ℭ𝔯𝔦𝔪𝔦𝔫𝔞𝔩

Natti Natasha, Ozuna.

No, no repetí la canción ;)

🚨

—Choi Jongho— El nombrado miro al oficial sin ninguna expresión en su rostro— Debes ser tú— Negó.

—Mi nombre es Jeong Jongho— Corrigió al oficial.

—Este papel dice tu verdadero nombre— Jongho sonrió de lado.

—Choi Jongho fue secuestrado...

El oficial frunció el ceño, Jongho iba a jugar con su paciencia hasta ganar el tiempo suficiente.

—¿Por qué tienes el apellido de tu secuestrador?— El menor sonrió sin gracia.

—¿Y quién se supone que es mi secuestrador?— El oficial golpeó la mesa con violencia logrando que saltará y se le escapara una grosería por el susto.

—¿Conoces a Jeong Yunho?— Jongho negó— No te conviene mentir, eso sería incubrirlo y convertirte en su cómplice ¿Sabes los cargos de asesinatos, tráfico?— El castaño bufo

—Mire, yo no conozco a ningún Jeong Yunho, se está confundiendo— El castaño estaba logrando muy bien su propósito, pero debía defender a su amado.

—Bien no lo conoces, pero ¿Cómo explicas estás fotos?— Colocó un par de fotos sobre la mesa, maldijo internamente. En las fotos se podía ver perfectamente que eran ellos— Dime si te está obligando— Jongho sonrió ¿Obligarlo? Si como no— ¿Cómo lo conociste?— Jongho sonrió al recordar aquello.

[…]

Jongho siempre fue humilde y era el primero en su clase, lo consideraban como alguien perfecto pues siempre ayudaba a cualquiera y sin que alguien se lo pidiera, ayudaba a cualquier perro que estuviera en la calle y si no encontraba a sus dueños o eran callejeros los llevaba a un centro de adopción, también le gustaba ayudar a la caridad, muchas personas esperaban demasiado de él. En Jongho no existía ni una pizca de impureza, nadie podía profanarlo de ninguna manera, o eso creían.

Jongho caminaba por los pasillos de su escuela, con una tímida sonrisa saludaba a todos, reviso el reloj que estaba en una de las paredes del edificio y no evitó saltar con emoción ya era la salida, aquel acto fue presente para que muchos sonrieran embobados. Camino con tranquilidad hacia la salida pues aunque tuviera ganas de llegar a su casa para comer y ver películas no iba a correr, algo podía ocurrirle, si Jongho también era muy precavido.

Normalmente el castaño se iba con un amigo pero este últimamente se la pasaba con su novio y tenía que irse solo, no le importa pues le gustaba ver a su amigo feliz y a parte él siempre pensaba en el bien de otros antes que el suyo.

Por supuesto que su humildad e ingenuidad no tenía límites, él siempre defendería a quien lo necesitará y no le importaba en cuántos problemas se pudiera meter. Y ese día, justo ese día él sería presente de algo que cambiaría su vida para bien o para mal, según lo vieran algunos. Por motivos de no querer caminar tanto, tomo un atajo por un callejón donde encontró un lindo gato de pelaje naranja con blanco a lado de un gran bote de basura.

—Hola gatito— Se hincó para acariciar al felino, tampoco le importaba que estuviera sucio no podía discriminarlo de esa forma, el felino se dejó acariciar y mimar— Un gatito bonito no debería estar solito por aquí— Miro en distintas direcciones para ver si había alguien y por supuesto que había unas personas rodeando a alguien que estaba de rodillas ¿Cómo no los había visto?— Gatito, creo que no deberíamos estar aquí— Murmuró.

En ese momento Jongho deseo no haber entrado ahí, estaba asustado y no podía salir tal y como entro quizás podían verlo y algo podría pasarle pero ese hombre al cual le estaban apuntando con un arma también se veía asustado, como ya lo habíamos dicho Jongho miraba por el bien de los demás antes que el suyo, salió del escondite y el gato soltó maullido llamando la atención de uno de los hombres quien lo miró.

