𝗏𝗂𝗂𝗂.

𝖤𝗌𝗍𝗂𝗋𝗂𝖺

HABIA MOMENTOS EN DONDE la mala suerte te sonreía y hacia que todo en la vida te fuera mal y así fue para la castaña, había escuchado atentamente la conversación de la brasileña y el neerlandés y estaba aliviada por el simple hecho de que max le había otorgado su lugar como su pareja, a pesar de su desacuerdo.

Mentiría al decir que no estaba feliz, pero al observar el rostro de su hermano mayor todo aquello desaparecía. Y esto la hacia sentir tan mal, se suponía que esta noche sería especial pero claramente se había arruinado.

Parecía tan increíble como en segundos se pudo borrar miles de recuerdos que fueron creados a través de los años, y aún más como tan rápido se podía romper el espíritu de una persona cuyo destino parecía brillar pero en estos momentos se encontraba distorsionado por los sentimientos excesivos que estaban por tomar el control de su cuerpo.

Los orbes cafes de la brasileña estaban fijos en la figura del piloto estadounidense, parecía estar en shock pero su mirada podía hablar lo que en este momento callaba y eso fue lo que hizo que el corazón de Kelly se consumiera en el arrepentimiento, al ver cómo poco a poco se iba apagando el amor en aquella persona que le había jurado amor eterno a ella y a su pequeña.

─Jaden. ─ susurro débilmente pero para la castaña y el estadounidense fue tan claro para sus oídos.

Laya sabia que ninguno de ellos tres podía pensar con claridad, su manera irregular de respirar alertaban sobre su mal estado así que no estaba dispuesta a permitir que el enojo estallara en ese momento así que instintivamente tomó la mano de su hermano mayor cuando sintió que estuvo apuntó de avanzar hacia ambos.

El piloto neerlandés todo este tiempo intento conectar su mirada con ella, pero era en vano ya que parecía que lo estaba evitando y no podía sentirse mal ya que el estaba evitando la mirada de su compañero por temor a lo que iba a encontrar.

─Necesitamos irnos, Jaden. ─  la voz de castaña salió con urgencia mientras tiraba de el para la dirección contraria.

─Necesito hablar con el. ─ replicó mientras observaba fijamente a su compañero conectando miradas finalmente.

Y ahí el corazón de ambos se rompió, porque no solamente se habia roto su relación con Kelly si no se habia dañado su amistad con el piloto neerlandés.

Este era un hecho que no solamente los afectaba a ellos o a la escudería austriaca si no a toda la fórmula uno y a sus espectadores, pues desde el ingreso de ambos a toro rosso habían demostrado esa chisma de carisma en su amistad que a lo largo del tiempo fue lo que los impulsos a dar las mejores batallas en la pista pero sobre todo los mejores momentos de ambos habían quedado grabados en la memoria de todos y ahora todo eso se estaba apagando poco a poco y ellos lo sabían, nada sería lo mismo desde ahora.

•••

Hungría, Julio 2020.


HABÍAN PASADO ALGUNAS SEMANAS y la relación entre Jaden y Max se encontraba cada vez más tensa, la castaña no sabía que era lo que pasaba entre ellos pero estaba claro que algo se había roto.

Después del festejo en Estiria, el estadounidense no se presentó a las entrevistas lo que terminó en problemas para el piloto mientras el neerlandés hacia todo lo posible por evitar pasar tiempo con su compañero, la castaña sabia que su pareja había cambiado después de su estadía en aquella ciudad.

Siempre que intentaba hablar con el sobre lo que había pasado el terminaba diciendo lo mismo cada vez: todo está bien.

Este cambio fue tan notorio que no solamente la gente del paddock se había dado cuenta, si no hasta los fanáticos se percataron de aquel cambio.

Max siempre sonreía cada que le preguntaban a el por la situación y decía que era porque estaba más enfocado en su relación, lo cual era verdad pero había sido tan de repente.

Laya agradecía el hecho de que ahora se encontraba más unida con el pero también se había alejado de su hermano, y ahora que Max se encontraba en una reunión con su padre y Christian aprovechó para acercarse a su hermano mayor y tal vez averiguar la verdad.

Se encuentro en la entrada de la escudería austríaca y pudo ver al estadounidense a lo lejos portando unas gafas negras mientras caminaba hacia el garaje, la castaña corrió hasta llegar a su lado llamando la atención de su hermano quien la observaba fijamente detrás de los lentes.

─¿Nervioso por la carrera de hoy? ─ cuestionó sonriendo mientras observo cómo negaba.

─Para nada. ─ respondió mientras con su mano derecha quitaba los lentes de sus ojos revelando unas ojeras inmensas en su rostro.

─Soy tu hermana Jaden, puedes confiar en mi. ─ declaró mientras alzó su mano derecha y acarició levemente su rostro haciendo que el piloto cerrará los ojos al sentir su tacto.

─Yo puedo resolver mis problemas Laya. ─ respondió mientras alejo su rostro de su mano.

─Lo se y siempre te he admirado por eso. ─ declaró. ─ pero tus ojos hablan lo que tu corazón se niega a decir, algo te atormenta y no sabes como resolverlo.

─Tienes razón. ─ admitió. ─ No se como resolver el hecho de que mi propia hermana prefiera a su novio antes que a mí y que mi compañero evite estar a solas conmigo─ respondió mientras hacía énfasis en cada palabra causando que la castaña lo observara preocupada.

─El lazo familiar es más importante que cualquier otra cosa ¿ recuerdas que ese era nuestra dicho? ─ cuestionó. ─ y con respecto a Max, dale tiempo.

─Rompiste esa promesa cuando no estuviste conmigo las noches en las que sentí caer en un abismo. ─ susurro causando que la castaña lo observara. ─ me mude de cuarto, ahora estoy solo.

─Jaden, no sabía nada. ─ replicó.

─Te fuiste aunque no te culpo, la estabas pasando mal. ─ respondió mientras le regaló una sonrisa. ─ No vi su rostro, no puedo.

─¿Necesitas ayuda? . ─ respondió mientras el estadounidense soltaba un suspiro de frustración.

─Te juro que estare bien. ─ declaró.

─¿Ya terminaste con ella? ─ cuestionó.

─Le mande un mensaje nada mas desde ahí no para de llamarme. ─ admitió mientras sintió como la castaña lo abrazo. ─ cinco años Laya, mando al infierno cinco malditos años. ─ susurro mientras su voz tembló.

─Necesitas desahogarte, hazlo.

Antes de que el estadounidense pudiera contestar observo cómo el neerlandés estaba detrás de ellos con su rostro lleno de sorpresa y temor al verlo de frente, antes de que pudiera ver sus ojos se acomodo los lentes nuevamente para después separarse de la castaña.

─Tal vez pero no contigo. ─ respondió. ─ ya te están esperando.

No sabía cual hecho era más alarmante pero definitivamente estaba en medio de un huracán

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