𝗩𝘂𝗲𝗹𝘁𝗮 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗷𝘂𝗲𝗴𝗼

Lu salió corriendo y se acercó a los chicos, quienes acaban de llegar.

—No te preocupes, llegas justo a tiempo —le aseguró Lu al ver la preocupación en la cara de Brian.

—Vas a ser un gran padre, Brian —le aseguró Dom.

—¿Por qué estás tan seguro? —le preguntó el nombrado.

—Porque nosotros estaremos aquí para patearte el trasero si no lo eres —le explicó Dom mientras rodeaba los hombros de Lu con un brazo, haciendo sonreír a ambos.

—Vosotros también lo sois, y sé que conseguiréis tener a Grace de vuelta —les dijo antes de que Lu le dedicase una sonrisa.

—Márchate de una vez. Mia te espera —le ordenó Lu y Brian sonrió antes de seguir a un par de monjas al sanatorio.

—¡Brian! Recuerda, el momento en el que cruces esa puerta, todo cambia —le recordó Dom—. Nuestra antigua vida está acabada.

Brian se limitó a asentir con la cabeza antes de entrar al edificio.

—Ojalá hubiera estado contigo cuando Grace nació —dijo Dom, haciendo que Lu se girase hacia él, quedando frente a él.

—Estuvo Letty, y también estuvo tu hermana. Tú estás ahora, y estás dispuesto a luchar por una niña a la que no conoces, Dom, eso es lo que importa —le aseguró Lu antes de darle un beso en la mejilla.

Ambos se abrazaron mientras esperaban a conocer a su sobrino, pero se separaron cuando Dom habló.

—¿Vas a quitarte por fin el pelo azul? —le preguntó él, haciendo reír a Lu.

—No, me gusta el azul —le respondió ella, haciendo que Dom negase con la cabeza.

—Tienes suerte de que te quiera —le dijo él antes de intentar besarla, pero ella se apartó.

—No, tienes suerte de que yo te quiera o habría dejado que Braga te matase el segundo en el que apareciste de nuevo en Los Ángeles —le aseguró Lucía, haciendo reír a Dom.

—Lo que tú digas, Lucía Toretto —le dijo, haciendo que Lucía frunciera la nariz.

—Todavía se me hace raro que me llames así. Además, el primer apellido demuestra hija es Ortiz —le informó Lu.

—Eso no la hace menos Toretto —le aseguró Dom, haciendo sonreír a Lu antes de que lo besara.

Todo parecía ir bien en el matrimonio de los Toretto, pero no todo podía ser color de rosa.

Lu se levantó de la cama tras darle un beso en la mejilla a Dom y se puso una de las camisetas del mayor antes de salir de casa y sentarse en la terraza con una taza de café.

Casi parecía que jamás hubieran sido criminales.

Lucía le dio un sorbo a su café antes de ver a Luke Hobbs subiendo las escaleras de su casa.

—¿Cómo está mi hija? —le preguntó Lucía de lo más tranquila, disfrutando de las vistas de la costa de España.

—Cada día más similar a ti —le informó antes de detenerse frente a Lucía—. No ha sido tan complicado encontrarte, Lucía —le aseguró él.

—No me estaba escondiendo —le informó ella con una sonrisa antes de darle un trago a su café.

—¿Cómo es la vida de un criminal a nivel internacional retirado? —le preguntó Hobbs sentándose frente a ella.

—Me gusta, es silencioso. Buen tiempo y sin extradición —dijo Lucía con una sonrisa en la cara—. ¿Qué haces aquí, poli? Porque no creo que hayas venido hasta aquí para decirme que mi hija se parece más a mí cada día.

—El pasado martes un grupo de convictos acabaron con un grupo entero de militares en Rusia —le informó Hobbs.

—No nos gustan las bajas temperaturas —le informó Lu antes de darle un último sorbo a su café.

—Sé que no fuisteis vosotros. Pero vais a ayudarme a atrapar al responsable —le dejó saber Hobbs antes de que escucharan una risa burlona a sus espaldas.

—¿Por qué crees que vamos a ayudarte? —le preguntó Dom apoyándose en el marco de la puerta.

—Porque sé que tu mujer va a rogarme que os deje ayudarme —informó antes de dejar una carpeta sobre la mesa—. Fueron sacadas hace una semana. Te veo fuera.

Lucía miró el sobre unos segundos antes de abrirlo y sacar su contenido. En cuanto Lucía vio las fotos, su corazón se encogió al instante.

Su respiración se aceleró y sus ojos se llenaron de lágrimas mientras pasaba las fotos.

—Lucía, ¿qué pasa? —le preguntó Dom preocupado.

—Es mi hermana —susurró ella intentando contener las lágrimas, así que Dom se acercó a ella.

—Lu, es imposible —le informó él.

—Dom, si hay una posibilidad, da igual como de pequeña sea, de que mi hermana esté viva, tengo que ir. Necesito saber si está viva —dijo, haciendo énfasis en la palabra “necesito”.

