𝗛𝗲𝗿𝗺𝗮𝗻𝗮𝘀
Mi madre me ha dejado su teléfono, así que aquí vamos.
—Esto es una locura. No estamos en Brazil —dijo Roman frustrado—. ¿Ahora tenemos coches volando por el aire? ¿Al estilo 007? ¡Ésto no es lo que hacemos! —se quejó.
—Tío, de verdad, tienes que hacerte mirar ese sentimentalismo —le dijo Tej—. Tu voz acaba de pasar de Shaggy a Scooby Doo. Esto no es lo que whoo whoo —dijo imitando a un perro, haciendo reír a Gisele y a Han.
—Cuando una mujer empieza a dispararte, es un claro aviso para salir corriendo sin mirar atrás —le dijo Roman perdiendo los nervios—. Tenemos que salir de aquí ya. Esa podría haber sido mi frente —se quejó Roman mirando su coche, completamente destrozado.
—No. Eso no es tan grande como tu frente —le aseguró Tej antes de alejarse de él, dejando a Roman completamente serio.
Más adelante, estaba Lu, quién acariciaba su tatuaje mientras observaba su colgante, el cual había dejado en la mesa.
Su hermana estaba viva.
Puede que no la recordase, pero al menos podía tener esperanza. Saber que, algún día, podría abrazarla de nuevo.
—Lucía —la llamó Dom, así que ésta caminó hacia él para ayudarle a extraer la bala que tenía en el hombro.
—¿Por qué tuviste que venir? Lo tenía controlado —le echó Lu en cara algo molesta antes de introducir las pinzas en la herida y sacar la bala.
Dom no se quejó, sino que se limitó a mirar una de las paredes de la sala mientras dejaba que Lu se desahogara.
—¿Es definitivo que os vio? —les preguntó Brian mientras se acercaba a la pareja.
—Se me quedó mirando, Brian, pero no sabía quien era y, honestamente, yo tampoco reconocí a la mujer que tenía delante —le informó Lucía mientras desinfectaba la herida de Dom.
—A lo mejor la Letty que conocíamos ya no está, chicos —les dijo Brian agarrando la mano de Lu—. Aunque esté viva, puede que ya no esté.
—No le das la espalda a la familia, ni siquiera cuando ellos lo hacen —le dijo Dom.
Por otro lado, Letty detuvo su coche en el escondite que utilizaba el grupo de Shaw. En cuanto llegó, se acercó al grupo, ya que habían llegado antes que ella y se habían puesto a trabajar.
—¿Estás bien? —le preguntó Shaw preocupado.
—Sí —le respondió ella mientras caminaba hacia él.
—Vale, escuchadme —llamó así Shaw la atención de todos—. Esa ha sido una operación muy distinta a las anteriores. Tenemos que saber quienes son estas personas. De qué están hechas —les dijo antes de que una de las chicas le diera una carpeta con la información del grupo.
—O'Conner, Parker, Pearce, Toretto, Ortiz y el resto del grupo —informó la mujer, pero todos centraron su atención en el apellido Ortiz.
—¿Ortiz? ¿Lucía Ortiz? —le preguntó Shaw algo descolocado.
—¿La conoces? —le preguntó uno de los miembros del grupo.
—Solía ser la chica de Braga, una piloto extraordinaria. Jamás encontró una piloto tan inteligente y rápida como ella —les explicó Shaw—. Es madre de una niña pequeña. Grace Ortiz Toretto. Ella era la única razón por la que trabajaba para Braga, el FBI le prometió la custodia completa si lo atrapaba —les informó antes de darle una foto a Letty en la que salía con su hermana—. Te presento a tu hermana pequeña, toda una asesina.
El momento en el que vio la foto, entendió porque aquella chica la miró de esa manera en la carretera. Porque su voz se rompió cuando dijo que estaba viva. Porque una felicidad absoluta invadió su cara nada más verla.
—Todos ellos son criminales comunes —informó uno de los miembros mientras leía los expedientes.
—Estos criminales comunes han estado a segundos de matarnos esta noche —les dijo Shaw mientras Letty miraba la foto con nostalgia.
