𝔈𝔩 𝔞𝔪𝔞𝔫𝔱𝔢
Nicky Jam
[🌹]
La puerta de aquél departamento fue azotada después de que la pareja entrará entre gritos, desde que entraron al elevador no había sido más que eso, gritos, grito y más grito, tanto que a Jongho le ardía la garganta.
—¡Jongho te estoy hablando!— Gritó Bomin furioso.
—¡¿Hablar?!¡¿Te parece que estamos hablando?!
—¡Estoy cansado de lo mismo Jongho!— Jongho colocó sus manos en su cintura— ¡Siempre es lo mismo!¡Era importante que estuvieras callado en toda la maldita comida!
—¡¿Tú estás cansado?!¡Yo soy quien está cansado!¡Siempre tengo que hacer lo que tú quieres que haga!¡Perdón por no ser el esposo que soñabas!
Siempre era lo mismo desde que Bomin había logrado tener el puesto que quería en aquella empresa de construcción. Desde ahí empezaron las peleas al principio Jongho creyó que era porque su esposo tenía más trabajo y por ende estaba estresado así que buscaba la forma de que no se preocupara, pero con el tiempo fueron más constantes hasta que ya eran parte de su rutina, sus peleas casi nunca llegaban al extremo de los golpes pero Jongho no podía evitar tener miedo.
—¡Sabes perfectamente porque eres mi esposo!
—¡Lo soy porque tú decidiste por mí!¡De lo contrario jamás me hubiera casado contigo!
Su matrimonio más que nada había sido arreglado entre Bomin y los padres de Jongho, ellos jamás habían sido pareja solo eran amigos pero aquello lo arruinó y aunque en más de una ocasión Jongho quiso enamorarse del pelinegro no podía porque simplemente no sentía nada hacia él.
—Pues lo siento, amorcito, pero eres mi esposo y no lo dejaras de ser jamás a menos que quieras que Gyunnie ya no vea a su papá- Se acercó hasta el menor para tomarlo de la cintura y plantarle un brusco besó— Ahora ve a hacer la comida.
—No— Lo empujó con fuerza, claro ese pudo ser su peor error pues el más alto lo tomó con tanto fuerza del brazo, que este comenzo a doler.
—Lo hablamos muy bien ¿Lo recuerdas?— Jongho sintió escalofríos al recordar aquello— Pero bien allá tú, sólo por esta ocasión pasaré está desobediencia, volveré en la noche mi cielo y no lo olvides tienes que estar aquí esperándome quizás nuestro niño venga a visitarnos— Volvió a besarlo para después arrojarlo a uno de los sillones, Jongho vio salir a su esposo y pronto sintió como por sus mejillas comenzaban a deslizarse las lágrimas.
Estaba cansado de eso y la única razón por la que no dejaba al pelinegro es porque tenía una familia, sus padres habían aceptado que él se casará con Bomin solo porque tenían mucho que pagar y sin su ayuda no podrían salir de aquellas deudas, técnicamente Bomin los mantenía, pero eso no era el verdadero motivo o el más importante por el cual no dejaba al pelinegro, sino que había un niño de cinco años de por medio y aunque por decisión de Bomin este no estaba con ellos no podía dejarlo con su padre no con él, porque al no haber terminado sus estudios no tenía muchas posibilidades.
Limpió sus mejillas y salió del departamento para irse a la azotea donde podría estar en tranquilidad y despejarse, decirse que podía aguantar por su pequeño. Al estar allá no esperó ver a Yunho su vecino pero se sintió en paz al verlo sonriendo y acercándose a él.
—Hola— Saludo como de costumbre— No llores— Murmuró mientras limpiaba sus mejillas, al ver qué el menor no se vía con ganas de parar solo lo abrazo.
Los brazos de Yunho eran su refugio, eran cálidos y lo hacían inmensamente feliz, era lo que su esposo nunca lo hizo sentir y agradecía que Yunho fuera el primero. Cuando ya se sintió un poco mejor se separó y le sonrió, sus ojos estaban algo hinchado y su naricita roja por lo que le había una aura tierno.
—¿Ahora que pasó?— Jongho negó.
—Tonterias— Murmuró mientras se alejaba un poco más de su cuerpo.
—¿Tonterías? Y por esas tonterías lloras, por esas tonterías tienes su mano marcada en el brazo... Jongho eso no puede seguir así, no está bien.
—¿Y que hago?— Yunho lo miro— Si lo dejo algo malo le puede pasar a mi hijo, es solo un niño...
—Hay formas de pasar esto, pero no soportando esto, hay más formas— El menor pego su frente contra el pecho del mayor.
—Tengo miedo— Murmuró. El rubio tomo el rostro del menor para dejarle un pequeño beso, pero en ese beso tan pequeño había miles de emociones.
—Ven— Lo tomo de la mano para entrar al interior del hotel donde vivían, caminaron con prisa hasta llegar al departamento del mayor. Dónde Yunho lo tomo de la cintura y lo empotró en la puerta besándolo con ansias pero sin dejar de lado la tranquilidad del menor, mordió delicadamente el labio inferior del castaño y lo llevo a la habitación.
Lo recostó quedando sobre él, le dió un corto beso antes de descender a su cuello, una de las manos de Jongho dió a su nuca dónde enredó sus dedos con su cabello. Los besos que Yunho le estaba dando nunca antes los había sentido de esa forma, podía sentir como cada parte de su cuerpo se calentaba y se erizaba con si toque, el mayor tomo su mano disponible para entrelazarlas y volvió a sus labios, quitó la mano que estaba en su nuca para también entrelazarlas con la suya.
—¿Quieres hacerlo?— Jongho asintio.
