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Los niños arreglaban el salón, guardando los juguetes en donde la maestra les había indicado, o simplemente permaneciendo sentados en el lugar, conversando con voz baja para mantener el orden.

Sin embargo, para Jackson era más entretenido jugar con aquel puzzle de colores que había conseguido.

—Jack, tienes que ayudarme con esto. La maestra Joy nos lo pidió para poder salir —dijo Jinyoung, mirando a Jackson autoridad.

—Espera, Jinyoungie —susurró el contrario, con la punta de su lengua entre sus labios y sus ojitos denotando concentración—. Tengo que terminar esto.

Jinyoung miró el juego, y con unos cuantos simples movimientos logró resolver el puzzle, ganándose la mirada sorprendida de Jackson. —Ya está listo, ayúdame a guardar los juguetes.

—Woah... —jadeó el niño, y se abrazó a su amigo con cariño—. ¡Tengo el mejor amigo más inteligente y bonito del mundo!

El recién nombrado devolvió el abrazo, y con las mejillas algo rojas dejó un corto besito en la mejilla del contrario. —Tú eres el mejor amigo de todo el universo.

—Y...

—Bonito...

—¡Guapo, Jinyoung! ¡Soy muy guapo! —exclamó Jackson, y empujó la cabeza de Jinyoung con sus dedos—. Aún no aprendes.

Jinyoung rodó los ojos y devolvió el golpe. —Ayúdame de una vez.

Sin mediar palabras, ambos niños comenzaron a ordenar el lugar que les había indicado la maestra. Aunque habían pensando que les tocaría con la maestra Irene, la cual le había dado clases a sus amigos, a ellos les había tocado la maestra Joy, quien era igual de dulce que su antigua maestra Solar.

—Estoy emocionado, ¡Iremos a la escuela! —dijo Jackson luego de terminar con su labor—. Ya quiero ver clases con Jaebum y Markie.

—No vamos a ver clases con ellos, Jacky, son más grandes. Y también estoy emocionado por ir, pero también tengo miedo por Bambam, Youngjae y Yugy.

Jackson asintió, y abrazó sus piernitas desanimado. —Cuando Jaebum y Markie se fueron, ellos lloraron mucho. No quiero que lloren por mi culpa.

—Pero solo tendrían que esperar un tiempo y también irían con nosotros... —susurró Jinyoung. Él tampoco quería que sus amigos sufrieran por su culpa.

—¡Jinyoung! ¡Jackson! —llamó Namjoon, acercándose a los mejores amigos—. ¿Ya escogieron su nueva escuela?

—Daewon School —respondió Jackson, chocando su puñito con el del recién llegado—. Ahí están nuestros amigos. Todos iremos ahí.

—Oh, yo iré a otra —el niño hizo una mueca—. Me hubiese gustado ir a la misma, pero le diré a mis papis a ver si me pueden cambiar por esa.

—Sí, diles. Así seguirlos juntos.

Namjoon negó. —No estaremos juntos. Mis papis me dijeron que entraré en un grupo de niños más grandes.

—¿Y eso por qué? —preguntó ahora Jinyoung confundido.

—Porque soy un niño muy inteligente —respondió simplemente.

Esa información viajó hasta las cabecitas de ambos niños, y fue recibida de distintas formas. Aunque claro, la respuesta de Jackson fue la primera en darse a conocer.

—¡Jinyoungie, tienes que estudiar conmigo! ¡No quiero estar solito! ¡No me dejes o voy a llorar! —berreó Jackson, abrazándose al delgado cuerpecito de su amigo, moviéndolo de un lado a otro.

Jinyoung se palmeó la frente, y Namjoon se escapó del lugar inmediatamente. Jackson era muy dramático.

—Jackson, sí voy a estar contigo.

—¡Se darán cuenta de que eres muy inteligente y me abandonarás!

—Jack, escúchame.

—¡Me olvidarás! ¡Ya no seré tu mejor amigo!

—¡Jackson, ya cállate!

—¡No hay Jacky sin Jinyoungie! ¡Wang gae y Park gae!

—¡Te voy a pegar muy duro en la cara!

—¡No me dejes!

