𝗡𝗮𝗱𝗮

Todos estaban en el taller de Toretto trabajando antes de que vieran un coche destrozado siendo movido por un remolque.

—¿Qué coño es eso? —preguntó Lu mientras todos se acercaban al remolque.

—¿Qué traes aquí? —le preguntó Dom a Brian cuando el rubio se bajó del vehículo.

—Este es el coche de Lu —dijo Brian y todos le miraron esperando que fuera una broma.

—¿El coche de Lu? —le preguntó Dom divertido.

—Dijimos un coche de diez segundos, no de diez minutos —le dijo ella mientras Jesse se acercaba al coche.

—Podrías empujar esto hasta la línea de meta, o remolcarlo —dijo Jesse, haciendo reír al grupo.

—No podrías ni siquiera remolcarlo hasta la línea de meta —dijo Dom y Brian miró a la pequeña.

—No tenéis fe —le dijo y ella sonrió divertida ante la situación.

—Tenemos fe en ti, pero esto no es una chatarrería —le dijo ella.

—Esto es un taller —le dijo Dom.

—Abre el capó —le ordenó Brian a Jesse.

—¿Abre el capó? —repitió Dom divertido.

—Abre el capó —le dijo seguro y Lu fue hasta la parte delantera del coche y abrió el capó.

—No jodas, dos motores JZ —dijo sorprendida, y eso fue suficiente para que metieran el coche en el taller.

—¿Qué os había dicho? —les preguntó el rubio orgulloso de haberlos impresionado.

—Nos recractamos de todos nuestros comentarios —admitió Dom.

—¿Sabéis qué? Este coche destrozará cualquier otro si nos gastamos 15 mil o más, y tenemos que pedir partes de Japón —les dijo Jesse.

—Lo cobraremos a mi cuenta con Harry —le dijo Dom, haciendo sonreír al resto—. Tengo que volver a hacerte correr para que pueda sacar dinero contigo —le dijo a Brian y él miró a Lu.

—Hay un show en el desierto llamado guerras de carreras, lo harás allí —le dijo ella.

—Te diré una cosa, cuando no estés trabajando con Harry, trabajarás aquí. Si no puedes encontrar aquí las herramientas adecuadas, míster Arizona, no perteneces cerca de un coche —le dijo Dom antes de rodear los hombros de Lu con su brazo y alejarse.

En ese momento, fue en el que Brian supo, que ya se había ganado a Dominic Toretto.

—¿Puedo preguntar cómo alguien como tú acaba con alguien como Lu? —le preguntó Brian a Dom mientras preparaban la barbacoa para la comida.

Él se quedó en silencio unos segundos debatiendo internamente si hablar de ello con Brian o no.

—La conozco desde que nació, y siempre supe que ella no era como nosotros —dijo mientras veía a Lu jugar al baloncesto con Jesse y León—. Ella no era de nuestro mundo, pero siempre admiró a Letty por ser la reina en un mundo lleno de hombres, así que a los doce años empezó a ayudarnos en el taller, a los trece empezó a conducir, y a los quince empezó a participar en las carreras.

—Parece que Letty es muy protectora con su hermana. ¿No le molestó que saliese con alguien tan mayor? —le preguntó Brian mientras veía a Lu reírse como una niña pequeña de Jesse, quién había recibido un balonazo en la cara por parte de León.

—Al principio no le gustó la idea, pero ella solo quiere que Lu sea feliz —le dijo, y pudo ver la mueca que puso Brian—. Mira, sé que no soy el mejor novio, pero la quiero, y haría lo que fuera para protegerla.

—¿Se lo has dicho alguna vez? —le preguntó el rubio y Dom le miró confuso, sin saber por qué eso era importante—. Dom, Lucía es una adolescente y, el único concepto de amor que tienen los adolescentes, es el que enseñan en las películas. Llámame loco, pero creo que a ella le gustaría escucharte decir eso. Ni siquiera te he escuchado referirte a ella como a tu novia desde que te conozco.

Ambos miraron a la adolescente corriendo de un lado al otro del patio antes de saltar y meter la pelota en la canasta.

Tanto Jesse, como León fueron a chocarle los cinco a la menor antes de que ella se girara hacia Dom.

—¿Lo has visto? —le preguntó Lu emocionada.

—Esa es mi chica —dijo él con una sonrisa.

En ese momento, Dom se dio cuenta de que Brian tenía razón. Se había referido a si mismo como a su novio, pero él jamás se había referido a ella como a su novia, sino como a su chica.

Los chicos escucharon un coche llegar y Vince aparcó frente a la casa de los Toretto, pero, en cuanto vio al rubio allí, su actitud cambió notoriamente.

Letty se acercó a su hermana y le dio un beso en la cabeza mientras veían a Vince asesinar a Brian con la mirada.

—Me marcho de aquí —dijo Vince dejando la bolsa que traía en el suelo.

—Venga ya, Vince —se quejó León antes de que Vince empezara a caminar hacia su coche.

—¡Vince, ven aquí y échanos una mano! —le gritó Dom junto a la barbacoa.

—Parece que ya tienes toda la ayuda que necesitas, hermano —le gritó Vince de vuelta antes de entrar en su coche y marcharse.

Letty se unió a la partida de baloncesto y ambas acabaron ganando a los chicos por varios puntos.

—¡Mia, el pollo está seco! —le gritó su hermano mientras ella salía de la casa.

—Ya estoy saliendo —dijo la morena con un bol y la salsa para el pollo en las manos.

Jesse y Brian salieron con ella, sacando ensalada y botellines de cerveza.

—¿Has traído el refresco para Lu? —le preguntó Letty y Brian levantó la lata, haciendo sonreír a la pelinegra.

