💚┋BIENVENIDO, YUGY
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—¡Kim Yugyeom, vuelve ya mismo!
La madre del niño tenía en manos el nuevo informe de Yugyeom, y se veía un poco desesperada ya que estaba intentando vestirlo para su primer día de escuela.
¿En qué momento su bebé había crecido tanto y ahora tenía cuatro años?
Escuchó un grito a lo lejos y se asustó, pero sintió alivio de inmediato cuando miró a su esposo entrar a la habitación con el niño desnudo en su hombro. —Nos salió exhibicionista el mocoso.
—¡Papá! —se quejó Yugyeom en cuanto sintió una pequeña nalgada y fue tirado en la cama.
—Ya vístete, que pareces una cosa rara todo desnudo —dijo el hombre, riendo por las quejas del niño—. Iré a encender el auto, cariño.
—Yug, déjate vestir, ¿Sí? Hoy es tu primer día de clases y no puedes llegar tarde.
Yugyeom asintió de mala gana, y dejó que su mamá lo vistiera con aquel uniforme que no le gustaba. ¡Le picaba mucho! Y no era tan bonito como la ropa que su mami le ponía cuando debía ir a la guardería.
—Mi bebé es todo un niño grande que va para la escuela —dijo la mujer, sonriendo con adoración—. ¿No estás emocionado?
—¡Sí! Por fin estaré con mis amigos otra vez —saltó en la cama, aplaudiendo con felicidad.
—Hey, que también vas a aprender cosas nuevas. ¿Acaso eso no te emociona?
La madre de Yugyeom sabía que aquella pregunta estaba demás, pero de igual forma la hizo ya que se le hacía por demás de adorable la respuesta.
—¡Nada me emociona más que estar con mis amigos! Esperé mucho tiempo para poder estar juntos otra vez, mami.
Rió y tomó la carita del niño para llenarla de besos. La salida de Youngjae y Bambam había sido un suceso que dejó triste a su hijo, y sabía que no lo asimilaría muy rápido, sin embargo logró conseguir otro amiguito, un precioso niño que era igual de adorable que su bebé.
—¿Jungkook estará listo también? No vaya ser que nos esté esperando —dijo la mujer, colocando los zapatitos blancos con cierre mágico al menor.
Un jadeo salió de los labios de Yugyeom, y miró a su mamá con apuro. —¡Mami, no podemos dejar a Kookie solo! ¡Hay que irnos ya!
El niño bajó de la cama y salió corriendo hasta la salida, siendo seguido por la mujer. A comparación de Yugyeom y sus sobrinos, Jungkook era un poco más tímido que los demás, y Yugyeom había tomado una postura muy sobreprotectora con él.
Su hijo adoraba a su nuevo amiguito, y le hacía feliz ver que había conseguido a alguien más para que su tiempo en Green Garden no fuese tan solitario.
Ambos entraron en el auto, con Yugyeom sentado en su sillita especial, y emprendieron su viaje hasta Daewon School; el nuevo lugar de estudio del niño. Yugyeom iba distraído mirando por la ventana, cuando las calles comenzaron a hacerse conocidas por él, sonriendo en grande cuando reconoció aquel recinto de lindos colores verdes que con tanto cariño recordaría.
—¡Adiós, Green Garden! ¡Gracias por darme a los mejores amigos del mundo y a mis tíos favoritos! ¡Te quiero mucho! ¡Eres el mejor! —exclamó viendo la guardería, y luego miró a sus papás cuando ya había pasado—. GG es mi lugar favorito en todo el mundo, gracias por llevarme ahí, papis.
Los progenitores del niño no tardaron en sonreír, sintiendo sus ojos acuosos por las lindas palabras del niño. Escuchar a Yugyeom hablar era un sueño para ellos, luego de pensar que su hijo no diría palabra alguna en su vida, pero ellos también le agradecían a Green Garden el haberles dado esperanzas, y una nueva familia que estarían siempre en sus corazones.
Unos minutos más de viaje, y ya estaban entrando al estacionamiento de la escuela, en donde se bajaron y caminaron tomados de la mano hasta la entrada, en donde pudieron ver a lo lejos a los demás padres con sus hijos. Los ojitos de Yugyeom brillaron y rió feliz al mirar a sus amigos, soltándose de las manos de sus papás y corriendo hasta ellos.
—¡Yugy! —exclamó Jinyoung al verlo, abriendo sus bracitos para rápidamente tener al niño apegado a él—. ¡Primer día de escuela! ¡Ya eres un niño grande!
—¡No, todavía soy un bebé! —exclamó Yugyeom, pero no se separó del abrazo.
