𝗢𝘄𝗲𝗻 𝗦𝗵𝗮𝘄
—¡Gracias a Dios! —exclamó Tej al ver todo el material tecnológico que podría utilizar—. Por fin un material con el que puedo trabajar, mejor que esa basura en Río.
—Mucho mejor —coincidió Gisele al ver el arsenal de armas en una de las mesas.
—¿Alguien ha escuchado de Tego o Santos? —les preguntó Brian mientras Hobbs y su nueva compañera entraban en la sala.
—La última vez que alguien les vio estaban arrasando en los casinos de Monte Carlo —le avisó Han.
—Creí que Río era nuestro último trabajo, Brian —le dijo Roman algo confuso—. ¿Y quién está pagando por todo este equipo? ¿La policía? ¿Osea que ahora trabajamos para Hulk? ¿Eso es lo que hacemos? —preguntó mientras Hobbs se acercaba al grupo—. ¿Por qué huelo aceite de bebé?
—Si sigues abriendo esa boca, vas a oler un pateo de trasero —le dijo Hobbs mientras aparecía en su campo de visión.
—Muy bien, Hobbs. Tienes el mejor grupo en el mundo frente a ti. Dales una razón para quedarse —le dijo Dom mientras se acercaba al grupo, dejando a Lu atrás, quién miraba por la ventana sin poder creer que pudiera estar en la misma ciudad que su hermana mayor.
—Estamos hablando de Owen Shaw, antiguo soldado. Trabajó en Cabo y Vocera con la división de movilidad del Reino Unido —les informó Hobbs.
—Joder, esa división de movilidad es la hostia —dijo Tej mientras dejaba de lado los ordenadores—. Estamos hablando de nivel de guerra. El mejor en el mundo.
—Durante años, han estado haciendo trabajos por Europa, pero su último trabajo les ha llevado a otro nivel. Tres objetivos, muy específicos —dijo antes de empezar a hablar de ellos, pero se detuvo al ver a Roman hablando con Tej.
—¿Eres millonario y aún pides dinero? Es increíble —le dijo Tej antes de darle unas monedas.
—¿Cómo crees que sigues siendo millonario? —le preguntó Roman antes de separarse del grupo.
—¿Así que, qué significa todo esto? —le preguntó Brian.
—Nuestra mejor teoría es que el grupo de Shaw está creando un arma —les informó Hobbs.
—¿La cuál es? —le preguntó Gisele.
—Una bomba tecnológica —dijo la compañera de Hobbs, Riley—. Capaz de bloquear las comunicaciones de todo un ejército militar por veinticuatro horas.
—Ciega a un militar durante un solo segundo en mitad de una pelea, y muere —les explicó Hobbs—. Ciega a una ciudad durante veinticuatro horas, y las pérdidas de vidas será nuestro último problema. Esto podría costar billones al comprador correcto.
—¿Billones? —preguntó Tej sorprendido—. ¿Por qué no traficamos nosotros con esa mierda?
—Ey, ¿cuál de estas cosas es un dólar? —le preguntó Roman a Tej señalando las monedas que le había dado, haciendo que éste rodara los ojos.
Hobbs simplemente disparó a la máquina, rompiendo el cristal, para que Roman dejase de interrumpir.
—Invita la casa —dijo él antes de girarse hacia el grupo—. Quiero que me ayudeis a capturar a Shaw. Solo le hace falta una última pieza y mi intención es detenerlo antes de que la consiga. Ahora, sé que vosotros sois una familia. Así que, ahora mismo, os estoy ofreciendo una oportunidad para completar esa familia de nuevo —les dijo Hobbs antes de dejar las fotos de Letty sobre la mesa.
Todos las miraron con confusión antes de dirigir su mirada a Lu, quién seguía mirando por la ventana del edificio con la mirada perdida.
—¿Quieres completar esta familia de nuevo? —le preguntó Brian—. Llévanos a Letty, te entregaremos a Shaw y limpias nuestros nombres.
—No puedo prometeros eso —le dijo Hobbs y, por primera vez, Lucía habló.
—Sí que puedes. Y ese es el trato. Acéptalo o nos vamos —le dijo ella antes de caminar hasta su familia y detenerse entre Dom y Brian.
—Me conseguís a Shaw y os conseguiré vuestra libertad —les dijo Hobbs.
—Lo habéis oído, pero esto es diferente. No estamos trabajando contra policías, no estamos trabajando contra traficantes de drogas. Es un nivel completamente diferente —les informó Brian.
—Sé que no me debéis nada. Pero estamos hablando de mi hermana, la cual dio su vida por mí. Así que, por favor, os pido que hagáis esto conmigo. Os necesito —les pidió Lu.
—Ey, somos familia, ¿verdad? —le recordó Gisele.
—Y la familia se ayuda. Siempre —añadió Han, haciendo que Lu sonriera agradecida.
—La Interpol ha atrapado a uno de los hombres de Shaw en Moscú. Entré y tuve una pequeña sesión de terapia con él —les explicó Hobbs mientras Dom, Brian, Gisele y Lu observaban con él un montón de policías preparar al hombre de Shaw para tenderle una emboscada.
