12.

Jimin despertó minutos antes de que su alarma sonara, era domingo y también su segundo día trabajo.

Pestañeó un par de veces y meditó un poco todo lo que había pasado, la noche anterior se limitó a pelear con Jungkook por devolver el conejo, también había salido de casa y su madre no le había llamado y por si fuera poco, tenía a su jefa encima para que le presentara al señor Jeon.

— Jodida suerte — murmuró levantándose.

A pasos cansados salió de su habitación encontrándose con nada más y nada menos que Jungkook. Se miraron un par de segundos... Jimin iba rumbo al baño y al parecer, el castaño también.

Quizá la forma en la que estaban tan destinados les hizo pegar un brinco para correr al único lugar con la ducha. Claro que el peli rubio no podía reclamar nada de ahí dentro, sin embargo, enserio quería lavarse antes de ir a pararse seis horas detrás de un mostrador.

Ambos corrieron a la puerta como si quisieran alcanzar la cosa que más amaban en la vida, dos manos distintas tomaron la perilla y sus ojos volvieron a los contrarios.

— Yo llegué primero — se quejó Jimin.

— Si, pero es mi baño — gruñó Jungkook.

— En realidad es mío — una tercera voz se hizo presente y con una bata atada Kwan abrió paso a su escultural cuerpo para adentrarse al sanitario. — Por cierto, me alegra haber despertado sin una pelea por parte de los dos — dijo antes de cerrar la puerta en sus narices.

Minutos después de que los tres hombre de esa casa se asearon uno se había ido a correr mientras que los otros dos menores intentaban desayunar con tranquilidad.

— Debes marcharte — soltó el castaño — no te quiero aquí...

— Lo sé — contestó Jimin bebiendo su tercer vaso de agua — sé perfectamente lo que piensas y lo que quieres Jungkook, pero no me puedo ir... N-No tengo a donde — eso último lo murmuró.

Jungkook al escucharlo solo intentó disimular la ligera preocupación que sintió y es que desde que había conocido al peli rubio, el sentimiento de protección nació casi sin permiso, sin embargo él mismo lo dañaba, así que gradualmente disminuyó aquel sentir.

— Dile a Taehyung o a Hoseok — dijo sin saber cómo sacarle el por qué no se hallaba en su casa.

— Ellos... Los incomodaría — Jimin se veía derrotado, pero nunca bajó la guardia.

— Aquí también nos estás incomodando — el ceño de Jungkook se frunció cuando Jimin solo tomó su hoodie y salió de su hogar.

Dejando al castaño sintiéndose como un idiota.




— Hola cariño — saludó Lynz — hoy no me quedaré contigo porque iré a una firma de negocios, ¿no es estupendo? — preguntó con felicidad.

— Si, estupendo — habló Jimin tratando de sonreír. La peli negra chilló nuevamente de felicidad y salió corriendo del local.

Jimin recargó sus brazos sobre el vidrio y dejó caer su cabeza, ¿por qué le pasaba todo eso a él?

¿Qué tan malo habría sido en su otra vida?

Puso un disco aleatorio en el tornamesa y comenzó a hacer el aseo, acomodó álbumes originales en sus respectivos estantes y meneaba la cabeza de un lado a otro mientras solo se enfocaba en su interior.

No se iría de la casa de los Jeon.

No buscaría a su madre, hasta que ella se diera cuenta  y por último pero no menos importante, hablaría con sus mejores amigos. Ellos siempre eran buenos dando consejos, necesitaba realmente desahogarse y tirar todo a la basura para renovarse pero no lo haría porque aún conservaba un poco de dignidad.

Chasqueó su lengua cuando otro problema apareció por su cabeza.

— Definitivamente no — se regañó. 

— Buenos días también — una voz gruesa sonó detrás de Jimin y giró con brusquedad, solo para ver la linda sonrisa de Taehyung.

— H-Hola — soltó mientras tocaba su pecho — no sabía que vendrías — confesó.

— Vendríamos — Hoseok entró al local luego de sacudir su saco con la brisa de la mañana. 

— ¿Qué hacen aquí? — preguntó Jimin bajando el volumen de la música.

— Tu madre dejó ayer la casa, te hemos mandado millones de mensajes Jimin — regañó Taehyung — tiró unas cuantas cosas al basurero y al parecer eran tuyas — continuó — no sabíamos qué hacer hasta que Hoseok recordó que trabajarías aquí —.

— Igual vinimos a la suerte — Hoseok se encogió de hombros — ¿nos vas a contar? — preguntó preocupado.

El peli rubio asintió sin muchas ganas, él iba a esperar a hablar con ellos al día siguiente pero estaba bien, suponía. 

Jimin caminó detrás del mostrador y sus amigos esperaron del otro lado. Se recargaron ahí los tres, Taehyung hizo una pequeña mueca al ver los ojos de Jimin siendo arrastrados hacia abajo, Hoseok colocó su mano en el hombro de Park y entonces el ambiente se volvió neutro. 

Porque a decir verdad, el peli rubio ya ni siquiera sabía qué sentir respecto a todo.