Jaebum también se unió al abrazo y comenzó a dejar incontables besos en la cabecita del niño. —Nuestra mascotica ya está aquí por fin. ¡El bebé del grupo ya se nos unió!
Yugyeom rió y se separó del abrazo, corriendo ahora hasta Mark. —Makie, ya estoy aquí.
—E-estamos muy felices por ti, Y-Yugy.
—¡Yo quiero un abrazo del bebé! —exclamó Youngjae, recibiendo a Yugyeom entre sus brazos—. Nada es lo mismo sin ti y tenerte aquí es lo mejor del mundo.
Jackson se acercó y se unió, abrazando a ambos con fuerza. —Te extrañamos tanto, Yugyomie. ¡Pero ya estás aquí! Juntos, siempre juntos.
—Sí, sí. Ya quítense —Bambam los alejó a todos, y abrió sus brazos—. Bienvenido, Yugy~
Ambos niños se abrazaron, sonriendo felices de por fin estar juntos nuevamente. Si bien habían estado viéndose durante todo ese tiempo en sus casa o reuniones, no era lo mismo cuando podías hacerlo todos los días.
Todos se abrazaron a los otros dos, susurrándole a Yugyeom lo felices que estaban de por fin estar juntos nuevamente. Los padres de todos simplemente los veían, sin querer interrumpir la linda escena, y fotografiando el momento para tenerlo como recuerdo.
—Yugy, mira quién llegó.
Yugyeom sacó su cabecita del grupo, y miró a Jungkook parado unos pasitos más atrás, con pena de acercarse. El niño no tardó en salir del abrazo y corrió hasta su amigo para también abrazarlo a él. —¡Kookie, ya estamos en la escuela!
El niño sonrió, y Yugyeom le dio un besito en su frente. Jungkook ya no tenía aquel corte extraño, y con el pasar tiempo juntos Yugyeom podía asegurar que él no era feo, ¡Era muy bonito!
—Hola, Kookie —saludó Jackson abrazando también al niño.
—Hola, Jacky —Jungkook correspondió el abrazo de igual modo.
Los niños adoraban a Jungkook, y lo habían integrado de inmediato al grupo. Si bien al principio, —al igual que Yugyeom— pensaron que era un niño raro y feo, eso había quedado en el pasado, puesto que Jungkook era el niño más lindo y divertido de todos, algo tímido, pero genial. ¿Cómo lo hizo? No lo sabían.
—Ya que Yugyeom está otra vez con nosotros, te puedes ir.
—¡Bambam! —regañó Yugyeom al niño que veía sus uñas con interés.
Jungkook abultó sus labios con temor. Sabía que no podía comparar su amistad con la de los otros niños, pero él en serio quería a Yugyeom. —Yugy es mi amigo...
Bambam sintió un golpe por parte de Jinyoung, y rodó los ojos. —Era solo una pequeña broma, cheffsito. Mi bebé puede seguir juntándose contigo.
Todos adoraban al pequeño Jeon, pero a Bambam aún le costaba un poco.
Yugyeom miró a Jungkook y lo abrazó. —Babi solo está jugando. Nosotros siempre seremos amigos, ¿Sí?
—¿Promesa? —susurró bajito.
—Promesa —respondió finalmente, separándose y regalándole una dulce sonrisa.
El timbre sonó repentinamente, y todos supieron lo que eso significaba. Una emoción albergó por completo a Jungkook y a Yugyeom, quienes tomaron sus manitos y las apretaron con fuerza. ¡Ya iban a entrar!
—Yugyeom, Jungkook, mucha suerte hoy —habló Jaebum, dejando un beso en la frente de cada niño—. Los buscaremos en el receso y ahí estaremos juntos otra vez.
Ambos niños asintieron, y fueron llenados de besos por los demás, incluyendo a sus padres quienes estaban a nada de llorar por la nostalgia. Caminaron sin soltar sus manitos hasta la fila en donde les habían indicado.
—Yugy estoy nervioso —murmuró Jungkook, dejando escapar una risita.
—Yo también, Kookie, pero mientras estemos juntos todo estará bien.
Ambos se sonrieron. Solo debían estar juntos.
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Yugyeom en conjunto con Jungkook buscaban con la mirada a sus amigos. Estaban muy entusiasmados, ¡La escuela era genial! Pero sus ansias estaban muy altas, puesto que el momento que habían estado esperando por fin había llegado, ¡El recreo!
—¡Yugy, están allá! —avisó Jungkook, señalando un sitio que Yugyeom sintió familiar al verlo.
Sus amigos, —junto con otros niños que ya conocía— estaban sentados bajo un árbol, un poco más apartado de los demás. Justo como en Green Garden. Sonrió ante este detalle, y tomando la mano de Jungkook corrió hasta el sitio, siendo visto por sus amigos, quienes no tardaron en correr hacia ellos y abrazarlos.