Aunque no pudiera recordarla, ver aquella foto la hacía sentir de una manera que no podía expresar. ¿Tal vez la palabra que buscaba era... hogar? ¿Aquella foto la hacía sentir en casa?
—Parecías feliz —dijo uno de ellos al ver a Letty mirando la foto.
—No la recuerdo —se defendió Letty dejando la foto sobre la mesa.
—Eso es basura. Tenemos un problema, chicos. Tenemos una foto de ella con la mujer que casi te mata esta noche. Con la mujer que mató a Fenix y que mandó a Braga a la cárcel —dijo uno de los hombres mirando a Letty con rabia.
—Klaus... ¿Eres del equipo músculo? No me hagas ir ahí y hacerte del equipo cobarde —le advirtió Leticia.
—No la recuerda —la defendió Shaw—. Nombres y expedientes no son suficientes. Quiero información personal, cosas sobre sus vidas... —intentó decir, pero fue interrumpido por el motor de un coche acercándose al lugar.
Unos segundos después, el coche se detuvo y todos pudieron ver a Lucía Toretto caminando hacia ellos.
—Tengo que decirlo, Leticia. ¿Disparar a tu mejor amigo? ¿A tu cuñado? Eso sí que no me lo esperaba —le aseguró ella mientras todos la miraban con cautela, esperando el momento exacto para atacar.
La mencionada se quedó mirando a Lucía sin saber qué decir, completamente absorta en la idea de que esa chica de enfrente era su hermana menor.
—No te preocupes, no voy a tardar demasiado en marcharme, solo quería recordarte una cosa. Me da igual que no me recuerdes, Letty. Me da igual que me dispares a mí o a nuestra familia, pero no voy a rendirme hasta que vuelvas a casa. Conmigo, con Mia y con tus sobrinos —le dijo Lu mientras intentaba que sus ojos no se llenasen de lágrimas—. Porque, aunque tú no recuerdes nada, yo lo recuerdo todo. Cada discusión, cada carrera, cada abrazo y cada "te quiero". Y no pienso parar hasta que tú también lo hagas —le prometió Lucía antes de mirar a Shaw durante unos segundos—. Que empiece la guerra, hijo de puta —le dijo Lu con asco antes de salir de allí.
En cuanto Lu estuvo fuera de su campo de visión, Letty tragó saliva con dificultad, sintiendo una presión en el pecho desconocida para ella.
Lu, en cambio, empezó a conducir mientras sentía sus ojos llenarse de lágrimas y un fuerte dolor instalarse en su pecho. Antes de que pudiera darse cuenta, Lu había detenido su coche y había empezado a sollozar mientras apoyaba la cabeza en el volante.
Por mucho que intentase ser fuerte, perder a su hermana había sido lo más duro que Lu jamás había tenido que vivir y tener que perderla otra vez porque no la recordaba, la estaba matando por dentro.
Lucía no quería que el resto del grupo supiera por lo que estaba pasando, ya que no quería parecer débil frente a ellos. Suficiente tenía con que solo la vieran como la novia/mujer de Toretto –o eso creía ella– como para que encima la vieran llorando.
Alguien abrió la puerta y entró en el coche antes de sentarse en el asiento del copiloto. Cuando Lucía levantó la mirada, ésta vio a Luke Hobbs sentado junto a ella y se limpió las lágrimas antes de que ambos se quedaran en silencio.
—No debes avergonzarte por echar de menos a tu hermana. Ninguno de los miembros de tu equipo sabe por lo que estás pasando, Lucía. No pueden ni imaginarse lo que es tener que perder a un hermano dos veces, pero tú estás aquí. Luchando por ella aunque no te recuerde, y eso es lo que demuestra lo fuerte que eres, no cuántas lágrimas dejes caer frente a otros —dijo Hobbs mientras Lu le miraba con los ojos cristalizados.
Ella se inclinó y apoyó la cabeza sobre su hombro mientras suspiraba, intentando tranquilizarse.
—Gracias —susurró ella realmente agradecida.
Nota de la autora:
De verdad que siento no haber podido actualizar antes. A mí me jode tanto como a vosotros, ya que odio no poder escribir en muchos días.
Intentaré encontrar mi otro teléfono lo antes posible para poder escribir más seguido.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top