Al dar su respuesta Yunho se separó y por miles de inseguridades que existían en él pensó que había hecho algo mal, se levantó para ver qué ocurría que cuando lo vió regresar con un frasco y un paquetito plateado, no sabe porque pero se enternecio.
Dejo que el mayor lo desvistiera y este le permitió desvestirlo lo cual lo avergonzó pero paso rápido cuando los labios del Yunho tomaron sus labios con fogosidad y era recostado contra delicadeza sobre la cama. No podía evitar comparar todo lo que estaba ocurriendo pero él jamás había tenido un encuentro así, siempre eran toscos y no veían por él, en cambio Yunho ya le estaba haciendo el amor con los dedos y le estaba encantado, sus gemidos lo decían. Cuando el mayor lo sintió listo para recibir su miembro se acomodó entre las piernas del menor, se colocó el preservativo y le dió un pequeño beso para comenzar a entrenar en él siendo delicado y paciente, al entrar por completo Jongho soltó un jadeo.
—Tú me dices cuando ya— Murmuró, comenzó a besar el rostro del menor para distraerlo de cualquier dolor.
—Ya— Balbuceó— Muévete.
Yunho tomo su cintura y comenzo con lentas pero profundas embestidas para no lastimar al menor, sonrió al ver las expresiones de Jongho le gustaban así que aumento un poco haciendo que este jadeara constantemente eran dulces, le gustaban. Las piernas de Jongho se colocaron en la cadera del mayor buscando más contacto, por supuesto que el contrario lo notó y comenzo a embestir con mayor ritmo.
En ese momento Jongho olvidó todo, su matrimonio, Bomin, de su hijo, hasta de su nombre, estaba más concentrado en el placer que sentía, placer que jamás había experimentado. Jongho jamás creyó que engañaría a su esposo y por varias razones se prometió que nunca engañaría a Bomin aunque esté fuera un idiota, pero en ese momento sólo eran Yunho y él, nadie más.
Grito cuando sintió que el mayor daba con algo que lo hizo delirar y sentirse mucho mejor, a pesar de las lágrimas pudo divisar una pequeña sonrisa por parte de Yunho y este comenzo a dar contra ese punto, una de las manos del rubio se colocó en su miembro y comenzo a masturbarlo al ritmo de sus embestidas, Jongho podía sentir como su orgasmo llegaba poco a poco y algo le decía que el del mayor también. Cuando menos lo pensó su orgasmo había llegado de una forma inimaginable manchando ambos abdomenes y la mano de Yunho, este se corrió poco después, dando fin al primer orgasmo de muchos.
—¿Estás bien?
—Muy bien— Murmuró— No llegará hasta la noche— Yunho sonrió.
[…]
Yunho sonrió al ver al menor acurrucado en su pecho, le gustaba verlo así pero sentía que estaba algo fresco la habitación por lo que Jongho podría tener frío, se removió un poco.
—No— Puchereo— Mi Yunnie está calientito— Yunho sonrió, le gustaba cuando lo llamaba “Mi Yunnie”
—Mi Jonggie...
Los meses pasaban más rápido que de costumbre y por ello las visitas de su hijo llegaban antes de lo que imaginaba, disfrutaba tanto esos días, las discusiones seguían pero ya no le importaba nada.
Yunho podía escuchar con claridad las discusiones, le frustraba que el menor no lo dejará él estaba dispuesto a ayudarlo en todo lo que necesitará pero este no cedía por su hijo. Para su desgracia él sólo era el amante de Jongho.
Si en eso se había convertido, en su amante.
Y por consecuencia no tenía voz en las decisiones de Jongho, aquello lo estaba cansado porque él estaba enamorado del menor y quería ayudarlo en todo, pero no se podía.
Soltó un suspiro y se recargo en la orilla del edificio le gusta estar ahí y ver la ciudad, ya no quería ser el amante del castaño no le gustaba de esa forma, lo amaba pero ya no podía seguir de esa forma. Sintió que su cintura fue abrazada, conocía esos brazos.
—Hola— Murmuró. Yunho se giró y alejo al menor desconcertandolo—¿Que pasa?
—Ya no quiero ser tu amante, ya me cansé, no quiero ser tu amante— El menor lo miro despreocupado— De mi parte ya no aguanto más— Jongho se metió entre sus brazos—Ya no aguanto ver cómo dice que es tu dueño tuyo, claro que no lo es, soy yo, yo soy tu dueño y si ya se que suena mal pero es la verdad, así como tú eres mi dueño, esto me está matando el orgullo— Jongho le sonrió.
—Lo se...
—No, no digas que lo sabes para que dejemos este tema siempre lo haces, hablamos de este tema y me callas con besos, nos acostamos y te largas de nuevo— Se estaba exaltando pero aún así Jongho se quedó en su lugar— Te amo, estoy enamorado de tí no como la porquería de esposo que tienes, Jongho haría cualquier cosa...
—No tienes que preocuparte por eso...
—¡¿Cómo que no me preocupe?!— El castaño le sonrió.
—Le pedí el divorcio, ya está en trámite...
—¿Y tú hijo?— Jongho volteó y por inercia el también viendo a un niño de cinco años jugando con carritos.
—Tambien te amo, mi Yunnie— El mayor sonrió y se inclino a besarlo.
—Mi Jonggie.
—Ya no serás mi amante— Murmuró, lo abrazo y le hizo una seña a su hijo para que se acercará— Por cierto no los he presentado, este lindo niño se llama Yunho— El infante fruncio su ceñito y sus labios haciéndolos sonreír— Es Beomgyu, ahora sí él es Yunho.
—Yunho— Repitió
—Hola— El infante le sonrió— ¿Salimos?— Jongho asintio.
Bueno las cosas no tomaron el rumbo que creyó, dejo de ser el amante y tenía el amor de la persona que amaba y hasta el de su hijo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top