corriendo hasta mi y me dijo que un niño más grande que él le había dicho cosas horribles que prefiero no repetir. Le pedí que me llevara con el responsable que le había dicho todo eso y me llevó hasta Jinyoung. No pude preguntarle nada a Jin, porque Jungsoo estaba muy desconsolado, así que lo que pude hacer en ese momento fue traerlos a los dos hasta la dirección.

—Pobre de mi hijo... —murmuró la madre de Jungsoo, sintiéndose sumamente abatida por imaginarse a su hijo en tal estado.

Los señores Park miraron a Jinyoung, quien no había subido su mirada en ningún momento. Se sentían confundidos, y no entendían nada. ¿Zona de niños de dos años? ¿Por qué su hijo se la pasaría ahí?

—Como maestra de Jinyoung, puedo decir que conozco al niño y sus actitudes —volvió a hablar Solar, llamando la atención de todos—. Él es un niño muy inteligente, y es un placer para mí darle clases y ver de cerca la manera en la que se nutre de conocimiento. Es muy educado y bien portado, realiza sus tareas con diligencia y no tengo ninguna queja de él. En el momento no pude hacerlo, pero me gustaría que él contase su versión de los hechos, ya que puedo asegurar que todo tiene una razón. Quizás sus actos no fueron los correctos, pero es un niño a fin de cuentas, independientemente de lo mucho que sabe para su edad.

Un alivio recorrió el cuerpo de los padres de Jinyoung al escuchar a la maestra Solar, sabiendo que no solo ellos dudaban de la actitud impulsiva del menor.

Sin embargo, la madre de Jungsoo no estaba muy feliz con sus palabras. —No cabe duda que usted está del lado de ese niño. Mi hijo sufrió mucho con sus palabras, y no veo que él esté recibiendo el castigo que se merece. No sé si mi hijo hizo algo malo, y tampoco quiero defenderlo en caso de que lo haya hecho, pero las palabras que le fueron dichas eran muy hirientes y no quiero que se quede como está.

—Entiendo su postura, señora Kang, y créame que yo estoy muy decepcionada por lo que Jinyoung le dijo a su hijo, pero sería bueno saber todo lo que ocurrió y de esa forma buscar la sanción para ambos niños, en caso de que los dos hubiesen fallado, ¿Me explico? —Solar sonrió de manera compresiva a la mujer, quien se calmó notablemente luego de hablarle.

Y es que la maestra la entendía, cuando Jungsoo le dijo todo lo que Jinyoung le había dicho, no pudo imaginar lo horrible que se pudo haber sentido, y podía ponerse en el lugar de la mujer, que quería justicia para su hijo, pero debía saber el trasfondo de todo, llegar al núcleo para poder entender la situación.

—Si a mi hijo le dijesen lo que el mío le dijo al suyo, tampoco estaría muy feliz y la entendemos, tanto mi mujer como yo —habló el padre de Jinyoung por primera vez, recibiendo un asentimiento por parte de su esposa, quien estaba de acuerdo con sus palabras—. Jinyoung no saldrá sin alguna sanción, pero nos gustaría saber lo que ocurrió.

—Jinyoung —llamó la directora al niño, haciendo que este levantara su cabeza para mirarla al rostro como lo había aprendido en las normas del buen oyente—. ¿Podrías explicarnos lo que ocurrió, cariño?

El niño asintió levemente y miró a Jungsoo, sintiendo su estómago revolverse al verlo. Él sabía lo cruel que había sido con sus palabras, pero de igual modo se sentía muy enfadado con ese niño por meterse con sus amigos, y más aún cuando ellos nunca se defendieron, dejando que se siguieran burlando.

—Yo tengo seis amigos; Jackson, Jaebum, Mark, Youngjae, Bambam y Yugyeom —contó con cada uno de sus deditos—. Ellos me quieren mucho y yo los quiero a ellos, y prometimos siempre estar juntos y ser los mejores amigos del mundo. Jackson, Mark, Jaebum y yo somos los más grandes, Youngjae y Bambam son más pequeños, y Yugyeom es el bebé más lindo de todos, también huele rico y es muy listo.