Dom la atrajo a él y la abrazó durante unos segundos antes de hablar.

—Entonces, vamos —le aseguró él en un susurro, haciendo sonreír a Lu.

—Gracias —susurró ella de vuelta mientras se aferraba con todas sus fuerzas al pensamiento de que su hermana podría estar viva.

Tras unos segundos, ambos se separaron y Lu bajó las escaleras para encontrarse con Hobbs, quién la esperaba frente a su coche.

—Necesito toda la información que tengas, y no pienso trabajar con un equipo de policías de nuevo —le avisó Lu de antemano.

—No es un equipo de policías con el que vas a trabjar. Necesito tu ayuda, Lu y para eso necesito a tu equipo —le aclaró Hobbs.

—No... —empezó a decir Lu, pero él le interrumpió.

—No digas que no es tu equipo. Esa gente te respeta tanto como a Dom, y yo también —le confesó Hobbs, pero Lu no cambió su expresión.

—Si te ayudo, Luke, cuando todo esto acabe, quiero a mi hija de vuelta —le dejó claro Lu.

—Si me ayudas y acabamos con ese cabrón, Lucía, yo mismo la llevaré a tu casa —le aseguró él.

Lucía no tardó demasiado en empezar a llamar a los miembros del equipo y ninguno dudó en estar ahí para la latina.

Pero había una persona con la que Lucía tenía que hablar en persona, no iba a hablarlo por teléfono con él, así que, cuando Lu aparcó su coche frente a la casa de Brian y Mia, ambos sonrieron mientras Brian movía la mano de su hijo a modo de saludo.

—Hola, Jack —le saludó ella con una sonrisa.

—¿Qué hay, tía Lu? —preguntó Brian con una voz muy aguda, fingiendo ser su hijo—. ¿Estás emocionado de verla? —le preguntó esa vez a su hijo con voz normal.

—¿Ya estás obligando al niño a entrar en este mundo? —le preguntó Lu divertida mientras se arrodillaba junto a los tres.

—Yo no le he obligado a nada, él ha elegido ese coche —le aseguró Brian.

—Sabemos que él es un O'Conner, pero el tío Dom me ha dado algo para ti, Jack —le dijo ella antes de darle una réplica en miniatura del coche de Dom.

El niño intentó agarrarlo, pero Brian se lo apartó ligeramente.

—También es un Toretto —añadió Lu divertida.

—No lo sé, señora Toretto —dijo Brian de la misma manera.

—Por suerte tiene un par de años más para decidir, ¿verdad? —preguntó Mia.

—Creo que ya lo ha decidido, Mia —le dijo Lu divertida al ver al pequeño Jack jugando con su nuevo jueguete.

—Creo que es hora de su siesta —informó Mia cogiendo al niño en brazos.

—Enseguida te veo —le avisó Lu, haciendo que Mia asintiera con la cabeza—. Necesito hablar contigo, Brian —le dijo Lu en cuanto Mia entró a la casa.

Brian notó la seriedad en la voz de Lu, así que se levantó del suelo y la dirigió a una zona del jardín donde pudieron sentarse con unas cervezas.

—¿Qué pasa, Lu? —le preguntó Brian realmente preocupado.

—Sacaron esas fotos hace una semana —le informó ella dándole el mismo sobre que Luke le había dado esa mañana.

—Servicio de seguridad diplomática —leyó Brian del sobre antes de abrirlo y sacar las fotos—. Hobbs —dedujo antes de mirarlas—. ¿Sabes? Yo solía hacer esta mierda cuando era policía todo el tiempo. Es exactamente lo que hace la poli, juegan con tu cabeza —le informó molesto antes de dejar las fotos en la mesa y quedarse en silencio durante unos segundos, intentando encontrar las palabras correctas—. Tu hermana está muerta, Lu —dijo, sabiendo que ser franco era la única manera en la que Lu escucharía.

—Pero, ¿y si no lo está? Necesito saberlo Brian. Necesito saberlo al cien por cien, porque no podría vivir sabiendo que hay una posibilidad de que Letty éste ahí fuera, viva, y que no haya hecho nada para saber si es verdad —le dijo Lucía.

—Entonces, voy contigo —le aseguró Brian.

—Dijiste que ibas a dejar esta vida atrás —le recordó Lu.

—Los dos lo dijimos, pero eres mi mejor amiga, mi hermana, mi familia, y no pienso dejarte sola en esto —le dejó claro Brian.

—Tiene razón —lo apoyó Mia mientras se posicionaba a su lado—. Somos familia. Tenemos un problema, lo solucionamos juntos. Además, me sentiría más segura sabiendo que Brian va con vosotros. Cuidando los unos de los otros. Los tres sois más fuertes juntos —le aseguró Mia—. Siempre lo habéis sido. Así que ir a por Letty. Traerla a casa —les pidió ella.

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