—¿Entonces, por qué no estamos ahí abajo con ellos? —le preguntó Gisele.
—No fuimos invitados —le respondió él.
—Hobbs, lo van a mandar como topo. Lleva un micrófono, será mío antes de que pueda entrar —le avisó Tej, quién estaba con su ordenador algo separado del grupo.
Los chicos esperaron varios minutos a que Tej les informara de algo mientras veían a la policía apuntando al edificio con sus armas.
—Chicos, es él, van a entrar —informó antes de que la policía empezase a moverse hacia el edificio.
—¿Estás bien? —le preguntó Brian a Lu en voz baja.
—Estoy intentando contenerme para no bajar y matar a ese hijo de puta con mis propias manos —le respondió Lu de igual manera antes de ser interrumpida por Tej.
—Esperad, esperad. Los escáneres policíales dicen que todos los que entran son agentes de la Interpol —les informó él.
—Mierda, nos ha traído aquí para así poder hacer caer a la Interpol —les dijo Brian—. Todo esto es una trampa.
—Brian, llévate al grupo —le ordenó Lucía.
—¿Qué hay de ti? —le preguntó preocupado.
—Hobbs quiere a Shaw, y Shaw me llevará a mí hermana —le respondió ella, así que Brian asintió con la cabeza y salió de allí junto al resto del equipo.
—¿Qué hago yo, jefa? —le preguntó Dom.
—¿Crees que soy tan idiota como para pensar que te quedarías al margen? Tú vienes conmigo —le informó Lu antes de volver a acercarse al borde del edificio y esperar a que Shaw saliera de allí.
—Vamos, hijo de puta —susurró Hobbs colocándose junto a la latina—. Tengo que admitirlo, cada vez que abres la boca, me sorprendes aún más —admitió Hobbs, haciendo sonreír a Lu.
—Aún no has visto nada —le aseguró ella antes de ver a Shaw salir del edificio mientras éste volaba por los aires.
Ninguno de los tres tardó demasiado en dirigirse a su vehículo y conducir hasta llegar a Shaw. Los tres vehículos empezaron a perseguirlo, quedando frente a los coches de policía, los cuales estaban siguiendo el coche de Shaw.
—Lucía, ve todo recto, no lo pierdas —le dijo Hobbs por el walkie.
—Eso no va a pasar —le aseguró ella mientras aceleraba para acercarse al coche del hombre.
Antes de que pudieran darse cuenta, Shaw estaba volcando coches de policía, por lo que Dom y Lu tuvieron que hacer varias maniobras para esquivarlos y que no les golpearan, mientras que Hobbs simplemente los golpeaba con su furgoneta blindada.
Tras unos minutos de persecución, Brian, Dom y Hobbs se juntaron en una rotonda, ya que el grupo entero de Shaw se encontró allí.
—Chicos, Tej y Roman están fuera. ¿Dónde estáis? —les preguntó Brian por el walkie.
—Estamos justo detrás de ti —le informó Dom antes de que todos entrasen a un túnel, donde la cosa se complicó, ya que tuvieron que empezar a esquivar coches.
—Shaw acaba de girar a la izquierda. Es tuyo, Lucía —le avisó Hobbs, así que, sin esperar más, Lucía se desvió a un carril izquierdo, seguida por Hobbs.
Tras unos segundos, los tres vehículos salieron del túnel, pero, por mucho que Shaw intentase despistar a Lu, no lo conseguía. Lu estaba determinada a atrapar a ese cabrón.
—No te vas a deshacer de mí tan fácilmente, hijo de puta —murmuró Lu mientras aceleraba.
Pero, nada más terminar de decirlo, un coche la golpeó del costado. No tuvo que ver al conductor del coche para saber quién era, ya que su propia hermana le había enseñado aquel truco.
—Ya era hora, Leticia —susurró antes de empezar a seguir su coche.
En cuanto estuvo lo suficientemente cerca de ella, Lu golpeó el culo del coche, deviándolo, por ende, Letty tuvo que frenar el coche.
Ambas salieron de sus vehículos, pero ninguna dijo nada. Simplemente se miraron la una a la otra, Lu con nostalgia y Letty con confusión.
Por alguna razón, sentía que debía conocer a esa chica frente a ella, pero Letty no conseguía recordar por qué. Se le hizo aún más claro cuando vio el mismo tatuaje que ella tenía en el antebrazo en el antebrazo de la menor, pero seguía sin saber por qué la conocía.
—Estás viva —susurró Lu mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
Tras unos segundos en los que las hermanas se miraron con confusión y tristeza, Dom detuvo su coche junto al de Lu y, cuando salió, intentó acercarse a Letty.
—¡Dom, no! —le gritó Lu, pero era tarde, Letty ya había disparado la pistola.
Por la mirada de su hermana, Lu se había dado cuenta desde un principio que algo no iba bien. Su mirada ya no era cálida y acogedora, sino fría y distante.
De alguna manera, Lu sabía que esa no era la Letty de la que se había despedido años atrás.
Aún algo confundida por sus sentimientos mezclados, Letty se subió al coche y salió de allí mientras Lu corría hacia Dom, completamente preocupada.
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