Todos escuchaban atentos a Jinyoung, intentando saber a dónde querría llegar el niño. Sus padres, por otro lado, estaban sorprendidos por esa nueva información que no conocía, si bien sabían de Jackson, desconocían de la existencia de los otro cinco.

—Mis amigos son algo... especiales —arrugó su frente, dándole más seriedad al asunto—. Por eso debemos cuidarnos entre nosotros, porque eso hacen los mejores amigos.

Solar sonrió sin mostrar los dientes. —¿Cómo son tus amigos, Jinyoungie?

El niño levantó un dedito. —Usted conoce a Jackson; le gusta hablar mucho y fue el primer niño que se acercó a mi. Al principio era muy fastidioso, pero ya no me gusta estar sin él —levantó su segundo dedo—. Jaebum es mayor que nosotros, y es muy tosco. Siempre nos golpea sin querer o se golpea así mismo, pero es un niño muy bueno y me tuvo mucha paciencia para enseñarme a jugar con la pelota.

Levantó el tercer dedo. »Mark es muy callado, todo lo contrario a Jackson. Él sufre de una enfermedad que lo hace trabarse al hablar y levantar su ceja, además de que no le gusta el ruido, por eso nosotros siempre tratamos de ser lo más silenciosos a su alrededor para que no se sienta mal. Mark es muy inteligente y lo queremos mucho, incluso hace que Jackson no sea tan desordenado y que Jaebum sea más delicado.

La directora sabía de la situación de Mark, y sintió orgullo al escuchar de Jinyoung hablar de él con tanto aprecio, además de revelar que los siete niños se cuidaban entre sí. Jinyoung levantó su cuarto y quinto dedo. »Youngjae es muy llorón y se preocupa mucho por todos, así que siempre hay que decirle que todo estará bien con él y con nosotros. A Bambam le gusta vestir bonito, siempre usa pantalones cortos y camisas con colores claritos, también le gusta usar colonia que huele a caramelo y jugar con los peluches.

—¿Bambam es hijo de la maestra que cuida a los bebés? —preguntó la directora y el niño asintió—. ¿Fue de ahí que conocieron a Yugyeom?

—Sí, Bambam no los presentó un día. A mi no me gustan los bebés porque son tontos y asquerosos, iugh —todos rieron por la mueca del niño, incluso la madre de Jungsoo, que escuchaba entretenida la explicación de Jinyoung, incluso Jungsoo escuchaba con atención toda la historia—. Pero Yugyeom es muy lindo y cuando sonríe lo es aún más, por eso lo acepté en mi grupo de amigos. Él no habla, ni hace ruidos, pero siempre entiende lo que hablamos.

—Muy bien, ya conocemos a todos tus amiguitos, Jinyoung. Sabemos lo mucho que los quieres y los conoces —el niño asintió hacia su profesora—. ¿Tus amigos tienen que ver con que le hayas dicho lo que le dijiste a Jungsoo?

Jinyoung volvió a su seriedad y asintió. —Le pedimos a la señora mamá de Bambam que nos dejara salir al parque con Yugyeom, y ella habló con la maestra de Youngjae y Bambam para que nos cuidara. Youngjae quería jugar con la pelota, pero ese día Bambam estaba vestido muy bonito y no quería ensuciarse, así que Jackson, Jaebum, Youngjae y yo jugamos con la pelota, mientras Mark, Bambam y Yugyeom se quedaban cerca de un árbol a jugar con sus peluches.

»Nosotros nos alejamos de ellos, porque no queríamos fastidiar a Mark con nuestros gritos, pero podíamos verlos desde donde estábamos. Yo soy muy malo jugando a la pelota, así que nunca la atrapaba y debía ir detrás de ella, pero hubo un momento en el que se me fue y vi que Jungsoo se estaba riendo de mis amigos, mientras que Mark abrazaba a Bambam y a Yugyeom porque tenían miedo.