Lu le lanzó la pelota a León, dándole en la cara, antes de ir hacia la mesa, cosa que hizo reír a todo el mundo.

Una vez estuvo hecha la carne, todos se sentaron en la mesa, Lu sobre el regazo de su novio y, cuando Jesse mordió el pollo, Dom lo detuvo.

—Espera, cómo tú has sido el primero en comer el pollo, tú bendices la mesa —le dijo antes de que todos juntasen sus manos entre ellas para bendecir la mesa.

—Querido celestial... —empezó a decir Jesse, haciendo sonreír a todos divertidos.

—Espíritu —le ayudó León al ver que no conseguía continuar la frase.

—Espíritu, gracias. Gracias por otorgarnos un sistema de inyección directa de óxido nitroso, cuatro intercoolers, turbos de rodamiento y muelles de válvulas de titanio —dijo Jesse mientras todos sonreían divertidos, menos Mia, quién estaba mirando a Brian embobada—. Gracias.

—¡Amén! —dijeron todos al unísono antes de aplaudir.

—No está mal —le dijo Dom a Jesse con una sonrisa.

—Rezando a los dioses del motor, tío —le dijo Letty divertida antes de empezar a servirse.

Todos empezaron a comer, pero se detuvieron al ver a Vince acercarse a la mesa.

—Mirad quién es —les llamó la atención León—. Un viejo coyote, pensaba que no tenías hambre, calabaza —se rió de él León.

—Tengo que comer —se defendió Vince.

—Siempre tiene hambre —dijo Lu, ganándose una sonrisa por parte de Vince.

—Venga, siéntate —le dijo Dom y Vince le dio un beso en la cabeza antes de ir hacia León.

—¿Qué tal, Mia? —le preguntó antes de sentarse, pero ella le ignoró.

Nada más sentarse, Vince agarró la cerveza de Brian y le dio un gran trago sin tocar la boquilla. Todos miraron la acción sin saber cómo reaccionaría el rubio, pero, nada más la botella tocó la mesa, Brian le dio un trago a la cerveza.

—Coge algo de carne —le dijo Lu, tranquilizando un poco el ambiente.

Todos volvieron a comer como si nada y Dom, a sorpresa de todos, Dom le dio un beso en la mejilla a Lu.

—Oh, chicos, que tiernos —se rió León de ellos, ganándose un golpe en el brazo por parte de Letty.

—Déjalos en paz —le dijo ella y León rodó los ojos.

A veces Letty era demasiado sobreprotectora con Lu, y eso acababa cansado a los chicos.

Esa noche, después de haber cenado, Mia y Lu estaban lavando los platos, cosa que solían hacer a menudo.

—Oye, ¿tú de verdad crees que le gusto a Brian? —le preguntó Mia en voz baja, pillando a la adolescente desprevenida.

—¿Tú estás ciega? —le preguntó Lu divertida—. Pero si se le cae la baba cada vez que te ve.

Mia sonrió antes de sonrojarse y girarase hacia Lu, dejando de lavar los platos.

—¿Es así como te sientes cuando estás con Dom? —le preguntó Mia con esa sonrisa tonta en la cara, y Lu dejó el trapo con el que estaba secando los platos.

—Así, ¿cómo? —le preguntó Lu con una mezcla de confusión y diversión.

—Como que quieres estar con él para siempre —dijo Mia algo avergonzada y Lu sonrió antes de apartar la mirada.

—Yo hace años que acepté que iba a estar con tu hermano hasta el día en el que alguno de los dos muera —le dijo, sin saber que el resto del grupo lo estaba escuchando todo desde la habitación de al lado.

Antes de que alguna de las dos pudiera decir alguna otra cosa, Brian entró a la cocina antes de agarrar el trapo que Lu había estado usando segundos antes.

—¿Por qué no vas a ver la película? Ayudo yo a Mia —le dijo y ella le miró algo confusa antes de asentir y salir de la cocina.

Al hacerlo, vio a todos con una sonrisa tierna, pero divertida a la vez en las caras, y ella les miró confusa.

—¿Pasa algo? —les preguntó Lu y todos empezaron a negar con la cabeza.

—No, nada —le dijo León apartando la mirada.

—Que va —añadió Vince.

—¿Por qué no te sientas? —le preguntó Letty y, aún algo confusa, Lu se acercó a Dom.

Cuando estaba apunto de sentarse en el suelo, entre las piernas de Dom, él la agarró por la cadera y la sentó sobre su regazo, confundiendo aún más a la adolescente.

Dom la rodeó con sus brazos antes de darle un beso en el hombro y ella le miró extrañada, ya que parecía más contento y cariñoso que de costumbre.

—¿Seguro que estás bien? —le susurró ella para no molestar al resto.

—Todo está bien —le dijo él y ella, con el ceño fruncido y sin saber que pasaba, apoyó su espalda contra el pecho de Dom y se puso a ver la película.

—Voy a hacer palomitas —informó Vince antes de levantarse y marcharse a la cocina, cosa que tuvo a Lu atenta.

Tras unos minutos, Vince entró a la habitación dando un golpe en la puerta, llamado la atención de todos.

—No hay palomitas —se quejó León fingiendo tristeza.

—¡Hazte tú tus malditas palomitas! —gritó Vince furioso antes de salir de la casa.

Mia se asomó por la puerta y Lu la miró confusa.

—¿Qué ha pasado? —le preguntó Lu.

—Nada —dijo ella antes de volver a la cocina.

¿Esa era la única respuesta que iba a recibir ese día?

¿Nada?

Lu negó con la cabeza antes de que Dom empezase a acariciar uno de sus brazos, haciendo que se relajara instantáneamente y volviera a acomodarse sobre él.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top