Otro hombre más alto qué el que lo vió comenzo a acercarse haciendo que él comenzará a temblar, aquel hombre se miraba tan serio y hasta daba miedo, pero no podía negar que era atractivo y nada mas.

—Niño— Jongho salió de su especie de shock para fruncir el ceño y formar un puchero— No estás en el lugar correcto— El castaño miro al gato que seguía ahí— Regresa antes de que te pase algo.

—E-ese hombre s-se... Se ve a-asustado— El hombre pelinegro sonrio de lado por las palabras del menor.

—Asi parece ¿No?— Jongho asintio— Pero esto no es asunto tuyo, así que ve y busca a tu mamá antes de que te pase lo mismo que le pasará a ese hombre... Algo tan bonito como tú no puede tener su mismo destino— Jongho trago, no podían culparlo él realmente era buena persona.

—No— El pelinegro alzo una ceja— N-no puede

—Creo que eres terco e ingenuo ¿Que piensas hacer?— Preguntó con gracia.

—Cualquier c-cosa...

Jongho creyó que el hombre se iba a reír en su cara, pero no, en su lugar lo consideró y por un momento se asustó por tener los labios de ese tipo sobre los suyos pero no le desagrado sino todo lo contrario, mil sensaciones despertaron en él, sensaciones que no debía sentir con ese hombre, pero igualmente disfruto de ese beso. Le hizo una seña a los otros hombres para que dejarán al sujeto, Jongho estaba ido como para tratar de defender a ese otro hombre, miro al pelinegro sacar un arma, apuntarle y dispararle a aquel hombre que estaba de rodillas, por un instante se quedó helado pero poco a poco sólo sonrió como si no hubiera presenciado nada

—Ven— Le hizo una seña para que lo siguiera, lo hizo pero primero tomo al gato que se encontró, no podía dejarlo ahí. Subió al auto donde el pelinegro había subido—¿Eso es tuyo?— Señaló al felino.

—Si— Murmuró mientras lo mimaba—¿Y que me va a pasar?— Preguntó un poco asustado.

—Para tu suerte nada— Aquello sorprendió al menor.

Desde aquel día no volvió y por lo que vio en el televisor lo habían dado por desaparecido, bueno secuestrado, no los culpaba Yunho no lo dejaba llamar a nadie mas que a él. Si aquel hombre pelinegro se llamaba Yunho y no era como él pensaba sino lo contrario pero solo con él por lo que notó, tanto que había tomado el atrevimiento de llamarlo el criminal más tierno.

No habían tenido problemas con la policía hasta que Jongho se puso de terco y quiso ir él solo a hacer las compras. Iba vestido con una gran sudadera que era de Yunho, tenía la capucha puesta sólo porque le gustaba y portaba un cubrebocas, pero aparentemente eso era sospechoso y habían llamado a la policía. Cuando menos lo espero ya tenía a seis policía rodeándolo, para no hacer tanto drama se quitó el cubrebocas y se dejó esposar.

[…]

—¿Entonces?

—No le voy a decir nada— El oficial asintio, si el menor quería jugar así pies así jugaría.

—Comprendo, tú no me quieres decir dónde está Yunho pero yo si te diré dónde esta Jeong Beomgyu y Gizer— Mostró dos fotos, Jongho lo miro al oficial, una mirada que reflejaba terror e irá.

¿Quienes eran? Gizer era su gatito y Beomgyu era su hijo, si un hijo que había tenido con Yunho.

—Una vez más, usted fue secuestrado hace tres años ¿No es así?— Jongho sonrió colocando su lengua tras sus dientes.

—No, lo recuerdo bien yo me ofrecí solamente pareció divertido que lo creyeran— Respondió mientras veía sus uñas, ya estaba por cumplir el tiempo en el que debía estar ahi—¿Cuando me voy?

—Cuando encontremos a Jeong— El castaño rio estruendosamente—¿Que es gracioso joven Choi?

—Que soy Jeong, joven Jeong eso lo dice el acta de matrimonio— Se cruzó de brazos— Y sobre la gracia es que es divertido que enserio crean que lo van a encontrar— Negó repetidas veces.