—¡Todos juntos otra vez! ¡Ya estoy aquí! —la alegría se sentía en el tono de voz de Yugyeom, y todos se sintieron contagiados por él.
—¡Todos juntos! ¡Siempre juntos! —gritó ahora Youngjae, mientras Mark tapaba sus oídos, pero sonreía feliz.
Yugyeom se separó del abrazo y corrió hasta Hyunah y Jennie, para abrazarlas a ellas también. Las bonitas niñas era unas compañeras de Mark y de Jaebum, las había conocido y les había tomado bastante aprecio.
Luego abrazó a Hyojong, quien era compañero de Jackson y Jinyoung. Ese niño era muy divertido, y siempre lo hacía reír con sus cosas.
Finalmente se acercó hasta Taehyung y Jimin, los nuevos amigos de Bambam y Youngjae. ¡Ellos eran mejores amigos! También habían estado en una guardería justo como ellos y ahora estaban estudiando ahí.
—Parece que el pequeño Yugy está muy emocionado por venir —dijo Hyunah, acariciando la mejilla del menor.
—¡Mucho! Ya quería estar con mis amigos otra vez —el niño sonrió, y tomó asiento en el lugar. Los otros siete también tomaron asiento, y la emoción se podía notar en el aire.
—El grupo ahora es más grande —dijo Youngjae—. ¡Somos más amigos!
—Muchos amigos —susurró Jungkook, tapando su boquita cuando rió emocionado.
—Jungkookie es muy tierno~ —dijo Hyojong, tomando las mejillas del niño y estirándolas a su antojo.
—Vamos a jugar con la pelota, ¡Será divertido! —dijo Taehyung, levantándose del suelo.
Todos asintieron, menos Yugyeom que se abrazó a Mark. —Yo me quedo con Makie, ustedes jueguen.
—Yo también me quedo —habló ahora Jinyoung.
Los demás estuvieron de acuerdo, y los tres niños miraban divertidos cómo sus amigos jugaban y reían sin parar. Yugyeom no pudo evitar sentirse algo nostálgico, ¡Ya no solo eran siete! ¡Ahora eran trece niños! Miró a Mark, y apoyó su cabecita en su pecho, escuchando su corazoncito latir con calma.
—Makie estoy muy feliz —susurró—. Por fin estamos juntos otra vez.
—S-siempre estuvimos j-juntos, Yugy —contestó, acariciando sus cabellitos—. Porque s-siempre estábamos en n-nuestros corazones.
—Markie tiene razón —intervino Jinyoung, tomando la manito de Yugyeom—. Porque no importa si estamos lejos, mientras estemos en nuestros corazones y en nuestros pensamientos siempre estaremos juntos.
Los ojitos de Yugyeom se llenaron de lágrimas y pronto estuvo siendo abrazado por sus dos amigos. —Yo los quiero mucho, son mis mejores amigos. Ahora está Jennie, Hyunah, Hyon, Kookie, Tae y Minie, pero ustedes siempre serán mis mejores amigos, los primeros que tuve.
Jinyoung sonrió y besó su cabecita. —No importa si tenemos más amigos, Yugy, y nuestro grupo se vuelve más grande. Siempre seremos nosotros siete contra todos, ¡Los mejores amigos del mundo!
—M-mis a-migos, los mejores.
Yugyeom sonrió y se dejó consentir por Mark y Jinyoung. Por fin estaba con los suyos, y era muy feliz por eso en aquel momento. A veces tenía miedo, porque pensaba que Green Garden era lo que los ayudaba a mantener su amistad, pero no era así. En la guardería pudo conocer a sus mejores amigos, pero su amistad no dependía de ese lugar, sino de ellos y lo mucho que se querían.
Y lo sabía, podían pasar muchísimos años, pero ese pequeño grupo de niños que llegaron a su vida siempre iban a estar a su lado.
Ji, un niño que era muy inteligente y que al jugar no tenía buena puntería.
Ma, a quien no le gustaba el ruido y era el niño más lindo del mundo.
Ye, quien siempre se preocupaba por todos y tenía una sonrisa muy linda.
Son, que lo hacía reír siempre y era el niño más divertido.
Bu, su hermano mayor que era algo torpe pero muy dulce.
Babi, su lindo Babi, a quien primero conoció y tenía mucho cariño. Que olía a caramelos y tenía una linda colección de ropa de colores bonitos.
Ji, Ma, Ye, Son, Bu y Babi, esos eran sus amigos por siempre y para siempre. Quizás otros niños no los hubiesen apreciado como son, pero Yugyeom los amaba y no quería cambiar nada de ellos.
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