La directora levantó sus cejas con asombro y miró al recién nombrado, quien se ocultaba en el pecho de su madre, la cual estaba también sorprendida por la información.

—Llamé a mis amigos y nos acercamos hasta ellos. Jungsoo cuando nos vio nos preguntó si éramos los amigos de los raros, y comenzó a gritar esa palabra una y otra vez —los labios de Jinyoung se apretaron en una sola línea—. A Mark no le gusta el ruido, pero a pesar de todo eso estaba ayudando a Bambam y a Yugyeom porque estaban temblando y llorando, ¡Incluso cuando él mismo lo hacía! Me molestó mucho ver a mi amigo así, por eso le dije a Jaebum que lo sostuviera y yo le dije lo que le dije. Luego de eso él se fue corriendo y yo ayudé a Yugy a calmarse. Ahí fue donde usted llegó, maestra Solar.

Jinyoung bajó la cabeza nuevamente. »Yo sé que le dije cosas feas, pero él se estaba metiendo con mis amigos sin ellos hacerle nada...

La madre de Jungsoo se sentía triste por la situación. —No sabía que esto había pasado, y pido disculpas por mi actitud y la de mi hijo. Aceptaré la sanción que crean conveniente para él.

—Nosotros también aceptaremos la de Jinyoung, que a pesar de que fue en defensa de sus amigos, no se puede dejar pasar lo que ocurrió —dijo la madre de Jinyoung.

—¿Por qué hiciste eso, Jungsoo? —preguntó Solar al niño usando su voz más suave.

El nombrado mordió su labio y jugó con sus manitos. —Me dio celos, porque nadie juega conmigo y ellos se estaban divirtiendo. Yo también quiero jugar con alguien, pero nunca me quieren cerca y se burlan de mi por no tener papá.

—Oh, cariño... —la madre del niño lo abrazó con fuerza, intentando desviar el dolor que se instalaba en su pecho—. ¿Por qué no me habías dicho eso? Papá te cuida desde el cielo y lo sabes, él nunca te abandonaría.

—Yo lo sé, mami, pero los demás niños no y dicen que soy un tonto por pensar en eso.

La madre de Jungsoo dejó suaves besos en su hijo. La muerte de su esposo había llegado a ellos de forma tan repentina, y aunque le había dicho a su hijo que su padre estaba de viaje en el cielo y volvería en un par de años, no había previsto lo afectado que podría estar él. Su hijo no era malo, Jungsoo era un niño de lo más dulce, que pedía a gritos compañía y no era muy bien comprendido. 

La directora suspiró, sintiendo su corazón sumamente abatido por la situación, al igual que todos los presentes. Por un lado tenía a un niño que defendía a sus amigos a capa y espada, pero por el otro lado tenía a un niño que solo intentaba llamar la atención de forma incorrecta, queriendo tener algo de compañía.

—Mis amigos son muy buenos, y si le hubieses dicho para jugar te habrían aceptado, porque ellos son así —dijo Jinyoung en voz baja, pero audible para todos—. Lo siento por decirte lo que te dije, no eres feo ni hueles mal. Yo también estaba solo siempre, pero ahora tengo a los mejores amigos, así que algún día también los tendrás tú.

Jungsoo asintió y miró a Jinyoung. —También lo siento por burlarme de tus amigos.

—No te disculpes conmigo, hazlo con ellos —sonrió—. Te prometo que cuando lo hagas te perdonarán muy rápido.

Solar miraba la situación con alegría y le sonrió a ambos padres. —Creo que ya todo está resuelto por aquí.

—No creo conveniente un castigo para ambos, y Jungsoo sabe que debe dar algunas disculpas —el niño asintió con rapidez—. Así que espero que hayan aprendido la lección y no lo vuelvan a hacer, ¿Sí?