Jinyoung tomó el rostro de Jackson, apretando sus mejillas y deformando levemente su cara. Lo miró fijamente y sarandeó para callarlo. —Escúchame. No voy a estudiar con niños en donde no estés tú. ¿No lo recuerdas? Siempre juntos y amigos por siempre. Ahora cállate o te voy a pegar feo.

—¿Shiempe funtoss? —dijo Jackson con dificultad por sus mejillas aplastadas y Jinyoung asintió—. ¿Wan ke?

—Park gae —siguió y dejó un besito en la punta de la nariz de su dramático amigo.

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—Voy a llorar.

Jackson hizo una mueca con los labios, y abrió sus bracitos hacia el niño que abultaba sus labios, anunciando su próximo llanto. —Jae, sabes que siempre estaremos juntos. Es como Markie y Bum.

—Ji... —llamó Yugyeom al niño abrazándose a él—. Llévame cotigo.

—A mi también —le siguió Bambam, abrazándolo del lado contrario.

Jinyoung abrazó a los dos pequeños, y besó sus cabecitas. —Oigan, no vamos a separarnos. Nos veremos sábados y domingos, como hacemos siempre. Los mejores amigos nunca se abandonan, y nosotros no los abandonaremos a ustedes.

—Cierto, así que esperen y verán como rápido irán ustedes con nosotros —dijo Jackson un poco más emocionado—. Bum nos dijo que ya Markie y él tenían un lugar para pasar nuestros recreos juntos.

Bambam jugó con sus deditos, mirando sus uñas pintadas de un azul celeste muy bonito. Si bien sabía que siempre estarían juntos, igual le entristecía el hecho de ver a sus amigos irse de su lado. ¿Y esperar? ¡No le gustaba! Quería tenerlos cerca a cada momento.

—¿Podrían abrazarme muy fuerte? —preguntó quedito, y con las ganas de llorar avecinándose—. Sé que me esperarán... pero igual abrácenme mucho.

La orden se cumplió casi inmediatamente, logrando esos abrazos aplastantes que lograba unirlos físicamente, porque sus corazones eran uno solo desde el día en que se conocieron.

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—¡Soy un niño grande! ¡Soy un niño grande! —coreó Jackson al tiempo que saltaba por el lugar.

Youngjae lo miró y ladeó su cabeza. —Yo te veo igual de enano que siempre.

Mark y Jaebum aguantaron la risa, al ver el rostro ofendido del niño.

Se encontraban ya en la entrada del Daewon School, con cuatro niños portando el lindo uniforme azul característico del lugar. Al igual que a los dos más grandes, los tres pequeños estaban en el lugar para acompañarlos en su primer día de kinder.

—Son e chiquito —siguió Yugyeom, ocultando su risa detrás de sus pequeñas manitos. El bebé ahora encontraba divertido el burlarse de sus mayores.

—Ya, no se burlen de Jackson —dijo Jinyoung con seriedad y Jackson lo miró con adoración—. Los Minions también tienen sentimientos.

Ahora todos rieron, incluso los mayores por las burlas de los niños. Definitivamente estaban aprendiendo de ellos.

El timbre de entrada sonó, y rápidamente todos se unieron en un fuerte abrazo de suerte y despedida.

—¡Suerte! —exclamó Bambam con emoción.

Tanto Jackson como Jinyoung asintieron y besaron las mejillas del niño, siguiendo con Youngjae y por último Yugyeom. Tomaron sus manitos y se cercaron hasta donde les habían indicado sus padres, en donde se encontraban muchos niños que aparentaban ser de su edad.

El agarre de sus manitos se afianzó, y se miraron con nervios y emoción cuando la filita de niños comenzó a avanzar, siendo liderado por un joven. Caminaron por los pasillos del lugar, con jadeos de sorpresa saliendo de sus boquitas, y por fin llegaron hasta el salón que les correspondía.

Ambos caminaron hasta una mesita, para estar juntos.

—Jinyoungie, mi barriguita está rara.

—¿Quieres ir al baño?

—¡No! ¡Son los nervios! —aclaró rápidamente—. Todo es tan diferente. ¿Y si me regañan mucho? No me gusta que me hablen feito.

Los labios abultados de Jackson, lograron que Jinyoung sonriera y negó. —Yo te protejo siempre.

—Si no fuera tan torpe también te protegería.

Jinyoung ladeó su cabeza. —Tú me proteges de estar solito porque eres mi amigo.