—¿Hacemos un trato?

—Supone que le diré dónde está mi esposo, está muy equivocado señor oficial— Se cruzó de brazos y se recargo en el respaldo de la silla donde se encontraba.

—Tenemos a tu hijo y a tu animal— Jongho frunció el ceño al escuchar que le dijeron animal a su gatito— Ambos se irán a su respectivo centro de adopción, será sencillo quitarte la custodia de tu hijo, sólo por ser el esposo de un criminal... Todo es sencillo por el simple hecho de que eres cómplice de ese criminal.

—¡Yunho no es un criminal!— Se levantó de la silla y pudo golpear la mesa pero estaba esposado— Es mi hijo y mi gatito, son míos.

—¿Donde está Yunho? Si me dices dónde está volverás a ver a tu hijo y a tu gato— Jongho se quedó en silencio, aunque quería ceder por ellos no podía, no lo iba a traicionar— Jongho, te das cuenta que eres el cómplice de un hombre de un asesino que mata por diversión— El menor negó. Su esposo no mataba por diversión, todas esas personas que asesino se lo merecían—¿Dónde está?

—No lo sé— El oficial se levantó y volvió a golpear la mesa.

—Llevenlo a la celda más espantosa para este niño— Otro oficial lo levanto sin delicadeza sujetándolo con fuerza de se brazo, pudo dolerle pero no, en lugar de quejarse se rió.

—No deberían hacer eso— Murmuró mientras lo sacaban de esa habitación.

—¿Por qué?¿Que puede hacer ese idiota?— Jongho alzo una ceja

—Yunnie se pone de muy mal humor si le hacen daño a su osito— Miró al oficial— Él es capaz de todo por mí.

—Llevas dos días aquí, no vendrá y si lo hace ambos se pudieran aquí— El menor asintio y colocó uno de sus dedos sobre sus labios para que pudieran escuchar. El oficial que lo tenía sujetado del brazo lo arrojó a una de las paredes haciendo que se golpeará con fuerza, pero solo se rió de ellos.

Varios hombres entraron y comenzaron a dispararles a los oficiales al igual que estos, un hombre se acercó y lo reconoció con facilidad le libero las manos, y le entrego un arma. Se levantó y camino hacia el oficial que quería que su amado estuviera en ese lugar.

—Usted no debió ser muy maleducado conmigo— Le disparo primero al oficial que lo arrojó a la pared— Mi Yunho jamás va a pisar este lugar y yo me encargo de eso, no sólo soy el esposo de un criminal... Yo también lo soy— Colocó el arma cerca su frente y le sonrió por última vez antes de ajustarla y disparar, no tenía tiempo para más.

—Vamonos— Aquellos hombres lo sacaron del lugar y lo metieron al auto.

Se escabulleron entre las calles de Seoul, Jongho sabía que no debían volver a esa ciudad pero su esposo dijo que no iba a nada, si claro pero a penas llegué a su casa lo va a obligar a que se vuelvan a ir del país. Ladeó su cabeza al notar que se iban por un camino completamente distinto.

—Mingi— El castaño volteo— ¿A dónde vamos?

—Crees que íbamos a seguir en la misma casa despues de que te atraparán— El menor lo pensó y asintio— Descansa tardaremos un poco.

Casi cinco horas después llegaron al lugar que por el momento iba a ser su vivienda por al menos un tiempo, bajo del vehículo e inspeccionó el lugar. Enfocó a Yunho y le sonrió, el mayor no dudó en abrazarlo y besar su cabeza, después sintió que sus piernas eran abrazadas, era su hijo y eso quería decir que aquel oficial le había mentido pero bueno ese tipo ya no era un problema.

—¿Estás bien?¿Te hicieron algo? Puedo hacer que se arrepientan— Jongho negó.

—Yo solito me encargué— Murmuró mientras acariaba el cabello de su hijo.

—Mi osito valiente— El castaño sonrió— Gyunnie, ve con San— El niño obedeció— Tú y el vamos por el tiempo perdido— Jongho sonrió, Yunho sujeto su cintura y se dejó llevar al interior de la casa y hasta su habitación.