—Muchas gracias, directora —sonrió la mamá de Jinyoung.

—Muchas gracias, de verdad —le siguió la madre de Jungsoo.

Finalizada la reunión, los representantes de ambos niños salen de la oficina y se despidieron con alivio, sabiendo que todo había quedado resuelto entre los dos infantes, que ambos habían fallado pero que reconocían sus errores.

Jinyoung caminaba con lentitud cerca de sus padres, pero se detuvo y los miró con mucha pena. —Me porté muy mal, perdónenme.

Él esperaba algún regaño, o un castigo por parte de sus padres, pero contra todo pronóstico estos lo levantan del suelo y comienzaron a besarlo por todos lados, riendo y felicitando al niño.

—¡Ahh! ¿¡Por qué hacen eso!? —se quejó entre mimos y actos de afecto, intentando entender lo que ocurría. ¿No había regaños? ¿Algún castigo? ¿Algo por actuar mal?

—Hacemos esto porque estamos feliz, campeón —dice el señor Park con una sonrisa enorme en el rostro—. ¿Sabes cuánto deseábamos que tuvieses amiguitos? ¡Ahora resulta que tienes seis y que hasta peleas por ellos!

Las mejillas del niño se calentaron por la vergüenza y ocultó su rostro en el cuello de su padre, causando la risa de ambos progenitores.

—Queremos conocerlos, ¿Ok? Debemos saber quiénes son esos niños tan increíbles que están a tu lado —su madre le dio un sonoro beso en su mejilla y acarició su espalda—. Estoy muy feliz de que ya no estés solo, amor, y que por fin compartas con niños de tu edad.

Como si la hubiesen invocado, la madre de Bambam apareció en el pasillo con Yugyeom en brazos, y cuatro niños caminando al lado de ella, quienes al ver a Jinyoung se alejaron hasta correr a su encuentro. Jinyoung se alejó de los brazos de su papá y este lo dejó en el suelo, justo en el momento en el que llegaron los demás niños y se fundieran en un desesperado abrazo, como si no se hubiesen visto en años.

—¿Tas bien? —preguntó Youngjae con preocupación, mirando a su amigo con ojitos llenos de angustia.

—Estoy bien, Jae. No me iban a hacer nada malo —respondió con suavidad, al tiempo que se dejaba abrazar por los demás.

—Mi Jinyoungie, ¡Estaba tan preocupado por ti! —exclamó Jackson con dramatismo—. Te llevaron lejos y no sabíamos en dónde estabas.

Mark lo miró con culpa. —P-por mi culpa te l-llevaron. Lo sien-to.

—No digas eso, Mark. Fue mi culpa por decir lo que dije, pero ya todo está mejor. 

Yugyeom se removió en los brazos de la mamá de Bambam para que lo bajara. Una vez en el suelo, el bebé caminó hasta engancharse en una de las piernas de Jinyoung.

Los mayores miraban la escena con adoración, y es que los niños no paraban de decirse cosas lindas al tiempo que se apretaban en un fuerte abrazo.

—Hola, soy la madre de Jinyoung —se presentó la mujer, estrechando su mano con la de la contraria.

—Soy la madre de Bambam, el bebé que tiene el suéter lila —señaló con gracia.

—¿En dónde lo compró? Está bonito —preguntó el hombre, imaginándose a su pequeño hijo con una prenda de ese estilo y no su seria ropita con colores oscuros. 

Su esposa rodó los ojos, causando la risa en la madre de Bambam. —Esta es la primera vez que veo a los amigos de Jinyoung y me gustaría invitarlos a todos a nuestra casa y pasar el día en nuestra piscina. ¿Podría ayudarme a organizar todo con los demás representantes?

La mujer tailandesa asintió de acuerdo. Ella también quería conocer a los padres de los amigos de su hijo, así que la idea le parecía estupenda. Ya podría imaginarse lo feliz que estarían los niños.

💚





Kang Jungsoo 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top