Jackson sonrió, y se sintió mucho mejor.

Al salón entró el mismo joven que los había traído, y se colocó al frente, regalándoles una cálida sonrisa a los niños. —Hola, pequeños. Soy Heechul y seré su nuevo maestro. Espero que estén muy emocionados por aprender mucho y que disfruten de las clases. ¿Están emocionados?

Los niños gritaron un vivaz "¡Sí!", y Heechul sonrió complacido. Tomó varias hojas y con dedicación fue dejando una al frente de cada niño, tomándose el tiempo de ver bien sus rostros y así ir reconociéndolos más.

—Ok, en esa hojita que les dejé, deberán hacer un dibujo, ¡El que ustedes quieran! Y si saben escribir sus nombres, también lo pueden colocar, pero si no saben no importa, aquí aprenderemos y seremos niños muy inteligentes. ¿Les parece bien?

Todos los niños asintieron, y se pusieron manos a la obra con lo pedido. Con este método, Heechul sabría el nivel de cada niño, además de saber con qué empezar y qué temas reforzar, porque habían caso de niños que habían asistido a guarderías u otras instituciones en donde se encargaban de enseñarle lo básico a los niños, como habían casos en que el kinder era su primera experiencia de aprendizaje.

Jackson comenzó dibujando un enorme auto de carreras rojo con detalles amarillos, ruedas azules y una bandera púrpura. Lo dibujó sobre un verde pasto, y el cielo estaba decorado con unas esponjosas nubes azules y un sol que se escondía en una esquina con una linda carita sonriente. Complacido con su dibujo, firmó su obra de arte con un prolijo 'Jackson' de color naranja, su favorito.

—Vaya, eso se ve increíble.

Jackson se giró a mirar a su nuevo maestro y sonrió. —Cuando sea grande, tendré un carro así.

—No tengo duda de eso —sonrió el mayor, y acarició sus cabellos—. ¿Y ese es tu nombre? ¿Jackson?

—No, mi nombre es Jia Er, pero los alumnos de mi mamá me dicen Jackson porque es más fácil. Mi mamá da clase de saltos en los trampolines y bailes con cintas —comenzó su relato—. A mí me gusta más Jackson, pero mi mamá no me quiere cambiar mi nombre. Yo digo que Jackson es mejor, pero ella no entiende. ¿Podría llamarme Jackson, maestro? Mi maestra de guardería aceptó.

Heechul analizó toda la información recibida, y notó el peculiar comportamiento del niño. Jia Er o Jackson, buscaría más información para saber sobre alguna particularidad en él.

—Puedo llamarte Jackson, si así lo quieres —concordó con el niño, recibiendo una enorme sonrisa de su parte—. Al finalizar la clase, colocaré todos los dibujos en el cartel, así que cuídalo mucho.

Jackson asintió, y Heechul desvió su mirada al dibujo de su compañero, encontrando en la hoja un dibujo de la portada de un libro de cuentos que reconocía muy bien; Los casos de Mojopí. Firmado arriba, se encontraba el nombre de 'Jin'.

—Es mi libro favorito —comentó al niño, llamando su atención—. Las rimas son muy graciosas, lo disfruto mucho.

—Mi papá siempre lo lee para mí —respondió Jinyoung, ganándose una mirada curiosa por parte de Jackson. Él sabía que su papá no le leía ese cuento, lo hacía Jinyoung.

—Eso es muy lindo. ¿Cómo es tu nombre?

—Park Jinyoung.

—Pero solo escribiste "Jin", ¿No sabes escribir tu nombre completo?

Jinyoung negó. —Solo Jin.

Heechul sonrió. —Bueno, Jin. Te prometo que aprenderás a escribir tu nombre y más.

El adulto los dejó solos, y Jackson encaró a su amigo. —Mentiste. Tú sabes escribir tu nombre completo, y también eres tú el que lee libros. ¿Por qué dijiste eso?

—Para que no quieran mandarme a otro salón y me separen de ti —respondió Jinyoung, logrando sorprender a Jackson—. Si nadie sabe lo que sé, entonces no me cambiarán y siempre estaremos juntos.

Jackson sonrió y se abrazó a Jinyoung. —Eres el mejor amigo del mundo mundial, Park gae.

—Tú lo eres más, Wang gae.

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