Yunho lo recostó en la cama y comenzo a besarlo con ansías, dos días debían ser compensados, la lengua del mayor entró a la boca del contrario tomándolo por sorpresa pero uniéndose pronto a una guerra por el control, se podía escuchar claramente ruidos obscenos. Jongho enredo sus piernas en la cadera del mayor para restregar su erección con la del contrario, este se separó de los labios del menor creando un pequeño chasquido.

—Aunque deseo oírte, no podemos hacer mucho ruido porque lo más probable es que Gyunnie este a lado— El menor sonrió.

—Soy muy bueno guardando silencio— Balbuceó. Yunho sonrió y le dió un pequeño beso antes y en el proceso desvestirse con prisa. Una vez desnudos Yunho busco el lubricante, no se tardó para su suerte la sustancia estaba donde la dejo, volvió con el menor y le dió un pequeño beso antes de girar su cuerpo.

—Apoyate de tus brazos— El menor obedeció y por ello Yunho comenzo una camino de besos por su espalda—
Separa las piernas— Nuevamente Jongho obedeció, le encantaba oír la voz ronca del mayor, era su perdición— Recuerda no hagas ruido— Jongho sólo asintió.

Yunho lubrico muy bien sus dedos para no lastimar al menor decidió ingresar dos de sus dígitos a la entrada del menor, este mordió su labio para impedir que algún gemido o jadeo saliera, el mayor comenzo a moverlos simulando tijeras así un corto tiempo para después unir un tercer dígito y comenzar a penetrar profundo pero certero. Jongho no quería que nadie los interrumpiera justo en ese momento, apretó la sábana y echo su cabeza para atrás al mismo tiempo que arqueaba su espalda cuando el mayor acertó, sin quererlo dejo salir un jadeo casi reprochando que Yunho sacará sus dígitos de su cavidad.

El mayor apunto su miembro en dirección a la cavidad del castaño y empezó a adentrarse poco a poco sacándole suspiros, hasta que finalmente entro por completo, espero unos minutos en los que aprovecho para besar la espalda de Jongho.

Pasados un par de minutos el menor comenzo a mover su cadera dandole a entender que ya se podía mover, Yunho sujeto su cintura para comenzar comenzar movimientos lentos sólo para que se terminará de acostumbrar a la intromisión en su cavidad, Jongho gimoteo y aunque Yunho los disfruto no quería que esté gimiera, no podían darse el lujo de que su hijo los escuchara, el menor mordió su labio no podía permitir que algo saliera de sus labios.

El castaño apretaba con fuerza la sábana, soltó un pequeño jadeo de reproche cuando el mayor bajo el ritmo de las embestidas.

—Y-yunho— Balbuceó.

El pelinegro comenzo embestir con precisión hasta dar con su dulce punto, supo que había dado cuando el menor encorvó su espalda y también con un gemido ahogado, Yunho dirigió su mano derecha al miembro del menor y comenzó a masturbarlo sacándole un suspiro, no pudo evitar esbozar una sonrisa le gustaba ver al menor a su merced, Jongho fruncio ligeramente su ceño sabía que estaba por correrse y el mayor también lo supo cuando sintió que la cavidad del menor se contrajo dicho y hecho el menor se corrió ahogando un gemido contra una almohada, el mayor sintió un leve cosquilleo que le fue agradable, siguió con sus embestidas aumentando su ritmo, cuatro o quizás seis embestidas y Yunho encontró su orgasmo.

—Te amo, Yunho— Murmuró cuando lo acomodó en su pecho.

—Yo también, te amo osito— Beso su frente— Ya hay que darle un hermanito a Gyunnie.

—Callate, tú no eres quien lo carga— Yunho sonrió y siguió acariciando los cabellos del castaño.

















Por si se preguntan porque otra vez está canción, bueno estaba pensando en alguna canción para hacerla en historia tanto para esta y para la que voy a hacer del Seongsang, pero no encuentro una canción para iniciar ಥ‿ಥ, y en mi mente comenzo a creerse está historia, y pues dije: vamos a arreglarla.

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