— Puedes comenzar cuando estés listo — Hoseok animó.

— Mi madre consiguió otra pareja — aventó — yo le dije que no estaba de acuerdo y que esta vez no me trasladaría con ella a otra ciudad o a donde jodidos se fuera — lamió su labio inferior — ella me abofeteó y salí de ahí — terminó.

Hubo unos segundos donde todos guardaron silencio, la mirada de sus mejores amigos solo destellaba confusión.

— ¿A dónde fuiste? — cuestionó Kim.

— Solo estuve caminando y llegué aquí, incluso me quedé dormido fuera... mi teléfono se quedó sin carga — explicó — al parecer fue después de unas horas que el señor Jeon me vio — su piel se erizó al recordar que preguntó ilusamente por Jungkook, creyendo que era él. 

— Y...

— Y me llevó a su hogar — enredó sus dedos en su cabello rubio y terminó cerrando los ojos con fuerza — me dijo que me quedaría ahí, ni siquiera me dio un plazo... solo tomó mi mochila y se la llevó, cuando acabó mi turno vino por mi y fuimos los tres a cenar — confesó como si hubiera sido el culpable de algún delito.

Los chicos compartieron un asentimiento. — Tú... ¿Estarás bien viviendo con Jungkook? — preguntó Hoseok. 

— No lo sé — confesó — pero para ser honestos su reacción no fue la que esperada, creí que me gritaría, que me mandaría esa misma noche a la calle pero, solo me hizo una broma y en la mañana soltó unas cuantas palabras bruscas y ya —.

— Claro, Jungkook jamás te habría echado a la calle — dijo Hoseok.

— Jimin hace escenarios graciosos en su cabeza — concordó Taehyung.

Park soltó su cabello y alzó la vista, frunciendo su ceño ante los comentarios de sus amigos. — ¿Por qué lo dicen? — preguntó.

— La verdadera pregunta aquí es por qué no fuiste a buscarnos Jimin — dijo Taehyung haciéndose el desentendido.

— Es verdad, se supone que los mejores amigos estamos para apoyarnos — gruñó Hoseok ofendido. 

— Yo simplemente no quería molestar — dijo recordando el sermón que Kwan le había dado.

— Entiende algo Jim — dijo Taehyung tomando las manos del peli rubio — tú nunca vas a ser una molestia pero, ahora no saldrás de esa casa — sonrió con picardía —.

— ¿Por qué? — cuestionó Hoseok mirando al chico de sonrisa cuadrada — si en mi casa hay muchas habitaciones — murmuró.

— ¿No lo ves? — interrogó Tae — Jimin está colado por Jungko-

— ¿¡QUÉ!? — preguntó Jimin escandalizado.

— Jimin, es momento de ser claros — murmuró Taehyung — Jungkook te gusta desde hace años y tú le g-

Hoseok se abalanzó sobre su amigo tapándole la boca.

— Nosotros nos vamos — dijo nervioso — nos vemos mañana — sonrió.

— No, no se van — soltó Jimin intentando detenerlos — ¡vengan acá! — gritó hecho un lio.

Ambos chicos salieron de local corriendo.

— Idiota — hablaba Hoseok mientras sentía su pecho agitado.

— Lo lamento — contestó.

— Jungkook nos habría matado — y Taehyung asintió.




— Voy por Jimin — soltó el Señor Jeon a su hijo.

— Papá... — Jungkook se reincorporó del sofá donde su serie favorita se reproducía en el televisor — ¿tienes dos minutos? 

— Claro — respondió colocándose su chaqueta — ¿me quieres acompañar? 

— No, esto es rápido — restregó las palmas de sus manos en sus piernas juntando algo de valor — y-yo... yo no odio a Jimin — soltó — no lo odio pero no quiero que él esté aquí, haz sufrido demasiado, lo que menos quiero es que te hagas una idea errónea al traer a Park a esta casa, su madre no volverá contigo y yo no lo voy a permitir tampoco — el tono de su voz cada vez sonaba más irritado comenzando a molestarse — porque si eso pasa, yo me iré de esta casa y jamás me volverás a ver — sentenció — es suficiente con que te desvivas cuidando de mi como para que sufras por amores no correspondidos — su mano formó un puño — e-es todo, si Grace vuelve, yo solo me iré —.

Kwan soltó una ligera risita al ver a su hijo con esa cara llena de frustración, era igual que su madre cuando se enojaba, ella solía decir todo lo que le dolía e incluso soltaba verdades sin querer y hería a las personas que le rodeaban.

— Grace no volverá y tú no tratarás mal a Jimin — Jeon palmeó el hombro de Jungkook — tampoco haré que veas a Jimin como un hermano porque te conozco y también conozco tus sentimientos — le guiño y el castaño frunció el ceño.

— ¿Por qué trajiste a Jimin? — preguntó.

— Porque así como tú, yo también me preocupo por él — y con eso dio por finalizada la conversación. 


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Les juro por mi cuenta de Wattpad que esta historia no regresará a borradores.
Las amo ❅

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